Salud

¿Cuánto tiempo puede pasar el cuerpo sin dormir?

Desde 1965, cuando se batió el récord con 11 días, nadie sabe cuánto tiempo puede estar el cuerpo sin dormir debido a los riesgos que esto supone para la salud.

cuerpo sin dormir
¿Cuál es el tiempo máximo que se puede estar sin dormir?

Dormir durante 7-8 horas cada día es algo del todo imposible para mucha más gente de la que podemos llegar a imaginar. Y más cuando no solo estamos todavía en mitad de un pandemia, sino que actualmente se le suman las altas temperaturas que se sufren en verano, por lo que son muchas las personas que sufren de insomnio pero ¿cuánto tiempo puede pasar el cuerpo sin dormir?.

¿Cuánto tiempo puede pasar el cuerpo sin dormir?

Quedarse sin dormir es algo que a todos nos ha pasado. Ya sea en nuestra época de estudiantes cuando teníamos que preparar un exámen para el día siguiente o entregar un trabajo importante, o cuando hemos salido de fiesta y directamente hemos ido a estudiar o a trabajar, pero ¿podríamos estar sin dormir mucho tiempo seguido?.

Lo cierto es que parece que así es, si tenemos en cuenta que el récord de horas registrado por una persona está nada más y nada menos que en 11 día y 25 minutos (logrado por el estadounidense Randy Gardner en 1965), pero lo cierto es que la falta de sueño o el hecho de no dejar que el cuerpo descanse durante al menos 6 horas diarias puede pasar una gran factura a nuestra salud.

Por este motivo, el récord Guinness de esas 264 horas (11 días), no ha podido ser superado por nadie y eso que existen otros casos de personas que dicen haber superado la marca (un ciudadano inglés asegura haber pasado 266 horas sin dormir, una hazaña que incluso habría grabado); de modo que como el Libro Guinness de los Récords, no registra nuevas marcas alegando que estar horas sin dormir supone un auténtico riesgo para la salud, nadie superará nunca el récord anotado hace ya 55 años.

El riego de estar sin dormir

Se sabe que pasar días sin dormir no es bueno para el cuerpo, pero mucho menos para la salud mental. En 1959, Peter Tripp, un presentador de radio, decidió transmitir su programa directamente desde Times Square, durante 201 horas seguidas (o un poco más de 8 días), con el fin de recaudar fondos para ayudar a una institución infantil.

Al tercer día, Tripp comenzó a comportarse agresivamente, como maldecir a las personas que lo rodeaban y tener alucinaciones con arañas. A pesar de que completaron  el desafío, los miembros de su familia afirman que nunca fue lo mismo.

Hasta el día de hoy, muchas historias circulan en Internet con personas que dicen dormir una hora por la noche, pero habría que señalar que estos informes son algo inexactos, si bien la ciencia ha demostrado que incluso cuando las personas creen que están despiertas, duermen sin saberlo, aunque sea durante unos minutos.

Pero para probar si estas personas duermen o no, sería necesario evaluarlas con métodos más científicos, como la polisomnografía, que, a través de un aparato completo compuesto por electrodos y ordenadores, puede identificar la hora exacta en que el cerebro descansa y la persona duerme. Esta es una de las pruebas más populares para medir la calidad del sueño. De manera no invasiva, monitorea las actividades musculares, respiratorias y cerebrales del cuerpo humano, a través de diferentes sensores.

¿Cuánto tiempo debemos dormir?

Dado que pasar largos períodos sin dormir es prácticamente imposible, lo que generalmente sucede es que se produce una «mala calidad» del sueño o del descanso, sin mencionar las dificultades reales de las personas que no pueden dormir bien debido a problemas de salud o psicológicos, como ansiedad y tensión.

Para poder pasar un día en el que rindamos sin problema, el cuerpo exige un cierto período de sueño regular para que de este modo, pueda realizar sus funciones fisiológicas fundamentales, como la reparación de músculos y tejidos, la consolidación de recuerdos e incluso la síntesis hormonal. En este sentido, la National Sleep Foundation , fundada en 1990 por expertos en sueño, ofrece algunas recomendaciones sobre las horas necesarias para que una persona duerma diariamente.

Las noches sin dormir disminuyen la capacidad cognitiva y de memoria
Dividido por grupo de edad, el sueño promedio para el desarrollo en adolescentes (14 a 17 años) es de 8 a 10 horas por noche, lo que significa un poco más de un tercio del día. En adultos jóvenes y adultos, este parámetro disminuye ligeramente, llegando a 7 a 9 horas al día. En adultos mayores, mayores de 65 años, la recomendación es de 7 a 8 horas exclusivamente para dormir.

Pero, ¿por qué necesitamos dormir?

Aunque el sueño no supera al agua y los alimentos en las necesidades físicas esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo, es esencial y no podemos vivir sin él. Es como tener un ordenador que pasa muchos días encendido, en algún momento alguien tendrá que reiniciar el equipo, antes de que se produzca un bloqueo.

En un estudio sobre la privación del sueño en humanos, los investigadores de la Universidad de Chicago siguieron a los estudiantes que dormían solo cuatro horas por la noche durante seis días consecutivos. Los voluntarios desarrollaron presión arterial más alta, además de niveles más altos de la hormona del estrés, el cortisol, y produjeron solo la mitad del número esperado de anticuerpos para una vacuna contra la gripe. También mostraron resistencia a la insulina.

Afortunadamente, todos estos cambios se invirtieron cuando los estudiantes terminaron el experimento y pudieron dormir más cada noche. La prueba de los investigadores de Chicago ayuda a explicar por qué la falta de sueño aumenta los riesgos de obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y derrames cerebrales. Además, el sueño excesivo tiene poco efecto sobre la memoria, la cognición (que disminuye la capacidad de aprendizaje) y el tiempo de reacción.

Debido a los límites éticos involucrados en las pruebas en seres humanos, los científicos no saben cómo precisar el tiempo necesario para la privación del sueño para saber si realmente puede haber un límite de sueño par las personas. Los principales estudios, que llevan esta situación al extremo, se llevaron a cabo con ratas, que después de una o dos semanas de pruebas, tuvieron pérdidas significativas de las funciones inmunes, incluida la muerte de algunas de ellas por infecciones.

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