La libre competencia económica beneficia a toda la sociedad. Permite a los consumidores contar con más opciones de bienes (productos y servicios) de su preferencia, de mayor calidad y mejores precios.

Incentiva a las empresas a ser más productivas, a innovar para ofrecer más variedad de bienes, de mayor calidad y mejores precios, para ganarse con ello, la preferencia de los consumidores. Cuando la libre competencia funciona, los trabajadores reciben mejores condiciones laborales, el sector público puede lograr ahorros en sus compras y el país logra un mayor crecimiento y competitividad.

Cuando se permite que la libre competencia funcione, las empresas están incentivadas a rivalizar, a esforzarse y trabajar para que los consumidores prefieran sus productos. Una empresa que desee atraer a los consumidores puede hacerlo de varias maneras: ofreciendo sus productos a menores precios, brindando una mayor gama de productos o ajustando sus productos a las necesidades y gustos de los consumidores, produciendo artículos o servicios de mayor calidad o incorporando estrategias de sostenibilidad en sus procesos, ofreciendo mayores y mejores servicios relacionados con sus productos.

Los consumidores son los principales beneficiarios de una mayor competencia y del buen funcionamiento libre de los mercados, porque se benefician directamente: con menores precios, más variedad y mayor calidad de los bienes que se consumen.

Ejemplo: las nuevas tecnologías (mejora de las telecomunicaciones, smartphones, desarrollo de aplicaciones, etc.) e indirectamente: la competencia abarata y mejora la calidad de los productos que adquieren las empresas como bienes intermedios (que incorporan a su producción), lo que reduce costos y permite que estas vendan productos más baratos y de mayor calidad; abarata y mejora la calidad de los productos que adquiere el sector público, lo que permite prestar más servicios o reducir los impuestos y mejora la calidad de los servicios públicos que reciben los ciudadanos; tiene efectos globales muy importantes sobre la economía: al impulsar la eficiencia y la innovación empresarial, favorecer la productividad, el crecimiento económico y el empleo e incita a las empresas a adoptar estrategias empresariales sostenibles.

La competencia es positiva para todos los consumidores y tiene efectos que son especialmente importantes para los más vulnerables:

• Acceso a más productos: con la competencia se abaratan los precios, los consumidores más vulnerables pueden acceder a una cartera de productos más amplia.

• Mayor inclusión económica: cuando los productos se hacen más accesibles, más personas pueden adquirirlos.

• Mayor productividad y mejor funcionamiento de la economía: la competencia estimula la productividad y la innovación, lo cual genera mayores oportunidades de emprendimiento y empleo.

Las acciones para promover la política de competencia que desarrolla la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) en nuestro país, y en cumplimiento de la Ley 45 de 2007, que tiene por objeto proteger y asegurar el proceso de libre competencia económica y la libre concurrencia, erradicando las prácticas monopolísticas y otras restricciones en el funcionamiento eficiente de los mercados de bienes y servicios, para preservar el interés superior del consumidor, redundan en beneficios para todos.