La educación para adultos se asocia a un menor riesgo de demencia más tarde en la vida

Los científicos creen que estas actividades podrían aumentar la reserva cognitiva, que es una de las maneras que tiene nuestro cerebro para hacer frente al deterioro.
Educación para adultos
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drazen_zigic / iStock
Educación para adultos

En los últimos años, la investigación científica ha ido arrojando que uno de los factores principales a la hora de disminuir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer u otras formas de demencia es mantener el cerebro activo.

Una buena manera de hacer esto puede ser aprendiendo nuevas habilidades. Precisamente, un nuevo estudio publicado en el medio especializado Frontiers in Aging Neuroscience ha arrojado que las personas que reciben clases de adultos tienen un menor riesgo de demencia en los cinco años siguientes que aquellas personas que no lo hacen.

Un riesgo hasta un 19% menor

Específicamente, esto es lo que se desprende del análisis de 282,421 personas que participaron en el estudio UK Biobank entre 2006 y 2010, cuando tenían entre 40 y 69 años de edad. A estos voluntarios se le realizó un seguimiento medio de siete años desde ese momento.

En base a la información contenida en esa base de datos, los autores encontraron que la educación para adultos se asociaba con una mayor preservación de la 'inteligencia fluida' (la capacidad de los individuos para resolver problemas nuevos o para los que no se tienen conocimientos previos), si bien no se observó ningún beneficio respecto al tiempo de reacción o a la memoria visuoespacial. 

Por otra parte, concluyeron que existe una asociación entre recibir educación en la edad adulta y un riesgo un 19% menor de padecer demencia, si bien los investigadores subrayan que se trata de un estudio observacional y por tanto no puede describir una relación de causalidad entre ambos fenómenos.

Mantener el cerebro activo

De hecho, no está claro por qué mecanismos la educación para adultos puede ayudar a reducir el riesgo de demencia. Algunas teorías apuntan a que la actividad del cerebro puede en el largo plazo incrementar la reserva cognitiva del cerebro, que es como se define la capacidad que tiene de lidiar con el deterioro usando vías y circuitos alternativos.

Sea como sea, hallazgos como este sirven para sustentar las recomendaciones que inciden en la idoneidad de mantener la mente activa de cara a lograr un envejecimiento más saludable y con mayor calidad de vida.

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Referencias

Hikaru Takeuchi, Ryuta Kawashima. Effects of adult education on cognitive function and risk of dementia in older adults: a longitudinal analysis. Frontiers in Aging Neuroscience (2023). DOI: https://doi.org/10.3389/fnagi.2023.1212623

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