20 años de 'Irreversible': la película más polémica al derecho y al revés

El segundo largometraje de Gaspar Noé causó una conmoción que aún resuena en su montaje cronológico.
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Abandonos de la sala, abucheos durante la proyección, críticas feroces y ovación de más de cinco minutos. Todo junto se dio en el segundo pase de Irreversible en el Festival de Cannes. La obra de Gaspar Noé, protagonizada por la pareja en la vida real formada por Monica Bellucci y Vincent Cassell, quizá sea, junto a Saló de Pasolini, la película que haya provocado más reacciones furibundas y posiciones encontradas en la historia del cine.

Pero más allá de su cruenta y asfixiante atmósfera, sus imágenes perturbadoras e imborrables y su frágil equilibrio entre cine exploitation y cine de autor, la película de Gaspar Noé es el ejemplo más conocido del nuevo extremismo francés. Un término acuñado de manera despectiva por el crítico James Quandt, pero que acabaría definiendo a una generación de cineastas entre los que se encuentran Virginie Despentes, François Ozon o Alexandre Aja, entre otros.

Sin afán despectivo, la crítica Anne Bogustkaya lo define de manera excelente: “Esencialmente, en estos filmes, los directores toman lo más extremo de la representación del cuerpo, la intimidad del sexo y la brutalidad de la violencia, elevándolo a la enésima potencia. Y nadie más que Noé”.

Del drama sexual al 'rape and revenge'

Los orígenes de lo que sería Irreversible se remontan a un año antes de su estreno. Concretamente, en mayo de 2001 Noé se encontraba con la posibilidad de rodar un filme (que sería el segundo de su filmografía) en escasas seis semanas y de presupuesto relativamente bajo.

Noé estaba interesado en un principio en rodar un melodrama. Y cuando se reunió, primero con Vincent Cassell y poco después con Monica Bellucci, les hablaría de la idea de una película que se situaría entre el cine de Stanley Kubrick, El imperio de los sentidos y Esplendor en la hierba. 

El único problema era que Noé no tenía ni una página de guion escrito. Ante el rechazo de la pareja de actores de filmar escenas sexuales juntos, decidió proponer otra clase de película: una rape and revenge. Una obra cercana en intenciones y formas al estilo de El justiciero de la ciudad o Mad Max, con la carga de violencia explícita de Saló de Pasolini o Perros de paja de Peckinpah.

Realismo falseado: del 16mm a la posproducción digital

En julio de 2015 comienza el rodaje de Irreversible. La idea de Noé era filmar seis secuencias, de una sola toma cada una, sin guion y diálogos sean improvisados por los actores. Tampoco ningún guion técnico, excepto una especificación que se debía cumplir a rajatabla: nada de iluminación artificial.

Como el director quería filmar gran parte del filme cámara en mano, para que la puesta en escena mutara sirviendo de reflejo del estado emocional de los personajes y de los acontecimientos, decidiría rodarla en 16mm y luego aumentarla a 35mm.

El rodaje se realizó de forma cronológica siguiendo los acontecimientos del guion. Y aunque la película acabaría constando de doce secuencias sin corte, la realidad fue que se construyeron a partir de diferentes tomas. Por ejemplo, la secuencia de la violación en el túnel subterráneo se rodó seis veces, a lo largo de dos noches.

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Aunque el filme transmita una sensación de realismo e inmediatez orgánica, el trabajo de postproducción y retoque digital que tuvo que encarar la producción sorprendió al propio Noé, que creía que al contar con doce planos secuencia el montaje sería pan comido. Nada más alejado de la realidad.

Irreversible necesitó especialistas en FX para poder juntar sin fisuras diferentes elementos de cada larga secuencia pertenecientes a distintas tomas. A su vez, la secuencia de la violación sería mejorada y pulida a partir de efectos 3D de mapeado digital para conseguir hacerla aún más incómoda y realista si cabe. Sin olvidar el arranque inicial, donde los efectos digitales harían aún más cruenta y repulsiva la venganza de Cassel y Dupontel al supuesto agresor de Bellucci.

Cambios de última hora

Seleccionada para la competición de Cannes 2002, Noé tuvo que trabajar sin descanso para poder tener Irreversible terminada para el 24 de mayo de 2002. Tras una proyección al comité de selección del festival y algunos miembros de la prensa en marzo con el recibimiento esperado (reacciones apasionadas que iban del amor al odio), se decidió estrenar el filme comercialmente en más de 250 salas en Francia el mismo día de su premiere en Cannes.

Noé tenía problemas con el final de un filme que había decidido que transcurriera de manera cronológicamente inversa. Finalmente decidió terminar con el plano del poster de 2001, porque serviría para abrir aún más la capacidad de sugerencia e interpretaciones. Además, se había quedado con la espinita de hacer una película sexual y decidió a última hora filmar una secuencia de desnudos con una doble de cuerpo de Bellucci, inspirándose en El origen del mundo de Courbet, para insertarla en la secuencia de cama entre Bellucci y Cassel. Finalmente la descartaría.

“El tiempo lo destruye todo”, advertía el letrero del filme que consagró la voluntad de Gaspar Noé de meter el dedo en el ojo del respetable. Reparto estelar (M. Bellucci, V. Cassel, A. Dupontel), una violación en tiempo real, una cabeza aplastada y una narración inversa que ponía cara a cara con la inutilidad de la venganza.
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Aparte de encontrar su final, hipnótico, estroboscópico y angustioso, complementario y antagónico a su arranque, sustituyó la versión de la secuencia de Cassel y Bellucci más ligera y cómica con una más sentimental y melancólica. Además, reforzó la incomodidad del filme con una pista de sonido de 27Hz imperceptible al oído humano (utilizada por la policía francesa para disolver disturbios), solapada con la pista principal para que, en palabras del propio Noé:

“En un buen cine, con un buen subwoofer, puedes asustar más por el sonido que por lo que está siendo proyectado en la pantalla. Mucha gente puede aguantar las imágenes, pero no el sonido. Estas últimas son reacciones físicas”.

Un via crucis audiovisual

El visionado de Irreversible no es una experiencia placentera. Y la brutalidad de las imágenes de la cinta de Noé, en concreto en la primera mitad de su metraje y en especial la secuencia de la violación que parte la película tanto narrativa como formalmente en dos, pueden ser quizá la experiencia más extrema, incómoda e impactante de la historia del cine.

No es casual, por lo tanto, que 200 personas se levantaran ofendidas a mitad de proyección en su premiere en Cannes, otro puñado de ellas se desmayaran y requirieran atención médica y, a su vez, aquellos que se quedaron hasta el final de la proyección le dieran una ovación de cinco minutos.

Sus elementos más provocadores e incómodos se encuentran en la primera mitad del filme, acrecentado por su estructura de narración inversa de los acontecimientos. La primera secuencia, localizada en el club de S&M donde pareja y expareja del personaje de Bellucci llevan a cabo su gráfica y expeditiva venganza, remueve al espectador por la ausencia de motivación ante el acto de violencia que ha presenciado.

En cualquier rape and revenge, la estructura lineal de la narración convierte el clímax de la cinta en un acto casi de liberación para personajes y espectadores. Pero la secuencia que aboca a la cinta a este desenlace se encuentra a la mitad de su metraje. Una insoportable violación rodada en plano fijo y a ras del suelo, cuya duración alcanza los nueve minutos de duración, que se aleja diametralmente de la manera en la que actos similares han sido representados en el celuloide.

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Aunque cruda y gráfica, la manera de representar el acto de violencia en ningún momento busca la complicidad del espectador, ni le hace partícipe de una aberración vaciada de cualquier sexualización. Una secuencia que, como cuenta la crítica cinematográfica Angelique Chrisafis, a la que le gustó la película y la secuencia de la violación (aunque detestó presenciarla), recuerda que provocó mayor desazón a sus compañeros masculinos de profesión que a los femeninos, que en general consideraron a la secuencia y a la obra importante y necesaria.

De nuevo, la estructura invertida de la película, transforma la manera del espectador en relacionarse con lo narrado. Si la primera mitad reta al espectador a continuar viendo la película a cada segundo, la segunda mitad, previa al drama acaecido, debería ser un bálsamo de paz y tranquilidad.

Pero al venir del horror inenarrable de sus primeros 45 minutos, las secuencias en la fiesta en el apartamento en el centro de París, la lúdica y ligera conversación en el metro entre los personajes de Bellucci, Cassel y Dupontel, o la bella y plácida conversación en la cama de Cassell y Belluci se torna melancólica y angustiosa por el conocimiento previo del espectador ante el destino de los personajes del drama.

'Irreversible: Inversion Integrale'

Es por ello que Noé, mientras restauraba su cinta para su futura edición en Blu-Ray, decidió reinventar Irreversible a partir de un montaje que narraría de manera cronológica las doce secuencias que componen el filme. Una rareza que en principio iba a ser un extra del futuro Blu-Ray pero que al darse cuenta de que funcionaba como película autónoma decidió estrenarla en el Festival de Venecia de 2019.

La razón más importante para plantearse una versión cronológica de Irreversible era, en palabras de Noé, que muchos espectadores, debido a su estructura invertida, no entendían algunos aspectos de la cinta:

“Hasta ahora, Irreversible era un puzzle deliberado. Ahora es un díptico, como un disco antiguo, cuya cara b es una mezcla de la pista de la cara a menos conceptual, pero cuyas voces se escuchan más claras y nítidas y convirtiendo el significado de los diálogos y las palabras enunciadas en lago más fatalista”, declaró.

Y aunque sigue considerando la versión oficial y original la cinta de 2002, Noé cree que esta nueva versión en orden cronológico de Irreversible sirve “tanto para que la audiencia pueda identificarse mejor con los personajes y comprender sus actos, como para transformar lo que era una tragedia en el original, en un drama que muestra y revela la psicología de sus personajes y los mecanismos que llevan a algunos de ellos a la barbarie asesina”.

En definitiva, dos versiones, cuya diferencia, más allá del orden de los acontecimientos invertido y una duración de ocho minutos menos -en la Inversion Integrale, al eliminar algunas secuencias sin diálogos que rompían el ritmo interno al transformarlo a su orden cronológico- podemos ver ahora mismo en Filmin, que acaba de estrenar esta Inversion Integrale, además de tener la versión original en su catálogo.

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