El percebe es uno de los manjares mas exquisitos que nos regala el mar. Es un marisco casi delicatessen muy apreciado por las personas que les gusta disfrutar del sabor exquisito. Además, al ser un crustáceo que crece sobre rocas batidas por el oleaje, su captura es artesanal y arriesgada: no se nos puede olvidar la importante labor de los percebeiros.

El percebe puede ser de origen gallego o marroquí. Los puedes diferenciar porque el gallego es mas grueso, grande pero su longitud es menor. El percebe marroquí tiene un aspecto más estrecho y alargado.

Si quieres disfrutar de este rico marisco, puedes cocerlo en casa y degustarlo nada más salir de la olla, pero es importante que sepas como hacerlo para que no se pase de cocción y disfrutes al máximo de la degustación. Son pasos sencillos, pero que hay que seguir al pie de la letra.

Para la cocción puedes usar agua de mar si dispones de ella, si no, tendrás que echar al menos 60gr – 70gr de sal gruesa por cada litro de agua que eches a la olla. También deberás tener a mano 2 o 3 hojas de laurel.

Pon el agua en la olla, la suficiente como para cubrir los percebes, no tiene porque tener más. Echa la cantidad de sal indicada por cada litro de agua y las hojas de laurel. Espera a que rompa a hervir, en ese momento echa los percebes al agua. Cuando el agua rompa a hervir de nuevo pon un cronómetro de 1 minuto y cuando el tiempo haya pasado saca inmediatamente los percebes de la olla (si los percebes tienden a ser pequeños o medianos, la cocción puede bajar a 30 segundos aproximadamente). Esa es la cocción suficiente para este marisco.

Se aconseja poner un paño sobre éstos para que mantengan el calor ya que es mejor degustarlos calientes. Esto quiere decir que es preferible que la cocción se haga justo antes de que se vayan a comer. ¡Qué aproveche!