LA HUMILDAD ES LA MEJOR CLAVE PARA LOGRAR EL ÉXITO.
La humildad es un valor que muchas veces perdemos o simplemente se nos olvida, dejándola a un lado, y eso a la larga nos puede traer muchos problemas en nuestra vida, llevándonos al fracaso y quedando poco a poco solos.
La palabra humildad proviene del latin humilitas, que significa “pegado a la tierra”. Es una virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano en reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo.
La humildad es uno de los ingredientes esenciales para alcanzar el éxito, Entrepreneur índico a través de diferentes estudios realizados por la University of Washington Foster School of Business que las personas humildes tienden ser lideres más efectivos y a la vez, cuentan con las probabilidades de ser mejores tanto a nivel individual como en equipo.
Ser arrogantes no nos ayuda en el avance de nuestra vida diaria, nos trae problemas en el trabajo y con las personas que nos rodean, no nos da liderazgo al contrario nos hace perder todo poder de liderazgo, como dijo Jim Collins “El verdadero factor X de un gran liderazgo no es la personalidad sino la humildad”.
Tener diferentes niveles de estudios no te hace más que nadie, tener más posición económica tampoco te hace más que nadie, simplemente se debe ser agradecido con los logros obtenidos, y mantener tu humildad con tu familia, tus amigos y todas las personas que te rodean.
La humildad permite que la persona sea digna de confianza, flexible y adaptable a todas las situaciones que se le presente, a la medida que uno como ser humano se vuelve mas humilde, adquiere mucha grandeza en el corazón de los demás, aprendiendo a escuchar, valorar y aceptar a los demás.
Mi profesión como personal de la salud me ha enseñado, muchas cosas entre ellas ser humilde, y eso me ha llevado a ser más tolerantes con los demás, aprender a escuchar a cada uno de los pacientes que atiendo diariamente, a tenderle esa mano amiga que todos ellos necesitan, el hecho de ser profesional o tener una especialidad no me hace más que nadie, al contrario agradezco a Dios por todas sus bendiciones. Debemos ser capaces de reconocer nuestros errores, de reconocer nuestras limitaciones, no tener pena o vergüenza de pedir ayuda a los demás.
“Revestíos de humildad hacia los demás, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes” (Pedro, V: 5).
Escuchar, valorar y aceptar a los demás... tal cual como mencionaste @orimillan que hermoso post. Gracias, un abrazo fraternal.