Las cárceles insalubres y superpobladas en muchos países de América Latina y el Caribe son una incubadora del coronavirus que ha matado a más de 175.000 personas en todo el mundo.

Las condiciones han llevado a los gobiernos a adoptar alternativas a la detención, incluida la libertad anticipada, para los reclusos que no amenazan la seguridad pública.

Argentina

Las cárceles en Buenos Aires están superpobladas en aproximadamente un 50%, donde los reclusos en grupos de alto riesgo con enfermedades como el VIH, la tuberculosis y la diabetes piden desesperadamente una salida.

Tres días después del comienzo del encierro total el 20 de marzo, los prisioneros en diferentes instalaciones comenzaron a rebelarse, exigiendo medidas para evitar que el virus ingrese al sistema penitenciario. Los disturbios terminaron con la muerte de cinco prisioneros.

Un mes después, las autoridades confirmaron que el primer prisionero dio positivo.

Los jueces están otorgando arrestos domiciliarios en casos de delitos menores. En 20 días, un total de 1.183 reclusos ha salido de las cárceles. Sin embargo, existe una circunstancia agravante: no hay pulseras de control. Los que no califican están incluidos en una lista de espera. Los condenados por delitos graves como asesinato, violación, secuestro o violencia de género permanecerán detenidos.

Colombia

El hacinamiento ha sido un problema grave en las 132 cárceles del país, que tienen una capacidad de 80.000 reclusos pero albergan 124.000.

El gobierno de Iván Duque anunció que otorgaría un arresto domiciliario a 4.000 prisioneros para contener la pandemia después de que un motín en la cárcel Modelo de Bogotá dejara 23 muertos y expusiera un hacinamiento dramático en las cárceles.

"Tiene un gran sentido humanitario que las personas que pueden estar expuestas con mayor vulnerabilidad al virus puedan salir de la prisión intramural y trasladarse a su hogar, mejorando sus condiciones de protección en términos de salud", dijo Duque el 15 de abril.

La medida se otorgará a los reclusos mayores de 60 años, aquellos con sentencias de hasta cinco años, mujeres embarazadas, mujeres con niños menores de 3 años y pacientes con cáncer y otras enfermedades. La medida no se aplica a los reclusos condenados por tráfico de drogas, desplazamiento forzado, secuestro y violación.

Brasil

El Gobierno está promoviendo la instalación de contenedores para alojar a los prisioneros con el virus como una alternativa a la liberación recomendada por el Consejo Nacional de Justicia para reducir el riesgo de infección para los más de 700.000 reclusos en todo el país.

Dos internos murieron por causas relacionadas con COVID-19 en Sao Paulo y Río de Janeiro, mientras que en Brasilia hay 50 internos y empleados de prisiones infectados.

Unos 30.000 prisioneros han sido liberados en varios estados.

Más de 1.200 prisioneros escaparon de cuatro cárceles en Sao Paulo el mes pasado luego de las revueltas contra la prohibición de los reclusos que tienen privilegios de liberación diaria.

Venezuela

En Venezuela, más de 80 internos se escaparon el 18 de marzo durante un violento motín en medio de nuevas restricciones debido al coronavirus.

Posteriormente, la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, ordenó la libertad de 283 reclusos para evitar la propagación del virus.

Nicaragua

El gobierno de Daniel Ortega todavía niega los efectos de la pandemia, pero liberó a 1.700 presos el 8 de abril. La medida no incluyó a 70 presos políticos.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.