1
CIJIMA II
II Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores del Mundo Antiguo
(25-28 de marzo de 2015)
www.um.es/cepoat/cijima
© De los artículos: los autores
© De esta edición: Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía
C O:
Rafael González Fernández (Universidad de Murcia)
Gonzalo Matilla Séiquer (Universidad de Murcia)
Pedro David Conesa Navarro (Universidad de Murcia)
José Javier Martínez García (Universidad de Murcia)
José Antonio Molina Gómez (Universidad de Murcia)
C :
Alejandro Egea Vivancos (Universidad de Murcia)
Laura Arias Ferrer (Universidad de Murcia)
José Miguel García Cano (Universidad de Murcia)
José Miguel Noguera Celdrán (Universidad de Murcia)
Nuria Castellano Solé (Universidad de Barcelona)
Juan Carlos Olivares Pedreño (Universidad de Alicante)
Carlos Molina Valero (Universidad Complutense de Madrid)
Celso Sánchez Mondéjar (Universidad de Murcia)
Josep Padró i Parcerisa (Universidad de Barcelona)
Helena Jiménez Vialás (Université de Toulouse)
Fernando Prados Martínez (Universidad de Alicante)
2
ORIENTE Y OCCIDENTE EN LA
ANTIGÜEDAD
Actas del II Congreso Internacional
de Jóvenes Investigadores
del Mundo Antiguo
(CIJIMA II)
José J. Martínez García - Pedro D. Conesa Navarro
Lucía García Carreras - Celso M. Sánchez Mondéjar
Carlos Molina Valero
(Coords.)
3
CIJIMA II
2015
Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Durante los
primeros doce meses, ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede
reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico,
químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito
de la editorial.
Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía
C/ Actor Isidoro Máiquez, 9, 30007, Murcia.
Tlf: +34 868883890
Correo electrónico: cepoat@um.es
URL: http://www.um.es/cepoat/cijima
Portada: Teatro romano de Palmira. Fuente: CEPOAT
I.S.B.N.: 978-84-931372-4-3
Año publicación: 2017
Depósito Legal: MU 549-2017
Maquetación: José Javier Martínez, Lucía García Carreras, Pedro David Conesa Navarro
Edición y Fotocomposición: CEPOAT
4
I
:
Prólogo
José Miguel García Cano
P
7
O
E
La cerámica a mano de La Fonteta (Guardamar del Segura, Alicante)
Rafael Ortiz Temprado
11
Grafitos fenicio-púnicos sobre material cerámico de la antigua sexi
Iván Sánchez Marcos y Eduardo Cabrera Jiménez
61
¡Y que [los dioses] lo miren con ira! La protección de los confines en los kudurrus babilónicos y
las estelas fronterizas egipcias
Sara Arroyo Cuadra
79
El culto de isis en pompeya: análisis de la cultura visual isiaca a través de las imágenes del
iseum
José Javier Aliaga Cárceles
105
Aproximación al desarrollo del culto a la “diosa Sekhmet” durante el Egipto Antiguo
Consuelo Isabel Caravaca Guerrero
137
G
Bajo el disfraz de la miseria. Falsos mendigos en la literatura griega: Ulises, Edipo y Télefo
Aida Fernández Prieto
171
El Periplo de Heracles en Sicilia: Reflejo en la iconografía monetal siciliana del texto de Diodoro
de Sicilia.
José Miguel Puebla Morón
P
193
I
El taller de Ostippo-Vrso en la Hispania meridional: arquitectura y materiales lapídeos
Elena Pachón Fernández
211
5
R
Annus Horribilis: Terror político en la Guerra Civil Romana (68-69 d.C.)
Víctor Sánchez López
261
La Pena Capital y el Derecho a Torturar: Métodos de Ejecución, Castigo y Tortura en la Antigua
Grecia y la Roma Imperial.
Víctor Manuel Illán Máiquez
279
Las cecas del Convento Jurídico Caesaragustano: un estado de la cuestión
Alicia María Izquierdo
305
Cartago Noua entre los siglos III a.C. y III d.C.: el proceso de transformación urbana
Rocío Meroño Molina
373
“De trajano a cómodo. la legislación contra los cristianos fruto de la colaboración entre el
emperador y las autoridades provinciales”
Jorge Cuesta Fernández
407
C
Análisis contrastado de distintos enfoques sobre la historia y la religión de Israel desde sus
inicios hasta la caída del reino de Judá en el 587 a. C.
David Villar Vegas
425
Felicitas, a la sombra de Perpetua
Elisabet Seijo Ibáñez
465
Bagaudas, circunceliones y priscilianistas: una aproximación analítica hacia la tendenciosidad
terminológica de las fuentes
Raúl Serrano Madroñal
483
Víctimas, tentadoras y... ¿sirenas? Las mujeres que sedujeron a los ángeles en Génesis 6 y
1Henoc
Carlos Santos Carretero
6
511
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
V
,
... ¿
?L
G
6
1H
Carlos Santos Carretero
Israel Institute of Biblical Studies
R
El sexto capítulo del libro de Génesis presenta uno de los mitos más interesantes
de la historia antediluviana del texto bíblico: la unión sexual de un grupo de ángeles,
los “Hijos de Dios”, con las mujeres, las “Hijas del Hombre”. De dicho enlace surgen
los gigantes y los “héroes de antaño”, forma a través del cual el judaísmo incorpora el
tema de la gigantomaquia y los grandes campeones de otras culturas antiguas a su credo,
pero desde una óptica negativa. A lo largo de la presente comunicación se explicará la
trayectoria de las “Hijas del Hombre”, quienes dependiendo del redactor o de la obra en
cuestión, aparecen como víctimas de los ángeles, o como sus lascivas tentadoras. La Biblia
con frecuencia une los conceptos “femenino” y “hechicería/conocimiento prohibido”, por
lo que es necesario rastrear otras “brujas y hechiceras” mencionadas en la Biblia.
Palabras Clave: apócrifos, angelología, Biblia, sexo, brujería.
A
The sixth chapter of Genesis presents one of the most interesting myths of
antediluvian biblical history: the sexual union of a group of angels, the “Sons of God”,
with the women called “Daughters of Man”. From this sexual intercourse giants and “the
heroes of old” are born, form through Judaism incorporates the theme of Gigantomachia
and great champions from other cultures to its creed, but from a negative perspective.
Through this paper, I will try to shed light in the dark path of the “Daughters of Man”,
who according to the writer or work appear as victims of the angels or as vicious
temptress. Biblical Scripture often connects feminine concepts with sorcery and forbidden
knowledge, so first of all it is necessary to trace other witches and sorceress mentioned
in the Bible.
Keywords: apocrypha, angelology, Bible, sex, witchcraft.
511
I
:
:
,
El Libro Etiópico de Henoc (conocido comúnmente como 1Henoc1) es parte de
un ciclo literario centrado en el séptimo patriarca antediluviano que aparece en Génesis.
Se trata de un personaje sobre el que se han configurado numerosas leyendas y tradiciones,
con el mítico rey mesopotámico Enmeduranki como gran prototipo, y desarrollado a lo
largo de la literatura apócrifa hebrea hasta convertirse en la polémica figura del ángel
Metatrón.
Pero dentro de las obras “henóquicas” hay otro elemento fundamental aparte
del propio Henoc: los Vigilantes, los ángeles caídos que descendieron a la tierra para
mantener relaciones sexuales con las mujeres y dar a luz una prole maldita, los gigantes,
que a su vez conduciría a la humanidad a la corrupción e iniquidad que haría que Dios
finalmente desencadenara el Diluvio.
Como es bien sabido, este relato no tiene su origen en 1Henoc, sino que se trata
de una reelaboración y versión ampliada de los primeros versículos del capítulo sexto de
Génesis, en el que estos ángeles reciben el nombre de “Hijos de Dios” ()בני אלוהים, y las
mujeres el de “Hijas del Hombre” ()בנות אדם:
Ahora bien, sucedió que comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la superficie del
suelo y les nacieron hijas, y observando los hijos de Dios que las hijas del hombre eran
bellas, se procuraron esposas de entre todas las que más les placieron. Dijo entonces
Yahveh: “Mi espíritu no perdurará en el hombre por siempre, pues que él es carne, serán
sus días ciento veinte años”.
Existían por aquel tiempo en la tierra los gigantes, e incluso después de esto, cuando
los hijos de Dios se llegaban a las hijas del hombre y les engendraron hijos, que son los
héroes, desde antaño varones renombrados. (Gn 6: 1-4).
Estos versículos forman el leitmotiv de El Libro de los Vigilantes, primera de las
partes que configuran 1Henoc:
En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedió que les
nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los ángeles, los hijos de los cielos, las
desearon y se dijeron:
-Ea, escojámonos de entre los humanos y engendremos hijos. (1Hen 6: 1).
1. 1Henoc es una colección de cinco obras separadas. Numerosas especulaciones han surgido
sobre la fecha, procedencia y lengua original de las mismas, siendo algunas de ellas respondidas
gracias al descubrimiento de los fragmentos arameos de 1Henoc en Qumrán, como uno más de
los famosos manuscritos del Mar Muerto. Dichas partes son El Libro de los Vigilantes (s. III a.C.),
Parábolas de Henoc (s. I a.C.), Libro Astronómico (s. III a.C.), Libro de los Sueños, (s. II a.C.), y
Epístola de Henoc (s. II a.C.).
512
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
El motivo por el que los ángeles buscan unirse a las mujeres es doble a lo largo
de 1Henoc: En primer lugar, buscan tener su propia descendencia, por lo que por supuesto
deciden buscarse compañeras que se las proporcione. La cuestión en torno a la sexualidad
de los ángeles no debería causar ninguna problemática al lector, puesto que no hay que
olvidar que estamos ante una reelaboración de las cortes celestiales cananeas, y al mismo
tiempo, como una forma de muestra negativa la unión sexual entre seres divinos y
hombres, algo tan habitual en otras mitologías.
En la relación entre los Hijos de Dios y las Hijas del Hombre hay un doble
pecado: la citada descendencia y la transmisión del conocimiento prohibido (como si
fueran versiones hebreas del Prometeo griego). En torno a la crítica a la descendencia,
el autor pone en boca de Dios el siguiente razonamiento: El sexo es algo aceptable solo
para los que mueren y perecen, mientras que es categóricamente impropio para los seres
inmortales.
Vosotros, santos espirituales, vivos con vida eterna, os habéis hecho impuros con la sangre
de las mujeres, en sangre mortal habéis engendrado, sangre humana habéis deseado,
produciendo carne y sangre como hacen los que son mortales y perecederos. Por eso les
di mujeres, para que en ellas planten (semillas) y les nazcan hijos de ellas, para que así
no falte criatura sobre la tierra. Vosotros, por el contrario, erais al principio espirituales,
vivos con vida eterna, inmortales por todas las generaciones del universo. Por eso no os
di mujeres, pues los (seres) espirituales del cielo tienen en él su morada. (1Hen 15: 4-7).
En torno a la cuestión del conocimiento, los Vigilantes se encargan de transmitir
hechicerías, conjuros, así como la observación y manipulación de diferentes fenómenos
terrestres y cósmicos:
Semyaza enseñó (el arte) del encantamiento. Hermoní enseñó (el del) desencantamiento,
la brujería, la adivinación y artes de hechicería. Baraq´el enseñó..., Kokabel enseñó los
presagios de las estrellas. Zequel... Artaqof enseñó los presagios de la tierra. Samsiel
enseñó los presagios del sol. Sahriel enseñó los presagios de la luna. Y todos ellos
comenzaron a revelar misterios a sus mujeres. (Frag. Hen 8: 3).
Por lo tanto, nos encontramos ante unas mujeres que se convierten en las
receptoras (y posteriormente transmisoras) del conocimiento de los ángeles. No obstante,
dicho conocimiento es visto siempre como algo negativo y prohibido. ¿El motivo?
Esa cadena transmisora no ha sido autorizada por Dios y no considera a las mujeres
(ni al resto de la humanidad, de hecho), como merecedoras de obtener semejante saber.
Únicamente a Henoc se le revela ese saber celestial debido a su rectitud y honestidad.
Esta idea concuerda con la actitud de obras sapienciales como Proverbios, Job, Qohélet
(Eclesiastés) o Sirácida, las cuales critican la búsqueda del conocimiento que está por
encima del entendimiento humano y que no ha sido revelado por Dios, siendo una visión
escéptica de la búsqueda del saber (Himmelfarb, 1993, pp. 72-74). Así pues, a lo largo
de 1Henoc se presenta un fuerte paralelismo entre Henoc y las mujeres. Ambos son
513
receptores de conocimiento celestial, pero mientras que el primero obtiene el beneplácito
divino y la inmortalidad final, las “Hijas del Hombre” recibirán un destino muy diferente.
¿Pero cuál es el motivo por el que las mujeres reciben este tratamiento a lo largo de
1Henoc?
Para ello convendría volver al texto bíblico, donde encontramos numerosas
menciones a la vinculación de lo femenino (ya sea bajo la forma de una mujer o de una
ciudad-nación2) con la hechicería, la brujería y el sexo. De hecho, toda práctica idolátrica
(pecado también muy presente en 1Henoc) recibe con frecuencia en el lenguaje bíblico el
nombre “prostitución”, ya que la Biblia considera a Yahveh y al pueblo elegido unidos de
forma semejante al vínculo del matrimonio:
a) Contra adivinos, hechiceras, nigromantes
No permitirás vivir a hechicera alguna. (Éx 22: 17).
No recurriréis a los nigromantes ni a los adivinos; no los consultéis, haciéndoos impuros
mediante ellos. ¡Yo soy Yahveh, vuestro Dios! (Lev 19: 31).
[...] Por otra parte, Saúl había hecho desaparecer del país a los nigromantes y adivinos
[...] Y Saúl dijo a sus servidores: -Buscadme una mujer nigromántica para dirigirme a ella
y consultarla.
A lo que sus servidores respondieron: -Ve ahí que en `En-dor hay una pitonisa. Disfrazóse,
pues, Saúl, y se puso otras vestiduras y partió acompañado de sus hombres. Llegaron
donde la mujer de noche, y dijo:
Te ruego que me adivines el espíritu de Pitón y hagas se me aparezca el que yo te diré.
Pero la mujer repuso:
-Ya sabes lo que ha hecho Saúl, que ha exterminado del país a los nigromantes y a los
adivinos; ¿por qué, pues, armas una trampa a mi vida para hacerme morir? (1Sam 28: 3,
7-9).
Y el resto de los hombres, los que no sucumbieron con esas plagas: ni se arrepintieron de
las obras de sus manos, dejando de adorar a los demonios y los ídolos de oro, de plata, de
bronce, de piedra y de madera, ni que pueden ver, ni oír, ni caminar, ni se arrepintieron
de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de sus fornicaciones, ni de sus robos. (Ap 9:
20-21).
Realmente no hubo nadie como Ajab que se vendiera para hacer el mal a los ojos de
Yahveh, pues le había seducido Jezabel, su mujer. Obró, pues, de modo muy abominable,
siguiendo a los ídolos, conforme a cuanto habían hecho los amorreos, a quienes Yahveh
arrojara de delante de los hijos de Israel. (1Re 21: 25-26.)
2. En hebreo, salvo el Vaticano, todos los nombres de localidades (pueblos, ciudades, países...)
tienen género femenino.
514
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
[...] -¿Qué paz puede haber, mientras persistan las fornicaciones de Jezabel, tu m a d r e
ysus numerosas hechicerías? (2Re 9: 22).
b) Contra las naciones extranjeras
Cuando hayas entrado en el país de Yahveh, tu Dios, te otorga, no aprenderás a imitar las
abominaciones de aquellas naciones. No ha de hallarse ante ti quien haga pasar a su hijo
o hija por el fuego, quien practique la adivinación, agorero por las nubes, adivino o mago,
quien obre encantamiento, consultor de espectros u oráculos, o evocador de muertos;
pues constituye una abominación para Yahveh el hombre que hace tales cosas, y por
causa de estas abominaciones, Yahveh, tu Dios, arroja a esas naciones delante de ti. Has
de ser perfecto con relación a Yahveh, tu Dios. Pues esas naciones que tú vas a expulsar
escuchan a agoreros y adivinos, mientras que a ti no te consiente cosa parecida Yahveh,
tu Dios. (Deut 18: 9-14).
Guárdate de pactar alianza con los habitantes del país al que te diriges, para que no
constituyan un lazo en medio de ti; por el contrario, derruirás sus altares, harás pedazos
sus maṣṣebás, y sus ´ašerás has de talar, pues no te has de prosternar ante otro ´el (dios);
porque Yahveh tiene por nombre, “Celoso”: un ´el celoso es; no sea que pactes alianza
con los moradores del país: ¡ellos se prostituyen tras sus ´elohim (dioses), y ofrecen a sus
dioses sacrificios! Se te invitaría y comerías de su sacrificio, y tomarías a sus hijas para
tus hijos, y sus hijas se prostituirían tras de sus ´elohim y harían prostituirse a tus hijos en
pos de los mismos. (Éx 34: 12-16).
Trastornado será el espíritu de Egipto en su interior y su plan desbarataré. Entonces
consultarán a los ídolos, a los hechiceros, a los nigromantes y a los adivinos. (Is 19: 3).
(Sobre Babilonia3) [...] Porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque con
tus hechicerías se dejaron engañar todas las naciones, y en ti se ha encontrado sangre de
profetas y santos y de todos los inmolados sobre la tierra. (Ap 18: 23-24).
c) Contra Israel4
No profanarás a tu hija, prostituyéndola, para que no se prostituya también el país y llene
el país de libertinaje. (Lev 19: 29).
Y si las gentes del país cerrasen sus ojos a fin de no ver a ese hombre, para no hacerle
morir, al entregar descendencia suya a Moloc, volveré mi rostro contra ese hombre y
contra su familia y le extirparé de en medio de su pueblo, a él y a todos los que tras él se
3. El vínculo de la prostitución y la hechicería en Babilonia es más que frecuente. Por ejemplo,
Ez 13:17 acusa a las mujeres israelitas de haber adoptado los cultos babilónicos y prostituirse
mediante ellos. Nínive es otra de las localizaciones extranjeras presentada como una prostituta
idólatra, tal y como aparece en Nahúm: A causa de [todo ello] de multitud de prostituciones de la
prostituta, de hermosa gracia, maestra en hechizos, que con sus prostituciones embaucaba a las
naciones y con sus hechizos a los pueblos. (Na 3:4-5).
4. Ezequiel en ocasiones también se refiere a la propia Jerusalén como una prostituta, ya sea
para condenar la idolatría (Ez 16: 15-17) o la política de Israel al unirse a otras naciones (Ez 23:
1-4), algo que el profeta considera una traición y ruptura con Dios.
515
prostituyan en pos de Moloc. En cuanto a la persona que recurra a los nigromantes y a los
adivinos para prostituirse tras ellos, dirigiré mi rostro contra esa persona y lo exterminaré
de en medio de su pueblo. (Lev 20: 4-6).
Reedificó las alturas que Ezequías, su padre, había destruido, erigió altares al Ba`al, hizo
una ´ašerah, conforme hiciera Ajab, rey de Israel, y se prosternó ante todo el ejército
[astral] del cielo y le dio culto. [...] Además, hizo pasar por el fuego a su propio hijo, se dio
al nefelismo y a los encantamientos, e instituyó nigromantes y adivinos, y repetidamente
obró lo malo a los ojos de Yahveh, irritándole. El ídolo de ´Ašerah, que había hecho, lo
emplazó en el Templo del que Yahveh dijera a David y Salomón, su hijo: “En esta Casa
y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre
para siempre; y no volveré a apartar el pie de Israel lejos del suelo que di a sus padres,
con tal de que cuiden de obrar en todo conforme a lo que les ordené y toda la Ley que les
prescribió mi siervo Moisés”. (2Re 21: 3, 6-8).
En estos casos, el destino final de las brujos, hechiceras, falsas profetisas,
nigromantes y ciudades o naciones idólatras (incluyendo en ocasiones a la propia
Jerusalén) generalmente es el mismo: ser desnudada y humillada delante de todos, para
que la vergüenza y la amargura se apodere de ellas:
(Sobre Nínive): Heme aquí contra ti -oráculo de Yahveh Ṣeba´ot-, Yo alzaré tus faldas
hasta tu cara y mostraré a las naciones tu desnudez y a los reinos tu vergüenza; y arrojaré
sobre ti inmundicias, te afrentaré; y te haré servir de espectáculo. Y acaecerá que todo
el que te vea huirá de ti y dirá: ¡Ha sido asolada Nínive! ¿Quién se condolerá de ella?
¿Dónde hallaré para ti consoladores5? (Na 3: 5-7).
L
:¿
?
Como se acaba de ver a lo largo de las citas anteriores, existe una fuerte conexión
entre la magia, hechicería e idolatría con lo femenino en el mundo bíblico. Posiblemente
se deba no solo a la relación entre Dios e Israel a modo de matrimonio (siendo Israel
la mujer), sino también a la fuerte presencia de diosas de la fertilidad cananeas, con la
citada ´Ašerah (Astarté o Ištar) a la cabeza y su culto mediante la prostitución sagrada.
En el caso de las mujeres que se unen a los ángeles en Gn 6 y 1Hen 6-11 se presentan tres
variantes del mito con connotaciones diferentes:
- La primera descripción (1Hen 6-7) es una ampliación de lo acontecido en Gn
6: 1-4. Se describe al Vigilante Semyaza, el cual convence a un grupo de ángeles para
que hagan un juramento ante él para descender a la Tierra y engendrar hijos con las
“Hijas de los Hombres”. A continuación, el capítulo séptimo narra el hecho de que los
Vigilantes enseñan artes mágicas y medicinales a sus mujeres, las cuales paren a unos
5. Is 47 presenta el destino final de Babilonia, como la decadencia de una gran y distinguida
joven, experta en hechicerías, convertida en esclava, viuda, sola y desgraciada.
516
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
seres conocidos como Gigantes. Estos últimos, debido a su naturaleza violenta, consiguen
que la humanidad agonice y clame ayuda al Cielo.
- La segunda descripción (1Hen 8) vuelve a contar el pecado angélico que
corrompe a la humanidad a través de sus enseñanzas. Este capítulo añade además una
lista de los ángeles caídos, cada uno de ellos identificado por un conocimiento específico.
Aunque Semyaza aparece en la lista, otra figura cobra gran importancia a partir de ahora:
Asael. Este segundo relato enfatiza en que el conocimiento es el generador de la violencia
y promiscuidad de los hombres. El capítulo concluye nuevamente con una descripción de
la violencia de los Gigantes y el grito de dolor de la humanidad contra ellos.
- Por último, la tercera versión de estos hechos se encuentra en 1Hen 9. Ahora
son los arcángeles quienes informan a Dios de lo sucedido. Los pecados de los Vigilantes
son expresados en el contexto de petición de su castigo. Se presta además una especial
atención a Asael y a Semyaza, mientras que el resto de ángeles permanecen en el
anonimato. Al igual que en las otras dos secciones, esta concluye con el grito de dolor de
la humanidad frente a la progenie de los Vigilantes.
Una vez presentadas las tres secuencias es preciso hacer la siguiente pregunta:
¿A qué se debe tanta redundancia narrativa a lo largo de estos capítulos? Se trata de
versículos que describen originalmente a Semyaza como líder de los Vigilantes junto con
otros insertados posteriormente y que describen a Asael como líder (Nickelsburg, 1977,
pp. 383-405). Por lo tanto, aquí habría dos aproximaciones diferentes a los orígenes del
pecado antediluviano y su sufrimiento (Dimant, 1978, pp. 323-339).
La parte relativa a Semyaza podría ser una reelaboración del material de Génesis
(el encuentro sexual y la violencia resultante de este), y la parte de Asael un añadido que
reflejaría un mito independiente sobre la rebelión posterior de una única figura angélica
causante de la deteriorización de la Tierra a través del conocimiento prohibido.Esto
demuestra que no es fácil armonizar diferentes tradiciones en una misma historia, y a
través de su estudio es posible discernir diversos estratos de la elaboración del texto. No
obstante, de los tres pasajes es posible extraer tres elementos fundamentales:
a) Los peligros de la impureza sexual6.
6. El sexo, en el mundo bíblico, no es más que una actividad natural en el hombre, y necesaria
para la felicidad tanto individual como de la especie. Sin embargo, esto no quiere decir que, como
cualquier actividad, no esté sujeta a normas y prácticas, siendo una de las más destacadas el sexto
mandamiento del Decálogo: “No cometerás adulterio” (Ex 20: 14). El fin último del sexo en el
ámbito bíblico no es otro que proteger y extender la propia especie. Un claro ejemplo de esto puede
encontrarse en el polémico (a ojos de un lector actual) relato de acerca del origen de los moabitas
y los amonitas (Gn 20: 30-38): Tras la destrucción de Sodoma, los únicos supervivientes son Lot,
sobrino de Abraham, y sus hijas. Estas, al quedarse sin prometidos tras la destrucción de la ciudad,
deciden emborrachar a su padre y acostarse con él. Ambas consiguen su objetivo: la mayor pare a
Moab, y la menor a Ben-Ammi, futuros patriarcas de los moabitas y amonitas, respectivamente.
El significado del episodio, sobre el que texto el bíblico no realiza juicio de valor alguno, es el
517
b) La corrupción a través del conocimiento.
c) La proliferación antediluviana de la violencia.
Pese a que el segundo elemento es un añadido al material de Génesis, su
presencia en 1Henoc es enorme, jugando Asael un papel preponderante en este aspecto.
Además, cada pasaje presenta el tema desde su propia perspectiva, uniéndose a los otros
dos elementos de diferentes maneras en cada pasaje, como se verá a continuación.
El “primer relato” presenta el conocimiento como algo casi accidental, derivado
de la trasgresión sexual, siguiendo una progresión narrativa clara: Juramento de los
Vigilantes, sexo con las humanas, enseñanza del conocimiento, nacimiento de los
Gigantes y violencia de estos últimos.
El “segundo relato” enfatiza el tema del conocimiento. Los otros dos elementos
permanecen en el mismo orden, pero su presencia y estructura se encuentran subordinados
a este tema: Se presentan ocho ángeles, cada uno encargado de un tipo de conocimiento.
Asael es considerado el desencadenante de la corrupción (1Hen 8), relacionando su
enseñanza (la metalúrgica7) con el derramamiento de sangre y la impureza sexual.
Junto con la creación de la joyería mediante el oro y la plata enseña a la humanidad
como crear instrumentos de vanidad, los cuales desencadenarían la posterior atracción
sexual desmedida y la promiscuidad de los hombres (1Hen 8: 2). De esta manera se señala
que Asael y sus seguidores humanos son los principales responsables del mal.
Por lo tanto, se observa que el segundo relato muestra cómo los Vigilantes, y
especialmente Asael, presentan enseñanzas a los hombres que “corrompen su camino”.
(Gn 6: 12).
La narración de la primera historia es posteriormente extendida en 1Hen 8: 3,
indicando que la mayor parte del conocimiento está relacionado con la hechicería y la
adivinación. Curiosamente, los únicos que enseñan estos temas son Semyaza y Hermoní,
puesto que Asael enseña la ya citada metalúrgica y el resto se centra en los fenómenos
naturales. Esto se observa en las dos versiones del versículo, la etiópica y la griega:
Etiópica: Amezarak adiestró a los encantadores y a los que arrancan raíces; Armarós,
como anular los encantamientos; Baraquiel, a los astrólogos; Kokabiel, los signos, Tamiel
enseñó astrología, Asradel, el ciclo lunar.
siguiente: La perpetuación de la especie está por encima de cualquier otro valor, y por ello, las
hermanas quedan disculpadas de su incesto. En definitiva, el valor supremo que justifica el sexo es
la perpetuación de la especie, pues tal y como dice Gn 1: 28: “Sed fecundos y multiplicaos”. Dicha
máxima se aplica en la historia de Lot y sus hijas hasta sus últimas consecuencias, sin importar que
los implicados pertenezcan a la misma estirpe y compartan sangre.
7. Otro personaje bíblico vinculado con la metalurgia es Tubalcaín (o Tubal-qayin), procedente
de la genalogía cainita: Por su parte, Ṣil-lah dio a luz a Tubal-qayin, forjador de toda herramienta
de cobre y hierro. (Gn 4: 22).
518
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
Griega: Luego, el gran jefe Semyaza les enseñó los encantamientos de la mente, y las
raíces de las plantas de la tierra. Farmarós les enseñó hechicerías, encantos, trucos y
antídotos contra los encantos. El noveno les enseñó la observación de los astros. El
cuarto, la astrología, el octavo, la observación del aire; el tercero les enseñó los signos
de la tierra; el séptimo, los del sol; el vigésimo, los de la luna. Todos ellos comenzaron a
descubrir los misterios a sus mujeres e hijos. Después de esto, comenzaron los gigantes a
comerse las carnes de los hombres.
Las enseñanzas de estos ángeles no hacen referencia alguna a los eventos de
1Hen 7, pero se trata de un conocimiento “corrupto” porque está oculto y prohibido a la
mente humana: “ellos comenzaron a revelar secretos a sus esposas” (1Hen 8:3).
Por último, el “tercer relato” vuelve a contar los mismos sucesos una vez más,
pero desde la perspectiva de los arcángeles y su petición a Dios, y al igual que en el
anterior, se enfatiza el tema del conocimiento. Aquí, los arcángeles muestran su desprecio
hacia Asael debido a la enseñanza ilícita de este a la humanidad. Los arcángeles se
dedican a hablar sobre los efectos negativos que causan las enseñanzas de los Vigilantes.
Posteriormente Semyaza es incluido en la condena (1Hen 9: 7), por lo que aparece una
vuelta al tema sexual tras el énfasis previo en el conocimiento.
Ambas tradiciones (sexo y conocimiento), junto con las diversas listas angélicas
dejan preguntas sin responder. Por ejemplo, ¿cuál es la conexión entre el comportamiento
sexual de los Vigilantes y sus enseñanzas? ¿Cómo se relaciona la enseñanza de Asael a
hombres y mujeres con los temas adivinatorios, mágicos y astrológicos realizados por
el resto de Vigilantes? ¿La culpabilidad por la profusión del pecado recae solo sobre
los Vigilantes, o los humanos también son responsables? ¿De qué manera el descenso
angélico supone el origen del mal?Ante todo esto, se proponen dos lecturas que pueden
servir para tratar de responder semejantes cuestiones:
a) Una lectura narrativa ordenada de 1Hen 6-8 en orden cronológico: Los
Vigilantes descienden para tomar a las mujeres y fruto de su actividad sexual, transmiten
sus enseñanzas.
b) Una lectura diferente, en la que las enseñanzas de Asael a las mujeres serían
consideradas las causantes de la caída de Semyaza y sus huestes. La introducción
de la joyería y la cosmética por parte de Asael enaltecería la belleza de las mujeres,
convirtiéndolas en tentadoras que causarían la caída del resto de los Vigilantes al mundo.
Por lo tanto, esta interpretación requeriría considerar a 1Hen 8: 1-2 como un adelanto a
los eventos descritos en 1Hen 6: 7.
Asael enseñó al hombre a fabricar espadas de hierro y petos de bronce, y les mostró lo que
se extrae de la tierra y cómo tenían que trabajar el oro para hacerlo utilizable y, referente
a la plata, el moldearla para brazaletes. (Frag. Hen 8: 1).
Esta interpretación permitiría explicar tanto la cuestión del gran énfasis que
reciben las enseñanzas de Asael frente a las del resto de Vigilantes, como la importancia
519
que los arcángeles le prestan en 1Hen 9: 6-10. Solo tras tratar el tema de Asael se habla
nuevamente de Semyaza, el resto de Vigilantes y sus mujeres.
Otra prueba que puede servir para reforzar esta hipótesis está en el Apocalipsis
de los Animales, del s. II a.C. Este apocalipsis forma parte del Libro de los Sueños (1Hen
83-90), y presenta metafóricamente el mito angélico a través de estrellas y animales. En
concreto dice que en primer lugar “descendió una estrella”, para ser seguida posteriormente
por muchas otras (1Hen 86: 1-2). La presencia de estas dos posibles interpretaciones pone
de manifiesto las reticencias de los redactores por armonizar completamente las diferentes
tradiciones de 1Hen 6-11, siendo la polisemia del mito angélico el ejemplo más claro de
esto. A su vez, estas dos interpretaciones generarían “orígenes del mal” diferentes:
1) Con la interpretación cronológica “tradicional”, toda la culpa recaería sobre
los Vigilantes, causantes de degradar la moralidad y la historia humana. Las mujeres
serían una víctima del deseo de los ángeles, utilizadas únicamente con el fin de concebir
la prole que tanto ansían los ángeles.
Sobre esta representación de las mujeres únicamente como elemento pasivo del
deseo de los Vigilantes se hace acopio 1Hen 106, capítulo perteneciente a una obra perdida
atribuida a Noé. Narra el milagroso nacimiento del héroe del Diluvio, presentado como
un bebé de naturaleza tan poderosa y divina que su padre Lamec cree que en realidad
no es suyo sino de los ángeles. Nada se dice de una posible seducción por parte de las
mujeres:
Padre mío, óyeme ahora, pues a Lamec, mi hijo, le ha nacido un niño que no es semejante
a él, ni su naturaleza como la humana, pues su color es más blanco que escarcha y más
rojo que las rosas; su cabello, más blanco que la lana, y sus ojos, como rayos de sol; y al
abrirlos, iluminó toda la casa. Cuando fue tomado de la partera, abrió la boca y bendijo al
Señor del cielo. Su padre Lamec se asustó y huyó a mí, pues no cree que sea de él, sino
imagen de los ángeles del cielo [...] He aquí que cometieron pecados, transgredieron la
ley, se unieron a mujeres y cometieron con ellas pecado, casándose con ellas y teniendo
de ellas hijos. (1Hen 106: 10-12, 14).
2) Por el contrario, con la interpretación de que todo es debido en primer lugar a
las enseñanzas de Asael a las mujeres8, y que estas seducirían al resto de los Vigilantes,
la culpa recaería no solo en ángeles, sino también en la humanidad, compartiendo así el
pecado.
8. A su vez, esto podría ser una analogía con el pecado original, concretamente en el hecho de
que es Eva (mujer), la que tienta a Adán (hombre), después de que esta haya sido a su vez seducida
por la serpiente/Satán (ser sobrenatural). 1Hen 69, capítulo encargado de presentar a unos ángeles
caídos y satanes de extraña procedencia presenta una variante de la seducción de Eva. En este caso
es un ángel/satán llamado Gadreel, que aparece por primera y única vez en este versículo dentro
de toda la literatura hebrea. Su descripción concuerda con la de Asael/Azazel, ya que también
es encargado de enseñar las armas y la metalurgia a los hombres. Es posible que se trate de una
corrupción del texto etiópico frente al original perdido arameo.
520
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
Esta visión de que las mujeres tienen una gran parte de la culpa al seducir a los
ángeles no queda atestiguada únicamente en esta segunda lectura de 1Henoc, sino que
también se hace de ella otros apócrifos del Antiguo Testamento y la literatura rabínica9
posterior.
Perversas son las mujeres, hijos míos: como no tienen poder o fuerza sobre el hombre, lo
engañan con el artificio de su belleza para arrastrarlo hacia ellos. Al que no pueden seducir
con su apariencia lo subyugan con el engaño. Sobre ellas me habló también el ángel del
Señor y me enseñó que las mujeres son vencidas por el espíritu de la lujuria más que el
hombre. Contra él urden maquinaciones en su corazón, y con los adornos lo extravían
comenzando por sus mentes. Con la mirada siembran el veneno y luego lo esclavizan con
la acción. Una mujer no puede vencer por la fuerza a un hombre, sino que lo engaña con
artes de meretriz. Huid, pues, de la fornicación, hijos míos, y ordenad a vuestras mujeres
e hijas que no adornen sus cabezas y rostros, porque a toda mujer que usa de engaños de
esta índole le está reservado un castigo eterno. De este modo sedujeron a los Vigilantes
antes del diluvio. Como las estaban viendo tan continuamente, se encendieron en deseos
por ellas y concibieron ya el acto en sus mentes. Se metamorfosearon en hombres y se
aparecieron a ellas cuando estaban con sus maridos. Las mujeres sintieron interiormente
atracción hacia tales imágenes y engendraron gigantes. Los Vigilantes, en efecto, se les
aparecieron en un tamaño que llegaba hasta el cielo. (Test. Rubén 5).
[...]Esta le parió un hijo en el tercer septenario, en el año sexto, al que llamó de nombre
Jared, pues en sus días bajaron los ángeles del Señor a la tierra, los llamados “custodios”,
a enseñar al género humano a hacer leyes y justicia sobre la tierra [...][Henoc] exhortó
a los “custodios” que habían prevaricado con las hijas de los hombres, pues habían
comenzado a unirse con las hijas de la tierra, cometiendo abominación y dio testimonio
contra todos ellos10. (Jub 4: 15, 22).
9. Targúm Pseudo-Jonatán a Gn 6 indica que las mujeres se pintaban los ojos y caminaban
desnudas para tentar a los ángeles, el capítulo 22 de Pirkei de Rabbí Eliezer: Decía Rabbí: Los
ángeles que cayeron desde su lugar santo en los cielos vieron a las hijas de Caín mostrando sus
vergüenzas y con los ojos pintados cual rameras, y tras ellas se perdieron y de entre ellas tomaron
esposas, como está dicho: “Vieron los hijos de Dios que las hijas del hombre, etc. (Gn 6:2). (Pérez
Hernández, 1984, p. 168).
10. Esta representación de ángeles encargados que tienen la misión de enseñar justicia y
equidad a la humanidad pero que son seducidos por las mujeres tiene su equivalente en la literatura
araboislámica posterior. Los ángeles Hārūt y Mārūt quedan prendados de la belleza de la mujer
al-Zuhara, ya que Allah les “había inoculado la misma pasión que a los hijos de Adán”. (Buendía,
2009, p. 174). En este relato los ángeles buscan unirse sexualmente a la mujer, la cual les puso como
condición adorar al mismo ídolo que ella, beber vino y asesinar a alguien, algo que los ángeles no
dudan en hacer. Por último, al-Zuhara les pide también conocer el nombre de Dios y subir a los
cielos, donde finalmente es castigada y convertida en una estrella, el planeta Venus (al-Zuhara).
Por otra parte, Hārūt y Mārūt son castigados a permanecer colgados boca abajo en un pozo en
Babilonia, enseñando magia y brujería a los hombres. Nada se dice acerca del origen de los gigantes
como hijos de los ángeles en la literatura islámica, si bien el pecado del sexo (aquí sin ese matiz
521
E
...¿
?
¿Cuál es el destino final de las Hijas del Hombre, las mujeres que decidieron
unirse a los Vigilantes y engendrar su prole? A largo de 1Henoc hay gran información
sobre el castigo que recibirán los ángeles caídos y sus hijos. Los primeros serán
encadenados y encarcelados (1Hen 10:4) hasta el día del Juicio, y Asael-Azazel será
arrojado al desierto de Dudael, estableciendo así un paralelismo con la tradición que
vincula al propio tentador de las mujeres con Levítico 16, capítulo en el que se establece
la ceremonia de Yom Kippur. Cuando llegue el final de los tiempos, los Vigilantes serán
arrojados al fuego de la Gehena, donde finalmente serán ejecutados.
En el caso de sus hijos, los gigantes, en los tiempos previos al Diluvio sus
cuerpos serán aniquilados por el arcángel Gabriel siguiendo las órdenes de Dios (1Hen:
10: 9-10). No obstante, debido a su naturaleza semidivina no morirán, sino que su espíritu
vivirá bajo la forma de demonios, dando así origen a los espíritus malignos que pueblan
el mundo bíblico (1Hen 15: 9, 11-12; 16: 1).
No obstante, el destino de las mujeres es mucho más incierto, escueto y confuso.
Únicamente se dedican unas palabras a ello:
Y sus mujeres, las que han seducido a los ángeles celestes, se convertirán en
(1Hen 19: 2).
sirenas.
Estas son las únicas palabras que toda la tradición bíblica dedica al destino de
las Hijas del Hombre: Serán convertidas en sirenas. Muy posiblemente esta sea la única
mención totalmente explícita y directa a estos seres mitológicos dentro de la literatura
judeocristiana. No obstante, algunas de las traducciones de la Septuaginta registran la
presencia de este ser. El motivo proviene debido a un término bastante frecuente y ambiguo
en el texto bíblico hebreo: םינת/tannīm/. Se trata de un vocablo que abarca un amplio
rango de monstruos marinos, desde cocodrilos y lagartos, hasta el Leviatán, dragones e
incluso sirenas, aunque eso no ha impedido que en ocasiones haya sido traducido como
“chacales” u otro tipo de bestias salvajes. Es justo en algunas traducciones de Job 30:29
donde el término םינתha sido traducido como sirenas con más regularidad:
אח הייתי לתנים ורע לבנות יענה.
Me he convertido en hermano de sirenas y compañero de avestruces.
Sin embargo, es imposible saber si el término arameo original estaba vinculado
con el םינתhebreo. No hay que olvidar que el texto solo se encuentra recogido de forma
íntegra en etiópico, y los fragmentos arameos encontrados en Qumrán, no han conservado
este pasaje. Pero esa no es la única problemática en torno a la aparición de las sirenas
en 1Henoc. La versión griega de 1Hen 19: 2 presenta el término griego εἰρηνικός /
procreador de la tradición hebrea), el conocimiento prohibido y la idolatría siguen presente en la
tradición coránica.
522
Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II
eirénikos/, y se ha traducido por “pacíficas”. ¿Por qué Panopolitanus (monje copto al que
se atribuye la versión griega) entiende ειρηνικός (pacíficas) y no σειρῆνας /seirēnes/, es
decir, “sirenas”? A lo largo de los años se han realizado algunos intentos de esclarecer el
verdadero sentido del versículo, pero sin llegar a un consenso.
Federico Corriente y Antonio Piñero, encargados de la versión española de
1Henoc al español en la colección de Apócrifos del Antiguo Testamento (Díez Macho,
1984, p. 56), indican esta problemática debida a la pérdida del término semítico original,
y más recientemente (Coblentz-Bautch, 2006, p. 777) se ha propuesto una posible teoría
del vínculo entre ambas interpretaciones, indicando que Panopolitanus podría haberse
valido de una copia aramea en la que aparecería un término con la raíz שלם, cuyo campo
semántico tanto en hebreo como en arameo hace referencia a “pacificar”, “dejar en paz”,
e incluso “descansar en paz” y “fallecer”. Curiosamente, las versiones en hebreo de
1Henoc publicadas en la actualidad (las primeras reconstrucciones se remontan a finales
del s.XIX, utilizan el término שלומן/šloman/ (Goldshmidt, 1892, p. 12), y es entendido
en el sentido de “fallecidas”. Habría que averiguar cuál es la fuente principal para estas
versiones en hebrea, si el texto griego o el etiópico, aunque posiblemente se trate del
primero. No obstante, Federico Corriente y Antonio Piñero creen que el original arameo
sí que debía hacer referencia a las sirenas o algún otro ser mitológico, e indican que
ειρηνικός (pacíficas) no es más que una corrupción de σειρῆνας (sirenas) (Díez Macho,
1984, p. 56).
La investigación continúa actualmente, y ambas posturas intenta vislumbrar cual
es el auténtico fin de las mujeres que se unieron a los hombres en los mitos henóquicos.
Curiosamente, en uno de los últimos capítulos de 1Henoc, las sirenas vuelven a dejarse ver
en algunas traducciones como una forma salvaje del destino que aguarda a los pecadores
durante el Juicio:
Como liebres subiréis y entraréis por siempre en los barrancos de la tierra y las grietas
de la roca ante los inicuos, mas ellos suspirarán por vuestra causa y llorarán como arpías.
(1Hen 96: 2).
El término “arpías” que cierra el versículo, aparece en el texto etiópico como /
ṣedanat/, mientras que en griego reaparece el ya mencionado σειρῆνας /seirēnes/. Y de
hecho, estudiosos como Beer, Martin o Charles lo traducen en sus respectivos estudios
sobre 1Henoc como “sirenas” (Díez Macho, 1984, p. 129). Como bien se puede observar,
aun con solo dos menciones en todo el texto apócrifo, estas enigmáticas sirenas han
causado no pocas divagaciones e investigaciones en torno a ellas.
R
Llegados a este punto hay una cosa clara entre tanta confusión: aunque a
día de hoy se siguen discutiendo ciertos aspectos de las mujeres en las tradiciones de
523
los Vigilantes (si fueron víctimas o tentadoras), cuando llega el momento del castigo
divino, estas mujeres, sirenas o arpías, tentadoras o víctimas, desaparecen de la tradición
bíblica, continuando así con las especulaciones en torno a su naturaleza y con lo que nos
quisieron decir los autores y redactores del texto. Posteriores estudios de crítica textual
y comparación siguen siendo de momento la mejor (y presumiblemente única) forma de
avanzar en esta investigación.
B
BUENDÍA, P. (2009), “Gigantes y macrobios en la literatura árabe”, VII Estudios
de Frontera, Diputación Provincial de Jaén, 167-201.
CANTERA, F., IGLESIAS, M. (eds.), Sagrada Biblia. Madrid, Biblioteca de
Autores Cristianos.
COBLENTZ-BAUTCH, K. (2006), What becomes of Angels’ “Wifes”? A TextCritical Study of 1Enoch 19: 2. Journal of Biblical Literature (JBL) 125/4,
766-780.
DÍEZ MACHO, A. (1984), Apócrifos del Antiguo Testamento, vol. IV, Madrid,
Ediciones Cristiandad.
DIMANT, D. (1978), 1Enoch 6-11: A Methodological Perspective. Society for
Biblical Literature, Dissertation Series (SBLSP) 13, pp. 323-339.
GOLDSCHMIDT, L. (ed.) (1892), Das Buch Henoch. Berlín.
HIMMELFARB, M. (1993), Ascent to Heaven in Jewish and Christian
Apocalypses, New York.
NICKELSBURG, G. (1977), Apocalyptic and Myth in 1Enoch 6-11. Journal of
Biblical Literature (JBL) 96, 383-405.
PÉREZ HERNÁNDEZ, M. (ed.) (1984), Los Capítulos de Rabbí Eliezer.
Valencia, Biblioteca Midrásica.
524