¿Estoy comprometido con mi matrimonio?

Un estudio realizado por un grupo de psicólogos de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) realizó una investigación acerca del interrogante: “¿Qué es estar comprometido con mi matrimonio?”.

«Cuando la gente dice: ‘Estoy comprometido con mi relación’ puede significar dos cosas. Una cosa que puede querer decir es: ‘Me gusta mucho esta relación y quiero que continúe’. Otra es asumir que el compromiso es más que eso».

En el informe, los psicólogos señalan que, en un nivel más profundo de compromiso, las tasas de divorcio son mas bajas y existen menos problemas en el matrimonio, sostiene Benjamin Karney, profesor de psicología y co-director del Instituto de Relaciones de la UCLA.

El comprender y asumir que una relación demanda sacrificios y no solo es “me gusta lo que tengo”, y en cambio asumir la posición de «haré todo lo posible para que esta relación funcione», ya es un concepto distinto que influye notablemente en la armonía de una pareja, explica el autor principal del estudio, Thomas Bradbury, un profesor de psicología que co-dirige el Instituto de Relaciones.

Las parejas que asumen una relación y que están dispuestas a hacer sacrificios en sus relaciones son parejas más solidas con bajas tasas de divorcio, afirmó Bradbury.

El estudio se hizo basado en la relación de 172 parejas casadas en los primeros 11 años de matrimonio y mostró que el 78,5 por ciento estaban casados aun después de 11 años, y el 21,5 por ciento estaban divorciados.

En el experimento se tomaron en cuenta frases como «Yo quiero que mi matrimonio perdure sin importar lo que traigan los tiempos difíciles», «Mi matrimonio es más importante para mí que cualquier otra cosa en mi vida», «Dar algo a mi pareja con frecuencia no necesariamente es algo que valga la pena» y «Me hace sentir bien sacrificarme por mi pareja». Los psicólogos grabaron en video las interacciones de las parejas y midieron cómo se comportaban uno hacia el otro.

Se hicieron seguimientos a las parejas cada 6 meses durante los primeros 4 años, tomando en cuenta su historial de relaciones, de los sentimientos del uno hacia el otro, el estrés en sus vidas, su nivel de apoyo social, su infancia y la familia, entre otros temas.

El estar comprometido realmente con la relación implica muchas veces dejar el egoísmo de lado y priorizar la relación por encima de los intereses propios. «En una relación a largo plazo, ambas partes no siempre puede salirse con la suya», sostiene Dominik Schoebi, de la Universidad de Friburgo en Suiza.

«Cuando las apuestas son altas, nuestras relaciones son vulnerables, cuando estamos bajo mucho estrés o cuando hay una decisión de alto riesgo en la que ambas partes no están de acuerdo, esos momentos son determinantes en una relación. Lo que nuestros datos indican es que, usualmente, las partes en vez de comprometerse cubren sus propias necesidades inmediatas, sienten que es una estrategia mucho mejor. No estamos diciendo que sea fácil», señala Bradbury.

«A menudo, no tenemos las grandes conversaciones que necesitamos en nuestra relación. El acto mismo de la comunicación en tiempos difíciles puede ser tan importante como el resultado de la conversación. Todo el mundo tiene la oportunidad de participar en un conflicto, o decir: «Te equivocas, estoy en lo correcto». Cuando las personas están en una relacion a largo plazo, a menudo están dispuestos a hacer sacrificios y se ven a sí mismos como un equipo. Ambos lo son“, dice Bradbury.

Algunas personas genéticamente son más sensibles a los estados emocionales de su pareja, y usualmente parecen estar en sintonía con los demás, sostiene Baldwin Way, profesor asistente de psicología en la Universidad Estatal de Ohio y ex investigador de la UCLA.

Algunos psicólogos creen en la hipótesis de que un gen – el gen transportador de la serotonina 5-HTTLPR – podría desempeñar un papel y que debido a ello nos hacemos mas o menos sensibles a las emociones de nuestro cónyuge.

Algunas personas tienen una variante del gen, y algunos tienen una segunda variante. Las variantes del gen fortalecen o debilitan el vínculo respecto a las emociones de su cónyuge. Las personas con una variante (denominada la «forma corta») tienden a estar enojadas, tristes o felices, dependiendo de la pareja con la otra variante.

«De cara a un evento negativo, los genes controlan el tiempo que su reacción dura», explica Karney. «Lo que estamos mostrando en este trabajo es que, dependiendo de una de las formas de este gen, soy más sensible a los estados emocionales de mi pareja, y si tengo la otra forma, soy menos sensible».

Esto abre un campo de la psicología que ayudará a la gente a darse cuenta de que lo que son, y de lo que es su pareja, en su propia biología.

Mientras que los investigadores sospechan que el papel de la 5-HTTLPR es importante, dicen que es probablemente, una «constelación de genes importantes» que juega un papel en cómo somos y nuestra sensibilidad a las emociones. «Es mucho más complejo que un solo gen», dice Bradbury.

«Si no es tan fácil para usted decirle a su pareja que cambie, tal vez sea mejor cambiar uno mismo, quizás todo se trate de esto, tome la iniciativa y verá los resultados”, propone Bradbury.

Bradbury y Karney están escribiendo un libro titulado tentativamente «Love Me Slender», que será publicado el próximo año. «Las decisiones que tomamos sobre nuestra salud cuando estamos en una relación están estrechamente relacionadas con nuestra pareja y su salud», argumentan.

La investigación fue financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental y el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (ambos forman parte de los Institutos Nacionales de Salud) y el Senado Académico de la UCLA. La investigación se publica en línea en el Diario Personalidad y Psicología Social, la principal revista de la psicología social, y se publicará en una próxima edición impresa.

FUENTE: La Gran Época.com
http://www.lagranepoca.com/23240-estoy-comprometido-mi-matrimonio

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