La Pobreza y la Mendicidad, una Enfermedad Social

De los barrios más pobres del mundo ha salido gente brillante y trabajadora que, a pesar de haber crecido en situaciones muy desfavorables, han surgido convirtiéndose en excelentes profesionales o empresarios. Sin embargo, la mayor parte de la gente continúa siendo pobre y habitando en viviendas deterioradas por el descuido de sus dueños o inquilinos.

Lo que hace diferente al hombre o mujer de éxito es su organización, sus ganas de trabajar y de aprender a hacer mejor las cosas cada día, y sobre todo su constancia. El pobre promedio se conforma con lo poco que tiene y se resigna a seguir siendo pobre porque se siente cómodo dando lastima y viviendo de la caridad de familiares, amigos, conocidos y hasta de personas desconocidas cuando ejercen la mendicidad. Los pobres de mente suelen ser holgazanes y carecen de un horario de actividades diarias. Cuando van a buscar trabajo llegan tarde, están desalineados y pretenden imponer sus condiciones al empleador. Cuando son contratados en alguna empresa suelen dar escusas por llegar tarde y aprovechan cualquier falta de supervisión para reposar, o realizar otra actividad, durante su jornada laboral.

El mal ejemplo de los padres puede contribuir a que se herede la holgazanería y que la familia continúe siendo pobre por varias generaciones. En este tipo de hogar, la típica excusa para no trabajar es porque el otro miembro de la familia tampoco trabaja. Tal vez alguno de sus miembros decida trabajar de verdad, surgir y cambiar de casa, pero por lastima decide ayudar económicamente a los perezosos en forma periódica. Los perezosos tienden a exigir su manutención y a no mostrar agradecimiento a quien les ha ayudado económicamente, sea familiar o no.

La mejor forma de ayudar a un familiar o amigo que se niega a salir de la pobreza es incentivarlo al trabajo y mostrarle los beneficios de ser útil para ganarse su propio sustento. Se le pudiera ayudar económicamente en caso de una necesidad muy puntual, pero si este tipo de ayuda se mantiene en forma periódica y constante es mayor el daño que se le hace al perezoso cuando se le acostumbra a obtener ingresos sin haber trabajado.

La preparación académica ayuda a que el individuo pueda superar la pobreza, pero no hace falta obtener muchos títulos de estudio para dejar de ser pobre. Existen oficios que se aprenden en cursos de corta duración y que pueden ser suficientes para que un buen trabajador obtenga los ingresos económicos que le permitan tener una mejor calidad de vida para él y para su núcleo familiar.