TALES DE MILETO

Tales de Mileto (en griego, Θαλῆς ὁ Μιλήσιος) (c. 624 a. C. – c. 546 a. C.)1 es considerado por la tradición historiográfica occidental (desde Aristóteles2 en el siglo IV a. C. hasta historiadores como W. K. C. Guthrie3 o pensadores como B. Russell4 en el XX) como el iniciador de la indagación filosófico-científica acerca del cosmos (como un todo y también en aspectos particulares del mismo), distinguiéndose por ofrecer las primeras explicaciones registradas respecto de eventos naturales que no apelan a entidades divinas sino que se sustentan en observaciones e inferencias pasibles de ser constatadas y discutidas. Es señalado, entonces, como el primer gran impulsor en Grecia de la investigación científica (en disciplinas como las matemáticas y la astronomía) y como el primer filósofo de la historia de la filosofía occidental, estando a él relacionados Anaximandro -quien habría sido su discípulo- y Anaxímenes -quien habría sido discípulo de este último-, denominándose tradicionalmente al conjunto de los tres como la «escuela jónica» o «de Mileto».

Nacido en la próspera ciudad de Mileto, en la Grecia jónica del Asia Menor, durante la década del 620 a. C, fue uno de los Siete Sabios de Grecia, reconocidos por su sabiduría práctica y por sus intervenciones políticas. Pero Tales también se destacó, a diferencia de ellos, por sus habilidades y conocimientos teóricos. Se interesó -y realizó importantes aportes- en cuestiones matemáticas, astronómicas, geográficas, físicas, metafísicas y de ingeniería, además de haber aconsejado exitosamente en varias ocasiones respecto de decisiones políticas no poco relevantes.

Datos biográficos y anécdotas

Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de la mentalidad del narrador.

Tales nació en la ciudad de Mileto (griego: Μίλητος, turco: Milet), una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es la Provincia de Aydın en Turquía), cerca de la desembocadura del río Menderes. La mayoría de los historiadores lo presentan como genuino milesio (aunque, según Diógenes Laercio, doxógrafo griego, fue admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del Mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo). Nacido o no en Mileto, es incuestionable que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde desarrolló su filosofía, sus investigaciones científicas y sus intervenciones políticas.

Fue hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula), y habría tenido ascendencia fenicia. Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente con Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara el primero en alguna etapa de su vida, y allí podría, por un lado, haber recibido enseñanzas de los sacerdotes, quienes registraban con mucho celo todo evento astronómico o meteorológico excepcional por motivos religiosos y que poseían, por consiguiente, copiosa información al respecto; y, por el otro, haber adquirido conocimientos matemáticos, que los egipcios habían desarrollado a un nivel práctico con el fin de medir y delimitar las parcelas de tierra cuyos límites solían borrarse con las continuas crecidas del río Nilo. Podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros, y una fuente lo vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis, pero estos datos en absoluto son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de la época de Tales. De los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos científicos. Sí es más seguro que el filósofo Anaximandro haya sido su discípulo, así como Anaxímenes el de éste.

Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio consejero político de jonios y lidios.

Entre las anécdotas que de Tales se cuentan, refiere Heródoto (I, 75) que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Herodoto mismo descree de esto, pero modernos especialistas no descartan por completo su veracidad). Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) cómo una vez que, habiéndosele reprochado su pobreza y su falta de preocupación por los asuntos materiales, y luego de haber previsto, gracias a sus conocimientos astronómicos, que habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente temporada, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta. Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto: que predijo a los jonios el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse ocurrió, en efecto, en medio de una batalla, lo que llevó a los contendientes a detenerse y a avanzar un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una advertencia divina. También es muy conocido lo que cuenta Platón: que, al caer Tales en un pozo mientras miraba el movimiento de las estrellas, una campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo «que tenía ansias de conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba… justo a sus pies se le escapaba»5

Apolodoro, en su Cronología, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años; Sosícrates, que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años. Como sea, actualmente se acepta que murió cerca del año 546 a. C.

Aportes matemáticos

Se atribuyen a Tales varios descubrimientos matemáticos registrados en los Elementos de Euclides: la definición I. 17 y las proposiciones I. 5, I. 15, I. 26 y III. 31.
Semicírculo que ilustra un teorema de Tales.

Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de un método de comparación de sombras que Tales habría utilizado para medir la altura de las pirámides egipcias, aplicándolo luego a otros fines prácticos de la navegación. Se supone además que Tales conocía ya muchas de las bases de la geometría, como el hecho de que cualquier diámetro de un círculo lo dividiría en partes idénticas, que un triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas por una línea recta perpendicular.

Los egipcios habían aplicado algunos de estos conocimientos para la división y parcelación de sus terrenos. Mas, según los pocos datos con los que se cuenta, Tales se habría dedicado en Grecia mucho menos al espacio (a las superficies) y mucho más a las líneas y a las curvas, alcanzando así su geometría un mayor grado de complejidad y abstracción.

 

 


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