El reino hachemita de Jordania forma parte de uno de los espacios geopolíticos más interesantes del mundo. Amman, la capital, dista solo 70 km de Siria, 150 de Arabia Saudí, 330 de Irak y 60 de Israel y los territorios palestinos. Este enclave de Oriente Medio ha tenido gran importancia en la historia tanto oriental como occidental.
Con un 35% de la población de origen no jordano, este país ha sido siempre una tierra de acogida. Habitada desde antiguo por griegos, nabateos y romanos, fue la Tierra Santa de judíos, cristianos y musulmanes. Ya en el siglo xx, Jordania se abrió a los refugiados palestinos –hoy, una parte de la clase media del país–, y a las grandes fortunas de los iraquís exiliados, quienes encargaron construir lujosos hoteles y dotaron a la capital jordana de posiblemente el mayor número de establecimiento de cinco estrellas de Oriente Medio.