Invertir en plazo fijo y caucionar son dos formas diferentes de ahorrar y hacer crecer tu dinero en un plazo determinado de tiempo. Aunque ambas opciones pueden ser beneficiosas, es importante entender las diferencias entre ellas. De esa manera, podrás elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos financieros.

Un activo refugio: el Plazo fijo

Invertir en plazo fijo es una forma de ahorrar dinero a plazos y obtener intereses en el proceso. Al invertir en plazo fijo, le prestas dinero a un banco o institución financiera por un período determinado de tiempo y ellos te pagan intereses durante ese plazo.

Al final del plazo, el banco o institución financiera te devuelve el dinero principal que prestaste. Los plazos fijos suelen tener plazos que van desde los 30 días hasta varios años y los intereses suelen ser fijos durante todo el plazo.

Así pues, en este caso, estaríamos colocando nuestro dinero en una institución financiera, por lo que elegir una entidad sólida suele ser determinante.

Cauciones: una alternativa de bajo riesgo

La caución bursátil es una operación financiera. En esta operación, un inversor toma prestado o coloca fondos en el mercado con la garantía de valores negociables. Esta opción representa una alternativa de inversión para los inversores y una forma de obtener fondos líquidos para aquellos que necesitan financiamiento.

Al elegir la caución bursátil, se conoce el rendimiento de la operación en el momento en que se concreta. Eso la convierte en una opción ideal para hacer crecer tu dinero de manera segura a corto plazo.

Caucionar es similar al plazo fijo, pero en lugar de prestar dinero a una institución financiera, estás prestando dinero a un particular, obteniendo en garantía instrumentos financieros.

Pros y contras entre estas opciones de inversión

Entonces, ¿cuál es la principal diferencia entre invertir en plazo fijo y caucionar?

La principal diferencia es quién está recibiendo el dinero prestado. Al invertir en plazo fijo, estás prestando dinero a una institución financiera, mientras que al caucionar, estás prestando dinero a un particular, quien ha dejado valores negociables en garantía para tomar dicha caución.

Además, la caución suele ser más flexible en cuestión de liquidez, ya que permite establecer plazos más reducidos. Así, se puede caucionar en periodos tan cortos como un día. Ello le brinda seguridad, siendo considerada como más segura que el plazo fijo.

En nuestro país, muchos depósitos a plazo fijo están invertidos en letras de liquidez del Banco Central de la República Argentina. Esto puede ser riesgoso en caso de implementación de planes económicos como el Plan Bonex de 1989, lo que podría perjudicar a los ahorristas.

Por otro lado, la caución es un préstamo entre particulares garantizado por activos financieros. Quien presta el dinero exige que parte de los activos del prestatario estén valuados a un monto mayor al tomado, lo que previene posibles interrupciones de pagos.

Plazo fijo o cauciones, ¿cuál elegir?

Históricamente, el pequeño ahorrista solo ha tenido acceso al plazo fijo como alternativa de inversión, sin embargo, las crisis económicas pasadas han dejado una huella indeleble en la confianza de los ahorristas hacia este instrumento. De ahí la importancia de utilizar alternativas más seguras, como la caución bursatil.

Ahora bien, cuando se evalúan las ventajas y desventajas de cada opción de inversión en moneda local, es importante tener en cuenta que la elección final depende de las características del inversor, sus objetivos y necesidades. Sin embargo, los expertos en el sector financiero suelen recomendar enfocarse en la caución debido a su alto grado de liquidez y seguridad, lo que permite evitar la “licuación” (pérdida de valor) en caso de un aumento del dólar.