Academia.eduAcademia.edu
1 CIJIMA II II Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores del Mundo Antiguo (25-28 de marzo de 2015) www.um.es/cepoat/cijima © De los artículos: los autores © De esta edición: Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía C O: Rafael González Fernández (Universidad de Murcia) Gonzalo Matilla Séiquer (Universidad de Murcia) Pedro David Conesa Navarro (Universidad de Murcia) José Javier Martínez García (Universidad de Murcia) José Antonio Molina Gómez (Universidad de Murcia) C : Alejandro Egea Vivancos (Universidad de Murcia) Laura Arias Ferrer (Universidad de Murcia) José Miguel García Cano (Universidad de Murcia) José Miguel Noguera Celdrán (Universidad de Murcia) Nuria Castellano Solé (Universidad de Barcelona) Juan Carlos Olivares Pedreño (Universidad de Alicante) Carlos Molina Valero (Universidad Complutense de Madrid) Celso Sánchez Mondéjar (Universidad de Murcia) Josep Padró i Parcerisa (Universidad de Barcelona) Helena Jiménez Vialás (Université de Toulouse) Fernando Prados Martínez (Universidad de Alicante) 2 ORIENTE Y OCCIDENTE EN LA ANTIGÜEDAD Actas del II Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores del Mundo Antiguo (CIJIMA II) José J. Martínez García - Pedro D. Conesa Navarro Lucía García Carreras - Celso M. Sánchez Mondéjar Carlos Molina Valero (Coords.) 3 CIJIMA II 2015 Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Durante los primeros doce meses, ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía C/ Actor Isidoro Máiquez, 9, 30007, Murcia. Tlf: +34 868883890 Correo electrónico: cepoat@um.es URL: http://www.um.es/cepoat/cijima Portada: Teatro romano de Palmira. Fuente: CEPOAT I.S.B.N.: 978-84-931372-4-3 Año publicación: 2017 Depósito Legal: MU 549-2017 Maquetación: José Javier Martínez, Lucía García Carreras, Pedro David Conesa Navarro Edición y Fotocomposición: CEPOAT 4 I : Prólogo José Miguel García Cano P 7 O E La cerámica a mano de La Fonteta (Guardamar del Segura, Alicante) Rafael Ortiz Temprado 11 Grafitos fenicio-púnicos sobre material cerámico de la antigua sexi Iván Sánchez Marcos y Eduardo Cabrera Jiménez 61 ¡Y que [los dioses] lo miren con ira! La protección de los confines en los kudurrus babilónicos y las estelas fronterizas egipcias Sara Arroyo Cuadra 79 El culto de isis en pompeya: análisis de la cultura visual isiaca a través de las imágenes del iseum José Javier Aliaga Cárceles 105 Aproximación al desarrollo del culto a la “diosa Sekhmet” durante el Egipto Antiguo Consuelo Isabel Caravaca Guerrero 137 G Bajo el disfraz de la miseria. Falsos mendigos en la literatura griega: Ulises, Edipo y Télefo Aida Fernández Prieto 171 El Periplo de Heracles en Sicilia: Reflejo en la iconografía monetal siciliana del texto de Diodoro de Sicilia. José Miguel Puebla Morón P 193 I El taller de Ostippo-Vrso en la Hispania meridional: arquitectura y materiales lapídeos Elena Pachón Fernández 211 5 R Annus Horribilis: Terror político en la Guerra Civil Romana (68-69 d.C.) Víctor Sánchez López 261 La Pena Capital y el Derecho a Torturar: Métodos de Ejecución, Castigo y Tortura en la Antigua Grecia y la Roma Imperial. Víctor Manuel Illán Máiquez 279 Las cecas del Convento Jurídico Caesaragustano: un estado de la cuestión Alicia María Izquierdo 305 Cartago Noua entre los siglos III a.C. y III d.C.: el proceso de transformación urbana Rocío Meroño Molina 373 “De trajano a cómodo. la legislación contra los cristianos fruto de la colaboración entre el emperador y las autoridades provinciales” Jorge Cuesta Fernández 407 C Análisis contrastado de distintos enfoques sobre la historia y la religión de Israel desde sus inicios hasta la caída del reino de Judá en el 587 a. C. David Villar Vegas 425 Felicitas, a la sombra de Perpetua Elisabet Seijo Ibáñez 465 Bagaudas, circunceliones y priscilianistas: una aproximación analítica hacia la tendenciosidad terminológica de las fuentes Raúl Serrano Madroñal 483 Víctimas, tentadoras y... ¿sirenas? Las mujeres que sedujeron a los ángeles en Génesis 6 y 1Henoc Carlos Santos Carretero 6 511 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II V , ... ¿ ?L G 6 1H Carlos Santos Carretero Israel Institute of Biblical Studies R El sexto capítulo del libro de Génesis presenta uno de los mitos más interesantes de la historia antediluviana del texto bíblico: la unión sexual de un grupo de ángeles, los “Hijos de Dios”, con las mujeres, las “Hijas del Hombre”. De dicho enlace surgen los gigantes y los “héroes de antaño”, forma a través del cual el judaísmo incorpora el tema de la gigantomaquia y los grandes campeones de otras culturas antiguas a su credo, pero desde una óptica negativa. A lo largo de la presente comunicación se explicará la trayectoria de las “Hijas del Hombre”, quienes dependiendo del redactor o de la obra en cuestión, aparecen como víctimas de los ángeles, o como sus lascivas tentadoras. La Biblia con frecuencia une los conceptos “femenino” y “hechicería/conocimiento prohibido”, por lo que es necesario rastrear otras “brujas y hechiceras” mencionadas en la Biblia. Palabras Clave: apócrifos, angelología, Biblia, sexo, brujería. A The sixth chapter of Genesis presents one of the most interesting myths of antediluvian biblical history: the sexual union of a group of angels, the “Sons of God”, with the women called “Daughters of Man”. From this sexual intercourse giants and “the heroes of old” are born, form through Judaism incorporates the theme of Gigantomachia and great champions from other cultures to its creed, but from a negative perspective. Through this paper, I will try to shed light in the dark path of the “Daughters of Man”, who according to the writer or work appear as victims of the angels or as vicious temptress. Biblical Scripture often connects feminine concepts with sorcery and forbidden knowledge, so first of all it is necessary to trace other witches and sorceress mentioned in the Bible. Keywords: apocrypha, angelology, Bible, sex, witchcraft. 511 I : : , El Libro Etiópico de Henoc (conocido comúnmente como 1Henoc1) es parte de un ciclo literario centrado en el séptimo patriarca antediluviano que aparece en Génesis. Se trata de un personaje sobre el que se han configurado numerosas leyendas y tradiciones, con el mítico rey mesopotámico Enmeduranki como gran prototipo, y desarrollado a lo largo de la literatura apócrifa hebrea hasta convertirse en la polémica figura del ángel Metatrón. Pero dentro de las obras “henóquicas” hay otro elemento fundamental aparte del propio Henoc: los Vigilantes, los ángeles caídos que descendieron a la tierra para mantener relaciones sexuales con las mujeres y dar a luz una prole maldita, los gigantes, que a su vez conduciría a la humanidad a la corrupción e iniquidad que haría que Dios finalmente desencadenara el Diluvio. Como es bien sabido, este relato no tiene su origen en 1Henoc, sino que se trata de una reelaboración y versión ampliada de los primeros versículos del capítulo sexto de Génesis, en el que estos ángeles reciben el nombre de “Hijos de Dios” (‫)בני אלוהים‬, y las mujeres el de “Hijas del Hombre” (‫)בנות אדם‬: Ahora bien, sucedió que comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la superficie del suelo y les nacieron hijas, y observando los hijos de Dios que las hijas del hombre eran bellas, se procuraron esposas de entre todas las que más les placieron. Dijo entonces Yahveh: “Mi espíritu no perdurará en el hombre por siempre, pues que él es carne, serán sus días ciento veinte años”. Existían por aquel tiempo en la tierra los gigantes, e incluso después de esto, cuando los hijos de Dios se llegaban a las hijas del hombre y les engendraron hijos, que son los héroes, desde antaño varones renombrados. (Gn 6: 1-4). Estos versículos forman el leitmotiv de El Libro de los Vigilantes, primera de las partes que configuran 1Henoc: En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedió que les nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los ángeles, los hijos de los cielos, las desearon y se dijeron: -Ea, escojámonos de entre los humanos y engendremos hijos. (1Hen 6: 1). 1. 1Henoc es una colección de cinco obras separadas. Numerosas especulaciones han surgido sobre la fecha, procedencia y lengua original de las mismas, siendo algunas de ellas respondidas gracias al descubrimiento de los fragmentos arameos de 1Henoc en Qumrán, como uno más de los famosos manuscritos del Mar Muerto. Dichas partes son El Libro de los Vigilantes (s. III a.C.), Parábolas de Henoc (s. I a.C.), Libro Astronómico (s. III a.C.), Libro de los Sueños, (s. II a.C.), y Epístola de Henoc (s. II a.C.). 512 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II El motivo por el que los ángeles buscan unirse a las mujeres es doble a lo largo de 1Henoc: En primer lugar, buscan tener su propia descendencia, por lo que por supuesto deciden buscarse compañeras que se las proporcione. La cuestión en torno a la sexualidad de los ángeles no debería causar ninguna problemática al lector, puesto que no hay que olvidar que estamos ante una reelaboración de las cortes celestiales cananeas, y al mismo tiempo, como una forma de muestra negativa la unión sexual entre seres divinos y hombres, algo tan habitual en otras mitologías. En la relación entre los Hijos de Dios y las Hijas del Hombre hay un doble pecado: la citada descendencia y la transmisión del conocimiento prohibido (como si fueran versiones hebreas del Prometeo griego). En torno a la crítica a la descendencia, el autor pone en boca de Dios el siguiente razonamiento: El sexo es algo aceptable solo para los que mueren y perecen, mientras que es categóricamente impropio para los seres inmortales. Vosotros, santos espirituales, vivos con vida eterna, os habéis hecho impuros con la sangre de las mujeres, en sangre mortal habéis engendrado, sangre humana habéis deseado, produciendo carne y sangre como hacen los que son mortales y perecederos. Por eso les di mujeres, para que en ellas planten (semillas) y les nazcan hijos de ellas, para que así no falte criatura sobre la tierra. Vosotros, por el contrario, erais al principio espirituales, vivos con vida eterna, inmortales por todas las generaciones del universo. Por eso no os di mujeres, pues los (seres) espirituales del cielo tienen en él su morada. (1Hen 15: 4-7). En torno a la cuestión del conocimiento, los Vigilantes se encargan de transmitir hechicerías, conjuros, así como la observación y manipulación de diferentes fenómenos terrestres y cósmicos: Semyaza enseñó (el arte) del encantamiento. Hermoní enseñó (el del) desencantamiento, la brujería, la adivinación y artes de hechicería. Baraq´el enseñó..., Kokabel enseñó los presagios de las estrellas. Zequel... Artaqof enseñó los presagios de la tierra. Samsiel enseñó los presagios del sol. Sahriel enseñó los presagios de la luna. Y todos ellos comenzaron a revelar misterios a sus mujeres. (Frag. Hen 8: 3). Por lo tanto, nos encontramos ante unas mujeres que se convierten en las receptoras (y posteriormente transmisoras) del conocimiento de los ángeles. No obstante, dicho conocimiento es visto siempre como algo negativo y prohibido. ¿El motivo? Esa cadena transmisora no ha sido autorizada por Dios y no considera a las mujeres (ni al resto de la humanidad, de hecho), como merecedoras de obtener semejante saber. Únicamente a Henoc se le revela ese saber celestial debido a su rectitud y honestidad. Esta idea concuerda con la actitud de obras sapienciales como Proverbios, Job, Qohélet (Eclesiastés) o Sirácida, las cuales critican la búsqueda del conocimiento que está por encima del entendimiento humano y que no ha sido revelado por Dios, siendo una visión escéptica de la búsqueda del saber (Himmelfarb, 1993, pp. 72-74). Así pues, a lo largo de 1Henoc se presenta un fuerte paralelismo entre Henoc y las mujeres. Ambos son 513 receptores de conocimiento celestial, pero mientras que el primero obtiene el beneplácito divino y la inmortalidad final, las “Hijas del Hombre” recibirán un destino muy diferente. ¿Pero cuál es el motivo por el que las mujeres reciben este tratamiento a lo largo de 1Henoc? Para ello convendría volver al texto bíblico, donde encontramos numerosas menciones a la vinculación de lo femenino (ya sea bajo la forma de una mujer o de una ciudad-nación2) con la hechicería, la brujería y el sexo. De hecho, toda práctica idolátrica (pecado también muy presente en 1Henoc) recibe con frecuencia en el lenguaje bíblico el nombre “prostitución”, ya que la Biblia considera a Yahveh y al pueblo elegido unidos de forma semejante al vínculo del matrimonio: a) Contra adivinos, hechiceras, nigromantes No permitirás vivir a hechicera alguna. (Éx 22: 17). No recurriréis a los nigromantes ni a los adivinos; no los consultéis, haciéndoos impuros mediante ellos. ¡Yo soy Yahveh, vuestro Dios! (Lev 19: 31). [...] Por otra parte, Saúl había hecho desaparecer del país a los nigromantes y adivinos [...] Y Saúl dijo a sus servidores: -Buscadme una mujer nigromántica para dirigirme a ella y consultarla. A lo que sus servidores respondieron: -Ve ahí que en `En-dor hay una pitonisa. Disfrazóse, pues, Saúl, y se puso otras vestiduras y partió acompañado de sus hombres. Llegaron donde la mujer de noche, y dijo: Te ruego que me adivines el espíritu de Pitón y hagas se me aparezca el que yo te diré. Pero la mujer repuso: -Ya sabes lo que ha hecho Saúl, que ha exterminado del país a los nigromantes y a los adivinos; ¿por qué, pues, armas una trampa a mi vida para hacerme morir? (1Sam 28: 3, 7-9). Y el resto de los hombres, los que no sucumbieron con esas plagas: ni se arrepintieron de las obras de sus manos, dejando de adorar a los demonios y los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, ni que pueden ver, ni oír, ni caminar, ni se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de sus fornicaciones, ni de sus robos. (Ap 9: 20-21). Realmente no hubo nadie como Ajab que se vendiera para hacer el mal a los ojos de Yahveh, pues le había seducido Jezabel, su mujer. Obró, pues, de modo muy abominable, siguiendo a los ídolos, conforme a cuanto habían hecho los amorreos, a quienes Yahveh arrojara de delante de los hijos de Israel. (1Re 21: 25-26.) 2. En hebreo, salvo el Vaticano, todos los nombres de localidades (pueblos, ciudades, países...) tienen género femenino. 514 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II [...] -¿Qué paz puede haber, mientras persistan las fornicaciones de Jezabel, tu m a d r e ysus numerosas hechicerías? (2Re 9: 22). b) Contra las naciones extranjeras Cuando hayas entrado en el país de Yahveh, tu Dios, te otorga, no aprenderás a imitar las abominaciones de aquellas naciones. No ha de hallarse ante ti quien haga pasar a su hijo o hija por el fuego, quien practique la adivinación, agorero por las nubes, adivino o mago, quien obre encantamiento, consultor de espectros u oráculos, o evocador de muertos; pues constituye una abominación para Yahveh el hombre que hace tales cosas, y por causa de estas abominaciones, Yahveh, tu Dios, arroja a esas naciones delante de ti. Has de ser perfecto con relación a Yahveh, tu Dios. Pues esas naciones que tú vas a expulsar escuchan a agoreros y adivinos, mientras que a ti no te consiente cosa parecida Yahveh, tu Dios. (Deut 18: 9-14). Guárdate de pactar alianza con los habitantes del país al que te diriges, para que no constituyan un lazo en medio de ti; por el contrario, derruirás sus altares, harás pedazos sus maṣṣebás, y sus ´ašerás has de talar, pues no te has de prosternar ante otro ´el (dios); porque Yahveh tiene por nombre, “Celoso”: un ´el celoso es; no sea que pactes alianza con los moradores del país: ¡ellos se prostituyen tras sus ´elohim (dioses), y ofrecen a sus dioses sacrificios! Se te invitaría y comerías de su sacrificio, y tomarías a sus hijas para tus hijos, y sus hijas se prostituirían tras de sus ´elohim y harían prostituirse a tus hijos en pos de los mismos. (Éx 34: 12-16). Trastornado será el espíritu de Egipto en su interior y su plan desbarataré. Entonces consultarán a los ídolos, a los hechiceros, a los nigromantes y a los adivinos. (Is 19: 3). (Sobre Babilonia3) [...] Porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque con tus hechicerías se dejaron engañar todas las naciones, y en ti se ha encontrado sangre de profetas y santos y de todos los inmolados sobre la tierra. (Ap 18: 23-24). c) Contra Israel4 No profanarás a tu hija, prostituyéndola, para que no se prostituya también el país y llene el país de libertinaje. (Lev 19: 29). Y si las gentes del país cerrasen sus ojos a fin de no ver a ese hombre, para no hacerle morir, al entregar descendencia suya a Moloc, volveré mi rostro contra ese hombre y contra su familia y le extirparé de en medio de su pueblo, a él y a todos los que tras él se 3. El vínculo de la prostitución y la hechicería en Babilonia es más que frecuente. Por ejemplo, Ez 13:17 acusa a las mujeres israelitas de haber adoptado los cultos babilónicos y prostituirse mediante ellos. Nínive es otra de las localizaciones extranjeras presentada como una prostituta idólatra, tal y como aparece en Nahúm: A causa de [todo ello] de multitud de prostituciones de la prostituta, de hermosa gracia, maestra en hechizos, que con sus prostituciones embaucaba a las naciones y con sus hechizos a los pueblos. (Na 3:4-5). 4. Ezequiel en ocasiones también se refiere a la propia Jerusalén como una prostituta, ya sea para condenar la idolatría (Ez 16: 15-17) o la política de Israel al unirse a otras naciones (Ez 23: 1-4), algo que el profeta considera una traición y ruptura con Dios. 515 prostituyan en pos de Moloc. En cuanto a la persona que recurra a los nigromantes y a los adivinos para prostituirse tras ellos, dirigiré mi rostro contra esa persona y lo exterminaré de en medio de su pueblo. (Lev 20: 4-6). Reedificó las alturas que Ezequías, su padre, había destruido, erigió altares al Ba`al, hizo una ´ašerah, conforme hiciera Ajab, rey de Israel, y se prosternó ante todo el ejército [astral] del cielo y le dio culto. [...] Además, hizo pasar por el fuego a su propio hijo, se dio al nefelismo y a los encantamientos, e instituyó nigromantes y adivinos, y repetidamente obró lo malo a los ojos de Yahveh, irritándole. El ídolo de ´Ašerah, que había hecho, lo emplazó en el Templo del que Yahveh dijera a David y Salomón, su hijo: “En esta Casa y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre; y no volveré a apartar el pie de Israel lejos del suelo que di a sus padres, con tal de que cuiden de obrar en todo conforme a lo que les ordené y toda la Ley que les prescribió mi siervo Moisés”. (2Re 21: 3, 6-8). En estos casos, el destino final de las brujos, hechiceras, falsas profetisas, nigromantes y ciudades o naciones idólatras (incluyendo en ocasiones a la propia Jerusalén) generalmente es el mismo: ser desnudada y humillada delante de todos, para que la vergüenza y la amargura se apodere de ellas: (Sobre Nínive): Heme aquí contra ti -oráculo de Yahveh Ṣeba´ot-, Yo alzaré tus faldas hasta tu cara y mostraré a las naciones tu desnudez y a los reinos tu vergüenza; y arrojaré sobre ti inmundicias, te afrentaré; y te haré servir de espectáculo. Y acaecerá que todo el que te vea huirá de ti y dirá: ¡Ha sido asolada Nínive! ¿Quién se condolerá de ella? ¿Dónde hallaré para ti consoladores5? (Na 3: 5-7). L :¿ ? Como se acaba de ver a lo largo de las citas anteriores, existe una fuerte conexión entre la magia, hechicería e idolatría con lo femenino en el mundo bíblico. Posiblemente se deba no solo a la relación entre Dios e Israel a modo de matrimonio (siendo Israel la mujer), sino también a la fuerte presencia de diosas de la fertilidad cananeas, con la citada ´Ašerah (Astarté o Ištar) a la cabeza y su culto mediante la prostitución sagrada. En el caso de las mujeres que se unen a los ángeles en Gn 6 y 1Hen 6-11 se presentan tres variantes del mito con connotaciones diferentes: - La primera descripción (1Hen 6-7) es una ampliación de lo acontecido en Gn 6: 1-4. Se describe al Vigilante Semyaza, el cual convence a un grupo de ángeles para que hagan un juramento ante él para descender a la Tierra y engendrar hijos con las “Hijas de los Hombres”. A continuación, el capítulo séptimo narra el hecho de que los Vigilantes enseñan artes mágicas y medicinales a sus mujeres, las cuales paren a unos 5. Is 47 presenta el destino final de Babilonia, como la decadencia de una gran y distinguida joven, experta en hechicerías, convertida en esclava, viuda, sola y desgraciada. 516 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II seres conocidos como Gigantes. Estos últimos, debido a su naturaleza violenta, consiguen que la humanidad agonice y clame ayuda al Cielo. - La segunda descripción (1Hen 8) vuelve a contar el pecado angélico que corrompe a la humanidad a través de sus enseñanzas. Este capítulo añade además una lista de los ángeles caídos, cada uno de ellos identificado por un conocimiento específico. Aunque Semyaza aparece en la lista, otra figura cobra gran importancia a partir de ahora: Asael. Este segundo relato enfatiza en que el conocimiento es el generador de la violencia y promiscuidad de los hombres. El capítulo concluye nuevamente con una descripción de la violencia de los Gigantes y el grito de dolor de la humanidad contra ellos. - Por último, la tercera versión de estos hechos se encuentra en 1Hen 9. Ahora son los arcángeles quienes informan a Dios de lo sucedido. Los pecados de los Vigilantes son expresados en el contexto de petición de su castigo. Se presta además una especial atención a Asael y a Semyaza, mientras que el resto de ángeles permanecen en el anonimato. Al igual que en las otras dos secciones, esta concluye con el grito de dolor de la humanidad frente a la progenie de los Vigilantes. Una vez presentadas las tres secuencias es preciso hacer la siguiente pregunta: ¿A qué se debe tanta redundancia narrativa a lo largo de estos capítulos? Se trata de versículos que describen originalmente a Semyaza como líder de los Vigilantes junto con otros insertados posteriormente y que describen a Asael como líder (Nickelsburg, 1977, pp. 383-405). Por lo tanto, aquí habría dos aproximaciones diferentes a los orígenes del pecado antediluviano y su sufrimiento (Dimant, 1978, pp. 323-339). La parte relativa a Semyaza podría ser una reelaboración del material de Génesis (el encuentro sexual y la violencia resultante de este), y la parte de Asael un añadido que reflejaría un mito independiente sobre la rebelión posterior de una única figura angélica causante de la deteriorización de la Tierra a través del conocimiento prohibido.Esto demuestra que no es fácil armonizar diferentes tradiciones en una misma historia, y a través de su estudio es posible discernir diversos estratos de la elaboración del texto. No obstante, de los tres pasajes es posible extraer tres elementos fundamentales: a) Los peligros de la impureza sexual6. 6. El sexo, en el mundo bíblico, no es más que una actividad natural en el hombre, y necesaria para la felicidad tanto individual como de la especie. Sin embargo, esto no quiere decir que, como cualquier actividad, no esté sujeta a normas y prácticas, siendo una de las más destacadas el sexto mandamiento del Decálogo: “No cometerás adulterio” (Ex 20: 14). El fin último del sexo en el ámbito bíblico no es otro que proteger y extender la propia especie. Un claro ejemplo de esto puede encontrarse en el polémico (a ojos de un lector actual) relato de acerca del origen de los moabitas y los amonitas (Gn 20: 30-38): Tras la destrucción de Sodoma, los únicos supervivientes son Lot, sobrino de Abraham, y sus hijas. Estas, al quedarse sin prometidos tras la destrucción de la ciudad, deciden emborrachar a su padre y acostarse con él. Ambas consiguen su objetivo: la mayor pare a Moab, y la menor a Ben-Ammi, futuros patriarcas de los moabitas y amonitas, respectivamente. El significado del episodio, sobre el que texto el bíblico no realiza juicio de valor alguno, es el 517 b) La corrupción a través del conocimiento. c) La proliferación antediluviana de la violencia. Pese a que el segundo elemento es un añadido al material de Génesis, su presencia en 1Henoc es enorme, jugando Asael un papel preponderante en este aspecto. Además, cada pasaje presenta el tema desde su propia perspectiva, uniéndose a los otros dos elementos de diferentes maneras en cada pasaje, como se verá a continuación. El “primer relato” presenta el conocimiento como algo casi accidental, derivado de la trasgresión sexual, siguiendo una progresión narrativa clara: Juramento de los Vigilantes, sexo con las humanas, enseñanza del conocimiento, nacimiento de los Gigantes y violencia de estos últimos. El “segundo relato” enfatiza el tema del conocimiento. Los otros dos elementos permanecen en el mismo orden, pero su presencia y estructura se encuentran subordinados a este tema: Se presentan ocho ángeles, cada uno encargado de un tipo de conocimiento. Asael es considerado el desencadenante de la corrupción (1Hen 8), relacionando su enseñanza (la metalúrgica7) con el derramamiento de sangre y la impureza sexual. Junto con la creación de la joyería mediante el oro y la plata enseña a la humanidad como crear instrumentos de vanidad, los cuales desencadenarían la posterior atracción sexual desmedida y la promiscuidad de los hombres (1Hen 8: 2). De esta manera se señala que Asael y sus seguidores humanos son los principales responsables del mal. Por lo tanto, se observa que el segundo relato muestra cómo los Vigilantes, y especialmente Asael, presentan enseñanzas a los hombres que “corrompen su camino”. (Gn 6: 12). La narración de la primera historia es posteriormente extendida en 1Hen 8: 3, indicando que la mayor parte del conocimiento está relacionado con la hechicería y la adivinación. Curiosamente, los únicos que enseñan estos temas son Semyaza y Hermoní, puesto que Asael enseña la ya citada metalúrgica y el resto se centra en los fenómenos naturales. Esto se observa en las dos versiones del versículo, la etiópica y la griega: Etiópica: Amezarak adiestró a los encantadores y a los que arrancan raíces; Armarós, como anular los encantamientos; Baraquiel, a los astrólogos; Kokabiel, los signos, Tamiel enseñó astrología, Asradel, el ciclo lunar. siguiente: La perpetuación de la especie está por encima de cualquier otro valor, y por ello, las hermanas quedan disculpadas de su incesto. En definitiva, el valor supremo que justifica el sexo es la perpetuación de la especie, pues tal y como dice Gn 1: 28: “Sed fecundos y multiplicaos”. Dicha máxima se aplica en la historia de Lot y sus hijas hasta sus últimas consecuencias, sin importar que los implicados pertenezcan a la misma estirpe y compartan sangre. 7. Otro personaje bíblico vinculado con la metalurgia es Tubalcaín (o Tubal-qayin), procedente de la genalogía cainita: Por su parte, Ṣil-lah dio a luz a Tubal-qayin, forjador de toda herramienta de cobre y hierro. (Gn 4: 22). 518 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II Griega: Luego, el gran jefe Semyaza les enseñó los encantamientos de la mente, y las raíces de las plantas de la tierra. Farmarós les enseñó hechicerías, encantos, trucos y antídotos contra los encantos. El noveno les enseñó la observación de los astros. El cuarto, la astrología, el octavo, la observación del aire; el tercero les enseñó los signos de la tierra; el séptimo, los del sol; el vigésimo, los de la luna. Todos ellos comenzaron a descubrir los misterios a sus mujeres e hijos. Después de esto, comenzaron los gigantes a comerse las carnes de los hombres. Las enseñanzas de estos ángeles no hacen referencia alguna a los eventos de 1Hen 7, pero se trata de un conocimiento “corrupto” porque está oculto y prohibido a la mente humana: “ellos comenzaron a revelar secretos a sus esposas” (1Hen 8:3). Por último, el “tercer relato” vuelve a contar los mismos sucesos una vez más, pero desde la perspectiva de los arcángeles y su petición a Dios, y al igual que en el anterior, se enfatiza el tema del conocimiento. Aquí, los arcángeles muestran su desprecio hacia Asael debido a la enseñanza ilícita de este a la humanidad. Los arcángeles se dedican a hablar sobre los efectos negativos que causan las enseñanzas de los Vigilantes. Posteriormente Semyaza es incluido en la condena (1Hen 9: 7), por lo que aparece una vuelta al tema sexual tras el énfasis previo en el conocimiento. Ambas tradiciones (sexo y conocimiento), junto con las diversas listas angélicas dejan preguntas sin responder. Por ejemplo, ¿cuál es la conexión entre el comportamiento sexual de los Vigilantes y sus enseñanzas? ¿Cómo se relaciona la enseñanza de Asael a hombres y mujeres con los temas adivinatorios, mágicos y astrológicos realizados por el resto de Vigilantes? ¿La culpabilidad por la profusión del pecado recae solo sobre los Vigilantes, o los humanos también son responsables? ¿De qué manera el descenso angélico supone el origen del mal?Ante todo esto, se proponen dos lecturas que pueden servir para tratar de responder semejantes cuestiones: a) Una lectura narrativa ordenada de 1Hen 6-8 en orden cronológico: Los Vigilantes descienden para tomar a las mujeres y fruto de su actividad sexual, transmiten sus enseñanzas. b) Una lectura diferente, en la que las enseñanzas de Asael a las mujeres serían consideradas las causantes de la caída de Semyaza y sus huestes. La introducción de la joyería y la cosmética por parte de Asael enaltecería la belleza de las mujeres, convirtiéndolas en tentadoras que causarían la caída del resto de los Vigilantes al mundo. Por lo tanto, esta interpretación requeriría considerar a 1Hen 8: 1-2 como un adelanto a los eventos descritos en 1Hen 6: 7. Asael enseñó al hombre a fabricar espadas de hierro y petos de bronce, y les mostró lo que se extrae de la tierra y cómo tenían que trabajar el oro para hacerlo utilizable y, referente a la plata, el moldearla para brazaletes. (Frag. Hen 8: 1). Esta interpretación permitiría explicar tanto la cuestión del gran énfasis que reciben las enseñanzas de Asael frente a las del resto de Vigilantes, como la importancia 519 que los arcángeles le prestan en 1Hen 9: 6-10. Solo tras tratar el tema de Asael se habla nuevamente de Semyaza, el resto de Vigilantes y sus mujeres. Otra prueba que puede servir para reforzar esta hipótesis está en el Apocalipsis de los Animales, del s. II a.C. Este apocalipsis forma parte del Libro de los Sueños (1Hen 83-90), y presenta metafóricamente el mito angélico a través de estrellas y animales. En concreto dice que en primer lugar “descendió una estrella”, para ser seguida posteriormente por muchas otras (1Hen 86: 1-2). La presencia de estas dos posibles interpretaciones pone de manifiesto las reticencias de los redactores por armonizar completamente las diferentes tradiciones de 1Hen 6-11, siendo la polisemia del mito angélico el ejemplo más claro de esto. A su vez, estas dos interpretaciones generarían “orígenes del mal” diferentes: 1) Con la interpretación cronológica “tradicional”, toda la culpa recaería sobre los Vigilantes, causantes de degradar la moralidad y la historia humana. Las mujeres serían una víctima del deseo de los ángeles, utilizadas únicamente con el fin de concebir la prole que tanto ansían los ángeles. Sobre esta representación de las mujeres únicamente como elemento pasivo del deseo de los Vigilantes se hace acopio 1Hen 106, capítulo perteneciente a una obra perdida atribuida a Noé. Narra el milagroso nacimiento del héroe del Diluvio, presentado como un bebé de naturaleza tan poderosa y divina que su padre Lamec cree que en realidad no es suyo sino de los ángeles. Nada se dice de una posible seducción por parte de las mujeres: Padre mío, óyeme ahora, pues a Lamec, mi hijo, le ha nacido un niño que no es semejante a él, ni su naturaleza como la humana, pues su color es más blanco que escarcha y más rojo que las rosas; su cabello, más blanco que la lana, y sus ojos, como rayos de sol; y al abrirlos, iluminó toda la casa. Cuando fue tomado de la partera, abrió la boca y bendijo al Señor del cielo. Su padre Lamec se asustó y huyó a mí, pues no cree que sea de él, sino imagen de los ángeles del cielo [...] He aquí que cometieron pecados, transgredieron la ley, se unieron a mujeres y cometieron con ellas pecado, casándose con ellas y teniendo de ellas hijos. (1Hen 106: 10-12, 14). 2) Por el contrario, con la interpretación de que todo es debido en primer lugar a las enseñanzas de Asael a las mujeres8, y que estas seducirían al resto de los Vigilantes, la culpa recaería no solo en ángeles, sino también en la humanidad, compartiendo así el pecado. 8. A su vez, esto podría ser una analogía con el pecado original, concretamente en el hecho de que es Eva (mujer), la que tienta a Adán (hombre), después de que esta haya sido a su vez seducida por la serpiente/Satán (ser sobrenatural). 1Hen 69, capítulo encargado de presentar a unos ángeles caídos y satanes de extraña procedencia presenta una variante de la seducción de Eva. En este caso es un ángel/satán llamado Gadreel, que aparece por primera y única vez en este versículo dentro de toda la literatura hebrea. Su descripción concuerda con la de Asael/Azazel, ya que también es encargado de enseñar las armas y la metalurgia a los hombres. Es posible que se trate de una corrupción del texto etiópico frente al original perdido arameo. 520 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II Esta visión de que las mujeres tienen una gran parte de la culpa al seducir a los ángeles no queda atestiguada únicamente en esta segunda lectura de 1Henoc, sino que también se hace de ella otros apócrifos del Antiguo Testamento y la literatura rabínica9 posterior. Perversas son las mujeres, hijos míos: como no tienen poder o fuerza sobre el hombre, lo engañan con el artificio de su belleza para arrastrarlo hacia ellos. Al que no pueden seducir con su apariencia lo subyugan con el engaño. Sobre ellas me habló también el ángel del Señor y me enseñó que las mujeres son vencidas por el espíritu de la lujuria más que el hombre. Contra él urden maquinaciones en su corazón, y con los adornos lo extravían comenzando por sus mentes. Con la mirada siembran el veneno y luego lo esclavizan con la acción. Una mujer no puede vencer por la fuerza a un hombre, sino que lo engaña con artes de meretriz. Huid, pues, de la fornicación, hijos míos, y ordenad a vuestras mujeres e hijas que no adornen sus cabezas y rostros, porque a toda mujer que usa de engaños de esta índole le está reservado un castigo eterno. De este modo sedujeron a los Vigilantes antes del diluvio. Como las estaban viendo tan continuamente, se encendieron en deseos por ellas y concibieron ya el acto en sus mentes. Se metamorfosearon en hombres y se aparecieron a ellas cuando estaban con sus maridos. Las mujeres sintieron interiormente atracción hacia tales imágenes y engendraron gigantes. Los Vigilantes, en efecto, se les aparecieron en un tamaño que llegaba hasta el cielo. (Test. Rubén 5). [...]Esta le parió un hijo en el tercer septenario, en el año sexto, al que llamó de nombre Jared, pues en sus días bajaron los ángeles del Señor a la tierra, los llamados “custodios”, a enseñar al género humano a hacer leyes y justicia sobre la tierra [...][Henoc] exhortó a los “custodios” que habían prevaricado con las hijas de los hombres, pues habían comenzado a unirse con las hijas de la tierra, cometiendo abominación y dio testimonio contra todos ellos10. (Jub 4: 15, 22). 9. Targúm Pseudo-Jonatán a Gn 6 indica que las mujeres se pintaban los ojos y caminaban desnudas para tentar a los ángeles, el capítulo 22 de Pirkei de Rabbí Eliezer: Decía Rabbí: Los ángeles que cayeron desde su lugar santo en los cielos vieron a las hijas de Caín mostrando sus vergüenzas y con los ojos pintados cual rameras, y tras ellas se perdieron y de entre ellas tomaron esposas, como está dicho: “Vieron los hijos de Dios que las hijas del hombre, etc. (Gn 6:2). (Pérez Hernández, 1984, p. 168). 10. Esta representación de ángeles encargados que tienen la misión de enseñar justicia y equidad a la humanidad pero que son seducidos por las mujeres tiene su equivalente en la literatura araboislámica posterior. Los ángeles Hārūt y Mārūt quedan prendados de la belleza de la mujer al-Zuhara, ya que Allah les “había inoculado la misma pasión que a los hijos de Adán”. (Buendía, 2009, p. 174). En este relato los ángeles buscan unirse sexualmente a la mujer, la cual les puso como condición adorar al mismo ídolo que ella, beber vino y asesinar a alguien, algo que los ángeles no dudan en hacer. Por último, al-Zuhara les pide también conocer el nombre de Dios y subir a los cielos, donde finalmente es castigada y convertida en una estrella, el planeta Venus (al-Zuhara). Por otra parte, Hārūt y Mārūt son castigados a permanecer colgados boca abajo en un pozo en Babilonia, enseñando magia y brujería a los hombres. Nada se dice acerca del origen de los gigantes como hijos de los ángeles en la literatura islámica, si bien el pecado del sexo (aquí sin ese matiz 521 E ...¿ ? ¿Cuál es el destino final de las Hijas del Hombre, las mujeres que decidieron unirse a los Vigilantes y engendrar su prole? A largo de 1Henoc hay gran información sobre el castigo que recibirán los ángeles caídos y sus hijos. Los primeros serán encadenados y encarcelados (1Hen 10:4) hasta el día del Juicio, y Asael-Azazel será arrojado al desierto de Dudael, estableciendo así un paralelismo con la tradición que vincula al propio tentador de las mujeres con Levítico 16, capítulo en el que se establece la ceremonia de Yom Kippur. Cuando llegue el final de los tiempos, los Vigilantes serán arrojados al fuego de la Gehena, donde finalmente serán ejecutados. En el caso de sus hijos, los gigantes, en los tiempos previos al Diluvio sus cuerpos serán aniquilados por el arcángel Gabriel siguiendo las órdenes de Dios (1Hen: 10: 9-10). No obstante, debido a su naturaleza semidivina no morirán, sino que su espíritu vivirá bajo la forma de demonios, dando así origen a los espíritus malignos que pueblan el mundo bíblico (1Hen 15: 9, 11-12; 16: 1). No obstante, el destino de las mujeres es mucho más incierto, escueto y confuso. Únicamente se dedican unas palabras a ello: Y sus mujeres, las que han seducido a los ángeles celestes, se convertirán en (1Hen 19: 2). sirenas. Estas son las únicas palabras que toda la tradición bíblica dedica al destino de las Hijas del Hombre: Serán convertidas en sirenas. Muy posiblemente esta sea la única mención totalmente explícita y directa a estos seres mitológicos dentro de la literatura judeocristiana. No obstante, algunas de las traducciones de la Septuaginta registran la presencia de este ser. El motivo proviene debido a un término bastante frecuente y ambiguo en el texto bíblico hebreo: ‫ םינת‬/tannīm/. Se trata de un vocablo que abarca un amplio rango de monstruos marinos, desde cocodrilos y lagartos, hasta el Leviatán, dragones e incluso sirenas, aunque eso no ha impedido que en ocasiones haya sido traducido como “chacales” u otro tipo de bestias salvajes. Es justo en algunas traducciones de Job 30:29 donde el término ‫ םינת‬ha sido traducido como sirenas con más regularidad: ‫אח הייתי לתנים ורע לבנות יענה‬. Me he convertido en hermano de sirenas y compañero de avestruces. Sin embargo, es imposible saber si el término arameo original estaba vinculado con el ‫ םינת‬hebreo. No hay que olvidar que el texto solo se encuentra recogido de forma íntegra en etiópico, y los fragmentos arameos encontrados en Qumrán, no han conservado este pasaje. Pero esa no es la única problemática en torno a la aparición de las sirenas en 1Henoc. La versión griega de 1Hen 19: 2 presenta el término griego εἰρηνικός / procreador de la tradición hebrea), el conocimiento prohibido y la idolatría siguen presente en la tradición coránica. 522 Oriente y Occidente en la Antigüedad. Actas del CIJIMA II eirénikos/, y se ha traducido por “pacíficas”. ¿Por qué Panopolitanus (monje copto al que se atribuye la versión griega) entiende ειρηνικός (pacíficas) y no σειρῆνας /seirēnes/, es decir, “sirenas”? A lo largo de los años se han realizado algunos intentos de esclarecer el verdadero sentido del versículo, pero sin llegar a un consenso. Federico Corriente y Antonio Piñero, encargados de la versión española de 1Henoc al español en la colección de Apócrifos del Antiguo Testamento (Díez Macho, 1984, p. 56), indican esta problemática debida a la pérdida del término semítico original, y más recientemente (Coblentz-Bautch, 2006, p. 777) se ha propuesto una posible teoría del vínculo entre ambas interpretaciones, indicando que Panopolitanus podría haberse valido de una copia aramea en la que aparecería un término con la raíz ‫שלם‬, cuyo campo semántico tanto en hebreo como en arameo hace referencia a “pacificar”, “dejar en paz”, e incluso “descansar en paz” y “fallecer”. Curiosamente, las versiones en hebreo de 1Henoc publicadas en la actualidad (las primeras reconstrucciones se remontan a finales del s.XIX, utilizan el término ‫ שלומן‬/šloman/ (Goldshmidt, 1892, p. 12), y es entendido en el sentido de “fallecidas”. Habría que averiguar cuál es la fuente principal para estas versiones en hebrea, si el texto griego o el etiópico, aunque posiblemente se trate del primero. No obstante, Federico Corriente y Antonio Piñero creen que el original arameo sí que debía hacer referencia a las sirenas o algún otro ser mitológico, e indican que ειρηνικός (pacíficas) no es más que una corrupción de σειρῆνας (sirenas) (Díez Macho, 1984, p. 56). La investigación continúa actualmente, y ambas posturas intenta vislumbrar cual es el auténtico fin de las mujeres que se unieron a los hombres en los mitos henóquicos. Curiosamente, en uno de los últimos capítulos de 1Henoc, las sirenas vuelven a dejarse ver en algunas traducciones como una forma salvaje del destino que aguarda a los pecadores durante el Juicio: Como liebres subiréis y entraréis por siempre en los barrancos de la tierra y las grietas de la roca ante los inicuos, mas ellos suspirarán por vuestra causa y llorarán como arpías. (1Hen 96: 2). El término “arpías” que cierra el versículo, aparece en el texto etiópico como / ṣedanat/, mientras que en griego reaparece el ya mencionado σειρῆνας /seirēnes/. Y de hecho, estudiosos como Beer, Martin o Charles lo traducen en sus respectivos estudios sobre 1Henoc como “sirenas” (Díez Macho, 1984, p. 129). Como bien se puede observar, aun con solo dos menciones en todo el texto apócrifo, estas enigmáticas sirenas han causado no pocas divagaciones e investigaciones en torno a ellas. R Llegados a este punto hay una cosa clara entre tanta confusión: aunque a día de hoy se siguen discutiendo ciertos aspectos de las mujeres en las tradiciones de 523 los Vigilantes (si fueron víctimas o tentadoras), cuando llega el momento del castigo divino, estas mujeres, sirenas o arpías, tentadoras o víctimas, desaparecen de la tradición bíblica, continuando así con las especulaciones en torno a su naturaleza y con lo que nos quisieron decir los autores y redactores del texto. Posteriores estudios de crítica textual y comparación siguen siendo de momento la mejor (y presumiblemente única) forma de avanzar en esta investigación. B BUENDÍA, P. (2009), “Gigantes y macrobios en la literatura árabe”, VII Estudios de Frontera, Diputación Provincial de Jaén, 167-201. CANTERA, F., IGLESIAS, M. (eds.), Sagrada Biblia. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos. COBLENTZ-BAUTCH, K. (2006), What becomes of Angels’ “Wifes”? A TextCritical Study of 1Enoch 19: 2. Journal of Biblical Literature (JBL) 125/4, 766-780. DÍEZ MACHO, A. (1984), Apócrifos del Antiguo Testamento, vol. IV, Madrid, Ediciones Cristiandad. DIMANT, D. (1978), 1Enoch 6-11: A Methodological Perspective. Society for Biblical Literature, Dissertation Series (SBLSP) 13, pp. 323-339. GOLDSCHMIDT, L. (ed.) (1892), Das Buch Henoch. Berlín. HIMMELFARB, M. (1993), Ascent to Heaven in Jewish and Christian Apocalypses, New York. NICKELSBURG, G. (1977), Apocalyptic and Myth in 1Enoch 6-11. Journal of Biblical Literature (JBL) 96, 383-405. PÉREZ HERNÁNDEZ, M. (ed.) (1984), Los Capítulos de Rabbí Eliezer. Valencia, Biblioteca Midrásica. 524