Regresar a todos los valores

Es el valor relacionado con la forma en cómo interactúan las personas, cómo conviven y cómo se tratan unas a otras. Tiene que ver con la cortesía, el respeto y el cumplimiento de las normas establecidas por la sociedad, para favorecer la convivencia y la participación de todas las personas.

- Fuente: Diccionario de la Real Academia Española
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¿Cómo puedes practicar la civilidad?

Una de las maneras más sencillas de comenzar a ejercer este valor es mediante la cortesía. Saludar a las demás personas, interesarse en ellas y tratar de llevarnos bien con todos contribuye a crear un buen ambiente en el hogar, en la escuela y, en general, en todos los ámbitos de nuestra vida. Otra forma de civilidad tiene que ver con el respeto a las leyes, normas y reglamentos. La idea es hacerlo no solamente para evitar un castigo, sino porque estamos convencidos de que ello permite que la sociedad funcione mejor. Además de lo anterior, este valor está próximo al de la participación. La civilidad supone, en efecto, involucrarse en las necesidades de la comunidad en la que vivimos, sentirnos parte de ella y colaborar para en favor del bien de todos (también llamado “bien común”).

¿Lo sabías?

El término civilidad data del largo período ocupado en la historia por el Imperio Romano, aunque el concepto actual de civilidad empieza a configurarse en Europa, con los significados que se le atribuyen hoy en día.

El concepto de civilidad aparece en el siglo XVI, en la obra de Erasmo de Rotterdam, “De civilitate morum puerilium in Opera omnia”, la cual fue publicada en 1530. Es un tratado o manual de reglas de urbanidad, para el buen comportamiento de los niños. Este es un fragmento traducido al español, por Agustín García Calvo: “Si por ventura apretare el bostezo y no se ofreciere modo de desviarse o retirarse, con un pañuelo o con la palma de la mano cúbrase la boca”.

El sociólogo alemán Norbert Elias, en su libro, El proceso de la civilización, describe los procesos que durante más de cinco siglos nos han convertido en «civilizados»; en cómo los usos, las costumbres, los hábitos y los códigos que rigen nuestras acciones y relaciones son el resultado de un largo y lento aprendizaje. Este sociólogo comprueba cómo en la Edad Media, la civilidad, como la conocemos ahora, se refería más bien a la cortesía, que eran las buenas maneras en como actuaban las personas.

El lado eclesiástico también busca convertirse en un agente de propagación de los buenos modales y de las reglas del buen vivir desde temprana edad, a través de la educación en las escuelas, un claro ejemplo es Juan Bautista de la Salle, fundador de las Escuelas Cristianas, quien escribió: “Les Règles de Bienséance et de la Civilité Chrétienne”, con el objetivo de ejercer un fuerte y duradero impacto.

Como lo hemos visto, a lo largo de la historia, el concepto de civilidad ha ayudado para hacer referencia, para comprender, para delimitar y, por lo tanto, para moldear los pensamientos acerca de la convivencia humana en la sociedad, e incluso para moldearla.

Para el siglo XVI y sobre todo para el siglo XVII, la división social de las sociedades europeas había alcanzado ya una complejidad y una dinámica tales, que exigían que sus individuos definieran sus comportamientos interpersonales como una manera de establecer su rango de jerarquía en la sociedad, de tal manera que la civilidad se hace presente con mayor fuerza.

En la actualidad, la civilidad va más allá del respeto, los buenos modales y la educación, se ve como una virtud que nos hace capaces de tolerar los desacuerdos para poder dialogar con los demás y vivir en armonía, aun cuando no compartamos la misma ideología: religiosa, política, cultural o de cualquier otra.

En el lado contrario, la incivilidad se refiere a colocar a los adversarios o a quienes no concuerdan con nosotros, en tal punto que los mantenga excluidos o ignorados, o en el peor de los casos, censurados o perseguidos, de acuerdo con Teresa M. Bejan, autora del libro: “La mera civilidad: desacuerdo y los límites de la tolerancia”.

¿Y tú qué piensas…?

• ¿Consideras que la civilidad es fácil?

• ¿Crees que la sociedad sería mejor si todos los ciudadanos practicaran la civilidad?

• ¿Te has enfrentado a situaciones en las que no concuerdas con las ideas u opiniones de alguien más? ¿Cómo has reaccionado?

• ¿Crees que la civilidad hace mejores a las personas? ¿Por qué?