Durante una temporada de Fórmula 1, decenas de elementos que influyen en el rendimiento de monoplazas y pilotos forman parte de las discusiones y tertulias de ingenieros, profesionales y aficionados. Reglajes, neumáticos, chasis, motor, alerones, aerodinámica... Aspectos fundamentales que sirven para explicar y entender cómo funciona todo, pero que pueden quedar reducidos y simplificados a una cruda realidad: los puntos mandan, los puntos definen al piloto y equipo campeón mundial.

Sin embargo, el sistema de puntuación del Mundial de Fórmula 1 ha ido variando con los años hasta establecer el actual en 2009, y los más despistados podrían verse sorprendidos por la ingente cantidad de puntos a repartir a lo largo de las 23 carreras que componen el campeonato de 2023, sin contar las carreras al sprint o las vueltas rápidas. Por ese motivo, es fundamental plantearse una pregunta: ¿Cómo funciona el sistema de puntuación de la Fórmula 1?

Los puntos en carrera: premio al mérito del ganador

Lo fundamental son las carreras de los domingos. Es donde se decide todo, donde más puntos pueden sumar los pilotos, y donde más pilotos optan a conseguir algún punto. La victoria, lógicamente, vale más que cualquier otro puesto en carrera (25 puntos), pero además es mucho más valiosa por la distancia que establece respecto a la puntuación de los inmediatos perseguidores. 

Así, del primer al décimo clasificado, todos obtienen la recompensa a su desempeño en pista, en el siguiente orden:

Vuelta rápida en carrera: un punto marca la diferencia

No obstante, una buena posición en carrera no es siempre la única opción de la que gozan los pilotos y equipos para rascar puntos de donde sea. En un deporte donde una milésima puede marcar la diferencia, un solo punto puede decidir un Mundial entero. Por eso cobran más importancia que nunca, por ejemplo, las vueltas rápidas en carrera, que desde 2019 añaden un punto extra al piloto que la consiga... si se encuentra entre los diez primeros clasificados. 

Una importancia que los propios pilotos le otorgan, como se puede observar en muchas carreras. Cuando el piloto goza del espacio suficiente para realizar una última parada en boxes hacia las vueltas finales de cualquier Gran Premio, siempre sin correr el riesgo de perder posición, nunca duda en entrar para montar un juego de neumáticos blandos fresco y sin usar. Así, se aprovecha de las óptimas condiciones de pista que suelen aflorar conforme más goma y menos calor se acumulan en el asfalto para realizar una vuelta espectacular que le asegure ese punto extra.

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Una estrategia habitual, por ejemplo, en Sergio Pérez, escudero de Verstappen en Red Bull, para restar esos puntos a los contrincantes de otras escuderías sin arriesgar las victorias de Max. Aun así, el vigente campeón es mal ejemplo, porque suele acostumbrar a querer ganarlo todo, e invierte la superioridad aplastante que suele mostrar su monoplaza en realizar esa parada añadida para llevarse todos los puntos posibles. 

Una actitud, además, que ya le ha permitido en dos ocasiones ganarse un 'Grand Chelem', el llamado fin de semana perfecto: Victoria, vuelta rápida de carrera, líder en todas las vueltas del Gran Premio, y 'pole position' el sábado. Para ponerlo en contexto, Fernando Alonso apenas ha logrado un 'Grand Chelem' en toda su carrera; Schumacher logró 5, Hamilton 6, y el récord lo ostenta Jim Clarke con 8.

El espectáculo 'salvavidas' de las carreras al sprint

Aunque realmente no se trate de carreras al uso, ya que sirven para definir la 'pole' de cara a la auténtica carrera del domingo, su inclusión paulatina desde 2021 hasta hoy ha mejorado el espectáculo y ha agitado las dinámicas habituales de los pilotos. Los dos primeros años fueron solo tres, pero para este Mundial la FIA ha decidido incluirlas en seis Grandes Premios: Azebaiyán, Austria, Bélgica, Qatar, Estados Unidos (Austin) y Brasil.

Aun así, su importancia desde el año pasado es mucho mayor, y trasciende la ya de por sí fundamental primera plaza de la parrilla. En su estreno en 2021, solo el podio de la clasificación al sprint sumaba puntos (3,2,1), pero tanto el año pasado como el actual, el sistema de puntuación se corresponde casi al pie de la letra con el que funcionó en las carreras de los domingos entre 2003 y 2009:

Con este formato, además, no se pierde la clasificación clásica, que se traslada a los entrenamiento libres del viernes. Por tanto, aunque favorezca en principio a los monoplazas que mejor clasifican (que suelen ser además los punteros habituales los domingos), también abre una ventana de oportunidad para los menos habituales, y aumentan el riesgo para las escuderías punteras, porque un error te deja fuera de combate, sin puntos el sábado, y con mala posición en parrilla el domingo. 

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Todo ello sumado al espectáculo que ofrecen los pilotos en una carrera reducida a un tercio de las vueltas de la prueba del domingo, ya que los más fuertes intentan ser conservadores, mientras los más avispados atacan desde el principio para sorprender y ganar el máximo posible de posiciones. Un sistema que fomenta y premia los adelantamientos y la valentía, pero también los penaliza si se comete el más mínimo error.

Sumando todo (victorias, vueltas rápidas y victorias en la sprint), este año un piloto podría sumar al término del Mundial la friolera de 646 puntos. Una auténtica barbaridad si lo comparamos al sistema de puntos de otras épocas, y que no permite establecer comparaciones realistas en una hipotética tabla de pilotos con más puntos de la Historia. El récord de puntos, con la mecánica actual, lo ostenta cómo no el vigente campeón Verstappen, con 454 puntos la pasada temporada en 22 carreras.