CARTAS DE CONTROL
Introducción: La variabilidad de los procesos.
Cuando se desarrolla un proceso industrial, las operaciones inherentes al mismo tienen como objeto transformar y añadir valor a las materias primas e insumos (las entradas del proceso) para lograr la obtención de productos (las salidas del proceso), que satisfagan las necesidades de los clientes, tanto internos como externos. En esto es prácticamente imposible evitar que determinados factores conduzcan a que surjan desviaciones de lo previsto para el producto, o sea que encontremos variabilidad en las características del mismo, por lo que prácticamente no existen dos productos exactamente iguales. La variación excesiva alrededor del nivel de desempeño nominal que se espera es causa de que el producto no alcance la calidad requerida. Por tanto la calidad de un producto es una función inversa de la variabilidad.
Las causas de la variabilidad son muchas, pero en general provienen de:
Estas causas se agrupan en dos categorías:
Las asignables o imputables con su origen en factores importantes que se pueden y desean controlar. Factores como el desgaste o desperfectos de la maquinaria, fatiga o poca habilidad del personal de producción, nuevos lotes de materias primas o cambios en la calidad de insumos, afectan sensiblemente la calidad de la producción.
Las no asignables o naturales con su origen en factores secundarios de poca relevancia para el proceso. Se comportan como un sistema de causas aleatorias en el cual, aunque los valores individuales son diferentes como grupo se caracterizan por una distribución (muchas veces la distribución normal), con una medida de tendencia central y otra de dispersión.
Desde este punto de vista, entenderemos que un proceso se encuentra en estado de control si sólo actúa un sistema de causas no asignables y es factible predecir estadísticamente la calidad de los productos que de él se obtienen.
Control Estadístico de Procesos