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  • 823 – Job 3:23 Job, ¿Por qué sufre el justo?
    ¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por donde ha de ir, y a quien Dios ha encerrado?

    Mientras Job estaba sentado con ulceras en su piel, con el cuerpo hinchado y lleno de fiebre, y produciéndole una picazón que no se detiene, mira el rostro de los tres amigos que se presentan en escena: Elifaz, Bildad y Zofar (Job 2:11). Los tres amigos de Job se turnan para dialogar con él. Sus palabras aparecen en tres ciclos: Habla Elifaz, Job responde, habla Bildad, Job responde, habla Zofar, y Job responde. Este ciclo se hace tres veces desde Job 4-31. En el tercer ciclo Zofar no participa y entra en escena el joven Eliú con un monologo desde Job 32 al 37. Dios Responde a Job desde un torbellino en Job 38 - 41 y Job responde a Dios en Job 42:1-6, y la restauración de Job se narra en Job 42:10-16. Elifaz basa sus palabras en la experiencia. Repite la misma frase: “Yo he visto…” (Job 4:8; 5:3). Bildad basa sus palabras en la tradición. Le dice a Job: “Indaga…en las generaciones del pasado” (Job 8:8). Zofar, el más duro de los tres, ya que era maleducado, insensible y áspero. Su lenguaje impaciente y colérico está basado en suposiciones. Los tres son legalistas, sentenciosos, condenatorios, y recurren al consejo basado en el sentimiento de culpa. Es una pelea verbal contra Job, que conocemos como “azote verbal”.
    1. Resumen de los tres ciclos de discursos (Job 4-31).
    Después de que Job rompió el silencio que duró una semana (Job 2:13) con su clamor de angustia, sus tres compañeros Elifaz, Bildad y Zofar, se animaron a hablar. Vinieron para condolerse y para consolar a Job, pero no lo hicieron. Asumieron la responsabilidad de corregir a Job por sus declaraciones precipitadas. En todos sus discursos, los amigos se aferraron a su posición teológica. Su apreciación era que los justos son premiados y los injustos, castigados (Job 4:7–8). Por lo tanto, Job, que había pecado deliberadamente, tenía que arrepentirse. Sus razonamientos fueron como sigue: (a) todo el sufrimiento es en castigo por el pecado; (b) Job está sufriendo; (c) por lo tanto, Job es un pecador. Pero eso era una contradicción de lo que Dios había dicho de Job (Job 1:1, 8; 2:3) “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”(Job 1:8). Los amigos de Job se hicieron más legalistas y crueles a medida que progresaban en sus discursos. Primer ciclo de discurso (Job 4-14), los tres sugirieron que Job había pecado y lo aconsejan que se arrepintiera. Elifaz dice: “Ciertamente yo buscaría a Dios y encomendaría a Él mi causa” (Job 5:8); Bildad dice: “si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia.” (Job 8:6); y Zofar le dice: “si alguna iniquidad hubiere en tu mano y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron.” (Job 11:14). Palabras muy usadas por algunos creyentes para animar a los que están sufriendo. Pero recuerden que los amigos de Job estaban equivocados al señalar a Job que su padecimiento era por el pecado. Dios los reprende diciendo a Elifaz: “Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros [Bildad, Zofar]; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.” (Job 42:7). Segundo ciclo de discurso (Job 15-21). El discurso de los tres amigos de Job pasó de solo sugerencias a insinuaciones directas y duras palabras acusando que Job era impío. Elifaz en Job 15 le dice que los impíos están en peligro “Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y el número de sus años está escondido para el violento.” (Job 15:20), Bildad en Job 18 dice que caen en la trampa y en el olvido. “La luz se oscurecerá en su tienda, y se apagará sobre él su lámpara.”(Job 18:6), y Zofar,

  • 822 – Job 3:2-3 Job, el lamento del afligido.
    Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.

    El lamento de Job (Job 3) a casi nadie le gusta. Job no se guardó nada, expresó todo su dolor. Después de siete días y siete noches de silencio, Job inicia la conversación lamentándose de su condición. Su aflicción, su ruina, sus dolorosas llagas no son la principal causa de lo que expresa. La gran angustia de Job es porque siente que ha perdido a su mejor amigo: Dios. Si usted llega a pasar por experiencias similares a las de Job, ¿Cómo respondería? ¿Se enojaría? ¿Se amargaría? ¿Culparía a Dios? ¿Cuál sería la reacción adecuada frente a la dura aflicción? Pidamos a Dios: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.” (Sal 143:10).
    1. El tiempo de la prueba. Al séptimo día de estar sufriendo la enfermedad (Job 2:13), Job cae en conflicto con su fe, y declara: “Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.”(Job 3:3). Job estaba deprimido, triste, en una confusión absoluta, aislamiento total en el basurero de la ciudad, dolor insoportable, ninguna esperanza de cambio, sentado en un lugar asqueroso, privado de todas las comodidades del hogar. Job concluye su lamento diciendo: “No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación [desesperación].”(Job 3:26). La mayor preocupación de Job era que su mejor amigo, Dios, no le hablaba y parecía estar ausente, y no le respondería tras un largo tiempo de prueba, aflicción, al final de su enfermedad en el capítulo 38. ¿Cuál es tu actitud hacia Dios, cuando tienes mucho tiempo, en medio de una prueba y Él no responde? Job no maldijo a Dios como había predicho Satanás (Job 1:11; 2:5), ni tampoco mostró impulsos suicidas. Veamos que dice Job.
    2. Job lamentó haber nacido (Job 3:1-10).
    Job se lamenta diciendo: “Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.” (Job 3:3). En medio de una depresión, el profeta Jeremías, se lamentó de manera similar (Jer 20:14-15). Job sigue diciendo “Sea aquel día sombrío, y no cuide de él Dios desde arriba, ni claridad sobre él resplandezca.”(Job 3:4). Al expresar su deseo de que esa noche imaginaria de su concepción quedara envuelta en las tinieblas (Job 3:6), que fuera estéril (Job 3:7), “Maldíganla los que maldicen el día” (Job 3:8) expresa que la maldijeran otros porque Job no hablaba palabras maldicientes (Ef 4:29), y que nunca se convirtiera en día (Job 3:9), Job estaba diciendo que desearía que su madre no lo hubiera concebido en su vientre. Pero Dios “no cerró las puertas del vientre donde yo estaba,” y fue concebido (Job 3:10).
    3. Job deseó haber nacido muerto (Job 3:11–19). Otro ejemplo de depresión es Ana (1Sa 1:10). Job lamentándose hace tres preguntas: ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? (Job 3:11-12). Para Job hubiera sido mucho mejor morir al nacer porque “ahora reposaría, dormiría, y tendría descanso” y tendría como compañeros a personajes como “reyes, consejeros y príncipes, los que llenaban de plata sus casas.” (Job 3:13-19), mientras que en vida tenía tribulaciones. Dios no evitará las aflicciones del justo sino que lo ayudará a pasarlas. “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” (Sal 34:19).
    4. Job estaba deprimido (Job 3:20-26). ¿Es la depresión pecado? No, es una enfermedad como otras. En la Biblia otros héroes de la fe en un momento de depresión desearon morir como Elías que dijo: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.”(1Re 19:4). Dios no trató a Elías con un viento, terremoto o fuego, sino con un silbido apacible y delicado por su condición emocional, y luego de cumplir con su misión fue arrebatado al cielo (2Re 2:11). Job deseó morir al preguntarse

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  • 821 – Job 2:11 Job, consejos para los amigos.
    Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.

    Continuamos con el estudio de Job recordando que solo pocos amigos fueron a visitarlo (Job 2:11-13). Las malas noticias se riegan rápido y llegan a oídos de los amigos, familiares y vecinos de Job. Es de suponer que Job tenía muchos amigos por su buena posición económica (Job 1:1-3). Porque “El pobre es odioso aun a su amigo; pero muchos son los que aman al rico.”(Pr 14:20). Pero sólo tres amigos decidieron visitar a Job para acompañarle en su dolor. Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita. En el capítulo 32 aparece un cuarto amigo más joven llamado Eliú. La Biblia no habla mucho sobre estos amigos de Job pero suponemos que eran hombres de buena posición económica para estar varios días sin trabajar y acompañar a Job en su dolor. Ellos convienen ir para condolerse y consolar a Job. (Job 2:11b). Al principio de su visita a Job permanecen callados (Job 2:13) pero lamentablemente no se quedaron callados y hablan contra su amigo Job lanzándole una carga de críticas, humillaciones y culpas que concluyen “estás recibiendo lo que mereces”. El dolor de Job se hace más intenso ya que estos amigos van a decir muchas cosas feas y desagradables. El diálogo, aunque presentado con profundidad teológica y filosófica, se volvió más agresivo, condenatorio, intenso y rechazado por Dios que al final dice a Elifaz: “Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.” (Job 42:7).
    1. Consejos para los amigos
    Los amigos se preocupan por venir sin que se les pida que lo hagan. Nadie les envió un mensaje a Elifaz, Bildad y Zofar. Los amigos no necesitan una invitación especial. Visitamos a un amigo que está pasando una prueba o enfermedad en un hospital por iniciativa propia. ¿Visita usted a los amigos cuando están en pruebas difíciles? ¿Te acuerdas orar por ellos? (Job 2:11). Los amigos se conduelen y consuelan. Condolerse es identificarse con el que sufre. Se asocian con el sufrimiento de la persona, con el propósito de sentir su angustia y de ser tocados personalmente por el dolor. Consolar es intentar aliviar el dolor, ayudando a hacer más liviano el padecimiento. Los amigos hacen diligencias para esa persona: se ocupan de cuidar a los niños; preparan comidas; ayudan en todo lo que pueden, porque quiere consolarle. ¿Apoyas a tus amigos en momentos difíciles o los evitas para no consolarles? Los amigos expresan abiertamente la profundidad de sus sentimientos. Los tres amigos de Job al verlo expresaron sus sentimientos: Lloraron a gritos, Rasgaron sus mantos, y esparcieron polvo sobre sus cabezas (una antigua expresión de congoja). Luego se sentaron en tierra en el mismo lugar que estaba Job (el basurero de la ciudad). No les importó el olor, ni ensuciarse sus ropas para acompañar al amigo en su dolor. (Job 2:12-13). Ellos practicaban “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.” (Ro 12:15). Los amigos no se sienten ofendidos por una escena desagradable. Por el contrario, se acercan lo que más puedan; no se ofenden porque el cuarto huele mal. No salen corriendo cuando ven que la persona que han venido a visitar ha sido reducido a un esqueleto. No se marchan porque la prueba es difícil y angustiosa. Los amigos entienden la situación y por eso hablan muy poco. La mejor forma de ayudar a las personas que sufren es simplemente estar con ellas y decir muy poco o nada, así le hacemos saber lo mucho que nos importan.
    2. Las amistades que necesitamos. Deben tener las siguientes cualidades. Que: Amen a Dios: “Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos” (Sal 119:63). Nos amen y acepten como somos: Cuando los tenemos nos sentimos libres para disfrutar

  • 820 – Job 2:9 – Job, consejos para las parejas.
    Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

    La cruz de Job fue el resultado de dos severos ataques por parte de Satanás, ambos permitidos por Dios (Job 1:12; 2:6). El primer ataque fue en el área de sus bienes y de su familia. Sus medios de ganarse la vida y de mantener un cómodo estilo de vida le fueron quitados. El segundo ataque vino inmediatamente después del primero, antes de que el enlutado padre pudiera recuperarse del impacto. Satanás estaba empeñado en escuchar a Job maldiciendo a Dios, y por eso lo atacó en el área que le quedaba: su salud. Su desgracia era difícil de imaginar. Pero en todo esto no pecó Job contra Dios y le ganó los dos ataques al enemigo. Más tarde Job declara: “Mas Él [Dios] conoce mi camino; me probará, y saldré como oro.”(Job 23:10). De la experiencia de Job con la adversidad, refinado como el oro por la prueba, saquemos consejos para los casados y los amigos.
    1. CONSEJO A LAS ESPOSAS (Job 2:9). La esposa de Job en medio de la fuerte adversidad dijo a Job: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Esposas deben tener cuidado con las palabras cuando sus esposos estén atravesando tiempos difíciles. Los hombres pueden volverse vulnerables durante tiempos de dificultad. Ya que “La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra.”(Pr 12:25). Es necesario un consejo sabio de la esposa hacia el esposo en momentos de dificultad y no hacer lo que hizo la esposa de Job…y gracias a Dios que Job no estuvo de acuerdo con su consejo. “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.” (Pr 14:1). “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.”(1 Pe 3:1-2). Es apropiado ser considerados y no juzgar ligeramente a la esposa de Job ya que ella estaba pasando también por un gran dolor con la pérdida de sus hijos, la posición económica y la pérdida de salud de su esposo. Pero esposas no aconsejen a sus esposos que comprometan su integridad. Nunca lo hagan aunque dé alivio instantáneo o satisfacción temporal. De nuestra integridad moral y ética dependerá la relación que tengamos con Jesucristo. “La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos.”(Pr 12:4). Esposa ¿Qué clase consejos das a tu esposo cuando tiene problemas?
    2. CONSEJO A LOS ESPOSOS (Job 2:10). Job respondió a su esposa: “Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas [insensatas], has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.” C1. Escuchemos bien y siempre digamos a nuestras esposas la verdad. Job escuchó las palabras de su esposa, las meditó, las consideró y les dio vuelta en su mente. No las malinterpretó ni las ignoró. Escuchó lo que dijo y no la interrumpió cuando se las dijo. La mayoría de los esposos no tenemos problemas con el oído sino con prestar atención. Nuestras esposas frecuentemente tienen cosas importantes que decirnos pero no hemos hecho el hábito de escucharlas. Cuando respondamos seamos sinceros con ellas. Si lo que dijo es útil dé gracias, recíbalo y póngalo en práctica. El consejo de la esposa de Job no fue sabio y Job le responde: “Has hablado como hablaría cualquiera de las mujeres insensatas”. Las parejas deben hablar con veracidad el uno al otro. C2. Enséñenos a nuestra esposa lo que hemos aprendido acerca de Dios siguiendo el ejemplo de Job. Job respondió “Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos el mal? Job enseñó a su esposa lo que había aprendido en el caminar con Dios. Job le está diciendo “Dios es soberano, esta es su voluntad para nosotros, por alguna razón desconocida, Él lo ha permitido y tenemos que recordar que, aunque no podemos explicarlo, Dios sigue siendo soberano

  • 819 - Job 2:6-7 – JOB, LA FE A PRUEBA DE FUEGO.
    Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.

    Job había experimentado la primera prueba devastadora del enemigo perdiendo sus diez hijos, bienes y empleados, pero la superó descansando con gran confianza en Dios. Mientras Job pasaba por el dolor del primer ataque, pensando que todo sería diferente el siguiente día, no sabía que se enfrentaría a una nueva y segunda prueba, su salud sería afectada.
    1. SEGUNDO PLAN MALÉVOLO PROPUESTO POR EL ENEMIGO (Job 2:1-6)
    Acontece otra reunión en el cielo donde participa el adversario (Job 2:1-2). Dios continúa considerando a Job como “mi siervo”. “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?” (Job 2:3). El enemigo hace una segunda propuesta para trastocar la salud de Job y de esta manera tratar que pierda su integridad para con Dios (Job 2:4-5). Dios, da permiso al enemigo para que ejecute su plan propuesto. “Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.” (Job 2:6).
    2. QUINTA PRUEBA DEVASTADORA PARA JOB (Job 2:7-8)
    La salud de Job es afectada con una sarna maligna (Algunos creen que pudo ser la lepra, complicada con elefantiasis, una de las enfermedades más nauseabundas y dolorosas de esa época). “Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.” (Job 2:7-8). ¿Cuál sería su reacción a una enfermedad fuerte y dolorosa? ¿Confiaría usted en Dios o lo negaría? Job recibe una prueba adicional. Sumado a la dolorosa enfermedad su esposa no lo apoya diciendo: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.” (Job 2:9). Alguien describió a Job con menos de 20 palabras diciendo: “No puedo comer de día, no puedo dormir de noche, y la mujer que amo no me trata bien”. No hay nada de divertido en la historia real, el sufrimiento injusto nunca es divertido.
    3. LA REACCIÓN DE JOB (Job 2:10)
    Job responde a su esposa: “Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas [insensatas], has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios. (Job 2:10). A pesar de su dolor corporal, y el desanimo producido por su esposa, Job permaneció fiel a Dios. Job no pecó contra Dios ganándole una vez más la batalla al enemigo. Recordemos que Job no sabía nada de lo que estaba pasando en la presencia de Dios. La fe de Job fue puesta a prueba y lo único que sabia era que: Un día las cosas fueron normales, encantadoras y al siguiente día espantosas. Durante su vida había sido fuerte y saludable, y en un instante su salud cambio drásticamente.
    4. CONSEJOS ANTE LAS PRUEBAS.
    C1. Recordemos que vivimos en un mundo de dificultades y las pruebas pueden seguir, y venir más. Job reconoce más tarde: “Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.” (Job 5:7). Los problemas son inevitables y nuestro Adversario está suelto. Asi que no nos sorprendan las pruebas como enseña el apóstol Pedro: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese.” (1Pe 4:12). Debemos estar alerta ante cualquier situación. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”(1Pe 5:8-9).

  • 818 – Job 1:12 – Reacción a las pruebas.
    Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

    Job, un hombre que tuvo una gran prosperidad, caballeroso, piadoso, extremadamente rico, excelente esposo, padre fiel y temeroso de Dios. Era Íntegro y reconocido por Dios como su siervo (Job 1:1-3, 8; 2:3). De un momento a otro, como a cualquiera de nosotros, se le presentan una serie de pruebas con el objetivo de hacerle perder su integridad. Aun cuando su persona, su familia y sus propiedades estaban protegidas por el cuidado especial de Dios. A su alrededor se levantaban tres círculos defensivos. Él y los suyos eran como la vid del Señor (Is 5:1-2). Satanás parece haber conocido más acerca de la protección que tenía Job que el mismo Job. Su temor de Dios lo había puesto más a seguro de lo que él pensaba. El Dios de ayer es el mismo Dios hoy. No podemos ver al “ángel de Jehová [que] acampa alrededor de los que le temen y los defiende” (Sal 34:7), pero el diablo sí. Las vallas hechas por el Señor son demasiado fuertes incluso para la astucia y maquinaciones de Satanás. Sin el permiso de Dios el poder de Satanás es totalmente impotente contra el hombre que se refugia en las fortalezas de su Dios. “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos” (Sal 46:1-2a).
    1. PRIMER PLAN MALÉVOLO PROPUESTO POR EL ENEMIGO (Job 1:6-12)
    Mientras Job duerme…Acontece una reunión en el cielo donde están los hijos de Dios y también Satanás: el enemigo de nuestra alma “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.”(Job 1:6-7). Dios reconoce delante del enemigo la integridad de Job llamándolo “mi siervo” (Job 1:8). El objetivo del enemigo es que pequemos contra Dios y nos opongamos a Él. El enemigo propone a Dios un plan para probar la integridad de Job arruinándolo sin causa (Job 1:11; 2:3). La propuesta consiste en quitarle todas las posesiones materiales y su familia. Dios, da permiso a Satanás de llevar a cabo el plan propuesto, pero que no se meta con la vida de Job. “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.” (Job 1:12). Satanás no perdió tiempo y salió a cumplir su plan malévolo. Nos recuerda que nuestra lucha es espiritual. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Ef 6:12).
    2. LAS PRIMERAS PRUEBAS DEVASTADORAS CONTRA JOB (Job 1:13-19)
    “y un día aconteció” (Job 1:13a) Cambia la escena del cielo a la tierra. Sin advertencias y desconociendo la aprobación de Dios, Job recibe, una tras otra, malas y devastadoras noticias. Job es probado a través de cuatro acontecimientos injustos y pierde sus bienes: Los quinientos bueyes, las asnas, los criados (Job 1:13-15). Las sietemil ovejas y los pastores (Job 1:16). Los tresmil camellos y a los criados (Job 1:17). La prueba devastadora e injusta es completada con la pérdida de sus diez (10) hijos “Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.” (Job 1:18-19). Aprendemos que enfrentamos un enemigo que no podemos ver pero que es real. ¿Cuál sería su reacción ante una prueba de esta magnitud? ¿Confiaría usted en Dios o lo negaría? ¿Cómo enfrentas al enemigo?
    3. JOB REACCIONA A LAS PRUEBAS DEVASTADORAS (Job 1:20-22).

  • 817 – Job 1:8 El carácter de Job.
    Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

    El libro de Job es una obra literaria sobresaliente que eruditos de todas las edades y de muchas culturas han alabado. Lo han llamado “el poema más grande de los tiempos antiguos y modernos”. Comentan de el: “No se ha escrito, creo yo, ni dentro de la Biblia ni fuera de ella, algo de igual mérito literario” El libro de Job expone la prueba de un “hombre recto, integro”. Al leer el libro de Job, contamos con información que los protagonistas de la historia no tenían. El mismo Job es totalmente desconocedor de que está siendo instrumento de Dios como ejemplo para todas las generaciones. La vida de Job fue probablemente contemporánea a la de Abraham, por cuanto en el libro no se hace mención alguna a Israel, ni al Tabernáculo, ni al Templo ni a la Ley. Este libro es de gran valor como revelación de las fuerzas del mal en acción contra la vida de los justos. Todos los caracteres son representativos: Job, el siervo de Dios; Satanás, el adversario; los tres Amigos, la sabiduría del mundo; Eliú, la sabiduría de Dios; Dios, el Juez de todos. Como la enseñanza de este libro se centra en la persona de Job, intentaremos comprender sus principios directores a través de este hombre, para que ellos puedan, si es posible, llegar a ser más interesantes y poderosos en nuestras propias vidas individuales.

    I. Job era perfecto. (Job 1:1) “Era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal” (Job 1:1,) “No hay otro como él en la tierra” (Job 1:8). Como hombre, era todo lo que un hombre en aquellos tiempos pudiera ser en santidad de carácter. El hecho de que no hubiera “otro como él en la tierra” no es su propio testimonio, sino la declaración de Dios que conoce el corazón del hombre. “Jehová… conoce a los que en Él confían” (Nah 1:7). Job era perfecto, no en el sentido de ser sin pecado, sino en el sentido de ser íntegro y temeroso de Dios. Su rectitud es confirmada por la impresionante evaluación de Dios y su esposa “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? (Job 1:8; 2:3, 9).
    II. Job era rico. (Job 1:3). “Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, y era aquel varón el más grande entre todos los orientales”. Los hombres buenos no son siempre ricos; pero Dios había ciertamente recompensado la bondad y fidelidad de Job, permitiéndole llegar a ser el hombre más rico del país. La riqueza de Job, considerado el más grande entre todos los orientales, es comparada a la suma de las riquezas de los cuatro primeros millonarios del momento registrada por la revista Forbes: Bernard Arnault (Louis Vutton), Elon Musk (Tesla, Twiter, Space X), Gautam Adani (India) y Jeff Bezos (Amazón). El hombre perfecto será rico no solo en lo material sino también en lo espiritual, porque es íntegro, recto, temerá a Dios y aborrecerá el mal, aunque deba sacrificar todas sus posesiones terrenales. Si aumentan sus riquezas, incluso sus riquezas espirituales, él no pone su corazón en ellas.
    III. Job era piadoso, sabio, intercesor. (Job 1:5) “Se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos [sus hijos]. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos y habrán maldecido a Dios en sus corazones. De esta manera hacía cada vez”. Job era una hombre bendecido por Dios porque tenía una familia feliz, saludable de diez hijos adultos: siete hijos y tres hijas (Job 1:4). Sus hijos hacían banquetes, fiestas y estas reuniones familiares, para disfrute social, eran en sí mismas un buen testimonio de su padre, hombre de oración, puro, recto, fiel, con alma de sacerdote. Aquellos siete hijos deben haber recibido una buena crianza, siendo que buscaban la comunión entre sí, y que no dejaban

  • 816 – Job 1:1 Introducción al libro de Job.
    Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

    Job, el libro, cuenta la historia de Job, el hombre rico, integro, y siervo de Dios. Es un drama interesante sobre la riqueza, familia, y salud perdida, y luego recuperada, un tratado teológico y filosófico acerca del sufrimiento injusto y de la soberanía divina, y un ejemplo de fe que perdura, persevera. El propósito del libro es demostrar la soberanía de Dios y el significado de la fe verdadera. Plantea la pregunta “¿Por qué sufre el justo?” El autor es desconocido, posiblemente fue el mismo Job, también se han sugerido los nombres de Moisés, Salomón o Eliú. La fecha del libro es desconocida. Registra hechos que ocurrieron probablemente durante la época de los patriarcas, aproximadamente entre los años 2000-1800 a.C. Job es considerado el primero de los libros poéticos de la Biblia hebrea y el primer libro de la Biblia que se escribió. El libro nos da indicios de la obra de Satanás. Ezequiel (Ez 14:14; 14:20), y Santiago (Stg 5:11) mencionan a Job como un personaje histórico y de paciencia heroica. “He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.” (Stg 5:11). Aprendemos de Job que en la vida cuando sufrimos y no sabemos el por qué sufrimos, el sufrimiento es mayor. Sólo podemos tener gozo y paz al descansar, confiar en Dios. Cuando lea el libro de Job, analice su vida y revise sus cimientos. Y quizás, cuando todo haya desaparecido y solo quede Dios, usted pueda decir: “Él es suficiente”, en Jesucristo estoy completo. “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en Él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” (Col 2:9-10).
    Bosquejo del libro de Job. El libro de Job en su mayoría es de contenido poético. Es un poema dramático, didáctico, teológico y filosófico. Solo los capítulos 1-2 y el último capítulo Job 42:7-17 son narrativas. Por lo tanto, cuando lea y no entienda continue, simplemente recuerde que es poesía. Un ejemplo Job dice: “he escapado con sólo la piel de mis dientes.” (Job19:20b). Los dientes no tienen piel.
    1. Job es probado (Job 1-2). Job, un hombre rico y justo, pierde sus posesiones, sus hijos y su salud. Job no comprendió por qué estaba sufriendo. ¿Por qué permite Dios que sus hijos sufran? Aunque hay una explicación, quizás no la sepamos entretanto estamos aquí en la tierra. La vida no es fácil y en ocasiones muy injusta por lo cual debemos estar listos para las diversas pruebas que se presenten en nuestra vida.
    2. Tres amigos responden a Job (Job 3-31). Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita visitan a Job para condolerse de él y para consolarle. Los amigos de Job supusieron equivocadamente que el sufrimiento siempre viene como resultado del pecado. En tres rondas de discurso, cada uno injustamente ataca con ironía verbal a Job, y luego Job defiende su inocencia. Con esto en mente trataron de persuadir a Job para que se arrepintiera de su pecado y se volviera a Dios. Job soporta el mensaje acusador, condenatorio de sus tres amigos diciéndole durante largos discursos que concluyen: “Mereces lo que te está sucediendo”. Pero los tres amigos estaban equivocados y Dios los reprende en Job 42:7. El sufrimiento no es siempre resultado directo de algún pecado personal. Cuando experimentamos un duro sufrimiento, es posible que no sea nuestra culpa, de modo que no tenemos por qué añadir a nuestro dolor el sentimiento de culpa de que algún pecado escondido esté causando nuestro problema. Los creyentes seremos probados con diversas pruebas. Jesucristo dijo “En el mundo tendréis aflicción” (Jn 16:33b), “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando

  • 815 – Est 3:2 Amán, el soberbio destruido.
    Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se arrodillaban y se inclinaban ante Amán, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba.
    La historia de Amán es una verificación del sabio proverbio: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.” (Pr 16:18). Amán significa “Magnífico”, pero su torcida carrera muestra que su naturaleza era infame, innoble, vil. Observemos y aprendamos del carácter de Amán:
    I. Engrandecido. “El rey Asuero engrandeció a Amán… y lo honró, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él” (Est 3:1). Cuanto mayor sea nuestro privilegio, tanto mayor será nuestra caída si no caminamos humildemente con nuestro Dios. Capernaum fue exaltada hasta el más elevado grado de privilegio, pero por la ceguera de la incredulidad su juicio será mayor que el de Sodoma. (Mt 11:23-24). “El que piensa estar firme, que mire que no caiga” (1Co 10:12). Por la gracia de Dios cada cristiano ha sido bendecido en lugares celestiales en Cristo, a fin de que seamos para alabanza de su gloria. (Ef 1:3,12). Por lo tanto, cuidémonos de caminar como es digno de un llamamiento tan elevado. (Ef 4:1-6).
    II. Fácilmente ofendido. “Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él; y se llenó de ira” (Est 3:5). Por su posición pudo fácilmente pasar por alto la aparente falta de respeto de aquel pobre judío. Pero no, su terca soberbia quedó herida. Cuanto más autoridad tenía, tanto más opresor y tiránico se volvía. ¿No es así como funciona la soberbia espiritual? ¿Creemos que todos los hombres van a honrarnos porque hayamos sido promovidos por el Rey de reyes? Sentirnos ofendidos por no recibir honra de algunas personas es una marca de orgullo y señal de que buscamos nuestra propia gloria. A veces se dice: “Es buena persona, pero muy susceptible”. La susceptibilidad puede bien ser otro nombre para egoísmo. “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.” (Pr 19:11).
    III. Jactancioso. “Amán… les habló [a sus amigos] de su gloria, de sus riquezas (…) y de todas las cosas con que el rey le había engrandecido” (Est 5:11). Se gloría en sus riquezas, en sus posesiones y en su posición porque ha sido colocado por encima de los príncipes y siervos del rey. “Los tesoros de maldad no serán de provecho” (Pr 10:2). Pablo coloca juntos a los “jactanciosos” con los “inventores de maldades” (Ro 1:30). Y así era Amán. Toda impía jactancia es fruto de motivos impuros. Nuestro engrandecimiento espiritual debe ser por la gracia de Dios, “no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef 2:9; 1Co 15:10).
    IV. Vengativo. “Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca [para colgar de ella a Mardoqueo]” (Est 5:14). Seguía habiendo una “mosca en el ungüento” de la gloria de Amán: ”Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey” (Est 5:13). La mezquina y egoísta alma de Amán no pudo pasar por alto la ofensa. No intentó ganarse a Mardoqueo con gentileza y paciencia, sino que su corazón homicida clamó por la sangre judía. No debemos vengarnos nosotros mismos, sino descansar en Dios, que afirma: “Mía es la venganza, Yo pagaré” (Ro 12:19).
    V. Autoconfiado. Cuando el rey preguntó: “¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey?… dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar sino a mí?” (Est 6:6). En la soberbia y autosuficiencia de su corazón no podía ver a nadie más merecedor de un honor especial que él mismo. Cuando alguien llega a este extremo, el vaso de su iniquidad está casi lleno, y muy cerca su humillación y caída. El principio de “yo primero” se manifiesta de varias formas, y es más abominable en las palabras y actos de un obrero cristiano. El mandato es: “En cuanto a honor, dando la preferencia los unos a los otros” (Ro 12:10; Fil 2:3).
    VI. Desengañado. “Entonces el rey dijo a Amán:

  • 814 – Est 2:22-23 Mardoqueo, fiel y recompensado.
    Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo. Se hizo investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las crónicas del rey.

    Mardoqueo que significa “hombrecillo”, había sido llevado desde Jerusalén con los cautivos. Poco sabían este “hombrecillo” y sus captores su importante papel en Babilonia. Mardoqueo tampoco se imaginaba, cuando acepto adoptar a su prima huérfana, que iba a ser reina en Babilonia. Este libro de la providencia de Dios es fiel a su carácter, lleno de sorpresas. Veamos el carácter, pruebas y exaltación de Mardoqueo:
    I. Misericordioso. Fue muy misericordioso por su parte tomar a Ester, huérfana, adoptándola como su propia hija (Est 2:7). Puede parecer algo muy normal, pero hizo lo que pareció que era lo recto a hacer, y lo hizo. Le abrió su corazón además de su hogar, y la bendición que se promete a los misericordiosos le fue dada a él: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” (Mt 5:7).
    II. Fiel. Dos de los eunucos del rey habían conspirado para dar muerte al rey. Mardoqueo se enteró y reveló valientemente aquel perverso plan a Ester, que se lo dijo al rey en su nombre (Est 2:22-23). Si alguien quiere ser fiel a sí mismo y a la justicia, tiene que estar dispuesto, si es necesario, a hacer cosas que lleven a otros a la vergüenza y a la condenación. Muchos no conspiran contra el Rey del cielo, pero sí lo hacen contra su pueblo. Sé fiel a los intereses de tu Señor y Rey, y te vendrá abiertamente la recompensa de la buena mano de Dios. Cristo promete: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Ap 2:10).
    III. Consistente. “Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba [ante Amán] … porque ya él les había declarado que era judío” (Est 3:2-4). Rehusó postrarse y darle al soberbio Amán la honra solo debida a Dios. Por este acto de resistencia declaró su fe en y reverencia hacia Dios. Mardoqueo era un hombre para quien “una persona vil es de menospreciar, pero que honraba a los que temían al Señor” (Sal 15:4). ¿Cómo puede alguien decir que cree en Dios si no obedece a Dios antes que a los hombres (Hch 5:29)?
    IV. Menospreciado. “Y se llenó [Amán] de ira” (Est 3:5), y cuando supo que Mardoqueo era judío, “tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente”, sino que intentó la destrucción de “todos los judíos” (Est 3:6). Pero después de hacer sus planes para la destrucción de los judíos lo persuadió su mujer para que colgara a Mardoqueo de una horca de cincuenta codos de altura (Est 5:14). Toda esta ira y derramamiento de sangre tenían como motivo que un hombre decidió no negar al Dios vivo y verdadero. ¿Vale la pena arriesgar tanto? “Si alguien quiere vivir piadosamente tiene que sufrir persecución” (2Ti 3:12), porque será guiado y controlado por motivos y principios que no tienen lugar los egoístas y los impíos. “Bienaventurados seréis cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”; grande es vuestra recompensa en los cielos.” (Mt 5:11-12).
    V. Puesto a prueba. Mardoqueo: “rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor” (Est 4:1). Se había publicado la sentencia de muerte sobre él y sobre su pueblo Judío. Su agonía despertaron la compasión y la indagación de la reina (Est 4:4-5). Se sentía amargamente abatido, pero no destruido, porque su fe en Dios no fallaba. Dijo a Ester: “Si callas absolutamente en este tiempo, vendrá de alguna otra parte respiro y liberación para los judíos” (Est 4:14). La tensión sobre Mardoqueo era muy fuerte. ¿Quién iba a interceder por sus compatriotas si no lo hacía él? La prueba de vuestra fe puede ser muy difícil, pero es preciosa cuando es hallada para alabanza y honra de Dios (1Pe 1:7).

  • 813 – Est 2:17 Ester, humilde y exaltada.
    Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

    Ester significa “estrella”. Los caracteres elevados como estrellas destacan y son reconocidos. La luz se hace evidente por sí misma. La deposición de Vasti va seguida de la búsqueda de una reina. Fue una búsqueda de unas cualidades demandadas de antemano. No se trataba de “Todo el que quiera puede venir”. En este caso se hizo una gran elección. Estamos agradecidos que los candidatos para el cielo no sean buscados en base de este principio. No es a los hermosos, sino a los pecadores que vino Jesús a llamar. Algunas notas en el cántico de María bien pudieran ser cantadas por Ester. “Ha puesto sus ojos sobre la pequeñez de su esclava… Ha hecho por mí grandes cosas el Poderoso” (Lc 1:48-49).
    I. Su condición. Ester “Era huérfana”, y fue criada por Mardoqueo, su viejo primo (Est 2:7). No tenía opción, por su nacimiento y circunstancias, de ser una reina. Pero en la misteriosa providencia de Dios sucede lo más impensables. Nadie parecía más impensable como siervo de Jesucristo que Saulo de Tarso (Hch 9:6). Ni la pobreza, ni la ignorancia, ni la culpa constituyen barreras para la gracia infinita de Dios. (Tito 3:5).
    II. Su llamamiento. “Ester también fue llevada a la casa del rey” (Est 2:8). Ahora está consciente de que ha sido llamada como candidata a la corona. En esta carrera solo una podría lograr el premio. Muy diferente es con el llamamiento que nos viene por medio del Evangelio de Cristo. Todos los que reciben este llamamiento pueden también recibir la corona de la vida y de la honra eterna. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Jn 1:12-13).
    III. Su carácter. Es evidente que era extremadamente gentil y digna de confianza por el hecho de que agradó al guarda de las mujeres más que todas las demás (Est 2:9), y que fue fiel a las instrucciones de Mardoqueo de no revelar su nacionalidad. Su implícita obediencia a su tutor es un rasgo a destacar de su espíritu humilde y obediente (Est 2:20). Esto parece poca cosa, pero es de tal magnitud que Dios, en su providencia, nunca lo pasa por alto. “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. (Pr 23:7). Es en el corazón bueno, obediente, y honrado que brota la semilla del reino con fruto de gloria para Dios. (Mt 13:23).
    IV. Su elección. “Cuando le llegó a Ester… el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegué eunuco del rey, guarda de las mujeres” (Est 2:15). Las otras candidatas demandaron muchas otras cosas para perfeccionar sus preparativos, pero Ester “ninguna cosa procuró”. Decidió satisfacerse con aquellas cosas que el rey había dispuesto. Sometámonos también nosotros al Espíritu Santo, cuyo oficio es santificarnos, equiparnos, vestirnos, y prepararnos para la presencia del Rey. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef 4:22-24).
    V. Su corona. “Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él (…) y puso la corona real en su cabeza” (Est 2:17). Su humildad y fe son ahora recompensadas con una manifestación pública del favor del rey: es coronada de gloria y honra, aunque no hizo más que obedecer. El camino al trono estaba abierta para ella siempre que el rey la amara. Qué privilegio ser amados por un rey, por el Rey del Cielo, su amor nos abre el camino al corazón y al hogar de Dios (Jn 14:1-3). La corona es el símbolo de honor y de poder.

  • 812 – Est 1:19 Vasti, la reina rechazada.
    Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella.
    El libro de Ester pertenece entre los tiempos de Zorobabel (reinado de Asuero, Esd 4:6), y Nehemías (reinado de Artajerjes, Neh 2:1), Vasti fue esposa de Asuero y luego reinó su hijo Artajerjes. La autoría del libro se sugiere a Mardoqueo (Est 9:20). En este libro el Nombre de Dios no aparece, y nunca se hace referencia a Él. Pero aunque su Nombre no aparece, su mano está patente a todo lo largo del relato. Puede muy bien ser llamado “El libro de la Providencia de Dios”. En esta breve historia tenemos una notable confirmación y cumplimiento del principio que enseña Ro 8:28 : “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Cada uno de los principales protagonistas en este libro exhibe un carácter diferente, bajo la providencia soberana de Dios, de la que se encuentran inconscientes. El libro de Ester es un estudio sobre las condiciones en que sobrevivió el pueblo de Dios en medio de la hostilidad y es recordado con la fiesta de Purim (Est 9:26). Los acontecimientos del libro son emocionantes e interesantes: La reina Vasti es depuesta; Ester, la huérfana, es coronada; Mardoqueo, el menospreciado, recibe honra; y Amán, el jactancioso, es colgado. La reina Vasti es depuesta y vuelve a aparecer en la historia durante el reinado de su hijo Artajerjes.
    I. Su nombre. Vasti significa belleza. El rey deseaba mostrar la belleza de ella, “porque era muy hermosa” (Est 1:11). La belleza física y la moral, es siempre atractiva, pero: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” (Pr 31:30). La belleza física es un don peligroso cuando no hay una genuina hermosura espiritual. Hermanas: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” (1Pe 3:3-4).
    II. Su posición. Era la reina de Asuero (Jerjes), el más grande de los reyes de la tierra. Asuero significa “Rey majestuoso”. ¡Qué honor compartir la gloria y las riquezas de un rey así! Asuero hizo un banquete para todos sus príncipes y a todo el pueblo que duro seis meses (Est 1:3-5). Los cristianos tenemos a uno mayor que Asuero, y nuestro privilegio es que le pertenecemos. La reina Vasti no era más hermosa a los ojos de su rey que lo somos nosotros delante del Rey de reyes, en quienes ha sido puesta “la hermosura del Señor”. Habiendo sido hechos partícipes de la naturaleza divina, y bendecidos con “toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” somos hijos y herederos juntamente con Él. (Ef 1:3; Ro 8:17).
    III. La oportunidad que se le dio. “El rey… mandó… que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza” (Est 1:10-11). Vasti gozaba de su posición de reina en virtud de la elección y del favor del rey, así como nosotros, por la gracia de Dios hemos sido llamados y exaltados. Obedecer era su deber así como su privilegio. Igualmente debemos nosotros obedecer, honrar el Nombre de nuestro Rey. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mt 5:16).
    IV. Su rebeldía. “Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey” (Est 1:12). El llamamiento fue muy apremiante, ya que enviaron siete eunucos para transmitirlo, pero ella rehusó deliberadamente obedecer. La razón puede ser probablemente que también ella “hizo banquete para las mujeres, en la casa real del rey” (Est 1:9), y no quiso interrumpir su fiesta

  • 811 – Neh 13:23-24 Nehemías, vivir en santidad.
    Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo.

    A veces el liderazgo parece algo atractivo, pero a menudo es un trabajo solitario, ingrato y lleno de presiones que comprometen los valores y los estándares. Nehemías pudo llevar a cabo una enorme tarea en contra de las increíbles probabilidades de fracaso debido a que aprendió que no existe éxito sin riesgo de fracaso; no hay recompensa sin trabajo arduo; no hay oportunidad sin crítica y no hay verdadero liderazgo sin la dependencia y confianza en Dios. Nehemías había dejado Jerusalén, y se había vuelto a la corte real en Babilonia (Neh 13:6-7). Al volver de nuevo a Jerusalén encontró las cosas en muy mal estado. Muchos se habían vuelto más amantes del dinero que de Dios. Nehemías levantó su voz en contra de ellos y de sus malas acciones, e intentó volverlos a una vida conforme a la palabra y voluntad de Dios. Los obstáculos que ellos tenían para una vida de santidad, pureza, y de poder eran muy semejantes a los obstáculos con que nos encontramos nosotros. ¿Cuáles eran estos obstáculos? Observemos:
    I. La relación con el mundo. “Cuando oyeron, pues, la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros” (Neh 13:3). La ley prohibía la mezcla del pueblo de Dios con las naciones que no conocían a Dios, con el fin de que no perdiera su identidad. Nuestra relación con el mundo, como cristianos, es la de Cristo: en él, pero no de él. Uno de los principales peligros de los cristianos es el de asociarse con el mundo, sus caminos, sus costumbres perdiendo la comunión con Cristo: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré,” (2Co 6:17; 1Jn 2:15).
    II. Relación con los falsos creyentes. “El sacerdote Elyasib… había emparentado con Tobías (…) facilitándole un aposento en los atrios de la casa de Dios” (Neh 13:4-9). Tobías tenía un nombre de santo (bondad de Jehová), pero su naturaleza era de un pecador impío. Nehemías al regresar encuentra que Tobías, su peor enemigo en la reconstrucción del muro (Neh 2:19, 4:3; 6:1,19), estaba cómodamente instalado en una de las cámaras del templo. Asi hay falsos creyentes acomodados dentro de la casa de Dios. Nehemías no estaba dispuesto a tolerar nada que deshonrara a Dios. Así que “arrojó todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara” y “hizo volver allá los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso” (Neh 13:8-9). Las pertenencias de Tobías pueden haber sido muy buenas y hermosas, pero eran como inmundicia dentro del santuario (2Cr 29:5).
    III. Relación con la casa de Dios. Nehemías reprende a los oficiales y les preguntó: “¿Por qué está la casa de Dios abandonada?” (Neh 13:10-11). Otro peligro para la pureza y el poder de la vida cristiana es permitir que el interés propio haga a un lado las demandas de la casa de Dios. Es un insulto para Dios que su casa de oración quede abandonada. Los levitas y cantores habían huido, “cada uno a su heredad”, porque no les daban sus porciones. Retener los diezmos y las ofrendas para el mantenimiento de la obra de Dios es equivalente a robar a Dios (Mal 3:8). Aunque en Mal 3:10 hay una estrecha relación entre los diezmos y las bendiciones espirituales, sin embargo la Iglesia de Laodicea tenía aparentemente abundancia de “grano en los almacenes” (Ap 3:17) pero vivían en una miseria espiritual. No solo debe haber dones, sino también pureza de motivo en darlos. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” (Col 3:23-24).
    IV. La relación con el día de reposo. Nehemías contendió con los nobles por permitir el comercio durante el día de reposo

  • 810 – Neh 9:6 Nehemías, adoración a Dios.
    Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
    El pueblo de Israel se reúne para celebrar un día de ayuno y humillación (Neh 9:1). La simiente de Israel había roto su impía alianza con los extranjeros, y ahora había hecho pública confesión de sus pecados. El Libro de la Ley fue leído durante tres horas, y durante este tiempo confesaron y adoraron. Ahora llega el llamamiento de “Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza.” (Neh 9:5). Habían estado leyendo y escuchando las grandes cosas que Dios había hecho por sus padres, hasta que sus almas se dispusieron a adorar a Dios reconociendo su poder para salvar y para guardar. Adoran a Dios por ser:
    I. El Dios de la creación. “Tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército”. (Neh 9:6). Los cielos son una dramática evidencia de: la existencia de Dios, su poder, creatividad, amor y cuidado. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” (Sal 33:6). Adoremos porque “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” (Sal 19:1). “Alaben el nombre de Jehová; porque Él mandó, y fueron creados.” (Sal 148:5). “a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” (Ef 3:21).
    II. El Dios de gracia. “Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste por nombre Abraham… e hiciste pacto con él” (Neh 9:7-8). “Por la fe Abraham… salió sin saber a dónde iba.”, pero es por gracia que fue escogido (He 11:8). “Por gracia sois salvos” (Ef 2:5). Adoremos a Dios porque la gracia dada a Abraham nos viene a todos en el Evangelio de Jesucristo (Gá 3:6-9). Todos los que aceptan este llamamiento serán, como Abraham, llevados a Jerusalén la celestial (He 12:22-24).
    III. El Dios que da respuesta a la oración. “Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos” (Neh 9:9). Dios ve las aflicciones de su pueblo en el Egipto de este mundo, y da oído a su clamor cuando llegan al Mar Rojo de la dura prueba. Levántate adora y bendice a Dios porque “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Is 59:1).
    IV. El Dios de la liberación. “Hiciste señales y prodigios contra Faraón (…) Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco… Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche” (Neh 9:10-12). Los salvó de su fuerte enemigo, y los condujo por un camino nuevo. Levantaos adora y bendice a Dios porque la cruz de nuestro Señor Jesucristo fue el instrumento por el que todos nuestros enemigos fueron vencidos “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Col 2:15). Y el Espíritu Santo es la Columna que nos guía a toda verdad librándonos de las tinieblas y la fatiga del peregrinar en el desierto de este mundo.
    V. El Dios de la Revelación. “Y… descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos excelentes” (Neh 9:13). “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Él [Dios], de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.” (Stg 1:17-18). Así que, adoremos a Dios por revelarnos su palabra que es: perfecta que convierte el alma, fiel que nos hace sabios, recta que alegra el corazón, y pura que alumbra los ojos (Sal 19:8-9).

  • 809 – Neh 8:9 Nehemías, la palabra de Dios.
    Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
    Esdras era un poco mayor que Nehemías pero contemporáneos. Esdras era el líder religioso y había venido de Babilonia trece años antes que Nehemías ahora el gobernador. Observamos un triunfo más de la fe al exponer fielmente la palabra del Señor tal como se revela en “el libro de la ley de Moisés”. Se produce un avivamiento donde el pueblo mismo clama por él (Neh 8:1). Vemos lo hermoso que es cuando la palabra de Dios está asociada con la obra de Dios y que la palabra de edificación debe venir a renglón seguido de la obra de la salvación. Aprendamos de esta escena impresionante y llena de enseñanzas al observar:
    I. Al predicador. “Y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro” (Neh 8:1). Esdras era conocido como escriba diligente de la ley de Moisés (Esd 7:6). Siendo además un sacerdote, estaba bien cualificado como expositor de las Escrituras. Como sacerdote, era receptor de la gracia; como escriba, estaba familiarizado con la verdad (Esd 7:10). La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo,” y en una medida tienen que venir por medio de cada predicador del Evangelio que tenga un llamamiento divino. (Jn 1:17; Ef 4:11).
    II. El lugar de reunión. “En la plaza” (Neh 8:3). Les leyó el libro en la plaza abierta que estaba delante de la Puerta de las Aguas. Se situó sobre “un púlpito de madera” (Neh 8:4). Así que el primer púlpito mencionado fue construido en una plaza pública para la obra, para predicar al aire libre. En la cámara secreta, o en la plaza del mercado, allí donde esté Jesús, allí está el cielo. La barca de Pedro en el lago, con Cristo dentro, era un lugar más santo que el templo de Jerusalén abandonado por Dios. (Lc 5:3-4).
    III. Los oyentes. 1. Eran numerosos. “Así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender” (Neh 8:2). La congregación estaba literalmente hambrienta de la Palabra de Dios. ¡Qué delicioso privilegio ministrar a tales personas! 2. Estaban atentos. “Desde el alba hasta el mediodía… los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro” (Neh 8:3). Estaban más interesados en el libro que en el predicador. No buscaban al hombre, sino al mensaje. 3. Eran reverentes. “Cuando lo abrió [el libro], todo el pueblo se puso en pie” (Neh 8:5). Que Israel se pusiera “en pie” era una declaración virtual de su disposición a oír y a obedecer. Estar de pie delante de Dios no es ningún nuevo método de testificar de nuestra buena disposición a creer en Él. 4. Estaban listos a dar respuesta. “Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén!, alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová” (Neh 8:6). Respondieron a las demandas de la palabra de Dios humillándose de corazón. Seamos “hacedores de la Palabra” y no solo oidores (Stg 1:22).
    IV. Los modos del predicador. Predicadores, maestros aprendamos de Esdras: 1. Comenzó bendiciendo al Señor (Neh 8:6). Estaba profundamente consciente de: la grandeza de Dios, la grandeza de la ocasión, la grandeza del mensaje, la gran necesidad del pueblo, y de su enorme responsabilidad. 2. Se apegó a la palabra de Dios. Leyó “en el libro de la ley de Dios” (Neh 8:8). Bien sabía que lo que el pueblo necesitaba era no sus pensamientos, sino los pensamientos de Dios. “No son vuestros pensamientos mis pensamientos, dice el Señor.” (Is 55:8). 3. Habló claramente (Neh 8:8). No hubo ningún intento tonto de entonar una canción, hablar de él, contar un chiste, habló con claridad, de manera incisiva la palabra de Dios. 4. Explicó el texto. “Leían… claramente, y ponían el sentido”. Esdras era temeroso de Dios y capacitado para dar a entender el verdadero sentido de la palabra de Dios (Esd 7:10). No habría tantos oyentes en vano si los predicadores, maestros fueran tan

  • 808 – Neh 6:15-16 Nehemías, el éxito.
    Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.

    Las acciones hablarán siempre más alto que las palabras. El corredor no es coronado si no corre legítimamente. Las pruebas y las tentaciones de Nehemías fueron para él lo que es el fuego del afinador para la plata y el oro. “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,” (1Pe 1:6-7). El carácter de Nehemías quedó purificado y abrillantado a través de la prueba del sufrimiento. Aprendamos de Nehemías superando más pruebas de la fe:
    I. Nueva tentación a pecar. “Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.” (Neh 6:10). Este último intento para enredar a este hombre de Dios parece haber sido el más sutil de todos. Semaías, que tenía reputación de profeta, tentó a Nehemías a acudir con él a una cámara secreta del templo para ocultarse, diciendo que sus enemigos iban a venir de noche para matarle (Neh 6:10). Se trata de la acción de un lobo vestido de cordero. El veneno del error es más difícil de detectar cuando es administrado por un falso maestro, que está secretamente unido con los enemigos de Dios. Nada nos asombra del enemigo porque “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2Co 11:14).
    II. Mantenerse firme. Nehemías dijo: “¿Un hombre como yo ha de huir?… No entraré” (Neh 6:11). Hasta donde podemos saberlo, puede que lo que Semaías dijo fuera todo cierto, pero él sintió en su corazón que sería una acción deshonrosa de Dios buscar su seguridad personal a expensas de la obra que Dios le había encomendado. Nehemías se preguntó: “¿Un hombre como yo ha de huir?” su firme respuesta fue: “No entraré”. Nehemías sabía que Dios es nuestro refugio y fortaleza, no su casa terrenal. Si Dios me falla, su templo no me dará seguridad. En los tiempos de la tentación y peligro debemos recordar quiénes somos y a quién servimos. Nehemías conocía que esta propuesta no era aprobada por la palabra de Dios (Nm 18:22). ¿Por qué los siervos de Dios son llevados por todo viento de doctrina? El único motivo para dejarse engañar por la falsa doctrina es por la falta de conocimiento de la palabra de Dios. Nehemías tenía claro que: “Torre fuerte es el nombre de Jehová; a Él correrá el justo, y será levantado.” (Pr 18:1).
    III. Más derrotas para el enemigo. “Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado… y… los otros profetas que procuraban infundirme miedo” (Neh 6:12-14). No hizo recriminación alguna, ni intento de venganza; sabe que su juicio estaba en manos de Dios, y entrega sus enemigos a Él diciendo: “Acuérdate, Dios mío, de [ellos]” (Neh 6:14). Nuestro mismo Señor tuvo sus calumniadores, y el discípulo no es mayor que su Señor. Cuando Pablo se refirió a Alejandro el calderero, que le hizo mucho mal, dijo: “El Señor le retribuirá conforme a sus hechos” (2Ti 4:14). “He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me forme proceso.” (Job 31:35). Cristo nos ha dejado ejemplo: “para seguir sus pisadas… Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente” (1Pe 2:21-23). “Porque a los que están fuera, Dios juzgará.” (1Co 5:13).
    IV. Más triunfos para la fe. “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.

  • 807 – Neh 6:2-3 Nehemías, venciendo la tentación.
    Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.

    Para el cristiano, la Providencia de Dios debiera ser algo tan sagrado como la Palabra de Dios. Pero el enemigo, de una u otra manera, siempre tratará de devorar a los que están animados por la obra de Dios. Sanbalat y Tobías estaban desesperados. El muro estaba casi terminado y sus esfuerzos por detener su construcción estaban fracasando. Así que intentaron otra cosa: centraron sus ataques en el carácter de Nehemías. Lo atacaron en su persona con falsas reuniones (Neh 6:2), rumores (Neh 6:6), engaños (Neh 6:10-13), y falsos informes (Neh 6:17). “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.” (Stg 1:13-14).
    I. La tentación a contemporizar . “Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Onó” (Neh 6:2). Esta sutil tentación vino cuando oyeron que el muro había sido ya edificado, y que “no quedaba en él portillo” (Neh 6:1). El enemigo mientras estaban edificando, recurrió al escarnio y a las amenazas, pero ahora que la tarea había sido coronada con el éxito, intentaron atraerlo al nivel de ellos, para que se hiciera algún tipo de compromiso. Satanás sabe cómo jugar el papel de zorro, cuando no le conviene rugir como león. No somos ignorantes de sus maquinaciones (2Co 2:11). Cuando el enemigo habla blandamente, puedes estar seguro de “que hay siete abominaciones en su corazón” (Pr 26:25). Obsérvese como Nehemías afrontó esta tentación. 1. Él tenía discernimiento. Respondió a la invitación: “No puedo ir” (Neh 6:3). No dijo: “voy a orar” o “lo pensaré”. Nehemías estaba totalmente dedicado a la obra del Señor y Dios le dio discernimiento para entender que “ellos habían pensado hacerme mal.” (Neh 6:2). Sus sentimientos eran semejantes a los de Pedro y Juan cuando dijeron: “No podemos menos de decir lo que hemos visto y oído” (Hch 4:20). 2. Conocía su obra. Nehemías dijo: “Yo hago una gran obra”. Toda obra para Dios es grande cuando se juzga por sus resultados eternos. Todo es grande cuando Dios está en ello. Él estaba haciendo una gran obra, no estaba soñando acerca de ella. 3. Conocía sobre el peligro si descendía. “Porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros” (hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas, Neh 6:1). Es más honroso trabajar que hablar acerca de ello. Es para perjuicio de nuestra utilidad en el servicio de Dios que descendemos a la llanura de la simple sabiduría terrenal. Esta misma tentación la oyó el Señor mientras colgaba de la cruz. ¿No estaba Él haciendo allí una gran obra, mientras que le clamaban: “Desciende de la cruz, y creeremos”? (Mt 27:40; Mr 15:30). No seriamos salvos si Cristo hubiera descendido de la cruz. Nehemías fue acosado “hasta cuatro veces” pero cuatro veces le salvó el escudo de la fe. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1Co 15:58).
    II. La tentación de la maledicencia. El quinto intento de poner lazo a este hombre de Dios y de destruir su obra fue llevado a cabo con rumores, engaños y un informe falso, calumnioso. Declararon que su propósito era rebelarse contra el rey, y proclamarse a sí mismo como rey de Judá, y de establecer profetas que lo proclamaran en Jerusalén (Neh 6:5-7). En resumen, lo acusaron de soberbia y de buscar su propia grandeza. Los hombres, mujeres egoístas, envidiosos nunca podrán comprender a aquellos que solo buscan la gloria de Dios. Cuando el enemigo no puede confundir al obrero cristiano, sin escrúpulos calumnia sus propósito

  • 806 – Neh 5:9 Nehemías, venciendo el egoísmo.
    Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?

    Después del regreso del cautiverio había sobrevenido gran angustia al pueblo. El enemigo había logrado interceptar los suministros de alimentos, y, ¡ay!, la parte más rica del pueblo comenzó a aprovecharse de sus hermanos más pobres, enriqueciéndose a costa de ellos. Tierras, viñas, casas e incluso hijos e hijas, fueron hipotecados o cambiados por pan (Neh 5:1-5). Las cosas se hicieron tan insoportables que “gran clamor” brotó del pueblo. “Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza.” (Pr 28:22). La conducta de Nehemías durante esta dolorosa crisis nos da una revelación adicional de la grandeza y estabilidad de su carácter. Estas cualidades debieran caracterizar a cada uno llamado por Dios para su servicio. Veamos las cualidades del liderazgo de Nehemías luchando contra el egoísmo.
    I. Rectitud. “Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor” (Neh 5:6). El enojo de Nehemías era por la injusticia hecha por los ricos a los más pobres. ¡Ay, que haya tantos siervos de Dios cuyas convicciones no parecen ser lo suficientemente puras para moverlos a indignación ante la inmisericorde codicia con algunos hermanos en la fe. Estos hombres eran “hermanos” (Neh 5:1), pero no mostraron amor fraternal alguno. El codicioso, usurero trabaja para el justo: “Aunque amontone plata como polvo, y prepare ropa como lodo; la habrá preparado él, mas el justo se vestirá, y el inocente repartirá la plata.” (Job 27:16-17).
    II. Valor. “Entonces… reprendí a los nobles y a los oficiales” (Neh 5:7). El valor en el Nombre de Dios es absolutamente necesario para los llamados a tomar el liderazgo de la obra (Jos 1:6-7). A los nobles y oficiales, los ricos e influyentes, con frecuencia escapan a una merecida reprensión. El siervo de Cristo no debe esforzarse ni en pos de ventajas personales ni de la alabanza de los hombres, sino que en nombre de su Señor hablar la verdad con denuedo, con valentía, sin temor así quede solo. “Yo soy la Verdad”, dijo el Señor (Jn 14:6). El mártir Juan Huss dijo: “Prefiero herirlos con la verdad que matarlos con la mentira”. Pablo pedía que oraran por él: “a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,” (Ef 6:19).
    III. Desprendimiento. “Nosotros, según nuestras posibilidades, rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos?” (Neh 5:8). Nehemías había tratado, hasta allí donde le permitían sus medios, de redimir a la libertad aquellos que habían sido vendidos a los gentiles, pero estos egoístas nobles y oficiales habían tratado de obtener ganancia vendiendo a sus hermanos. La cruz de Cristo no ha sido claramente vista si el egoísmo no ha recibido aún su golpe mortal. Pablo dio ejemplo afirmando: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gá 2:20).
    IV. Santo celo. “No es bueno lo que hacéis: ¿No queréis caminar en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?” (Neh 5:9). Cuando el pueblo de Dios no camina en temor de Él, atraen vituperio sobre su santo Nombre (Ro 2:24). Es deprimente que muchos de los siervos de Cristo se sienten más celosos acerca del honor de sus propios nombres que el de Cristo. Cuando nuestros semejantes nos difaman, ¿nos duele más que cuando los oímos blasfemando del Nombre de nuestro Señor Jesucristo? Pablo deseaba que la iglesia fuera solo para Cristo al decir: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (2Co 11:2).
    V. Diligencia. Nehemías no era ni tibio ni de doble ánimo.

  • 805 – Neh 4:14 Nehemías, luchando por la familia.
    Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
    Debemos medir nuestras dificultades y nuestras necesidades con la fuerza y los recursos de Dios de quien somos y a quien servimos. En Neh 4:12-23 encontramos algunas enseñanzas para los obreros de la fe que luchan por sus familias. Observemos estas:
    I. La posición de los obreros. “Entonces, por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas” (Neh 4:13). Algunos prefieren más los “lugares más altos” en la obra cristiana, desde donde puedan ver y ser vistos. El trabajo en barrios deprimidos nunca es tan placentero para algunos como predicar desde un púlpito o en una plataforma. Estos obreros al igual que Pablo tenían gracia y dispuesto lo suficiente para ir donde fueran enviados como “instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena” (2Ti 2:21). El orden era “por familias”. ¡Qué hermoso es ver familias enteras unidas en armonía para impulsar la obra del Señor! (Sal 133).
    II. Obreros luchando por la familia. “No temáis… acordaos del Señor. grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas” (Neh 4:14). Los adversarios, conducidos por el diablo, nunca podrán atemorizar a aquel cuya mente reposa en aquel Dios grande y temible (Is 26:3). No se les pedía a estos guerreros-obreros que lucharan en defensa de sí mismos, sino por sus familias. Pero al buscar el bien de sus familias luchaban por su propia salvación. Esta lucha por nuestros hijos e hijas, mujeres y casas, tiene que ser hecha por la fe. La promesa es para vosotros y para vuestros hijos. “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa” (Hch 16:31).
    III. El aliento de los obreros. “Dios había desbaratado el consejo de ellos” (Neh 4:15). El enemigo había hecho una conspiración oculta para luchar contra Jerusalén, y para detener la obra (Neh 4:8). Pero Dios “frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada” (Job 5:12). ¿Cómo fue lograda esta victoria? Fue ganada mediante la oración (Neh 4:4). Ellos clamaron a Dios, y Él “volvió el baldón de ellos sobre su cabeza”. Los que viven en comunión con Dios no son fácilmente tomados por sorpresa. Las armas forjadas contra sus siervos no prosperarán (Is 54:17). Cuando Samuel clamó al Señor, el Señor tronó sobre los filisteos, y los atemorizó y fueron vencidos (1Sa 7:10). ¿Quién se podrá mantener en pie cuando Dios se manifieste? La lucha por nuestra familia es: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zc 4:6).
    IV. Las armas de los obreros. “Los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos” (Neh 4:18). Algunos tenían sus armas en manos de otros mientras que ellos trabajaban (Neh 4:16). Otros trabajaban con una mano, mientras en la otra tenían el arma (Neh 4:17). Otros trabajaban con la espada al cinto. La obra y la guerra son las características de la vida cristiana. Los que descuidan la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, están en peligro de trabajar en vano. “Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro 8:31). “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Ef 6:11). ¿Dónde está tu espada? Los obreros de Dios que luchan por sus familias están siempre con “la espada del Espíritu, la palabra de Dios,” al cinto. (Ef 6:17)¿Eres tú uno de ellos?
    V. La advertencia a los obreros. “En el lugar donde oigáis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros” (Neh 4:20). Mientras que trabajaban y velaban tenían que mantenerse dispuestos para reunirse en cualquier momento

  • 804 – Neh 4:1 Nehemías, perseverancia en medio de la oposición.

    Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.

    Cuando iniciaron la reconstrucción del muro comenzó la oposición y persecución del enemigo. “Bienaventurados seréis cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos” (Mt 5:11-12). “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;” (2Ti 3:12). Todo lo que lleva a las raíces de nuestra vida espiritual a andar, vivir en la voluntad de Dios nos hará más firmes y fructíferos para Él. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Stg 4:7).

    I. La naturaleza de la oposición. Hubo: 1. Las atormentadoras saetas del escarnio. La aljaba de ellos estaba llena de saetas de escarnio. Lanzaban escarnios en contra del carácter de ellos. “¿Qué hacen estos débiles judíos?” (Neh 4:2). Eran débiles en número, y débiles en recursos; pero los apoyaba la mano benéfica de Dios (Is 59:1). Escarnecían sus motivos: “¿Se les permitirá volver a hacer sus sacrificios?”. Como si estuvieran diciendo: ¿Cómo pueden establecer un culto que les asegure de la presencia y ayuda de Dios? Pero el Señor conoce a los que son suyos. Ellos lanzaban escarnios acerca de su entusiasmo. “¿Acabarán en un día?”. El cristiano tibio no será el que reciba las burlas del cómodo mundano. Lanzaban escarnios acerca de la tarea emprendida: “¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?” sus objetivos son demasiado elevados; intentan demasiado. Lanzaban escarnios acerca de la tarea hecha. “Lo que ellos edifican del muro de piedra, si sube una zorra lo derribará” (Neh 4:3). Así son las críticas con las que se asalta a todos los fieles obreros de Dios. Pero la edificación prosigue, porque esta labor no es en vano en el Señor; porque “Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia.” (Pr 3:34). Luego siguió: 2. Una malvada conspiración del enemigo. “Oyendo… que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño” (Neh 4:7-8). Pero fue en vano que estos cazadores extendieron su red ante los ojos del Dios del Cielo. Ellos dijeron: “Que no se enteren ni se den cuenta hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra” (Neh 4:11). Pero Dios lo sabía, y era contra Él, y no contra los “débiles judíos”, que tuvieron que vérselas. Fue como una conspiración de hojarascas contra el fuego devorador. Las fuerzas unidas del infierno no prevaleceran. Jesucristo afirma “edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mt 16:18). 3. El desaliento causado por amigos vacilantes. “Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se ha debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro” (Neh 4:10). La oposición es ya cosa mala cuando viene de fuera, pero es peor cuando proviene de los que hasta ahora son nuestros amigos y ayudadores. Cuando ya estaban por la mitad de la obra, Judá se desalentó porque perdió de vista a Dios, y siguió mirando a los adversarios, a la debilidad de los acarreadores, y a los muchos escombros que estaban en medio, y habiendo perdido la fe, trató de desalentar también a otros en la obra, diciendo: “No podemos edificar el muro”. Un hombre desalentado es inútil en la obra del Señor; es un estorbo positivo. Dios manda: “Que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Jos 1:9; Is 41:10).

    II. El carácter firme de los obreros. Tenían ellos: 1. La decisión de trabajar (Neh 4:6). No estaban dispuestos a sentarse distraídos en sus dificultades, ni a pasar el tiempo hablando, murmurando.