Monodia

La más fácil de reconocer, puesto que consta de un único plano sonoro, que será de carácter melódico (habitualmente función expositiva o de transición). Vamos a ver varios ejemplos. El primero sobre los orígenes de toda la música occidental, el Canto Gregoriano. Una melodía que se ejecutaba sobre unos determinados modos (o escalas).

Ejemplo de una partitura de Canto Gregoriano

Otro ejemplo de textura monódica mucho más reciente en el tiempo es de la compositora Imogen Holst y su obra para violonchelo solo The Fall of the Leaf.

The fall of the Leaf, theme cc. 1-8 (Imogen Holst)

Pero si seguimos avanzando en esta magnífica pieza a solo, podemos ver qué hace a continuación el violonchelo.

The fall of the Leaf, theme cc. 9-16 (Imogen Holst)

A pesar de ser un único instrumento, se generan dos planos distintos: por un lado las notas tocadas con el arco (melodía) y, por otro, las ejecutadas con pizzicato (acompañamiento). Es decir, el hecho de que un instrumento sea monódico no le impide realizar armonía. Ésta puede ser ejecutada a través de una textura monódica pero con un carácter polifónico. Este recurso compositivo se denomina polifonía virtual o polifonía implícita. Aquellos que tocáis instrumentos monódicos lo habréis usado miles de veces. Y es muy importante saber que se está ejecutando esta textura porque habrá notas más importantes que tendrán que destacar sobre otras. Es decir, aunque una obra sea para instrumento monódico “a solo” ello no implica un uso exclusivo de monodia.

Este uso de polifonía virtual o implícita en cuanto a la textura monódica será también muy recurrido en la cadenza de un concierto solista o de cualquier obra (en instrumentos monódicos). Es decir, de aquellos pasajes melódicos que buscan el despliegue técnico y virtuosístico del instrumentista.

Otro ejemplo, esta vez de la Suite No. 1 para Violonchelo de Bach se pueden ver con claridad tres voces distintas.

Suite para Violonchelo No. 1 en Sol Mayor, BWV. 1007, Preludio (Bach)

Ante un instrumento polifónico, varios instrumentos (música de cámara) o una gran orquesta también podemos encontrarnos esta textura monódica. Puede ser interpretada a una o varias octavas, por dos o más instrumentos. A este caso lo denominamos como textura unisonal u octavado enfático. Suele tener una función de enlace o final de una sección y centra la atención del oyente en lo que está por venir. Vamos a ver dos ejemplos.

El primero es de Beethoven. El compás señalado del segundo movimiento de la Sonata No. 4 es un nexo, un puente melódico que nos conduce de la Sección A hasta la Sección B (que se inicia en el c. 25). Precisamente, con esta línea melódica reforzada por las dos octavas, Beethoven modula de Do Mayor a Lab Mayor, realizando el movimiento descendente de Mib (V) >> Reb >> Do >> Sib >> Lab (I).

Sonata No. 4, Op. 7, 2º mov., c. 22-25 (Beethoven)

El segundo ejemplo de textura unisonal es de Chaikovski, en su conocida Obertura 1812, el compositor aúna a toda la orquesta en una misma línea melódica que desciende y se precipita hacia el registro grave.

1812 Overture, Op. 49 (Chaikovski)

El objetivo de Chaikovski es centrar toda la atención del oyente en esa línea melódica que conduce, precisamente, al punto climácico de la obra.

TEXTURAS – Capítulo 2 – Monodia

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