V
PA RT E
FRONTERAS DEL DEBATE:
JÓVENES VÍCTIMAS QUE PRESENTAN PRÁCTICAS DE
OFENSA SEXUAL A TERCEROS
Evaluación de la tasa de reincidencia de ofensas de carácter
sexual y no sexual en la población de jóvenes que participaron
en el programa terapéutico con jóvenes agresores sexuales en
el Centro especializado TRAFÚN - V Región
Rodrigo Venegas Cárdenas
Modelo de intervención familiar desde la perspectiva
del trabajo social en casos de niños, niñas y jóvenes con
conductas de ofensa sexual a terceros
Angélica Flores Quiroga
Nelly Navarro
Estudio descriptivo - comparativo del peril de personalidad
y los niveles de autoestima en jóvenes agresores sexuales
masculinos inimputables, comparados con jóvenes de la
población general de Valparaíso - V Región
Felipe Jara León
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Evaluación de la tasa de reincidencia de ofensas de
carácter sexual y no sexual en la población de jóvenes que
participaron en el programa terapéutico con jóvenes agresores
sexuales en el Centro especializado TRAFÚN - V Región
Rodrigo Venegas Cárdenas
Resumen
E
l presente articulo intenta dar cuenta de los resultados de la investigación llevada a cabo hasta
abril del 2006 que evalúa la tasa de reincidencia de los jóvenes atendidos y egresados en el centro
TRAFÚN de la Corporación PAICABÍ desde el 2003 a la fecha, y un conjunto de datos anexos como
son la percepción actual del grupo familiar de los cambios del joven, la percepción de su grupo
familiar de sí mismos y del joven y la presencia de otros delitos de carácter no sexual llevados a
cabo en el período evaluado. Los resultados dan cuenta de la nula reincidencia en el período así
como una baja presencia de otros delitos de carácter no sexual. A partir de ello se relexiona sobre las
variables asociadas a los resultados obtenidos desde una discusión del modelo de atención hasta las
características de la muestra y la población objetivo del Centro TRAFÚN.
1. Introducción
Toda experiencia pionera comparte una importante cuota de valentía pero también de
incertidumbre respecto a los desafíos que se vislumbran y las dudas ante las adversidades que día
a día van surgiendo. Es un proceso largo de complementar la teoría y la práctica, de co-construir
con los usuarios y los profesionales las metodologías más adecuadas y la comprensión del rol del
proyecto por parte de la comunidad en la cual el proyecto está inserto.
Luego de tres años de trabajo con jóvenes que han agredido sexualmente en el Centro
TRAFÚN de la corporación PAICABÍ se hacía necesario realizar una evaluación multi dimensional
del estado del proyecto y su efectividad. Así entonces, se diseñó un programa de evaluación de la
conservación de los cambios logrados por la intervención del Centro.
Para ello se diseñó un instrumento que consideraba la recolección de información sobre la
base de tres fuentes:
a. Entrevista semi-estructurada con jóvenes que terminaron su tratamiento en el centro
TRAFÚN.
b. Entrevista semi-estructurada a los adultos signiicativos con los que vive o de quienes
depende el joven.
c. Búsqueda de nueva información judicial disponible del joven en Tribunal de Menores,
Tribunal de Familia o iscalías locales.
2. Síntesis de la historia del Centro TRAFÚN
Los jóvenes que realizan conductas sexuales agresivas desarrollan un número no menor de
ofensas a pares, dicha situación se ha ido evidenciando con mayor fuerza a lo largo de esta década,
siendo necesaria cada vez con mayor claridad políticas congruentes y atención especializada.
Durante la década del ochenta y principios del noventa la literatura psicológica hablaba de
los niños y niñas ofensores como “mini pervertidos”, “futuros pedóilos”, “depredadores sexuales en
potencia”, sin embargo, dichas connotaciones restringían desde el lenguaje la posibilidad de cambio
e ignoraban el carácter dinámico del ser en construcción que constituye un joven y su contexto.
Hacia el año 2000 comienza a ser patente en los proyectos de maltrato de la Corporación
PAICABÍ la continúa alza de víctimas de delitos de connotación sexual cuyos perpetradores
corresponden a otros niños o jóvenes del mismo círculo familiar. Dicha preocupación se ve sostenida
en tanto no existía a esa fecha un programa altamente especializado dentro de la red pública que
permitiera la intervención reparatoria con dichos jóvenes y que asegurara la interrupción de nuevas
vulneraciones a los derechos sexuales de las víctimas.
En ese contexto, surge la idea de proyectar una institución cuya responsabilidad sea la
intervención terapéutica temprana con jóvenes que han desarrollado conductas agresivas de carácter
sexual entre los 10 y 17 años.
Dicha instancia se constituyó hacia el 2003 con el nombre de Centro TRAFÚN y desde entonces
hasta la fecha ha atendido a más de 55 jóvenes y sus familias derivados desde Tribunal de Menores,
Fiscalías Locales, Tribunal de Familia, y red SENAME V región, entre otras instituciones.
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3. Metodología de investigación: Ficha Técnica
Diseño de investigación
La investigación es de carácter no experimental en la medida que
no hay manipulación de variables, investigando el fenómeno tal
y cómo se da en su contexto natural; y es transaccional, debido
a que la recolección de datos se realizará en un momento único
del tiempo. Es necesario hacer notar que los estudios descriptivos
miden de manera más bien independiente los conceptos o
variables, aunque desde luego, pueden integrar las mediciones
de cada una de dichas variables para decir cómo es y cómo se
maniiesta el fenómeno de interés.
Población
Todos los adolescentes y adultos signiicativos que hayan
completado el tratamiento terapéutico en el Proyecto TRAFÚN,
Valparaíso. Con un N=30 para la investigación
Muestra
Muestra no probabilística, intencionada. La muestra de
adolescentes se ubica dentro de los siguientes parámetros:
Hombre y mujeres,
Que hayan asistido a terapia en el proyecto TRAFÚN de
Valparaíso,
Que vivan actualmente en la Región,
La muestra de adultos:
- Adulto referente responsable actual del joven
- El adulto vive con el joven usuario del proyecto
Instrumento
Se realiza entrevista semi-estructurada dirigida al adulto
responsable.
Se realiza entrevista semi-estructurada dirigida al joven que había
sido usuario del proyecto TRAFÚN.
Entrevistador
Realiza la entrevista un sujeto “neutral” no conocido por los
entrevistados y no adscrito al proyecto TRAFÚN.
4. Resultados de la investigación: datos demográicos (ver anexo)
Los datos demográicos dan cuenta del estado actual de la población atendida y egresada
desde el 2003 a la fecha, destacando que se logró ubicar al 0% de los jóvenes; respecto al otro 20%,
presentaban cambio de domicilio, lo que no es poco usual en consideración que una parte de la
población que se atiende en el Centro presenta arriendo de vivienda o están de allegados, por lo que
los cambios en el ciclo de trabajo conlleva una reubicación física acorde con la necesidades y recursos
del momento. No obstante, el 80% es número signiicativo de los usuarios, de los cuales el 58%
presenta a la fecha entre 16 y 17 años, el 25% entre 14 y 15 y sólo el 12 % entre 12 a 13 años. Ello nos
habla de la curva de derivación que ha tenido el proyecto estando históricamente nuestra población
de atención entre los 14 y 15 años lo que se ha mantenido constante.
0
5. Resultados de la investigación: datos de los ex usuarios del programa
(ver anexo)
Las preguntas semi-estructurada s entregan valiosa información tangencial al momento de
desarrollar un análisis de la información, es por eso que fue la modalidad elegida para la investigación.
De ahí podemos asomarnos al contenido maniiesto y latente en las respuestas entregadas. La primera
serie de preguntas corresponde a los adultos signiicativos, por el contexto (entrevista en el lugar
donde reside el joven) la madre es quien contestó la mayor parte de las veces, aún cuando también
nos encontramos con familia extensa, siendo parte de la evaluación. La primera pregunta es difusa
y abierta: “¿Cómo evalúa Ud. que ha estado el joven desde su egreso del centro TRAFÚN?”, (Tabla
1) es una pregunta que no apunta al ámbito agresivo sexual sino a una evaluación global del joven
en su medio y por sobre todo a las expectativas de cambio y logro del adulto signiicativo. En esa
comprensión resalta positivamente que un 17% considera que el joven ha estado “Muy bien” desde
el egreso, concentrando las respuestas en una modiicación positiva en el modo en que se comporta
con ellos, sus hermanos y en el establecimiento educacional. El 3% planteó en ello la categoría
“Bien”, se concentran respuestas orientadas a la mantención del joven sin nuevas reincidencias, un
positivo desempeño escolar y el mejoramiento de las relaciones al interior del grupo familiar pero
con presencia de conlictos fundamentalmente entre madre e hjo en torno a las horas de salida, de
llegada y cumplimiento de normas especíicas. Sin embargo, ninguno de los entrevistados planteó
que necesitara asistir a algún tipo de ayuda u orientación sino que lo asume como “propio de la
edad” y las rencillas de carácter esporádico.
La segunda pregunta (tabla 2) acota la mirada al grupo familiar: “¿Cómo ha estado la familia
desde que egresó?”, reposicionando en ello el hecho que no es sólo el joven quien asistió al centro sino
todo su grupo familiar y por ello forma parte del problema y de la solución. El 25% de los entrevistados
declaran “Muy bien”, desde su perspectiva se han mantenido cambios signiicativos en particular
en el espacio de las estrategias de afrontamiento de los conlictos, esto es, mecanismos de resolución
de conlictos variables, lexibles y no violentos, lo que ha posibilitado mayor entendimiento entre
las partes. Por otra parte, el 75% considera como respuesta apropiada “Bien”, en ello está contenida
la percepción de que se han mantenido algunas diicultades, en particular con la red de familiares
más amplia (la agresión sexual en el centro TRAFÚN en un 90% corresponde a familiares y 10%
amigos de la familia), es importante hacer notar que en muchas oportunidades la develación de la
ofensa sexual conlleva el quiebre del grupo familiar extenso en donde los adultos de las distintas
ramas familiares juzgan y toman parte en el asunto, lo que conlleva la salida de la casa del grupo
ofensor si es allegado, la exclusión social si son familia extensas o la marginación de algunos eventos
familiares signiicativos (por ejemplo Navidad o año nuevo) como forma de sanción, lo que implica
una reorganización de la familia, la construcción de nuevos lazos afectivos y la creación de otros
puentes de comunicación con sus grupos de referencia. En ello se maniiesta el “Bien”, en la lenta
reconstrucción de lazos sociales, re encuentros familiares y quiebres permanentes y los acomodos
que ello conlleva. Se observa una importante valoración del desempeño social y escolar del joven y
la mejor “comunicación” entre los adultos y el adolescente.
La pregunta tres (tabla 3) intenta indagar en dos áreas: por una parte la presencia de una
red social de apoyo y por otra la aparición de nuevas problemáticas de difícil solución intrafamiliar.
Los resultados dan cuenta de una pobre conexión con redes de apoyo social (75%) lo que es todo
un reto en el trabajo de la ecología familiar a nivel del meso sistema que no se ha desarrollado
adecuadamente en la articulación del grupo en estructuras de apoyo o participación (ello asociado
a la ya conocida construcción social post modernista de una baja organización de tejido social en
nuestro país como factor exosistémico). Por otra parte, la familia sí identiica lugares en caso de
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tener diicultades, el mismo Centro TRAFÚN para orientación, oicinas de protección de derechos
OPD, asistente social de la Municipalidad, orientador del colegio fueron las principales referencias.
En la cuarta pregunta (tabla 4) sobre si han presentado reincidencias, el 100% de los entrevistados
declara que no han existido nuevas agresiones de carácter sexual de parte del joven. El dato ha
sido comparado con las causas de Tribunal de Familia y Fiscalía y con mismo el joven, y desde esa
veriicación es posible plantear que no se han pesquisado nuevas agresiones sexuales (esta categoría
es post egreso y no durante el proceso interventivo donde sí se presentan reincidencias en pleno
tratamiento). Si bien nos llena de optimismo, es necesario considerar un espacio de duda frente a la
posibilidad de reincidencias no detectadas o encubiertas por el grupo familiar. En el siguiente ítem
(tabla 5) “reincidencia de otro tipo de vulneración de derechos a las personas” se intenta considerar
si ha habido otros tipo de ofensas contra las personas o la propiedad, el resultado es alentador con
un 90% que no presenta otro tipo de delito y un 10% que ha presentado conductas antisociales. Al
respecto se recaba información de las conductas presentándose incidentes con carabineros durante el
paro estudiantil de Valparaíso (Abril 2005) y su procesamiento por “maltrato de obra a carabineros”
según lo declarado; el otro caso es de un joven que ha sido acusado de hurto, pero no está clara su
participación a la fecha y no hay constancia en tribunales.
En la última pregunta (tabla 6) se pide al adulto responsable o grupo familiar que pueda dar
cuenta de la o las explicaciones que se dan del cambio (o no cambio) presente en el joven desde el
egreso, siendo rescatable el hecho que del total de las personas entrevistadas el 20% hace referencia
a cambios en las pautas de crianza y en ello se ha involucrado una modiicación general al meso
sistema, esto es, a los otros hermanos y hermanas mayores o menores.
Otra respuesta recurrente corresponde al 15% que plantea una mayor comunicación en la
familia. El fortalecimiento de las habilidades pro sociales se ve relejado en la posibilidad de ser
más asertivo y empático, mostrando una comunicación clara y directa. Un valor que ya ha estado
relejado en otras preguntas corresponde a un 25% que plantea que han cambiado los mecanismos
de resolución de conlictos, desarrollando estrategias de negociación, colocando límites claros y
acordados entre los padres o tutores. Cabe destacar entonces, que un 60% de las personas reiere como
explicación del cambio una modiicación del grupo familiar en su conjunto y no sólo del joven y su
sexualidad, en ello se expresa la posición epistemológica del proyecto de ver al sujeto en desarrollo
inmerso en niveles de sistemas que actúan y pre disponen (pero no determinan) y al adolescente no
como el portador de una patología sino como parte de una estructura más amplia de signiicados.
El otro 35% asume que el cambio pasa por el propio joven y su modo de relación con el medio. Un
aspecto no menor, responde al hecho que el cambio en ningún caso es atribuido al Centro TRAFÚN
sino a los factores personales, familiares o medio ambientales. Coloca el control y el manejo en ellos
y en su responsabilidad por sobre el clientelismo o el modelo médico de diferenciación de saberes
y de poder.
Al revisar las respuestas de los jóvenes aparece una diferencia porcentual signiicativa al
compararla con las respuesta de los padres a la pregunta “Cómo has estado desde que dejaste de ir
al Centro TRAFÚN”, (tabla 1 jóvenes) sólo el 8% se identiica como “Muy Bien”, lo que es bastante
menor al 17% que el grupo familiar declara (ver tabla 1 adulto) lo que no es de extrañar, pues las
bases desde donde se realizan la evaluaciones son diferentes. Los jóvenes se asoman a la respuesta
desde su mundo de pares y redes más cercanas y centrados en el presente, mientras se observa que
los adultos contemplan la respuesta ponderando la historia más amplia y valoran cambios en los
otros hermanos y en su relación de pareja cosa que el joven no reiere, ahora bien, el 92% se identiica
con “Bien” colocando como antecedentes negativos, la victimización por parte de algunos adultos
familiares o vecinos por su ofensa sexual, diicultades académicas en el ámbito de las notas, más que
de las relaciones sociales.
En la segunda pregunta (tabla 2 jóvenes) respecto a la explicación que ellos se dan del cambio
vivido, destaca nuevamente la diferencia de criterio entre los adultos (ver tabla 2 adulto) y los jóvenes
al momento de evaluar: el 50% personaliza el cambio en la igura del equipo profesional, lo que es
analizado desde la óptica de las fuertes interacciones que se establecen entre terapeuta y usuario,
del trabajo semanal y a veces de dos veces a la semana durante un año en modalidades individual
y grupal, lo que genera un vínculo afectivo y de transacción en quien se deposita las expectativas y
parte de los cambios, lo que es muy signiicativo en adolescentes en conformación de identidad y con
bajos lazos afectivos con adultos. Sin embargo, el 45% responde desde su experiencia personal de
cambio, empoderándose de ésta y planteando como explicación sus propios cambios conductuales
y las relaciones familiares, no deja de ser interesante que las respuestas no hacen referencias a la
pornografía, a las fantasías masturbatorias o aspectos de tipo sexual. Ello es posible por el contexto de
la entrevista y el desconocimiento respecto del entrevistador, pero puede ser también, que realmente
las modiicaciones de las dinámicas emocionales familiares, las conductas y los modos de resolución
de problemas sean un aspecto signiicativo al momento de evaluar los factores de riesgo de agresión
sexual.
Respecto a las preguntas siguientes (tabla 3 y 4 joven) se mantiene lo visto en las respuestas de
los adultos sobre la tasa de reincidencia, donde cambia el valor es en los delitos contra la propiedad
donde aparece una diferencia. Veíamos anteriormente cómo los adultos respondían en un 10%
que habían existido conductas antisociales, dichas acciones no son mencionadas por los jóvenes al
entrevistador, en un claro intento de minimizar la falta y la poca conianza que puede entregarle la
persona evaluadora o en última instancia por no considerarlo una falta como puede ser la protesta
estudiantil y la acusación de hurto no comprobada.
El siguiente ítem (tabla 5) es signiicativo pues el 50% de los jóvenes siguen viendo a la víctima
post intervención, ello dado que la mayor parte de las ofensas ocurren en el ámbito intrafamiliar
o familia extensa por lo que las estrategias a futuro han de considerar un trabajo con la víctima o
víctimas orientadas al autocuidado o a redirigir sus necesidades hacia algún Centro de la red.
La última pregunta (tabla 6) referente a qué hacer en caso de conocer a algún joven en la
misma situación intenta abarcar las estrategias presentes en el joven hacia sí mismo y hacia los demás,
destaca positivamente la búsqueda de redes de apoyo conocidas (un Centro donde lo orienten) y el
aporte de apoyo y comprensión, probablemente en un acto autoreferencial (no está sólo y que esté
tranquilo), ello se suma a las posiciones de apoyo a la víctima (que hizo un daño grande a una
familia) y por tanto posicionando al otro tal vez también como responsable de un daño, aparece
posteriormente de nuevo una frase autoreferencial (le daría los mismos consejos que me dieron a
mí) lo que incluye los consejos paternos y de los profesionales con los que se atendió, la posición
emocional es de empatía hacia el supuesto agresor y asertividad de quien ha transitado por la crisis
y se muestra prudente ante los hechos relatados. En último lugar aparece una actitud de quien sabe
un hecho grave y lo pone a disposición de quien asume es el responsable directo, a saber, el padre
o madre, lo que no es menor pues implica un quiebre de relación con el conidente y la posible
incomprensión de los supuestas escuchas. Por ello destacamos que en ningún caso aparece como
respuesta o tendencia el no hacer nada u ocultar los eventos supuestamente relatados, lo que nos
hace pensar en la posible internalización de conductas pro sociales.
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6. Relexiones preliminares respecto del modelo de intervención
psicológico del centro TRAFÚN
Los positivos resultados obtenidos hasta el momento pueden ser ponderados en torno a tres
grandes grupos de variables, a saber:
Un adecuado diseño de la metodología del Centro.
Las características del grupo especíico de la intervención del proyecto.
Las características de la metodología de evaluación realizada.
Los dos primeros grupos de variables dan cuenta de la construcción del proyecto y su grupo
de atención mientras que el tercero nos habla de las características del muestreo. Realicemos un
análisis más pormenorizado:
A. Un adecuado diseño de la metodología del Centro
El andamiaje de la intervención psicológica del Centro TRAFÚN emerge de tres grandes
constructos referentes, que actúan como pivote del ensamblado técnico conceptual: por una parte, los
aportes de la psicología evolutiva con los modelos ecológicos de desarrollo humano, los enfoques de
la competencia social y dentro de ésta, en particular, la perspectiva neo cognitiva del aprendizaje pro
social, y por último, el modelo de intervención con ofensores juveniles de Macfarlane y Cunningham.
Dado lo anterior, es importante entregar una descripción de los aportes que estas construcciones eje
del proceso psicológico entregan a la intervención.
Enfoque de competencias: el aspecto central de los modelos neo cognitivos relacionados
al aprendizaje de conductas pro sociales es que dan importancia capital al ambiente físico y las
interrelaciones entre la persona y su entorno, la conservación de cualquier cambio ha de estar asociado
a la minimización de los entornos que favorezcan la iniquidad, la inseguridad y el temor. Como plantea
Garrido V. “las conductas pro sociales se deinen en término de sus consecuencias pretendidas para
los demás y son realizadas de forma voluntaria no forzada por las circunstancias” (Garrido V. 1995.
p. 74). Desde otro ángulo, el modelo resalta que los procesos de aprendizajes sociales son centrales en
la consecución de la preservación de los logros individuales y se retroalimentan positivamente o no,
en relación al contexto y los cambios asociados a éste. El aprendizaje y la re socialización no deben
implicar sólo al joven sino a su contexto relacional más inmediato que debe también aprender nuevas
formas de funcionamiento, como manera de modiicar reacciones tempranamente condicionadas e
inadecuadas para la resolución de conlictos. La conducta delictiva del joven es comprendida en parte
como resultado de ambientes donde no existieron modelos pro sociales en la niñez y pensamientos
distorsionados que gatillan inseguridad, pobre repertorio de habilidades sociales, pensamientos
sesgados, baja autoestima y escasas habilidades de interrelación con pares. La intervención debe
incorporar el cambio hacia ambientes positivos que estimulen el funcionamiento incondicionado y la
interrelación social y competencia psicosocial. Desde la perspectiva de nuestro trabajo ello nos lleva
a involucrar en la estrategia de intervención módulos de intervención especíicos.
Modelo ecológico: El concepto principal del modelo ecológico es que los ambientes
naturales son la principal fuente de inluencia sobre la conducta humana, ello implica airmar que
el funcionamiento psicológico de las personas tiene un componente signiicativo en la interacción
de ésta con el contexto físico, social y psicosocial que lo rodea. En base a ello asumimos que el
desarrollo humano constituye un continuo proceso no lineal de acomodación entre la persona y
sus entornos inmediatos (también cambiantes). No obstante, este proceso, involucra una relación
recíproca de múltiples niveles donde, se co-generan inluencias entre entornos y contextos de mayor
alcance en los que están incluidos esos entornos, como dice Corsi J. “desde una perspectiva ecológica,
necesitamos considerar simultáneamente los distintos contextos en los que se desarrolla una persona,
si no queremos recortarla y asilarla de su entorno.” (Corsi J. 1994. p. 49)
En nuestra perspectiva de trabajo, generar, fortalecer, modiicar o incentivar cambios en
los ambientes en los que participa el joven se traduce en una dialéctica de intercambio de niveles
de cambio: cambio individual, cambio familiar, cambio contextual, en continuo refuerzo uno de
otros. Sabemos bien que los cambios contextuales más amplios, por su complejidad de variables, el
entrecruzamiento de factores y la capacidad real del proyecto, no son posibles de modelar, no obstante
las alteraciones micro en las pautas individual-familiar sí pueden ser agentes de transformación del
medio en función de las nuevas circunstancias personales del sujeto. Hay que tener en cuenta que
éstos no son los únicos inlujos que el sujeto va a recibir, ya que existen otros contextos más amplios
(ideología, cultura, políticas sanitarias, etc.) que van a inluenciarlo pero que escapan de los objetivos
y capacidades de cualquier modelo.
De lo anterior es posible deinir niveles que se deben considerar en el proceso de terapia y de
la intervención familiar-contextual.
1. Microsistema: Es el nivel más cercano al sujeto, e incluye los comportamientos, roles y
relaciones característicos de los contextos cotidianos en los que éste pasa sus días, es el lugar en que
la persona puede interactuar cara a cara fácilmente, como en el hogar, el trabajo o con sus amigos;
es en este espacio donde la terapia individual y grupal ocupa un lugar central en la modiicación
de distorsiones cognitivas, desarrollo de autoestima, empatía, desarrollo de la asertividad,
responsabilización de las ofensas sexuales y restitución a la víctima entre otras.
2. Mesosistema: Responde a los espacios donde se desarrolla la interacción (familia, trabajo y
vida social). Es por tanto un sistema de microsistemas que se forma o amplía cuando la persona entra
en un nuevo entorno. Es decir, vendría a representar la interacción entre los diferentes ambientes en los
que está inmerso el sujeto. En el sujeto de atención incluye al adulto signiicativo, al grupo familiar, el
colegio y la familia extensa, con ello se pretende entregar pautas de orientación hacia la modiicación
de patrones familiares transgeneracionales (abuso transgeneracional, por ejemplo) deinir normas y
límites especíicos condensados hacia el joven, fortalecer ciertas dinámicas comportamentales del
joven y colaborar en la construcción de una red de contención social (emocional pero también física
en algunos casos) para el joven.
3. Ecosistema: Implica varios posibles espacios de convivencia que no incorporan al sujeto
en desarrollo directamente, no obstante lo que pase en dichos espacios afecta de manera indirecta
el desarrollo del individuo (lugar de estudios, la pareja, grupos de amigos de la pareja, etc.) Con
ello se destaca la labor dentro del Centro dirigida al colegio y la incorporación del joven a otros
grupos potenciadores de competencias sociales. El colegio es un aspecto de socialización importante,
pero también puede constituir un generador de estigmatización y desconstrucción de los aportes
y el trabajo desarrollado en los planos micro y meso, por ello se promueve un involucramiento
activo pero solapado del proyecto en el sistema escolar. De igual manera, la incorporación del joven
a otras instancias sociales entrega nuevos lenguajes, aperturas a otros espacios de relación, otras
emocionalidades, ideas y apertura a nuevos mundos en la convivencia, la necesidad de adaptarse,
de innovar y transformar son un potente generador de conductas pro sociales; si están bien apoyadas
pueden ser motor de cambios signiicativos que conllevan desarrollo humano.
4. Modelo de Macfarlane y Cunningham: Ambos autores diseñaron un programa para
adolescentes ofensores sexuales en base a modelos ya existentes y de uso común en Centros de
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Intervención. MacFarlane y Cunningham, correlacionan cuatro modelos conceptuales: el trastorno
de estrés postraumático, el modelo del ciclo del abuso sexual, el modelo de la adicción, y el modelo
de Finkelhor de las cuatro pre condiciones. Desde una perspectiva más amplia del problema se puede
decir que “... la agresión sexual en los niños pre adolescentes y jóvenes no es necesariamente una
respuesta al abuso sexual vivido. El abuso físico y maltrato en general pueden explicar la generación
de un patrón de comportamiento que una el abuso sexual a la agresión.” (Garrido V. 2003. P. 227) Por
ello la necesidad de un marco lexible que involucre la mayor cantidad de variables de comprensión
y acción posibles.
La terapia psicológica recoge el modelo, adaptándolo a las necesidades y exigencias locales
en la construcción de un proceso terapéutico que involucre tanto una distinción de las pautas de
agresión y su circularidad a través del tiempo, la fuerza del orgasmo en la ijación del objeto de deseo
sexual y las estrategias de quiebre de las normas sociales a través de la minimización, negación,
justiicación y fantasías para llegar a agredir sexualmente.
Perspectiva general del modelo de tratamiento
I. Diagnóstico: No es necesario repetir la importancia que tiene un adecuado diagnóstico para un
tratamiento eicaz. Es por ello que la primera acción que se desarrolla a nivel psicológico corresponde
a una ponderación del sujeto y sus diferentes sistemas (micro, meso y eco sistemas). En términos
generales la función de todo procedimiento de diagnóstico implica al menos 3 conceptos:
a)
Intentar encasillar al sujeto en algún modelo diagnóstico sea éste empírico, clínico o
conceptual.
b)
Construir metas de intervención posibles de medir y alcanzar, acorde tanto a la estructura
conceptual del evaluador como del evaluado.
c)
Construcción de un programa de tratamiento de reales posibilidades de aplicación.
Así, en base a lo ya planteado es posible dar cuenta de una metodología de evaluación que se
construye en 3 momentos:
1. Individual
A. Análisis de los factores personales estáticos que pueden estar asociados a la ofensa sexual,
tales como trastornos de personalidad, psicopatías, distorsiones cognitivas, autoestima, autoconcepto,
empatía, asertividad, entre otras.
B. Análisis de los factores personales dinámicos que pueden estar asociados a la conducta
agresiva sexual, historia de maltrato grave, negligencia, experiencias como testigo de VIF o ASI,
entre otras
C. Características de la vivencia de la sexualidad: patrón de activación sexual, historia
de actividad sexual, relaciones sexuales, agresividad y sexualidad, masturbación, fantasías
masturbatorias, conocimiento de sexualidad, uso de pornografía, etc.
2. Familiar y contextual
Dinámica familiar actual, relación con la o las víctimas, modos de enfrentamiento del delito
por parte del grupo familiar, reacción de otros adultos signiicativos, red de apoyo social del joven
y grupo familiar.
Patrón familiar, agresiones sexuales transgeneracionales, pauta de uso de maltrato físico
o psicológico transgeneracional, presencia de secretos familiares, mitos familiares y modo de
socialización de los inhibidores sexuales en el grupo familiar
Evaluación de grupo de pares y escuela, se analiza los grupos con los que se junta el joven,
sus ideas, características, valores e ideologías; en el colegio se toma en consideración desempeño,
comportamiento, actitudes y desenvolvimiento social.
3. Jurídico
Se hace una evaluación del comportamiento antisocial y que en adultos pueden ser tipiicados
como delito pero que no necesariamente fueron denunciados, descubiertos o es inimputable.
II. Diseño de objetivos: Las metas han de ser construidas en base al diagnóstico inicial con metas
para el joven, para su grupo familiar y su contexto. No obstante, siempre existe un objetivo marco
como es el de interrumpir la conducta agresiva sexual y prevenir nuevas reincidencias.
III. Modelo general de tratamiento: El trabajo psicológico con el joven se centra en el logro de una
plena responsabilización de los actos de carácter agresivos sexuales (por ello es importante contar
con el relato de la víctima), como un punto de inicio de reconocimiento de un problema, y colocar el
peso de las decisiones en él mismo (incluido el avance de la terapia) y la responsabilidad que en ello le
compete. Lo anterior implica abordar fantasías, distorsiones cognitivas y las relaciones con el medio
y sí mismo, y es que “una de las creencias comúnmente encontradas entre los sujetos (agresores) se
reiere a que la víctima es en cierto modo responsable.” (Redondo S. 2002. Pág. 173), ello tanto como
mandato cultural, pero también internalizado como justiicación de la acción delictiva. Esa misma
responsabilización ha de darse en el núcleo familiar o adultos signiicativos; la ofensa sexual, en
especial si es al interior del hogar, no puede ser comprendida como una anomalía del funcionamiento
psíquico del joven, sino como expresión de pautas enraizadas generación tras generación. Cada
vez estamos más convencidos del rol de los ciclos de violencia trangeneracionales (un porcentaje
importante de las madres y padres de nuestros usurarios han vivido violencia sexual o maltrato físico
grave pesquisable varias generaciones atrás) en la génesis de la conducta violenta del joven. Desde la
perspectiva contextual se hace imprescindible que el grupo familiar en su conjunto pueda identiicar
los contextos en los cuales vive, dar nombre y características de los espacios humanos y físicos para
poder con posterioridad generar relexiones y quiebres en dichos espacios sostenidos en el tiempo.
Un segundo momento terapéutico con el adolescente corresponde a la posibilidad de restituir a la
víctima; una vez que puede dar cuenta del modo en que planiicó la agresión, los pensamientos,
sentimientos y estrategias asumidas, el joven puede identiicar y comprender el daño causado y a
partir de ello restituir a la persona vulnerada. Para ello se realizan sesiones de restitución si es familiar
y si no lo es, se buscan mecanismos simbólicos para expresar el dolor y el interés en reparar el daño
causado. Con ello favorecemos además el desarrollo moral del joven para el paulatino paso desde el
respeto a la autoridad y la jerarquía al auto gobierno y conciencia de las consecuencias de los actos.
Esto implica que “...para ir avanzando en el desarrollo de la moralidad es fundamental la empatía,
la capacidad de ponerse en el lugar del otro… la empatía exige relexión, sensibilidad y reduce la
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posibilidad de respuestas violentas...” (Urra J. 2003 pag. 300). Con el grupo familiar, además de
la restitución se internaliza el trabajo hacia la modiicación de pautas de violencia y el desarrollo
de nuevos límites familiares y estrategias de protección a la víctima. Desde el punto contextual se
aborda la identiicación y posible modiicación de los contextos de riesgos (nivel ecológico) no sólo
en el plano de la agresión sexual sino del desarrollo como persona de los integrantes del grupo
familiar y del adolescente en particular. En un tercer momento, se hace hincapié en el fortalecimiento
de las habilidades pro-sociales, la re socialización familiar y el fortalecimiento o construcción de los
espacios ecológicos que aportan desarrollos pro-sociales.
IV. Egreso del joven: El egreso es una responsabilidad compartida del equipo de trabajo y en ello
se toman en consideración el logro de los objetivos planiicados para la persona (micro), su grupo
familiar (meso) y su ecología.
Los mínimos logros presentes han de ser:
Individual:
Reconocimiento
Restitución a la víctima
Disminución de distorsiones cognitivas
Identiicación de contextos de riesgo
Familiar:
Reconocimiento del problema
Identiicación factores de riesgo
Establecimiento de nuevas pautas no maltratadoras
Estrategias frente a la resolución de conlictos de tipo pro social
Contexto:
Red de grupos de misma edad (pares)
Inserto en sistema educacional
Inserto en sistema de salud
Disminuyen contextos de riesgo
B. Coniguración del grupo objetivo de intervención
Un segundo nivel de análisis de los resultados dice relación con el grupo de trabajo del
proyecto, esto es el grupo de jóvenes que son considerados para la intervención. Ciertamente el
Centro TRAFÚN posee criterios de ingreso restrictivos y excluyentes que delimitan la población
de ofensores de carácter sexual a atender. El proyecto en la actualidad consta de 25 cupos para
la atención de jóvenes y sus grupos familiares o adultos signiicativos de modo simultáneo y una
cobertura promedio de 33 casos anuales sin considerar peritajes, evaluaciones de reincidencia y
otras modalidades de atención. El equipo especializado está constituido por un coordinador, un
psicólogo y dos asistentes sociales que trabajan en intervención directa y coordinada de los usuarios
y sus contextos sociofamiliares. Inicialmente, el programa estaba proyectado para una cobertura
con carácter local (comuna de Valparaíso), pero abarca, en la práctica, a toda la Quinta Región
recibiendo además peticiones de ingreso para tratamiento de otras regiones del país. Las restricciones
corresponden a que los sujetos de atención presentan un rango etario entre 10 y 17 años de edad,
sin presencia de otros delitos contra las personas ni contra la propiedad. Ello pensando desde un
principio en la falta de conocimientos en el tema al momento de iniciar el proyecto, la posibilidad de
abordar sujetos con posibilidad de cambio y con perspectiva de asistencia sistemática al proyecto.
Constituye un grupo “limpio” de otros factores criminógenos lo que permite tomar el problema
desde la perspectiva más pura, para comprender y avanzar en nuevas estrategias. Así, una crítica a
los logros presentados corresponde sin lugar a dudas al peril del joven atendido que se distingue,
en teoría, con mayores habilidades y apoyos psicosociales que otros grupos que sí realizan conductas
agresivas sexuales pero que además presentan otros daños psicosociales o factores criminógenos. El
nuevo desafío corresponde pues, a ampliar los límites de ingreso a jóvenes que además de ofensas
sexuales tengan delitos simples contra la propiedad (hurtos, robo, por ejemplo).
C. El tiempo post intervención de la muestra recopilada
Una certera crítica corresponde a las características longitudinales del presente trabajo al
considerar un período de tiempo corto no superior a los tres años desde el egreso. Ello responde a la
juventud del programa, pero no deslegitima los resultados en tanto que si bien no permite formular
respuestas respecto de los logros a largo plazo, sí es interesante el considerar lo que son tres años en
la vida de un joven actual, el valor del tiempo, el estrés al que se ve sometido y los cambios continuos
(amistades, inluencias, grupos de pertenencia, etc.) que vive un joven, lo que es un aspecto que
revela cierta continuidad en los logros alcanzados.
Conclusión
Existe un enorme espacio para investigar, comprender y experimentar en el dominio de los
jóvenes que han agredido sexualmente. Ese enorme terreno de conocimiento por desarrollar tiene
cada vez una mayor prioridad. Se hacen más patentes los requerimientos de instancias especializadas
y personas capacitadas en la construcción de metodologías e intervenciones serias, con respaldo
cientíico y evaluación constante de las prácticas y sus resultados.
Las escasas experiencias en el país relejan hasta el momento la falta de interés en el tema
por parte del Estado. No obstante, existe un trabajo responsable y sistemático de los que están en la
actualidad abordando la temática. Un ejemplo de ello es el centro TRAFÚN, el cual cuenta con una
metodología deinida y un marco conceptual organizado, con tres investigaciones, a saber:
1.
2.
3.
“Peril de personalidad y los niveles de autoestima de un grupo de jóvenes agresores
sexuales masculinos inimputables, comparados con jóvenes de la población general
de Valparaíso”, del psicólogo Felipe Jara
“Estudio exploratorio descriptivo sobre caracterización emocional y familiar en
adolescentes agresores sexuales en el Centro TRAFÚN”, de la psicóloga Marcia
Donoso
“Organización y pautas recurrentes en los diagnósticos y síntomas clínicos de los
jóvenes usuarios del Centro TRAFÚN” de Rodrigo Venegas C. Y dos sistematizaciones
a cargo del mismo profesional asociada a la “Construcción de marco teórico técnico de
intervención psicosocial con jóvenes agresores sexuales” y “Construcción de un marco
de referencia y contenidos básicos para la intervención grupal de jóvenes agresores
sexuales”.
Junto a lo anterior, se incorporan las primeras evaluaciones de cumplimiento de metas del
proceso de tres años, con alentadores resultados, que lleva a la posibilidad que, con datos estadísticos
y estudios adecuados, se pueda ir colocando en la mesa de conversaciones éste gran desafío que
corresponde a la intervención temprana con niños y jóvenes que presentan conductas agresivas de
carácter sexual.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
ANEXO DATOS ESTADÍSTICOS
Resultados de la investigación:
TOTAL ENTREVISTADOS DEL CENTRO
Entrevistados
No entrevistados
Total
%
0%
20%
100
N° de Casos Entrevistados
Entrevistados
No entrevistados
Edad
12 a13
14 a15
16 a17
Total
%
17%
25%
5%
100%
Edades de Jovenes
12 a 13
14 a 15
16 a 17
Resultados relevantes: evaluación adultos
0
Tabla1
A. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 1: “Evaluación del estado del joven post atención”
Categoría
Muy bien
Bien
Medianamente bien
Medianamente mal
Mal
Muy mal
TOTAL
Porcentaje
17%
3%
0%
0%
0%
0%
100%
Muy bien
Bien
Medianamente bien
PAG 95 B
Medianamente mal
Mal
Muy mal
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Tabla 2
B. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 2: “Evaluación de bienestar familia post intervención”
Categoría
Muy bien
Bien
Medianamente bien
Medianamente mal
Mal
Muy mal
TOTAL
Porcentaje
25%
75%
0%
0%
0%
0%
100%
Muy bien
Bien
Medianamente bien
PAG 95 B
Medianamente mal
Mal
Muy mal
Tabla 3
C. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 3: “Participación del grupo familiar a programa o centro
comunitario o de apoyo”
Categoría
Muy bien
Bien
Medianamente bien
Medianamente mal
Mal
Muy mal
TOTAL
Porcentaje
25%
75%
0%
0%
0%
0%
100%
0%
25 %
Muy bien
Bien
Medianamente bien
Medianamente mal
Mal
Muy mal
75 %
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Tabla 4
D. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 4: “Reincidencia de agresiones sexuales post intervención”
Categoría
Reincidencia de ofensas de carácter sexual
No hay nuevas ofensas de carácter sexual
Porcentaje
0%
100%
0%
Reincidencia de ofensas
de caracter sexual
No hay nuevas ofensas
de caracter sexual
Tabla 5
E. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 5: “Reincidencia de otro tipo de vulneración de derechos a las
personas”
Categoría
Incidencia de otro tipo de ofensas no sexual
No hay nuevos incidentes de carácter no
sexual
Porcentaje
10%
90%
10 %
Incidencia de otro
tipo de ofensas no
sexual
No hay nuevos
incidentes de carácter
no sexual
90 %
Tabla 6
F. Entrevista con adulto signiicativo:
Ítem 6: “Explicación personal del adulto signiicativo respecto del estado
actual del joven y del grupo familiar”
Categoría
Cambio de pautas de crianza
Existe mas comunicación en la familia
Se resuelven mejor los conlictos en la familia
Ha mejorado su comportamiento
Ha mejorado la relación con la gente
No sabe
5%
15 %
20 %
15 %
20 %
25 %
Porcentaje
20%
15%
25%
20%
15%
5%
Cambio de pautas
de crianza
Existe mas comunicación
en la familia
Se resuelven mejor los
conflictos en la familia
Ha mejorado su
comportamiento
Ha mejorado la relación
con la gente
No sabe
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Entrevista con joven
Tabla 1
G. Entrevista con joven:
Ítem 1: “Percepción de cambio post intervención en el joven”
Categoría
%
Muy bien
Bien
Medianamente bien
Medianamente mal
Mal
Muy mal
Total
%
92%
0%
0%
0%
0%
100%
0%
8%
Incidencia de otro tipo
de ofensas no sexuales
No hay nuevos
incidentes de carácter
no sexuall
PAG 95 B
92 %
Tabla 2
H. Entrevista con joven:
Ítem 2: “Explicación por el cambio post intervención en el joven”
Categoría
%
En el centro el psicólogo me ayudó para pensar
y entender lo que hice
Existe mas comunicación familiar
Disminución de las peleas en el hogar
No he tenido nuevos problemas
Por que si – no se
Total
50%
25%
30%
10%
5%
5%
100%
En el centro el psicologo me
ayudó para pensar y entender
lo que hice
Existe mas comunicación
familiar
49%
Disminución de las peleas
en el hogar
15 %
5%
3%
2%
No he tenido nuevos
problemas
Por que sí - no se
Tabla 3
I. Entrevista con joven:
Ítems 3: “Presencia de nuevas agresiones sexuales”
Categoría
SI
NO
Total
%
0%
100%
100%
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Tabla 4
J. Entrevista con joven:
Ítem 4: “Presencia de delitos contra la propiedad o contra las personas
post intervención”
Categoría
No delitos contra la propiedad
Delitos contra la propiedad
Otros delitos contra las personas
Otros delitos contra las personas
TOTAL
%
100%
Tabla 5
K. Entrevista con joven:
Ítem 5: “Ha tenido contacto con la víctima”
Categoría
SI
NO
TOTAL
%
50%
50%
100%
Tabla 6
L. Entrevista con el joven:
“Que harías si conocieras a alguien que ha cometido el mismo delito que
tu” (respuesta abierta, principales comentarios)
Categoría
Debería ir a un Centro para que lo orienten
Le diría que no esta sólo y que este tranquilo
Que ha hecho un gran daño
Le daría consejos como los que recibí yo
Que les djera a sus padres
TOTAL
%
40%
20%
15%
10%
15%
100%
Referencias Bibliograicas:
Corsi J. (1994). ”Violencia Intrafamiliar: Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema
social”. Buenos Aires (2001): Editorial: Paidos.
Echebururúa E. Y Guerricaecheverría C. (2000) “Abuso sexual en la infancia. Víctimas y
agresores” Barcelona (2002) Editorial: Ariel.
Garrido V. y López M. (1995) “La prevención de la delincuencia”. Valencia (1995) Editorial:
Tirant Lo Blanch .
Garrido V. (2003) “Psicópatas y otros delincuentes violentos” . Valencia ( 2003) Editorial : Tirant
Lo Blanch
Redondo S (2002) “Delincuencia sexual y sociedad”. Barcelona (2002). Editorial: Ariel.
Urra J. (2003) “Agresor sexual casos reales riesgo de reincidencia”. Madrid. (2003) editorial
EOS.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
0
Modelo de intervención familiar desde la perspectiva
del trabajo social en casos de niños, niñas y jóvenes con
conductas de ofensa sexual a terceros
Angélica Flores Quiroga / Nelly Navarro
Introducción
E
l año 2004 por primera vez en Chile el SENAME da inicio a Programas de Atención Especializada
con niños, niñas y jóvenes que realizan ofensa sexual a terceros.
El presente artículo da a conocer la experiencia del Trabajo Social desde uno de estos
programas especializados, el Centro TRAFÚN de la Corporación PAICABÍ V Región, inserto en
la línea proteccional del Servicio Nacional de Menores (SENAME) V Región. El objetivo general
del proyecto es contribuir a superar la vulneración de derechos que presentan los niños, niñas y
jóvenes sin responsabilidad penal (inimputables) vinculados a agresiones sexuales contra otros
y a interrumpir el desarrollo de sus conductas agresoras, ello conlleva el desafío de incorporar
las variables comúnmente asociadas a los jóvenes que han participado en acciones de agresión o
victimización de carácter sexual, para luego diseñar un programa orientado a la restitución de las
condiciones individuales, familiares y sociales vulneradas en algún momento de su vida, surge así,
un modelo de intervención multisistémico. Lo que implica evaluar los diferentes sistemas en el cual
el joven está inserto e intervenir en los distintos niveles de relaciones en los cuales se desarrolla y
vive.
Sujeto de atención
El Centro TRAFÚN atiende a niños, niñas y jóvenes entre 10 a 17 años 11 meses que han
cometido agresión sexual a un tercero, siendo principalmente derivados desde los actuales Tribunales
de Familia, antes Juzgados de Menores. La atención profesional consiste en, primero, la evaluación del
caso a in de determinar la presencia de la agresión, posteriormente, si corresponde, un tratamiento
que puede durar hasta de 10 meses y un seguimiento luego de 6 meses trascurridos del egreso.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
En estos dos años de trabajo hemos atendido a 65 familias cuyos hjos, principalmente varones,
son ofensores sexuales a terceros, en todos los casos la ofensa ha sido realizada en contra de otro
menor de edad; y aproximadamente en el 50% de los casos fue realizada hacia un menor de edad
del mismo sistema familiar, hermano o hermana. Para efectos de este artículo, y en consideración
de lo anterior, hablaremos de niño o joven ofensor, dado que hasta la fecha en el cien por ciento de
los casos nos encontramos frente a un varón, y al menos por ahora, para referirnos al autor de la
agresión omitiremos “niña”.
Del desarrollo de la experiencia
La experiencia se inició en marzo del año 2004 con profesionales que proveníamos de dos de
los Centros que desarrollan programas especializados en el tema de maltrato infantil grave, respecto
a las víctimas, en la Corporación PAICABÍ. El equipo de trabajo se inicia con una dupla profesional
psicólogo y asistente social, esta última plaza es ocupada por dos profesionales, quienes suscriben el
artículo, medio tiempo cada una.
Antes de describir parte de nuestra experiencia en el trabajo con familias, es necesario
advertir que la presente sistematización da cuenta de las familias adscritas a programa, ya que no
hay correspondencia entre el Nº de niños atendidos y el Nº de familias atendidas por tres razones:
un porcentaje cercano al 6.15 % son niños provenientes de hogares de protección con larga de data
de internación y por lo tanto desvinculados casi totalmente de sus familias de origen, en segundo
lugar, un grupo no menor y cercano al 20% de son familias con residencia muy distante, puesto que
nuestro programa tiene una cobertura regional, y tercero porque la familia presenta grave daño,
siendo ésta la principal vulneradora de derechos del niño o joven y no ha sido por tanto, receptiva
a la intervención profesional, casos en que fue necesario utilizar las redes comunitarias para ejercer
una labor más bien orientada a establecer un control.
Cuando iniciamos el trabajo el año 2004, la experiencia que nos acompañaba era la de haber
trabajado con familias donde hubo presencia de abuso sexual en cuanto niños y niñas víctimas.
No obstante, fuimos observando que algunas de las características que presentaban dichas familias
se presentaban también en aquellas donde hay presencia de agresor menor de edad. De hecho,
cuando la víctima y el ofensor son hermanos, la primera es acogida en los programas de maltrato
infantil grave mientras que su hermano, el autor, en nuestro Centro TRAFÚN, compartiendo
ambos Centros el mismo grupo familiar. Esta situación nos impone la necesidad de coordinarnos
intrainstitucionalmente, entre equipos que atienden a víctima y ofensor desde la perspectiva de
la protección, dado que ambos son menores de edad y sus situaciones son producto de la misma
condición familiar o al menos condicionada por ésta. Esto obviamente genera una tensión inicial que
debe ser resuelta mediante un estricto protocolo de acuerdos de atención.
Características de las familias atendidas
De las características que hemos observado en las familias donde un menor de edad realizó
una ofensa sexual podemos mencionar:
a) Abuso sexual transgeneracional
b) Violencia física y o psicológica actual o histórica
c) Parentalización del joven ofensor
d) Consumo de drogas o alcohol por las iguras paternas
e) Rigidez en los roles
f) Vínculos simbióticos del adulto con el niño, y
g) Familias multiproblemáticas, donde se observó más de una de estas características.
A pesar de esta similitud en las familias donde hay niños víctimas o niños ofensores a nivel
de diagnóstico, el enfoque de trabajo es necesariamente distinto, puesto que nuestro objetivo inicial
es la interrupción de la conducta agresora del joven y cómo la familia apoya y refuerza las acciones
tendientes a lograrlo.
Proceso de intervención Familiar
Durante estos dos años, hemos ido deiniendo, relexionando, y re-deiniendo nuestras
estrategias de trabajo, en torno a cuáles son los temas que ayudarían a la familia a facilitar que el
niño o joven interrumpa en forma deinitiva su conducta ofensora sexual.
En este proceso podemos mencionar que nuestros objetivos de trabajo familiar van
acompañando a los objetivos que el profesional psicólogo trabaja en forma individual con el niño
o joven. Cuando hablamos de trabajo familiar nos estamos reiriendo a un trabajo realizado con
quienes cumplen el rol parental en el sistema familiar, siendo principalmente la madre biológica. No
obstante, hemos intencionado la participación de los padres o de la pareja de la madre en cuanto a su
rol parental, logrando que algunos de ellos se incorporen al tratamiento en las mismas condiciones
que la madre, hecho que ha facilitado los cambios al interior del sistema.
Lo primero que hemos de mencionar es que la intervención del Trabajo Social es desde la
perspectiva sistémica y consta de tres etapas: diagnóstico, intervención y seguimiento.
El diagnóstico es un proceso que incluye la entrevista de acogida, el diagnóstico propiamente
tal y la entrevista de devolución a la familia, éste último es un buen recurso de trabajo con aquellas
familias en que, o no hay reconocimiento del hecho abusivo, o bien éste no se determina como tal.
Entonces, el reconocimiento del joven permite empezar a abordar con la familia la situación de abuso,
sus posibles causas y consecuencias, como también las estrategias de control familiar.
Cuando la familia ingresa al sistema, en su mayoría provienen derivados del tribunal de
familia, por lo que existe una motivación por presión externa y el “problema” para ellos se genera
cuando el evento abusivo se ventila y trae consecuencias a la familia, tales como la violenta reacción
de vecinos y familiares de las víctimas, habiendo recibido amenazas a su integridad física, con intento
de quemar su vivienda, amenazas con arma blanca y golpizas, siendo necesario, en algunos casos,
trasladarse de domicilio, situación por la cual la familia llega en crisis y con temor a la entrevista de
acogida.
En el contexto judicial, la asistencia del joven a nuestro Centro tiene carácter de obligatorio y no
responde a una motivación interna de cambio, hecho que contextualiza la intervención y es necesario
como medida de presión cuando interrumpen la intervención profesional. Frente a este escenario
parte importante del diagnóstico es hacer la distinción de cual es la postura del o de los adultos del
sistema familiar frente a la acusación de que es objeto su hjo, es decir, si hay reconocimiento de la
situación abusiva o no, tanto por parte del hjo como de la familia misma. Nos hemos encontrado
con que la mayoría de los adultos reacciona negando, minimizando o asignando la responsabilidad
a factores externos y dudan de la acusación que recae sobre su hjo, algunos incluso la rechazan
abiertamente y los menos reconocen la ocurrencia de la agresión desde el comienzo asociando a estos
hechos una homosexualidad o posibles psicopatías del joven, lo que se constituye en un factor más
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
de resistencia a la intervención de parte de las familias. Cuando no hay reconocimiento del hecho
abusivo y existe relato de la víctima o presencia de variables que nos hacen pensar que si existió, tales
como las características familiares anteriormente mencionadas, el proceso de intervención continúa
tal y como sí hubiese reconocimiento. De hecho, en algunos casos, el reconocimiento se ha producido
en la segunda etapa del proceso, después de meses de trabajo. Cuando hay fuerte oposición,
inalmente ha sido la evaluación de la víctima la que nos ha reportado la verdadera ocurrencia del
hecho y nos ha permitido confrontar tanto al niño/joven como a su familia, reconociendo la autoría,
situación que provoca mucho dolor al sistema familiar, pero permite que desde allí se pueda dar
inicio a la intervención reparatoria propiamente tal.
Por el contrario, en otros casos el diagnostico arrojó que la acusación de la cual el joven fue
objeto es falsa y el autor de la ofensa sexual es otro joven u otro adulto, no obstante estas situaciones
son menores porcentualmente.
El principal objetivo en esta epata diagnóstica es, junto con determinar más precisamente la
situación de ingreso, interrumpir la conducta agresora sexual del joven desde el ámbito familiar,
objetivo que nos lleva a trabajar junto con el adulto signiicativo para desarrollar estrategias al interior
de la familia de prevención de recaídas, mediante la relexión y revisión de los límites intra y extra
familiares. Para esto trabajamos en la identiicación y detección de factores de riesgo asociados a la
ocurrencia de conductas ofensoras, como serían la distribución del espacio habitacional, la diicultad
de los padres para poner límites al interior del sistema, entre otros.
La etapa diagnóstica concluye con una hipótesis explicativa de los hechos, que han sido
explorados en conjunto con la familia en busca de una respuesta a la conducta agresora del niño o
joven, lo que resulta también de importancia para el trabajo con éstas mismas ya que al involucrarlas
en el proceso de diagnóstico por ende se involucran con mayor facilidad en el tratamiento. En el
diagnóstico se realiza una evaluación completa de los problemas que la afectan, no obstante no todos
los problemas detectados son objetos de intervención, sino sólo aquellos que inciden directamente
o indirectamente en el riesgo de que el abuso vuelva a producirse. A partir de estas explicaciones
surgen algunos objetivos especíicos de intervención profesional para cada una de las familias, ya
que están sujetos a la particularidad de cada dinámica familiar y dependen de las variables que
surjan de la o las hipótesis, y que se señalarán en el punto siguiente.
Como se djo anteriormente, al inalizar el proceso de diagnóstico se realiza una entrevista
de devolución con la familia informando sobre los resultados del mismo, entrevista realizada en
conjunto con el profesional psicológico.
Cuando la evaluación arrojó la autoría del joven en la situación abusiva, se dan a conocer
los siguientes pasos del proceso, muchas veces la familia vuelve a revivir los sentimientos de dolor
y frustración sentidos al ingreso al Centro, sin embargo, como ha sido parte de esta construcción
explicativa lo vive con una intensidad distinta a la inicial y de mayor aceptación.
En términos generales, el trabajo social realiza una tarea orientada a que el adulto signiicativo
visualice elementos que por ser parte del sistema son difíciles de dar cuenta de ellos, al contrario,
nuestra posición externa al sistema familiar nos facilita hacer la relación entre las variables que
propiciaron la aparición de la conducta agresora y mediante devolución o confrontación a la familia,
permitir un proceso de relexión que les haga asumir estos elementos y luego, en la medida de lo
posible, introducir alguna modiicación.
De las variables que hemos observado y que por lo tanto surgen como objetivo de trabajo
mencionaremos lo siguiente.
Hipótesis Explicativas
a) Trastorno del apego. Jorge Barudy (199, citado en Velasco, 2003) postula que un elemento
de suma importancia a la hora de analizar a la persona del agresor sexual, son los trastornos del
apego, los que favorecerían la emergencia de abuso sexual intrafamiliar, y explica que éste fenómeno
se produciría tanto por interferencias relacionales precoces como por la existencia de vínculos
simbióticos del adulto con el niño. Plantea que dichos sujetos presentan trastornos importantes en su
nivel de identidad, de su autoestima, y en sus posibilidades relacionales. Además, airma que todos
ellos presentan trastornos en su proceso de individuación, es decir, no pudieron llegar a ser adultos
maduros ni a nivel psicosocial ni a nivel relacional, porque los miembros de su sistema familiar de
origen ejercieron presiones sobre ellos que obstaculizaron sus procesos de “individuación integrada”
(fuente: tesis de grado para optar al título de psicólogo, Felipe Jara, Universidad del Mar, 2005).
De acuerdo a lo anterior, hemos observado que en algunas de las familias atendidas en el
Centro, generalmente la madre mantiene una actitud sobreprotectora con los integrantes, abarcando
en su quehacer todas las actividades y responsabilidades de los otros. Con esta forma de entender
el amor, ella no permite ni facilita el crecimiento ni el proceso de individuación de sus hjos y por lo
tanto la responsabilidad y consecuencias de sus actos. En estos grupos familiares observamos que
las madres no sólo realizan las labores domésticas, sino las labores que competen a sus hjos, como
deberes escolares, bañarlos hasta avanzada edad, entre otros, infantilizados.
Acá, el objetivo y estrategias de trabajo están enfocadas a lograr que la familia favorezca la
individuación del niño/joven, al establecimiento de límites claros, a intentar modiicar las relaciones
doblevinculantes (en especial madre-hjo) y permitir o favorecer espacios personales a los niños,
entre las más importantes.
b) Abuso sexual transgeneracional: Cuando nos encontramos con familias donde hubo
presencia de abuso sexual transgeneracional, el objetivo está orientado a la interrupción de esa pauta
abusiva, para lo cual se revisa en conjunto con el adulto signiicativo, mediante un trabajo de revisión
de trayectorias de vida, las pautas familiares que propician la aparición de este tipo de conductas.
En estos casos, encontramos un modelo de relación basada en la cultura patriarcal, con conceptos
de género basados en la diferencia y sobre valoración de ser hombre, con cierto desprecio por la
igura femenina considerada como objeto de placer sexual al servicio del macho. Al respecto, Barudy
señala que la ideología patriarcal cumple un rol fundamental en el aprendizaje de la obediencia y
la sumisión a la autoridad del hombre: “El poder de los hombres sería incuestionable porque en la
cultura es a ellos a quienes se les atribuye la fuerza, la autoridad, la protección y la competencia.”
(Barudy)
En estas familias es sobrevalorado el rol sexual del hombre, iniciando tempranamente a los
niños en la vida sexual mediante el acceso a películas pornográicas, obligados a presenciar relaciones
sexuales de adultos o iniciados en la vida sexual a una edad emocional inferior a las exigencias a
las que son sometidos. Aquí surgen dos temas relevantes y difíciles de abordar, uno es el tema de
género y el otro la relación humana basada en el abuso de poder. Es importante lograr que el adulto
signiicativo visualice esta pauta abusiva y el modelo que lo sustenta y por lo tanto, el trabajo se
dirige a hacer visible aquella pauta que sustenta esta forma de actuar.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Surge la necesidad de abordar este tema en la historia de vida de la madre, quien ha sido
víctima en su infancia o adolescencia de abuso sexual y por lo tanto no logra visualizar esta pauta
cuando se comienza a presentar en su propia familia, por el contrario, las pautas sociales del ser
femenino y masculino están demasiado introyectadas en su sistema valórico y de crianza, y no es
fácil que se asuman como factor de riesgo y/o asociado al tema de su abuso, menos aún al de su hjo.
No obstante, al rescatar su experiencia esto se constituye en un factor que moviliza a muchas madres
al cambio y a comprometerse en la intervención, para interrumpir lo que se viene dando desde varias
generaciones porque desde ahí es más fácil trabajar un modelo distinto de vida para sus hjos.
Responsabilización del acto
La responsabilización de la conducta agresora conlleva un proceso de asumir la autoría y las
consecuencias del acto, es decir, el daño causado a la víctima. En la intervención familiar este proceso
es apoyado por la familia, especialmente por el adulto signiicativo. En este tema observamos dos
situaciones más frecuentes en las familias atendidas:
1.- Familias en que la mujer asume la jefatura de hogar, aún cuando existe su pareja quien se
supone que culturalmente debería cumplir con el rol de proveedor. Así, la mujer, quien tiene el modelo
aprendido por su historia de vida de asumir la protección y cuidado de su prole, se sobrecarga de las
responsabilidades de todos los miembros del sistema impidiendo el desarrollo de éstos y al llegar a
su límite, por la excesiva demanda que ella misma se impuso, reacciona con violencia. Pensamos que
esto se explicaría desde la ideología del patriarcado, en cuanto a la explotación de la mujer, porque
en este caso él hombre no estaría cumpliendo con su rol de proveedor.
2.- En la segunda situación observada en las familias, los miembros de ésta presentan
diicultades para asumir las consecuencias de sus actos, especialmente cuando éstas son negativas,
coniriendo la responsabilidad a terceros.
Obviamente, estas situaciones suelen también presentarse en muchas otras familias donde
no existe presencia de abuso sexual, sin embargo nos damos cuenta que este es un tema no menor
observado en las familias que atendemos y que se relaciona con la conducta abusiva del niño o joven.
De hecho no podemos dejar de destacar que este fenómeno de no asumir la responsabilidad por las
consecuencias de nuestros actos es sin duda un tema que atraviesa a toda nuestra sociedad chilena.
Esta intervención se complementa con la participación del adulto signiicativo en una
actividad grupal socioeducativa donde se abordan los temas de género y de desarrollo sexual a
modo de aportar con información para el afrontamiento de las conductas de sus hjos propias de la
etapa evolutiva.
c) Límites difusos: Unido a lo anterior aparece el tema de la trasgresión de límites. Las
familias cuentan con límites difusos ya sea al interior del sistema, especialmente cuando la agresión
sexual es entre hermanos, o hacia el exterior del sistema familiar, con la familia extensa, cuestión que
se observa cuando la agresión sexual se produjo en el marco de juegos sexuales. En ambos casos, el
trabajo está dirigido a desarrollar fronteras familiares mediante sugerencias al adulto signiicativo
que obstaculicen la repetición de la agresión.
d) Negligencia en el cuidado parental, cuando la principal vulneradora de derechos de
protección es la familia nuclear: Cuando observamos la presencia de negligencia parental, con
una grave vulneración hacia el niño o joven, el principal objetivo del trabajo social está orientado a
reparar esta vulneración, a través de la búsqueda en la red familiar de prácticas proteccionales o en
su defecto en instituciones de la red SENAME, y desde allí se desarrolla el trabajo terapéutico con él.
En estos casos el trabajo social desarrolla su acción en el ámbito comunitario buscando en la red el
apoyo a la intervención familiar mediante estrategias de control, o si existe en su radio operativo la
posibilidad de inserción a programas psicosociales.
Violencia intrafamilar
Las experiencias de la infancia de ser físicamente abusado, ser descuidado y ser testigo de
violencia intrafamiliar han sido asociadas independientemente con la violencia sexual de los agresores
juveniles. El estudio de Knight y Prentky (1993), sugiere que la historia de abuso está correlacionada
con “algún” tipo de conducta violenta pero no necesariamente con conducta sexualmente violenta.
Cuando observamos que en la dinámica relacional de la pareja existe presencia de violencia
intrafamiliar, el objetivo está dirigido a instalar en la familia, a través de un trabajo socioeducativo,
una resolución alternativa a los conlictos familiares, siempre que exista un reconocimiento de la
pauta agresiva por parte de los adultos o al menos del adulto signiicativo. No obstante estamos
conscientes que el tema de violencia intrafamiliar es complejo y por lo tanto para su solución este
trabajo es insuiciente, sin embargo, es un aporte importante al tratamiento.
Posterior a esto, mediante la metodología grupal se dan a conocer elementos básicos de
comunicación, como es la empatía y asertividad, y la búsqueda de los acuerdos para enfrentar
los conlictos mediante un entrenamiento en los pasos básicos de la técnica de mediación. Hemos
observado que son las mujeres quienes se encuentran más dispuestas a desarrollar estos cambios al
interior de su grupo familiar.
La metodología para desarrollar este trabajo familiar es durante la primera etapa, la
intervención individual con los adultos que cumplen el rol parental o ambos, dependiendo del
objetivo. En una segunda etapa se desarrolla la metodología grupal incorporando a ambos padres
a un taller socioeducativo con temas de desarrollo sexual o resolución de conlictos. Si es necesario
se realizan sesiones con padre e hjo y ambos profesionales de la dupla, psicólogo y asistente social.
En el último año de la ejecución del proyecto hemos logrado incorporar a la igura masculina del
sistema familiar a la intervención, con buenos resultados parciales a la fecha.
A modo de evaluación
Del trabajo antes mencionado es importante destacar dos elementos para relexionar y que
abren nuevas interrogantes que tiene que ver con la respuesta a la intervención profesional. Existen
familias que son receptivas e incorporan nuevas herramientas produciendo un cambio importante
en su dinámica relacional teniendo un impacto en el diario vivir de todos sus miembros; por el
contrario, igualmente nos hemos encontrado con familias que presentan resistencia y no modiican
su pauta, observando que en parte esto tiene que ver con el nivel de daño producto de su historia
vital, aunque esto no se puede generalizar. Aquí nos hace sentido la deinición de resiliencia, dado
que mientras las primeras viven la experiencia de ofensa sexual como un aprendizaje, las otras
permanecen inmovilizadas sin producir cambios al interior de la familia.
De las características familiares anteriormente señaladas, no podemos airmar que cualquier
familia que las presente propiciará la aparición de conductas de ofensa sexual en sus niños, niñas
y/o adolescentes, no obstante, nuestra experiencia nos señala que si al interior de un grupo familiar
existe presencia de conductas de ofensa sexual a terceros, nos encontraremos con una o más de las
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
características anteriormente descritas.
En una tesis de pre-grado para optar al título de psicólogo en nuestro Centro de atención,
el estudiante midió un determinado número de variables individuales y familiares en un grupo de
los niños y jóvenes que reciben nuestra atención y en un grupo de control, encontrando que en las
primeras variables, es decir las individuales, no habrían diferencias signiicativas entre un grupo y
otro, sin embargo, en las variable familiares, sí existían diferencias signiicativas principalmente las
referidas a la autoestima familiar. Este es un importante dato para el desarrollo del trabajo familiar
si queremos lograr que los niños y jóvenes atendidos en nuestro Centro interrumpan esta conducta
abusiva sexual en el futuro, especialmente si nuestra mirada es integradora.
Actualmente estamos en un proceso de seguimiento a las familias y jóvenes que concluyeron
su proceso de intervención, de cuya sistematización esperamos obtener insumos importantes para
ainar objetivos y estrategias de trabajo.
Estudio descriptivo - comparativo del peril de personalidad
y los niveles de autoestima en jóvenes agresores sexuales
masculinos inimputables, comparados con jóvenes de la
población general de Valparaíso - V Región
Felipe Jara León
Resumen
E
l presente artículo sintetiza una investigación realizada en el año 2005 en el Centro TRAFÚN de
la Corporación PAICABÍ, que fue presentada como tesis de grado para optar al título profesional
de Psicólogo y el grado académico de Licenciado en Psicología. En ella se busca conocer cómo es la
personalidad y la autoestima de un grupo de jóvenes agresores sexuales masculinos inimputables,
basándose en una medición cuantitativa y posterior comparación de variables con otro grupo de
jóvenes de la población general de Valparaíso.
Las conclusiones obtenidas de esta investigación señalan que no existirían diferencias
estadísticamente signiicativas entre las variables de personalidad (EPPS) medidas entre el grupo de
jóvenes agresores sexuales y el grupo de jóvenes de la población general, indicando esto, que no seria
factible establecer a priori variables patognomónicas para identiicar a jóvenes del primer grupo, por
cuanto sus personalidades no serian distintas a las de otros jóvenes. Por otro lado, los resultados de
las mediciones de autoestima (COOPERSMITH) permiten declarar que la única diferencia que es
estadísticamente signiicativa entre ambos grupos es la autoestima hogar, reiriendo una disminución
signiicativa de ésta en el grupo de jóvenes agresores sexuales.
1.- Introducción
5
Resumen de Informe Final de Tesis para optar al Título de Psicólogo: “Estudio Descriptivo- Comparativo del Peril de Personalidad y los Niveles de Autoestima en Jóvenes Agresores �exuales �asculinos Inimputables� Comparados con Jóvenes de la Población
General de Valparaíso�. Universidad del �ar. Tesis patrocinada por el profesor �ario Aguirre �ontaldo. Diciembre 005.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
En la actualidad, la problemática de la violencia en general, y la violencia sexual en particular,
se han constituido como fenómenos de alta relevancia social, y se instalan como temas emergentes
que capturan la atención tanto de la opinión pública como de los sectores e instituciones encargadas
de hacerle frente. Algunas de ellas son: ONGs, Policías, SENAME, Poder Judicial, entre muchas
otras. En otras palabras, el tema ha aparecido en la supericie, y con ello, se ha visibilizado una
“realidad” que exige ser estudiada y comprendida.
Las estimaciones estadísticas de que se dispone en Chile, realizadas principalmente por el
Centro de Atención a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS), entre los años 197 y 1997, dan
cuenta de un numero de 5.439 atenciones a víctimas de agresiones sexuales, de las cuales el 0%
fueron realizadas a menores de 1 años y el 7% de las víctimas fueron mujeres. Ahora bien, cabe
hacerse la pregunta: ¿cuántas de esas agresiones sexuales a menores de edad son realizadas por otros menores,
es decir, por sujetos menores de dieciocho años?
Si bien no se dispone de estadísticas oiciales que nos puedan indicar la cantidad aproximada
de jóvenes que han agredido sexualmente, es posible visualizar que sí existe un incremento de éstos
en la participación de delitos de carácter sexual. Esta impresión es conirmada por el centro MAIHUE
de la Corporación ONG PAICABÍ V Región, el que a partir del año 2000, ha comenzado a detectar
un aumento de adolescentes involucrados en agresiones sexuales 26. Durante los años 2002 y 2003, del
100% de la población atendida por este Centro, el 10% corresponde a niños y niñas que han sido
victimizados por jóvenes menores de 1 años.
Como lo señala Venegas (2005), en un estudio a nivel local desarrollado por el CTD-I (Centro
de Transito y Distribución, SENAME) aparece que durante los años 199 y 2001 ingresan a este centro
21 jóvenes y niños cuya causal de ingreso corresponde a su participación en situaciones de agresión
de carácter sexual a otros niños o jóvenes, no obstante, señala su directora, que estos datos no relejan
la real dimensión del problema puesto que el más alto porcentaje de ingresos al establecimiento se
registra bajo la categoría de “protección” y es en el momento de la elaboración del diagnóstico, en
donde emergen diversas situaciones entre las cuales se encuentran las agresiones sexuales.
Con lo anterior queda de maniiesto que la situación está lejos de ser estadísticamente clara,
sin embargo, se podría estimar que en la Región al menos aproximadamente el 10% de las agresiones
sexuales a niños, niñas o jóvenes son realizadas por sujetos jóvenes adolescentes, menores de 1
años.
Algunas interrogantes inician esta investigación: ¿Existen diferencias de personalidad
y autoestima entre los jóvenes agresores sexuales, de jóvenes que no han agredido?, ¿es posible
distinguir a un agresor sexual juvenil basándose en una medición de personalidad (EPPS)?
Fuente: Estudio descriptivo exploratorio de jóvenes que presentan conductas abusivas de carácter sexual del Centro TRAFÚN.
Valparaíso. Ps. Rodrigo Venegas Cárdenas. (005).
0
2.- Objetivos
Objetivo general
Conocer el peril de personalidad y los niveles de autoestima de un grupo de jóvenes agresores
sexuales masculinos inimputables, y compararlos con jóvenes de la población general de
Valparaíso, V Región.
Objetivos especíicos
Determinar el peril de personalidad del grupo de jóvenes agresores sexuales masculinos
inimputables.
Determinar los niveles de autoestima del grupo de jóvenes agresores sexuales masculinos
inimputables.
Determinar el peril de personalidad del grupo de jóvenes de la población general.
Determinar los niveles de autoestima del grupo de jóvenes de la población general.
Comparar los periles de personalidad y los niveles de autoestima entre ambos grupos.
Describir los resultados obtenidos considerando las variables de personalidad y los niveles de
autoestima comparados.
3.- Pregunta de investigación
¿Cómo es el peril de personalidad y los niveles de autoestima de un grupo de jóvenes
agresores sexuales masculinos inimputables, comparados con jóvenes de la población general de
Valparaíso, V región?
4.- Conceptos fundamentales
a.- Deinición de agresor sexual juvenil
Tal vez una de las deiniciones más completas y abarcadoras de lo que es el “abuso sexual”
infantil, que incluye a los jóvenes adolescentes como posibles agresores sexuales, es la elaborada por
la Agencia Federal Norteamericana; National Center of Child Abuse and Neglect (NCCAN, 1996
citado en Neira, 2003). En ella, lo deine como: “los contactos e interacciones entre un niño y un
adulto, cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o
a otra persona. El abuso sexual también puede ser cometido por una persona menor de 1 años,
cuando ésta es signiicativamente mayor que la del niño (la víctima) o cuando (el agresor) está en una
posición de poder o control sobre otro menor” (Pág. 286). En esta deinición aparecen los elementos
básicos que caracterizan las agresiones sexuales juveniles, es decir, la edad del agresor (en Chile, menor
de 1 años), un acto sexual sin consentimiento, caracterizado por el uso de la agresividad, explotación
o amenaza.
Según la organización internacional The Nacional Clearinghouse on Family Violence (1997,
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
citado en Díaz, 2000), el ofensor (o agresor) sexual adolescente es deinido como “cualquier varón o
mujer entre los 12 y 17 años de edad que comete cualquier acto [sexual] con una persona de cualquier
edad contra el deseo de la víctima, es decir, sin consentimiento o de una manera agresiva, explotadora
o amenazante” (Pág. 94).
El organismo citado anteriormente plantea que “los agresores sexuales juveniles vienen
de todos los entornos socioeconómicos, etnoculturales y religiosos. También varían ampliamente
en su nivel de funcionamiento intelectual, su motivación, las víctimas que eligen y las conductas
que cometen. Algunos adolescentes abusan sólo de niños más pequeños, otros de víctimas de la
misma edad. Algunos utilizan la fuerza o la violencia extrema mientras otros engañan, presionan
simultáneamente o manipulan a sus víctimas a la actividad sexual. La mayoría de los ofensores [o
agresores] sexuales son conocidos por sus víctimas” (Díaz, 2000, Pág95).
b.- Inimputabilidad
La inimputabilidad es la incapacidad de culpabilidad, por lo tanto de responsabilizarse por
un hecho delictivo, y en general existen tres modos de establecerla, estos son:
1.
Procedimiento Normativo Biológico: Conocido también como psiquiátrico o biológico puro.
Contempla la patología mental propiamente catalogada, la que, si se encuentra presente,
eximirá de responsabilidad penal al individuo.
2.
Procedimiento Normativo Psicológico: En este caso, la inimputabilidad del individuo se
basa en las consecuencias que la patología mental pudiera determinar, haciendo que el
sujeto no pueda comprender la antjuricidad de su acción. Se focaliza la mirada en los
resultados y efectos de la patología.
3.
Procedimiento Normativo Mixto: No sólo se exige la presencia de alguna patología
psiquiátrica catalogada, sino también las consecuencias de las que de ella emergen, es decir,
este método es una combinación de los antes mencionados, en donde la conciencia y la
voluntad se encuentran afectadas. (Araya Y. 2003, Pág.79)
Habitualmente, la fórmula para establecer la inimputabilidad es mixta: exige una base
patológica (anomalía o alteración) y un efecto psicológico (alteración de conciencia o voluntad),
donde es fundamental demostrar que tal entidad nosológica ha afectado signiicativamente la
facultad del sujeto para comprender la ilicitud de sus actos o poder actuar de forma diferente.
El Código Penal de Chile, (Código Penal, 2004, enero) en su Artículo 10º señala las circunstancias
que eximen de responsabilidad criminal. Estas son:
1. El loco o el demente, a no ser que haya obrado en un intervalo lúcido, y el que, por cualquier
causa independiente de su voluntad, se halla privado totalmente de la razón.
2. El menor de dieciséis años.
3. El mayor de dieciséis años y menor de dieciocho, a no ser que conste que ha obrado con
Discernimiento.
4. El que obra en defensa de su persona o derechos, siempre que concurran alguna de las
siguientes circunstancias:
Primera: Agresión ilegítima.
Segunda: Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
Tercera: Falta de provocación suiciente por parte del que se deiende.
5. El que obra violento por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable.
Este punto es muy relevante, ya que la población que fue objeto de estudio es considerada
inimputable, es decir, jóvenes que no tienen capacidad de culpabilidad, por cuanto no pueden
responder penalmente ante la ley, apelando a algunas de las eximientes de responsabilidad anteriormente
señaladas.
Deiniciones conceptuales
a.- Personalidad: Es la encargada de ejercer mediación entre las necesidades y las normativas
sociales, la cual actuaría como un mecanismo conciliador entre los impulsos que ejercen tensión y
que necesitan satisfacción, paralelamente con la adaptación del medio social (Adaptado de: Murray
H. 1953, citado en Ferrada 2004, Pág. 62 ).
b.- Autoestima: Es “la autoevaluación que el individuo hace y mantiene en forma perseverante
hacia sí mismo; se expresa en una actitud de aprobación o reprobación e indica hasta donde el
individuo se siente capaz, signiicativo, exitoso y valioso. En resumen, la autoestima es un juicio
personal de valor que se expresa en las actitudes que el individuo toma de sí mismo” (Coopersmith
1959 en David, Segura 2003, Pág. 24).
5.- Metodología
La investigación se desarrolló dentro de un enfoque cientíico cuantitativo. Cientíico por
cuanto buscó una exploración “crítica, controlada y empírica de fenómenos naturales, guiado por
la teoría […] acerca de las supuestas relaciones entre dichos fenómenos” (Kerlinger, 19, Pág.11),
y cuantitativo, ya que se basó en una epistemología positivista, en donde se buscó “analizar los
fenómenos observables susceptibles de medición, análisis matemático y control experimental […] en
donde los datos son susceptibles a análisis estadísticos” (Pérez, 1994).
Este estudio fue de tipo Descriptivo-Comparativo, por cuanto se requirió “una descripción más
o menos profunda […] de uno o más atributos del fenómeno descrito” (Hernández Sampieri et al
199, Pág.60) y se utilizó el “contraste” del fenómeno (las variables anteriormente descritas) en dos
muestras distintas, con el objetivo de conocer cómo es el peril de personalidad y autoestima entre
ambos grupos de jóvenes.
Los instrumentos utilizados fueron de carácter cuantitativo (EPPS y Coopersmith) permitiendo
hacer una medición objetiva de las expresiones subjetivas de los individuos, las que permitieron la
posterior cuantiicación e interpretación a partir del análisis descriptivo de las variables de estudio.
El Cuestionario de Preferencias Personales EPPS fue desarrollado por A. Edwards en el año
1953, basado en los estudios de personalidad realizados por Henry Murray, quien inicialmente
elaboró una lista de 2 necesidades, de las cuales Edwards sólo seleccionó 15.
Las variables mencionadas son logro, deferencia, orden, exhibicionismo, autonomía, ailiación,
intracepción, ser protegido, dominio, degradación, proteger, cambio, persistencia, heterosexualidad y agresión.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
El inventario de autoestima de Coopersmith está orientado a realizar una medición
cuantitativa de la autoestima. El instrumento es un inventario de auto reporte de 5 ítems, en el cual
el sujeto lee una sentencia declaratoria y luego decide si esta airmación es “igual que yo” o “distinto
a mi” (Pág.14). Utiliza un constructo de autoestima multifactorial que incluye la dimensión “Social”,
“Familiar”, “Escolar” y “Sí mismo”, permitiendo estimar la autoestima general.
6.- Selección de los grupos muestrales
Este estudio, al ser comparativo, requirió dos grupos muestrales, a saber:
I.- Grupo de jóvenes agresores sexuales masculinos inimputables
La elección de este grupo fue no probabilística, accidental, ya que todos estos sujetos se
encontraban participando del Programa de Atención Psicosocial que entrega el Centro TRAFÚN.
El grupo de Jóvenes agresores sexuales que conformaron esta muestra, estuvo compuesto por un
total de 26 sujetos de edades entre los 13 y 17 años, de un sector socioeconómico medio bajo, bajo y
medio27, encontrándose todos en la fase de intervención psicosocial que ofrece dicho Centro.
A continuación se entrega el detalle de la cantidad sujetos por edades, sexo y escolaridad.
EDADES
13 AÑOS
14 AÑOS
15 AÑOS
16 AÑOS
17 AÑOS
Total
CANTIDAD
6
5
6
6
3
SEXO
M
M
M
M
M
ESCOLARIDAD (Rango)
5º Básico- º Básico
7º Básico- 1º Medio
7º Básico- 2º Medio
7º Básico- 3º Medio
3º Medio- 4º Medio
A la hora de seleccionar los sujetos, se consideraron algunos indicadores especíicos para
homogenizar las características intragrupo, a saber: primero, que todos los jóvenes posean una
caliicación diagnóstica previa (realizada por el Centro) y segundo, que todos los jóvenes hayan
estado ingresados al programa de atención.
II.- Grupo de Jóvenes masculinos no agresores sexuales que conforman el grupo de comparación
La selección del grupo de comparación fue no probabilística de tipo intencionada,
pretendiendo, como lo señala Kerlinger (1994), utilizar el juicio en el esfuerzo deliberado por obtener
muestras representativas y relativamente homogéneas que, basados en una estratiicación, buscaran
sujetos con características similares.
Los criterios utilizados para seleccionar este segundo grupo, fueron:
Edad cronológica
Estimación del nivel socioeconómico
Sexo
La estimación del Nivel �ocio Económico es realizada por las Asistentes �ociales del Centro y se extrae� para esta investigación� de los informes y registros sociales existentes
El criterio “escolaridad” no fue considerado para la elección de los sujetos de este grupo
ya que la muestra de jóvenes agresores sexuales presentan un notorio nivel de retraso escolar (ver
tabla del punto anterior), lo que hace sumamente difícil ubicar jóvenes con similares retrasos en el
nivel educacional y, por tanto, hace poco viable esa consideración a la hora de elegir un grupo de
comparación.
Para la elección de los sujetos del grupo de comparación, se seleccionó jóvenes que cumplieran
con los criterios antes mencionados, en los siguientes establecimientos educacionales:
ESTABLECIMIENTO
EDUCACIONAL
LUGAR
Nº DE ALUMNOS
EVALUADOS
1.- LICEO EDUARDO DE LA
BARRA
2.- ESCUELA AMERICA
VALPARAISO
15
VALPARAISO
11
A continuación se presenta el detalle de la cantidad sujetos por edades, sexo, escolaridad y
establecimiento educacional al que pertenecen:
EDADES
CANTIDAD
SEXO
M
ESCOLARIDAD
(Rango)
7º Básico- º Básico
ESTABLECIMIENTO
EDUCACIONAL
ESCUELA AMERICA
13 AÑOS
6
14 AÑOS
5
M
6º Básico- º Básico
ESCUELA AMERICA
15 AÑOS
6
M
1º Medio- 2º Medio
16 AÑOS
6
M
1º Medio- 3º Medio
17 AÑOS
3
M
2º Medio- 4º Medio
LICEO EDUARDO DE
LA BARRA
LICEO EDUARDO DE
LA BARRA
LICEO EDUARDO DE
LA BARRA
Total
7.- Descripción de los procedimientos para el procesamiento de datos
En primer lugar, luego de obtener las puntuaciones en cada una de las 15 variables de
personalidad y las escalas de autoestima en ambos grupos, se calculó el valor medio (promedio)
y DS de cada una de estas variables, además de los valores mínimos y máximos, y la sumatoria de
las puntuaciones. Luego se realizó una prueba estadística para probar la diferencia de medias por
variable (Prueba de signiicación con la distribución de t Student).
La decisión de utilizar este estadístico de prueba (t student), residió en los criterios que
proponen Tamayo y Tamayo (19) (Pág.173) para su uso, estos son:
1.- Que las muestras sean pequeñas, es decir, con un n menor a treinta.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
2.- Que los grupos sean independientes y que se hallen relacionados.
3.- Que las DS de cada grupo sea conocida y Varianza desconocida.
A continuación se presenta el detalle del alfa utilizado, la estimación de los grados de libertad, los
valores de las colas, la formula de t utilizada y la formulación de la prueba de hipótesis general.
ALFA
GRADOS DE LIBERTAD
=5% (0,05) :2= 0,025 1- 0,025= 0,975
n1+n2 -2=50
Gºl= 0,975; 50
DOS COLAS
Los valores de tabla para las regiones críticas son de: -2,00 y
2,00. (Regones de rechazo)
Estadístico de prueba:
FÓRMULA
Variancia muestral combinada:
HIPÓTESIS
GENERAL PARA TODAS
LAS PRUEBAS DE
DIFERENCIA DE MEDIAS
DE ESTE ESTUDIO
H0: X del Grupo de Jóvenes Agresores Sexuales (en cada
variable) = X del Grupo de comparación (jóvenes de la Población
General).
H1: X del Grupo de Jóvenes Agresores Sexuales (en cada
variable) X del Grupo de comparación (jóvenes de la Población
General).
H0 se acepta si tc>-2,00 ó tc<2,00
H0 se rechaza si tc<-2,00 ó tc>2,00
8.- Resultados
Enseguida se exponen en gráicos las puntuaciones promedio de cada una de las variables de
personalidad y autoestima medidas entre ambos grupos de jóvenes.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
1.-Variables de Personalidad (EPPS)
PUNTUACIONES PROMEDIO DE LAS VARIABLES DE PERSONALIDAD
DE AMBOS GRUPOS (EPPS)
100
80
60
40
20
76.53
57.42
72.88
64.42
54.92
54.46
67.34
58.07
43.34
54.69
36.88
31.03
34.73
59.61
58.42
46.26
41.88
34.88
50.5
32.69
57.76
49.96
69.3
34.88
56.25
52.34
48.23 40.61
35.5
47.3
30.96
32
0
LO DE OR EX AU AF IC SP DO DG PR CA PE HS AG CS
Grupo 1
Grupo 2
Grupo 1: Grupo de Jóvenes Agresores Sexuales Masculinos Inimputables
Grupo 2: Grupo de Jóvenes de la Población General (Grupo de Comparación)
En este gráico se puede observar que los periles de comportamiento de ambos grupos
muestrales se distribuyen de forma muy homogénea en un percentil promedio. Cabe señalar que no
existen puntuaciones medias que estén bajo los 17 o sobre los 4 puntos, límites de propuestos para
dicho rango percentil.
El grupo de jóvenes agresores sexuales obtuvo las puntuaciones promedio más altas en las
variables de exhibicionismo (x=76,53) y ser protegido (x=69,3). Por el contrario, obtiene las puntuaciones
promedio más bajas en las variables de autonomía (x=32,69), intracepción (x=31,03) y heterosexualidad
(x=30,96). Por otra parte, los jóvenes de la población general obtienen las puntuaciones promedio
más altas en las variables de ser protegido (x=72,) y exhibicionismo (x=67,34). A su vez, obtienen las
puntuaciones promedio más bajas en las variables de autonomía (x=36,), intracepción (x=34,) y
dominio (x=34,73).
Si bien existe una diferencia observada de puntuaciones medias por grupo, éstas, sometidas a
la prueba de signiicación (prueba t), no señalan para ninguna variable una diferencia estadísticamente
signiicativa. No obstante, las variables que presentan una mayor puntuación en la prueba de
signiicación, son: logro (t=1,63), exhibicionismo (t=1,39), persistencia (t=1,74) y heterosexualidad (t=-1,95).
En el caso de la variable logro, exhibicionismo y persistencia, es el grupo de jóvenes agresores sexuales
que puntúan más alto. Por su parte, es el grupo de jóvenes de la población general el que obtiene una
mayor puntuación en la variable Heterosexualidad.
Las variables que presentan menor puntuación en la prueba de signiicación (prueba t), son:
orden (t=-0,03), dominio (t=0,02), degradación (t=0,24), proteger (t=-0,16) y agresión (t=0,23). En el caso
de la variable dominio, degradación y agresión, es el grupo de jóvenes agresores sexuales que obtienen
puntuaciones más altas. Por el contrario, es el grupo de jóvenes de la población general que obtiene una
mayor puntuación en la variable orden y proteger.
2.- Escalas de autoestima
PUNTUACIONES PROMEDIO DE LAS ESCALAS DE AUTOESTIMA
DE AMBOS GRUPOS (COOPERSMITH)
100
80
60
40
50.92
50.92
56.11
56.11
53.88
53.88
49.42
49.42
51.3
51.3
G
S
51.5
51.5
54.42
54.42
45.3
45.3
55.03
55.03
51.42
51.42
20
0
E
Grupo 1
H
M
Grupo 2
Grupo 1: Grupo de Jóvenes Agresores Sexuales Masculinos Inimputables
Grupo 2: Grupo de Jóvenes de la Población General (Grupo de Comparación)
A partir de lo observado en este gráico se puede observar que los periles de comportamiento
de ambos grupos muestrales en las escalas de autoestima se distribuyen de forma muy homogénea.
El grupo de jóvenes agresores sexuales puntúa más alto en los promedios de autoestima
general (x=50,92) y autoestima escolar (x=56,11). Por el contrario, presenta valores medios más bajos en
las escalas de autoestima social (x=51,3) y autoestima hogar-padres (x=45,3), siendo este último, el valor
más bajo de toda la distribución.
Si bien existe una diferencia observada de puntuaciones medias por grupo, éstas, sometidas
a la prueba de signiicación (prueba t), no señalan la existencia de ninguna diferencia estadísticamente
signiicativa para las escalas de autoestima general (t=0,56), autoestima social (t=-0,99) y autoestima escolar
(t=0,51), pero sí para la escala de autoestima de hogar-padres (t=-2,59), lo cual indica que en esta escala
existiría la única diferencia que es producida por una tendencia propia del grupo de comparación.
La escala de mentira se presenta homogéneamente distribuida en ambos grupos y por la
puntuación t obtenida (t=1,46), revela que su diferencia no es mayor que lo que cabría esperar si
hubiese intervenido el azar.
9.- Conclusiones
En cuanto a las Variables de Personalidad (EPPS) medidas en ambos grupos, es posible
describir de modo general tres grandes conclusiones, a saber:
Primero, el comportamiento de los valores promedio en cada una de las quince variables de
personalidad más la consistencia, en ambos grupos, es altamente homogéneo y se distribuye de forma
similar siguiendo la misma tendencia en cada medición. Esto está apoyado en los resultados obtenidos
en las pruebas de signiicación de medias (prueba t), las cuales arrojaron valores que permitieron,
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
en todos los casos, airmar que las diferencias observadas en cada variable no son estadísticamente
signiicativas, por lo que, no mayor a lo que cabría esperar si se hubiera actuado al azar.
Esta situación indicaría que, en este estudio, los jóvenes que conformaron ambos grupos
muestrales comparten puntuaciones altamente similares y, por lo tanto, similares tendencias de su
personalidad (EPPS). Esto expresaría que tanto los jóvenes del grupo de la población general como
el grupo de jóvenes de agresores sexuales masculinos inimputables no son disímiles, sino más bien
cercanos en sus tendencias y necesidades.
Segundo, en términos generales, se puede concluir que todas las variables de personalidad
medidas en el EPPS, en ambos grupos de jóvenes, se encuentran ubicadas en el rango de percetil
promedio, no encontrándose puntuaciones medias de variables por grupo en otros percentiles (muy
bajo, bajo, muy alto, alto). Esto señala que en su interpretación, todas las variables de personalidad
medidas en ambos grupos responden a tendencias, necesidades y deseos moderados y adaptados
de los jóvenes, no existiendo puntuaciones excesivamente altas o bajas que pudieran dar cuenta
de expresiones acentuadas, exacerbadas, o desajustadas (socialmente) de alguna tendencia de
personalidad. Esto puede estar indicando que ambos grupos de jóvenes presentan tendencias de
personalidad normales en términos estadísticos, es decir, que el grupo de jóvenes agresores sexuales
no muestra, en base a estas mediciones, indicadores claros y deinidos (altos o bajos) que puedan
consignar en la observación, mayores tendencias o necesidades de, por ejemplo, dominio, agresión o
heterosexualidad, variables que habitualmente se asocian con los actos de agresión sexual.
Lo anterior señala que, desde esta investigación, se puede concluir que no existirían variables
patognomónicas de personalidad (EPPS) para distinguir y reconocer a los jóvenes agresores sexuales
de otros que no lo son, por cuanto ambos grupos expresan similares tendencias y necesidades.
En tercer lugar, es posible concluir que, si bien no existen diferencias estadísticamente
signiicativas para las variables de personalidad (EPPS) medidas entre el grupo de jóvenes agresores
sexuales masculinos y el grupo de jóvenes de la población general, es posible describir diferencias
observadas, a partir de la comparación particular de cada variable medida en ambos grupos. Esto revela
que, aunque los análisis estadísticos no se pronuncien positivamente en torno a la diferencia de
personalidad de ambos grupos, es posible detectar una diferencia numérica entre ambos grupos que
pueda orientar la descripción de las particularidades de cada grupo en cada una de las variables.
Como un punto aparte, como criterio de comparación, es posible deducir que el nivel
de escolaridad no estaría incidiendo directamente en la generación de diferencias entre ambos grupos, por
cuanto el grupo de jóvenes agresores sexuales presenta un nivel evidente de retraso escolar y, sin
embargo, existen similares resultados en las variables de personalidad comparados con el grupo
de la población general. Esto indicaría que, más bien, las diferencias observadas obtenidas entre
ambos grupos de jóvenes no estarían basadas en su nivel de formación e instrucción escolar, sino en
tendencias internas de personalidad.
En cuanto a los análisis estadísticos realizados en las Escalas de Autoestima (COOPERSMITH)
de ambos grupos, es posible describir de modo general las siguientes conclusiones:
En primer término, el comportamiento de los valores promedio en las escalas de autoestima,
más la escala de mentira, en ambos grupos, son altamente homogéneos y se distribuyen de forma similar,
siguiendo la misma tendencia en cada medición, exceptuando la escala de autoestima de hogar-padres, en donde
se puede señalar una amplia diferencia entre ambos grupos. Lo anterior está apoyado en los resultados
obtenidos en las pruebas de signiicación de medias (prueba t), las cuales arrojaron valores que
0
permitieron, para las escalas de autoestima general, autoestima social, autoestima escolar y la escala
de mentira, airmar que las diferencias observadas no son estadísticamente signiicativas, y por esto, no
mayores a lo que cabría esperar si se habría actuado al azar.
El resultado de la prueba de signiicación permite concluir que el grupo de jóvenes agresores
sexuales posee una menor autoestima referida el área hogar padres. Esta situación indicaría que,
en este estudio, los jóvenes que conformaron ambos grupos muestrales comparten en términos
generales puntuaciones altamente similares en las escalas anteriormente señaladas, por lo que también
similares tendencias en su autovaloración (COOPERSMITH), pero no así en la autoestima familiar. Lo
anterior expresa que tanto los jóvenes del grupo de la población general como el grupo de jóvenes
agresores sexuales masculinos inimputables no son disímiles, sino más bien, expresan de forma general
cercanas tendencias en su autoestima, exceptuando la que reiere a la autoestima del área hogar-padres, en
donde se aprecia una diferencia estadísticamente signiicativa.
Segundo, se puede concluir que en todas las escalas de autoestima medidas con el Inventario
de Autoestima de Coopersmith, en ambos grupos de jóvenes, las puntuaciones T se encuentran en la
región MEDIA, no encontrándose puntuaciones promedio por escala en los extremos (alto o bajo).
Esto señalaría que en su interpretación, todas las escalas de autoestima medidas en ambos grupos responden
a niveles medios o moderados de autoestima, no existiendo puntuaciones excesivamente altas o bajas que
pudieran dar cuenta de niveles de autoestima sobrevalorada o infravalorada. En otras palabras, los
jóvenes evaluados en ambos grupos, en promedio, no presentan una estima personal marcada ni por
la inferioridad ni por una extrema valoración de sí mismos, sino más bien están caracterizados por
una tendencia equilibrada para apreciar sus capacidades y juzgar su valía personal.
Finalmente, la autoestima en la escala HOGAR-PADRES, como se señaló anteriormente en las
conclusiones generales, es la única escala que demuestra una diferencia estadísticamente signiicativa
entre ambos grupos. Esto quiere decir que aquí sí existiría una tendencia del grupo de jóvenes agresores
sexuales a una menor valoración de sí mismos, de sus capacidades y aptitudes, referidas a las relaciones que
presentan y mantienen con sus padres y familiares. En otras palabras, estos jóvenes sí tendrían una
menor seguridad en los vínculos parentales, una mayor búsqueda de aprobación de sus padres y
una tendencia a atribuir a sí mismos los fracasos o diicultades existentes en tales relaciones. Por otro
lado, tenderían menos a ser optimistas y expresivos, así como a aceptar menos las críticas entregadas
por ellos.
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/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
V I PA RT E
FENÓMENOS EMERGENTES, URGENTES E HISTÓRICOS:
LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL DE NIÑOS, NIÑAS Y
ADOLESCENTES
El tránsito hacia la visibilidad: la explotación sexual comercial
infantil y adolescente como problema social
Valeria Arredondo Ossandón
Atención a víctimas de explotación sexual comercial infantil:
el modelo de intervención psicológica del Centro ANTÚ
Delia González Méndez
Cristóbal Guerra Vio
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
El tránsito hacia la visibilidad: la explotación
sexual comercial infantil y adolescente
como problema social
Valeria Arredondo Ossandón
Antecedentes Políticos
C
on el advenimiento en Chile el año 1990 de un gobierno democrático, se inician una serie de
compromisos de orden internacional a través de tratados y acuerdos contraídos por el Estado,
que tienden a relevar la línea de promoción y protección de Derechos Humanos desde una esfera
pública. De esta forma se marcaba la diferencia de la marginalidad que desde el Estado habían tenido
estas prerrogativas en lo que fue el régimen militar durante los dieciséis años de la dictadura.
De esta forma, se instala que es un deber del Estado de Chile la generación de las condiciones
de respeto a los Derechos Humanos fundamentales, así como las estrategias para la reparación de
sus transgresiones, sumando al país al movimiento internacional de Derechos Humanos.
En el plano central de este propósito se encontraron las violaciones a Derechos Humanos
ocurridas durante el régimen militar, desde las más diversas formas en que se manifestaron en
Chile, generándose políticas de Estado tendientes a reconocer la magnitud y características de estas
violaciones, y a subsanar sus efectos.
Desde este movimiento, comienzan a surgir otras iniciativas que tendieron a poner en el
espacio público otros tipos de violencia social invisibilizada en el contexto sociopolítico precedente,
y que daban cuenta de la legitimación de las prácticas de violencia en otros espacios, denominados
“privados” o de la “intimidad”, como la familia.
La primera problemática denunciada emergió desde el movimiento de defensa de los derechos
de la mujer, gestado en las diferentes instituciones no gubernamentales que venían trabajando desde
Este artículo es parte del Informe Final de la Tesis para Optar al Grado de �agíster en Psicología �ocial “La Construcción
Discursiva de la Práctica de la Explotación �exual Comercial Infantil y Adolescente: El Espacio de Intervención Especializada� Universidad
ARCI�- Universidad Autónoma de Barcelona. �arzo 00. Profesora patrocinante. Isabel Piper.
la década del 0 en las diversas formas de discriminación y violencia sufridas por este grupo social,
a través de acciones marginales al Estado, apoyadas por la cooperación internacional.
En este contexto surge como una problemática especíica denunciada la Violencia Intrafamiliar,
que particularizaba las distintas formas de agresión y abuso existentes en las relaciones entendidas
como familiares y cotidianas, pertenecientes al espacio de lo privado. El icono de su reconocimiento
fue la generación de una normativa jurídica que reconociera el carácter ilegal de esta práctica, lo cual
se materializa a través de la promulgación de la Ley de Violencia Intrafamiliar en el año 1994. No
obstante, sus antecedentes concretos fueron la difusión de cifras y estadísticas sobre la magnitud
del problema en Chile. En este sentido, en el Informe de la Comisión Nacional de la familia de 1993
(PAICABÍ, 199) se señala que la violencia intrafamiliar es percibida por el 31,2% de la población
como uno de los tres principales problemas que vive la familia chilena.
Estas cifras causaron impacto en los distintos sectores de la sociedad, emergiendo una
sensibilidad frente a la situación de desigualdad existente hacia la mujer en el espacio de lo privado,
desde donde se proyecta un análisis hacia el espacio público, con el reconocimiento de otro tipo de
transgresiones en el plano laboral, político y civil, entre otros.
Este hito sitúa la apertura del espacio familiar entendido como el espacio privado por
excelencia, y el cuestionamiento de las relaciones y las prácticas de “hacer familia” que predominaban
en Chile, aspecto altamente trasgresor para los grupos conservadores existentes en el país, pero
coherente con el nuevo rol que se le comienza a otorgar al Estado en el sistema socio-político que se
pretendía instaurar.
El lugar en que se sitúa el Estado como garante del respeto y defensa de derechos alcanza la
esfera antes intocable de las relaciones privadas.
En esta línea surge la denuncia por la situación de la infancia en Chile, también bajo el
marco de la relevancia en el espacio público de las distintas formas de violencia de las que eran
víctima grupos particulares de la sociedad, abriendo el debate a la denuncia y enfrentamiento de las
situaciones de desigualdad que se daban en la sociedad, en una relación implícita y a veces explícita,
con el desmedro que este tipo de situaciones conllevaba para la consolidación de un tipo de sistema
político y social particular.
De esta forma, como lo señala Francisco Piloti:
“…el progreso de la nación se relaciona directamente con el progreso individual de sus
miembros, por lo que el Estado debe velar por la existencia y funcionamiento de mecanismos
institucionales que aseguren la formación de ciudadanos productivos, con fuerte apego y lealtad
a valores nacionales y provistos de virtudes cívicas. De esta manera, se establece un vínculo
fundamental entre el bienestar de la infancia y el desarrollo nacional”. (Piloti, 2001; Pág. 1)
En el Informe de la Comisión Nacional De la Familia de 1993, se señala que más de 110.000
niños/as reciben un trato duro o violento; que un 10% de los niños/as es golpeado con alguna
frecuencia; que un 31% de los padres admite castigo diario y que un 50% lo hace una vez por semana,
siendo los menores de seis años el segmento de la población infantil que concentra el mayor número
de víctimas. (PAICABÍ, 199)
Evidentemente, este tipo de datos, puso en el tapete de la discusión y el debate a la institución
familiar completa, levantándose voces que aludieron a una serie de argumentos que pretendían
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
explicar esta situación desde el cuestionamiento a las formas autoritarias de crianza predominantes
en Chile, hasta aquellos argumentos que levantaron la idea de la “crisis de valores” existente en la
sociedad, que también habría alcanzado al ámbito familiar.
No obstante, la asociación entre violencia y pobreza, así como la condición de marginalidad
predominaban en el espacio de la visibilidad del fenómeno.
Este debate no se ha zanjado, muy por el contrario, se ha nutrido de otras manifestaciones de
violencia que emergieron en la última década, como la violencia sexual hacia los niños y niñas.
Si en efecto, el reconocimiento de la violencia física y/o emocional ejercida hacia los niños y
niñas desde las propias iguras paternas ponía en un eje crítico a la institución familiar, la agresión
sexual como fenómeno agregaba a este cuestionamiento la esfera de la “moralidad” de la familia,
elemento altamente sensible para la discusión nacional (con el advenimiento de la democracia, el
debate generado en torno a las libertades individuales y colectivas trajo consigo el fantasma del
“libertinaje” y la idea de la sociedad en crisis, sin destino o con un destino directo a la “perdición”,
discurso levantado por los grupos conservadores). De esta forma, una vez más se instala en el plano
de lo implícito el carácter situado socialmente de este tipo de problemas, a saber, el espacio familiar
en el que predomina la carencia múltiple, principalmente ligada a la situación socioeconómica, es
decir, familias en “riesgo social”. Como señala Francisco Piloti:
“Si bien las disposiciones que reglamentan estas medidas son de carácter universal (reiriéndose
a la línea de protección integral de la infancia), en la práctica afectan desproporcionadamente a las
familias más pobres de la sociedad, dado que las características socioeconómicas de los hogares
constituyen los factores centrales para determinar los periles de riesgo intrafamiliar”. (Piloti, 2001;
Pág. 24)
En este orden, el Estado se hace cargo políticamente de estas denuncias a partir del
reconocimiento explícito de esta realidad, y comienza un camino hacia la construcción de una
plataforma de acción para su erradicación. Esta acción resulta coherente con la intención de los
gobiernos de la Concertación por sacar a Chile del aislamiento internacional en que se encontraba
en la época del régimen militar, sumándose a los movimientos de respeto a derechos individuales y
colectivos y dando con esto muestras concretas de que la situación “estaba cambiando”. Este escenario
resultaba consistente con el modelo político-económico que se pretendía instaurar, en el sentido de
relevar los derechos de la ciudadanía en el contexto de la reconstrucción de la democracia, abriendo
paso a la revisión de las desigualdades existentes en las instituciones consideradas fundantes de la
sociedad, como lo es la familia, desfasando o al menos quedando en un lugar marginal el análisis y
el debate de las condiciones más estructurales que posibilitaban este tipo de desigualdades.
La visibilidad de Chile en el concierto internacional, exigía una postura clara respecto a la
generación de políticas públicas que tendieran a erradicar problemáticas sociales tan graves como
las señaladas, lo cual era coherente con un país que pretendía sumarse a la “vía del desarrollo”, e
invertir en los niños y niñas en base a su proyección como adultos ciudadanos de la sociedad que se
pretende alcanzar.
De esta forma, en 1990 el Estado de Chile ratiicó la Convención Internacional de los Derechos
de los Niños y Niñas - CIDN. Esta Convención, que posee el carácter de Ley de la República, se
constituye en el primer instrumento que establece a los niños y niñas como sujetos de derechos, con
el objeto de proporcionarles las condiciones necesarias para su óptimo desarrollo y protección. Su
aprobación como instrumento internacional convocó a 191 países, no ratiicándola como ley sólo dos
de ellos: Somalía y Estados Unidos, constituyéndose en uno de los instrumentos de este tipo con la
mayor aprobación internacional.
Su característica como instrumento jurídico, es la incorporación en un mismo cuerpo legal de
derechos de distinta índole como son los derechos civiles, políticos, económicos sociales y culturales,
tendientes a garantizar el concepto de la protección integral del niño o niña en su calidad de sujeto
de derechos. Integra y precisa responsabilidades particulares que en pro de logro de los objetivos
marco, se le otorgan a la familia, la sociedad civil, la cooperación internacional y particularmente al
Estado. (Piloti, 2001)
En el Artículo 19 de esta Convención se establece que:
“Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental,
descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se
encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que
lo tenga a su cargo”. (UNICEF, 2000, s/p)
De esta forma, en 1990 el Gobierno de Chile crea el primer Plan Nacional de Protección de la
Infancia 1990-2000, y luego el actual, correspondiente al período 2001-2010. Los objetivos centrales
de estos planes son plantear e implementar diferentes líneas de acción tendientes a resguardar
los Derechos del Niño y del Adolescente, siendo una de las prioridades establecidas aquellas que
se relacionan con las diferentes situaciones de violencia ejercidas en contra de los niños y niñas,
especialmente en el contexto familiar, posicionando en un lugar secundario aquellas que dicen
relación con el contexto social e institucional.
Este marco generado desde las políticas públicas ha delineado las acciones principales
desarrolladas para la infancia en Chile en los últimos 15 años, que han sido materializadas en
forma intersectorial desde los distintos estamentos públicos. Estas acciones han tenido un marcado
énfasis en la generación de normativa legal que da cuenta de la ilegalidad de las prácticas violentas
y abusivas hacia los niños y niñas a través de la promulgación de distintas leyes, y por otra parte, ha
privilegiado la intervención de las relaciones familiares a través de la acción de distintos programas
biopsicosociales, orientados fundamentalmente a las familias de alto riesgo social también
denominadas multiproblemáticas.
El aspecto centrado en los desarrollos legales respecto a las materias de vulneración de
derechos ha sido cuestionado ampliamente, dado que constituye una formalización que deine el rol
del Estado en la socialización de los ciudadanos, que tiende a regular de diversas formas materias
tales como el cuidado de los niños, su educación y su conducta, en un curso progresivo de aumento
del control jurisdiccional por sobre el proceso educativo-formativo, que evidentemente exigiría la
ampliación de la mirada hacia condiciones estructurales de la sociedad y la institucionalidad que la
conforma. (Piloti, 2001)
Este aspecto, podría entenderse como una de las manifestaciones de los preceptos heredados
de la modernidad en la construcción de los sistemas sociopolíticos y económicos, que relevan como
condiciones centrales además del individualismo, a la expansión del Estado, a partir de la posición
de “autoridad” que se le asigna para guiar el progreso no sólo nacional sino también el individual.
(Piloti, 2001).
En esta escena nacional en los últimos 2 años surge una nueva dimensión de la violencia
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
ejercida hacia los niños y niñas, esta vez en el espacio público, como es la prostitución infantil.29
Esta visibilidad emergente de la prostitución infantil, que da cuenta del proceso de transición
de la esfera privada a la pública, en relación con la denuncia de situaciones de desigualdad, es
coherente con el movimiento que han tenido otro tipo de grupos sociales que han vivido este mismo
proceso, como el caso de las mujeres, y las minorías étnicas y raciales.
En Chile, un hito de esta emergencia en el plano de la visibilidad de la prostitución infantil
lo constituyó el “caso Spiniak”30, caracterizado por la denuncia de una red organizada de adultos
que sería liderada por un sujeto perteneciente a la clase social alta, empresario, con reconocimiento
social y recursos económicos, quien se vinculaba a sujetos con antecedentes delictuales diversos,
para acceder a niños y niñas que vivían principalmente en la calle, e intercambiar actos sexuales
por dinero y drogas. Estas prácticas no sólo se realizaban en términos individuales, sino que se
organizaban en las denominadas “iestas de Spiniak” en las cuales participaban otros adultos,
denunciados como pertenecientes a las esferas económicas y políticas del país.
Este caso acaparó la atención de los medios de comunicación nacional por varios meses y
conllevó un debate distinto al generado hasta el momento, ya que puso el énfasis en la posición
del “sujeto cliente” por sobre la de los niños y niñas implicados, los cuales fueron rápidamente
omitidos de la discusión. Esto no era extraño, ya que por primera vez la imagen del sujeto agresor no
pertenecía a los grupos caracterizados como en “riesgo social” por una parte, y por otra, daba cuenta
de una práctica que ocurría en espacios públicos (plazas, calles, sectores céntricos de la ciudad)
o en los propios domicilios y empresas activas del sujeto, insertos en su diario operar, con total
impunidad.
A partir de la visibilidad de este caso han aparecido en el tapete público otros semejantes que
van poniendo un énfasis distinto a la realidad de la infancia en Chile, esto es, una nueva y soisticada
agresión, que implica elementos de orden económico-comercial, de poder, de abuso, de lo público y
privado, y de la legalidad o ilegalidad con que operan determinados grupos.
En este sentido, esta nueva problemática se encuentra en un estado del debate incipiente,
caracterizado por la omisión de los niños y niñas participantes de estas prácticas, centrándose en
los efectos políticos y sociales que conllevó la denuncia propiamente tal, en una suerte de “caza
de brujas” en la que la validez de lo dicho por los niños y niñas aparece como eje del debate en
cuanto a su capacidad de ser testigos veraces de los hechos denunciados; además, se discutió sobre
la condición “patológica” del sujeto agresor, quedando en una nebulosa cuál es el problema real, su
magnitud, y sus efectos.
Este nuevo matiz del debate, hace necesario desde el Estado la difusión de una serie de
iniciativas de carácter público, que si bien muchas de ellas ya habían sido elaboradas previamente
a comienzos del 2004, se dan a conocer masivamente. Dentro de ellas están la generación de una
línea especializada de intervención en Explotación Sexual Comercial Infantil y Adolescente ESCIA - a cargo del Servicio Nacional de Menores - SENAME - en cuanto a su diseño técnico e
implementación.
9
La denominación de prostitución infantil en la presente investigación es sustituida por la Explotación �exual Comercial Infantil
y Adolescente – E�CIA. No obstante� se ha mantenido en ocasiones el concepto de prostitución infantil para dar cuenta de cómo emerge
conceptualmente el fenómeno como problema social.
0
La nominación Caso Spiniak es la utilizada por los medios de comunicación masivos, que utilizan el apellido del sujeto
sindicado como el eje de la organización que utilizaba niños y niñas para el comercio sexual en la ciudad de �antiago. Este caso aparece
denunciado en el año 004� y la investigación aún se encuentra en curso en los Tribunales de Justicia. (portal E�OL� LUN)
00
Esta línea de trabajo constituye la materialización de los acuerdos contraídos por el Estado
de Chile en el contexto internacional, que venía debatiendo la realidad de la explotación sexual de
niños y niñas en el mundo, al amparo de la Organización de las Naciones Unidas, favoreciendo las
denuncias de esta realidad en cada país y los compromisos para su erradicación.
En este sentido, Chile se suscribe al movimiento internacional que venía relevando esta
realidad desde la promulgación de la CIDN. Los primeros desafíos fueron conocer la magnitud de la
ESCIA en el país y las características de su ocurrencia y mantención a nivel nacional. Para ello se generó
una investigación estadístico-descriptiva desde el SENAME realizada por la Universidad ARCIS el
año 2003. Asimismo, se generaron los acuerdos políticos necesarios para lograr el inanciamiento
dentro del presupuesto iscal para levantar la línea de Intervención Especializada en Explotación
Sexual Comercial Infantil y Adolescente desde el SENAME, la cual surge en el año 2004, consistente
en la ejecución de programas comunales de trabajo psicosocial con niños y niñas en situación de
explotación a cargo de instituciones colaboradoras del servicio. De igual manera, se generaron las
instancias de debate y acuerdo políticos para reformar las normativas jurídicas que abarcaban esta
problemática, entrando en vigencia en enero del 2004 la nueva Ley de Pornografía Infantil y Delitos
Sexuales, conocida como la Ley de Pedoilia (SENAME, 2004).
Así, se genera un entramado programático que se orienta a generar una plataforma de acción
particular para la ESCIA, con lo cual se le otorga un reconocimiento en cuanto a su relevancia dentro
de las políticas públicas asociadas a la infancia y adolescencia en Chile.
No obstante, la perspectiva abordada recoge las formas de diseño y trabajo de otros
fenómenos sociales asociados a la infancia, a saber, el énfasis en la atomización del fenómeno, al
generar una suerte de caracterización que rigidiza su comprensión y lo margina a partir de estas
particularidades. La consideración gravitante del componente jurídico y de penalización, que opera
bajo el presupuesto del control judicial y la sanción legal, la necesidad de diferenciar el fenómeno
de otros – cualquiera que estos sean - desde la idea de la especialización de su enfrentamiento, que
dicho sea de paso se señala en las Orientaciones Técnicas del SENAME (SENAME, 2003) con un
énfasis en la “intervención” a nivel individual y familiar.
Este último punto llama la atención, ya que desde el año 1997 en que se genera la primera
orientación técnica para enfrentar el maltrato infantil desde el SENAME, la idea y el concepto de la
“reparación” de los niños y niñas víctimas ha aparecido explícitamente señalado como objetivo. La
idea de la “reparación” situaba un principio rector del enfrentamiento del maltrato infantil para los
equipos psicosociales, que llamaba al entendimiento del problema como un problema social, y la idea
de la agresión sufrida por los niños y niñas como emergente en un contexto de una trasgresión de
derechos a ser enfrentada desde el Estado, aludiendo a la memoria de las formas de enfrentamiento
de las violaciones de Derechos Humanos en Chile.
La idea de reparación, traía consigo la consideración del concepto de “daño”, que sustituía,
al menos nominalmente, el concepto de “riesgo social” reinante en las acciones ligadas a la infancia
y adolescencia emanadas de las políticas públicas históricas en Chile.
No obstante, esta concepción se ha ido situando en una esfera particular en su entendimiento,
a saber, el daño individual producto de agresiones particulares de la que son sujetos los niños y
niñas. La concepción recogida por tanto, es la idea de la traumatización psicológica que redunda en
la mirada tradicional de la psicología desde la lectura del síntoma31, casi con independencia de la
Los autores que en la última década han trabajado esta línea y que han sido ampliamente difundidos para el trabajo en el área
de la agresión sexual infantil son David Finkelhor, Marianella Malacrea, José Cantón Duarte, Maria Rosario Cortés, Salvador Alario, entre
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/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
situación que lo genera. En este marco, la reparación del daño, opera desde un trabajo eminentemente
psicológico, en el mejor de los casos, psicosocial, altamente especializado y tecnologizado, a partir
de los aportes de las disciplinas de las ciencias humanas. Esta concepción, si bien se mantiene en
la perspectiva de la trasgresión de derechos y la necesidad de su restitución queda subsumida en
la intervención parcial del fenómeno de corte individual, fragmentándolo en su dimensión sociocultural y socio-política, y reduciendo su comprensión a la esfera de lo particular, no haciéndose
cargo de las dimensiones sociales y culturales que lo producen y legitiman.
El año 2004, la línea de trabajo de las políticas públicas en ESCIA surge desde esta mirada,
abordando el problema desde su particularidad, en lo que denomina la atención de caso, omitiendo
del debate y la acción los componentes socioculturales y sociopolíticos implicados.
Por otra parte, un elemento a la base de la ejecución de las políticas públicas en infancia en
Chile ha sido la mediación entre las agencias públicas a cargo del diseño y la administración de las
líneas programáticas de acción directa hacia los niños y niñas, en este caso el Servicio Nacional de
Menores, y las denominadas “instituciones colaboradoras”, quienes son el soporte institucional que
licita los distintos programas y los ejecuta a través de la acción técnico-profesional.
En Chile, en la actualidad, estas instituciones colaboradoras que trabajan en infancia y
particularmente en maltrato infantil, constituyen en su mayoría organizaciones no gubernamentales
– ONGs - ligadas históricamente a la defensa y protección de los Derechos Humanos a través de sus
representantes y fundadores, muchos de ellos de larga trayectoria en este ámbito.
Estas organizaciones, que en su génesis tuvieron el apoyo de la cooperación internacional
en el período del régimen militar y constituyeron un eje del movimiento social en el proceso de
recuperación de la democracia, desde la década del 90 han sufrido múltiples transformaciones y en
deinitiva, el menoscabo de su acción, a partir de la progresiva disminución del apoyo económico y
político recibido desde el exterior, situación que se asocia a la emergencia de un país que publicita
logros económicos y que se encuentra en vías de lograr el progreso y desarrollo social, conforme a
indicadores validados por la comunidad internacional.
En este sentido, las ONGs pasaron a coordinar sus propósitos y acciones al amparo de las
agencias estatales, viéndose obligadas para subsistir al desarrollo de la práctica de “concursar” por
fondos o recursos que posibiliten la continuación de sus acciones con la comunidad. En efecto, muchas
de ellas han redeinido su funcionar, convirtiéndose en verdaderas “consultoras” o “prestadoras
de servicios” para el Estado, compitiendo unas con otras, en base a parámetros que legitiman la
optimización de los recursos económicos a partir de las acciones técnico-profesionales.
Esta situación ha constituido una tensión permanente para las ONGs ligadas al trabajo en
infancia, y en general para todas las ONGs, quienes han debido lidiar con el conlicto de mantener
una postura crítica frente a las distintas problemáticas, al mismo tiempo que guiar su actuar en
base a las orientaciones y requerimientos de las agencias que inancian su actuar, generando una
condición de dependencia efectiva que limita su acción política y social.
En este contexto, la posibilidad de incidir en las perspectivas desarrolladas desde el Estado
como forma de enfrentar la situación de la infancia en Chile, ha sido cada vez más restringida para el
colectivo de las ONGs, siendo sólo participantes parciales de los procesos de reformas en las políticas
públicas diseñadas en los últimos años.
otros.
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En este escenario, el enfrentamiento de la ESCIA en Chile responde principalmente a la
aplicación de modelos de intervención que se venían trabajando para otras situaciones como
el maltrato infantil y el abuso sexual, que se rediseñaron desde las instancias técnico-directivas
centrales, en una lógica de aplicar aquellas estrategias que dieron los mejores resultados en términos
de la eicacia y eiciencia. Quedaron fuera de este diseño todas aquellas experiencias de trabajo de
orden más comunitario o colectivo, largamente desarrolladas en la trayectoria de las ONGs, así como
las iniciativas de promoción y prevención, enfatizándose el actuar que pone como foco al niño, niña o
joven en su esfera familiar inmediata, desdibujándose el componente sociocultural de los fenómenos
sociales.
La emergencia de la ESCIA como problema social
La ESCIA surge como concepto para suplir la antigua denominación de la prostitución infantil,
concepto que fue abandonado en los espacios de discusión política internacional por considerarlo
no acorde a la valoración que se le quería dar al problema, en rigor, la consideración del carácter
abusivo de la práctica comercial sexual con niños y niñas, la cual quedaba velada en la nominación
de la prostitución infantil.
El año 199, con la generación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, se
generan los primeros intentos por delimitar este problema a partir de un consenso internacional. En
este sentido, el primer antecedente que da cuenta en forma explícita de la ESCIA es la propia CIDN,
que en su artículo 34, 35, 36 y 39 la señala como problema especíico y da cuenta de su erradicación
como propósito (UNICEF, s/f).
Este instrumento es considerado como fundante de una nueva perspectiva de reconocimiento
de necesidades particulares a ser resguardadas política y culturalmente, a partir del carácter de Ley
de la República que se le otorga a la CIDN. Si tomamos en cuenta elementos teóricos respecto al
derecho subjetivo que surgen desde las ciencias jurídicas, este propósito queda de maniiesto:
“Derecho subjetivo, es decir, el que tiene o posee determinado sujeto. ¿Qué es un derecho?
Desde la ideología legal un derecho es la atribución de una facultad que la norma otorga a un sujeto.
En consecuencia, se tendrá un derecho cuando la ley, primero, reconozca la existencia de ese derecho
como posible de ser poseído por alguien y, segundo, cuando por ley se haya designado a alguno
como posible poseedor de esa facultad establecida por la norma. Sin ley no hay derecho”. (Calderon,
2001; pág. 3-4)
Desde ese momento y en virtud del análisis internacional vinculado a la generación de este
instrumento, se da inicio a instancias especíicas de relexión política que sitúan a la ESCIA como un
problema emergente en este escenario, agregándose como antecedentes de su problematización el
1er Congreso Mundial contra el Comercio y Explotación Sexual de los Niños celebrado en Estocolmo
en 1996, y el 2º realizado en Yokohama el año 2001.
Resultado de estas instancias es la generación del documento adicional a la CIDN, el Protocolo
Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño Relativo a Venta de Niños, Prostitución
Infantil y Utilización de Niños en la Pornografía, ratiicado por Chile el año 2003.
Si bien existe consenso en señalar que como problema social, la ESCIA no es un fenómeno
reciente, sí lo es su relevancia e intentos concretos para su comprensión y enfrentamiento desde las
plataformas gubernamentales, tanto en el plano nacional como internacional. En efecto, en un primer
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análisis de los documentos de carácter oicial generados, aparece reconocido su carácter complejo
como problemática y se le vincula con las plataformas de acción generadas para el trabajo infantil y
el comercio sexual adulto, así como también con la situación carenciada económica y socialmente de
los niños y niñas en los países con altos índices de pobreza en el mundo.
En este sentido, estas plataformas de acción aún se encuentran en un estado incipiente, ya
que si bien han reconocido la ESCIA como problema y la han puesto en el espacio de la discusión
pública, estas acciones constituyen aún solo acercamientos políticos caracterizados por un
discurso que privilegia como objetivo central su “erradicación”, siendo obviados los intentos por
su comprensión y análisis, que puedan vincularlo a otras condiciones sociales imperantes en los
sistemas socioeconómicos y políticos actuales.
Desde esta mirada, podría pensarse que el intento básico y original se sitúa más bien en
la erradicación de la ESCIA del espacio público, y no hacia la erradicación de las condiciones que
posibilitan su emergencia y mantención en la sociedad.
Actualmente, se cuenta con una serie de documentos de carácter oicial que expresan
acuerdos conceptuales, por una parte, e investigaciones orientadas a determinar la magnitud
estadística de la ESCIA en los distintos países, por otra; en deinitiva, orientaciones generales que
contribuyen a particularizarla como fenómeno social y a restringir la comprensión de la dinámica
de su ocurrencia.
De los compromisos contraídos por el gobierno de Chile en estas instancias internacionales
se establece la necesidad de determinar la magnitud de la problemática en cada localidad como un
punto de partida para su enfrentamiento.
En esta línea de investigación, los primeros antecedentes de ESCIA de carácter oicial son
proporcionados por la Organización Interamericana del Trabajo – OIT, en una abierta vinculación de
la ESCIA con el ámbito laboral, perspectiva que también se ha materializado en el debate internacional
y en instrumentos de este orden que ha ratiicado Chile, como el Convenio 182 de la OIT Sobre Las
Peores Formas de Trabajo Infantil que incluye entre otras formas de trabajo infantil la utilización,
reclutamiento y oferta de niños y niñas para prostitución y pornografía (SENAME, 2004).
La OIT señala, como primeros antecedentes vinculados a la ESCIA, que en América Latina
al menos 20 millones de niños y niñas menores de 15 años trabajan, lo que signiica que 1 de cada 5
niños y niñas latinoamericanos está económicamente activo (OIT-IPEC - SIRTI, s/f).
Cifras estimativas establecen un rango de variación para la región que va desde el 2%, en el
caso de Chile, al 30,2% en el caso de Ecuador, en consideración a la población infantil total de cada
país, siendo el promedio para la zona de un 14,9%. (OIT-IPEC, 2001).
Los primeros antecedentes especíicos sobre ESCIA en Chile datan de 1992. Un estudio
realizado por el Servicio Nacional de Menores – SENAME con el apoyo de UNICEF, estimó una cifra
nacional de 4.200 niños y niñas ejerciendo la prostitución.
Datos recopilados en 199 por el SENAME en relación a sus causales de ingreso al sistema
proteccional, establecieron una pesquisa de 33 casos relacionados a la ESCIA, con una concentración
predominante de éstos en las Regiones V, VIII y Metropolitana, así como un predominio del sexo
femenino en relación al masculino en la población infantil afectada por esta problemática.
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Sin embargo, no es hasta el año 2003 que se desarrolla en nuestro país el estudio de mayor
especiicidad en esta problemática. Este trabajo fue asignado por el SENAME a la Universidad
ARCIS–Santiago, destacándose los siguientes resultados (SENAME, 2004):
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Se estableció una estimación de 3.719 casos de ESCIA a nivel nacional.
Siendo el 0% de los casos correspondientes al de sexo femenino y el 20% masculino.
El 6% de los niños y niñas víctimas de ESCIA vive con su familia.
En el 50% de los casos, la iniciación en actividades de ESCIA se produce en torno a los 10
años.
Se establece una frecuencia diaria para la realización de las prácticas de ESCIA para el 62
% de los niños y niñas consultados.
El 40% de los niños y niñas víctimas se encuentran en situación de educación básica
completa.
Respecto de la distribución de casos por Región, las principales regiones afectadas por
el problema serían la Región Metropolitana (1.143 casos), la V Región (595 casos), y la II
(40 casos).
En lo regional, el mismo estudio coloca a la V región como la segunda en el país en relación
con éste problema, con un 16 % de los niños y niñas identiicados en el estudio como víctimas de
ESCIA; esto es una estimación de unos 595 niños y niñas.
Cabe señalar que más allá de estas aproximaciones a la magnitud estadística del problema
son escasos los estudios realizados en nuestro país que por una parte, abordan la ESCIA como un
problema, y que por otra, incorporan otro tipo de dimensiones de estudio. En efecto gran parte de las
investigaciones realizadas, que además son pocas, se dirigen hacia la prostitución adulta excluyendo
tramos etáreos inferiores, en una explícita omisión y marginación de la problemática.
No obstante lo anterior, a partir de la información recopilada llama la atención la relación
existente entre la presencia de prostitución y la inserción laboral de los niños y niñas. En este sentido,
la disminución de las fuentes de trabajo para el mundo adulto así como su precarización, parecen
ser condiciones a la base de este fenómeno. Lo mismo, en relación a las condiciones de desigualdad
sexual que caracteriza al fenómeno, lo cual da cuenta de una relación culturalmente establecida, de
la cual la ESCIA no estaría ajena.
Por otra parte, la consideración de que los niños y niñas participantes de estas prácticas
poseen un núcleo familiar, y en efecto mayoritariamente viven con sus familias, nos despoja del
estereotipo del “niño de la calle”, situando la emergencia de la ESCIA bajo el contexto familiarnuclear tradicional y no desde las condiciones de abandono total que se podrían presuponer.
La situación de la ESCIA en Chile: el estado de la investigación
Desde el estado de la investigación, un elemento que llama la atención es la carencia de
textos y documentos que hablen de la ESCIA como tal o traten el tema de la prostitución infantil,
encontrándose escasa bibliografía especíica en el área publicada.
En este sentido, las investigaciones encontradas surgen desde el ámbito académico,
gubernamental y de instituciones internacionales, siendo escasas aquellas generadas desde agencias
estatales. Dentro de estas últimas se destaca la realizada por el Instituto Nacional de la Juventud
– INJUV (INJUV, 1999) que considera al menos parcialmente el tramo etáreo que deine la ESCIA, es
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decir menores de 1 años, y que realiza una sistematización de la investigación asociada, dentro de
la que se destaca:
a) Sistematización del Taller de Prevención Chile que realizó Patricia Vidal de Colmena en
1992. Se establece en este trabajo como causa del ingreso a la prostitución en los niños y niñas
la motivación económica, destacando el factor asociado al carácter sexista predominante en la
cultura.
b) Investigación desarrollada por el Organismo No Gubernamental - ONG Raíces en 1997 de
las investigadoras Denisse Araya y Patricia Latorre, orientada a la determinación de los factores
de riesgo de la prostitución juvenil, destacando la situación de pobreza como gatillador de
conductas disfuncionales en los adolescentes, dentro de las cuales se incluye a la prostitución.
c) El Estudio Diagnóstico sobre Prostitución Juvenil Femenina en Santiago, desarrollado
por el Instituto de la Mujer en 1997, por Paulina Vidal, en el que se destaca el progreso de la
juvenilización de la prostitución femenina asociado a cambios en la demanda.
Además, se encuentra la investigación de Ercilia Melillán denominada “Explotación Sexual
Juvenil: Estudio exploratorio-descriptivo acerca de la incidencia de las relaciones parentales en esta
problemática”, realizado en 199 en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad ARCIS, el cual,
enmarcado en la teoría de la anomia social de R. Merton, se orientó a la detección en el proceso
de socialización de las jóvenes de asociaciones entre la adhesión de algunas familias pobres a
valores culturales de la estructura social que destaquen el éxito individual, el consumo material y el
desarrollo de conductas divergentes, como el comercio sexual, para alcanzar la meta-éxito impuesta
por la sociedad, sin cuestionar la ilegitimidad de los medios.
En este sentido, dentro de las conclusiones del mencionado trabajo, destaca que: “la mayoría
de las jóvenes proviene de familias desligadas, incompletas. Los problemas de los hjos no parecen
importantes para los padres, dado que se encuentran sobrepasados por múltiples condiciones de
deterioro y exclusión psicosocial. Cada miembro enfrenta sus situaciones en forma individual, sin
que haya una preocupación del resto de los integrantes. Estas familias son permeables a inluencias
extrafamiliares, no hay mayor identiicación en sus integrantes con el grupo base que es la familia.
Múltiples antecedentes han erosionado la conformación de una familia “normal”. (Melillán, 199,
Pág. 69)
En este panorama se destaca la investigación de carácter etnográico en las zonas sur y norte de
la ciudad de Santiago realizada por el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile para el Instituto Nacional de la Juventud-INJUV
denominado “Prostitución Juvenil Urbana”. En este estudio se realiza una caracterización de los
actores involucrados en el comercio sexual juvenil, dando cuenta de sus valoraciones, motivaciones
y percepciones. Dentro de esta caracterización, sus principales hallazgos señalan (INJUV, 1999):
1.
2.
3.
La extrema movilidad que caracteriza la prostitución juvenil, operando en circuitos de
recorridos más que en lugares ijos.
El tránsito observado desde la “socialidad” dada por su ejercicio en lugares como los
prostíbulos clásicos hacia lo que denominan las autoras “despersonalización”, es decir
hacia lugares emergentes de comercio sexual como saunas, privados o agencias, donde
el cliente sólo accede para obtener un servicio sexual.
La presencia de segmentación marcada por la demanda y la estructura del mercado
del comercio sexual, existiendo lugares periféricos en que acceden clientes “de sector
popular” como obreros, trabajadores independientes, etc., y lugares en que acceden
clientes como oicinistas, profesionales, estudiantes, que tienen mayor prestigio.
0
4.
5.
6.
7.
La invisibilidad de la prostitución juvenil, dada por la percepción pragmática de los
jóvenes que la ejercen, considerándola como un medio efectivo de obtener recursos para
su autonomía económica o para cumplir con deseos de consumo determinado.
La creciente participación de jóvenes de sectores medios, considerándoseles nuevos
actores del comercio sexual, quienes utilizarían, además, medios de promoción ligados
a la tecnología, como avisos en los diarios, celulares, páginas web, etc.
La marginalización de la prostitución juvenil en sectores populares, que se asocia
a prácticas de subsistencia económica cotidiana, y a su asociación con prácticas de
consumo de pasta base.
La emergencia de espacios virtuales para la captación de clientes y de promoción de la
actividad, con menor visibilidad y que tienden a reforzar las imágenes juveniles como
una estrategia que apela a una presentación iconográica de mayor valoración social.
En este panorama se destaca la identiicación que se realiza en el análisis del fenómeno de
factores de orden socioeconómico (pobreza, marginación, exclusión social), y en menor medida
de factores de tipo cultural (valores que favorecen el sexismo, consumismo, y exitismo social). No
obstante, la lectura predominante gira en torno al foco individual–familiar para la caracterización
del fenómeno (disfunciones parentales, disfunciones familiares, desadaptación social del joven,
consumo de drogas, delincuencia).
Esta lectura caracteriza más que al fenómeno de la ESCIA, al niño, niña o joven que participa
de prácticas de comercio sexual, en un conjunto de dimensiones que conirman la lectura del joven
en “riesgo social”, siendo coherente con la doctrina del “niño en situación irregular”.
Perspectivas de enfrentamiento de la ESCIA
Desde la doctrina del menor en situación irregular a la concepción del niño como sujeto de
derechos
Resulta ineludible para entender el marco desde donde surge el actual enfrentamiento de
la ESCIA, el revisar el contexto en que se desarrollan las actuales políticas públicas en relación a la
infancia y adolescencia, desde su dimensión doctrinaria.
En estricto rigor, desde 1990 se considera que tanto en Chile como en el resto de países que
ratiicaron la CIDN, se ha fundado un nuevo paradigma de concepción de la infancia, a saber, la
denominada doctrina de protección integral, bajo el pilar del entendimiento del niño como sujeto de
derechos, condición que es iniciada desde la ratiicación de la CIDN. No obstante, el antecedente de
este período está marcado por la presencia de un cuerpo teórico asociado a la infancia construido por
todos aquellos actores participantes en el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas, desde
el ámbito jurídico, político, social, gubernamental y no gubernamental muy distinto en sus orígenes
y manifestaciones.
Este marco teórico se ha denominado en América Latina la Doctrina del menor en situación
irregular, caracterizada por un ordenamiento social y jurídico que construía una práctica de exclusión
social de ciertos niños y niñas, denominados “menores”, los cuales desde su nacimiento y a partir
de las condiciones socioeconómicas y culturales en que vivían, eran objeto del control social ejercido
por las agencias estatales al amparo de normativas jurídicas representadas por la igura del juez de
menores, el cual en base a la discrecionalidad contenida en la ley, ejercía el dominio de sus condiciones
de vida, educación, supervisión y conducta.(García, s/f). Su basamento lo constituía la ideología de
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la “compasión-represión” que primaba en el diseño, ejecución, y toma de decisiones respecto a este
tipo de niños, entendidos bajo el rótulo de “menores”. Su concepción del niño abandonado o inserto
en un sistema familiar y comunitario disfuncional, posibilitaba la paradoja del control y dominio
asistencial y jurídico en base a “la piedad” generada desde el sistema, en el cual estaban incluidos no
sólo los niños y niñas considerados en riesgo social asociados a situaciones de abandono y/o peligro
moral o material, sino también aquellos niños y niñas con conductas consideradas desadaptativas a
las normas jurídicas y sociales vigentes. (García, s/f)
Esta doctrina posibilitó la emergencia de una medida predominante para el enfrentamiento
de su condición irregular, como lo fue la internación en instituciones reformadoras y correctivas
de su condición de desigualdad, así como la intervención jurídico-contralora de su grupo familiar,
que lejos de producir los efectos deseados, favorecían la estigmatización y la perpetuación de la
condición de exclusión social. De esta forma, este tipo de doctrina se hacía cargo de los grupos de
niños y niñas de mayor vulnerabilidad a través de medidas arbitrarias, dejando fuera del alcance
de su acción a los “otros” niños que no pertenecían a este grupo, los cuales gozaban de otro estatus
jurídico y social, y en rigor, con menor o nula intervención del actuar del Estado.
La consecuencia directa de este tipo de doctrina jurídico-administrativa fue la estratiicación
de la acción del Estado en los diferentes grupos sociales, desde aquellos caracterizados por una
mayor carencia socioeconómica que tenían una intervención del Estado directa y contralora, hasta
aquellos que pertenecían a estratos socioeconómicos superiores, en los cuales la esfera familiar se
mantenía en el plano de lo privado, con una escasa acción directa del Estado como ente supletorio de
las funciones parentales deicitarias. (Piloti, 2001)
Por su parte, la doctrina de protección integral de la infancia que se levanta desde la CIDN, se
sustenta en una concepción del niño como “sujeto” de derechos, deiniendo desde esta posición una
nueva vinculación con el Estado, la comunidad y su familia, por una parte, y una nueva condición
de la relación adulto-niño por otra. Los principios sustentadores de esta doctrina tienen alcances
concretos en la esfera jurídica que se orientan a la aplicación de garantías concretas para el ejercicio
del rol tutelar, ya sea desde los padres–familia o del Estado y la sociedad en general, todas condiciones
y principios contenidos en la CIDN. (Cortés, 2001)
Son innegables los aportes que este nuevo paradigma conlleva para la situación de la infancia,
los que van desde el reconocimiento de la posición de “sujeto” del niño, hasta la titularidad explicitada
en el ejercicio de sus derechos. Asimismo, la regulación de las distintas situaciones de desigualdad
que afectaban a la infancia parecen aportes fundamentales, como lo son el reconocimiento de
condiciones tales como: incorporación en los conlictos armados, pertenencia a valores sociales,
culturales, étnicos y religiosos particulares, incorporación al mundo del trabajo adulto, situaciones
de abuso y explotación de la que son objeto, entre otras. No obstante, si bien en primera instancia
podría pensarse que este cambio paradigmático garantizaba el estatus distinto del niño y la infancia
en la sociedad que se pretendía alcanzar, la verdad es que más allá de las razones pragmáticas que
aluden a las diicultades de implementación de las políticas públicas generadas desde la CIDN en
los distintos países a más de 10 años de su creación, el escenario político-social que se dibuja para
la infancia desde este instrumento, puede leerse desde distintos prismas, y desde ellos reconocer
vestigios de los modos y valores culturales que caracterizaron el sistema que se pretendía modiicar,
previo a la CIDN. De esta forma, se debe reconocer que si bien este instrumento incorpora principios
que se orientan signiicativamente a impulsar un cambio en la situación de desigualdad de la
infancia en la sociedad, sin duda, como proceso social, también responde a los elementos ideológicos
y culturales que la generaron, por lo cual posee “espacios de sombras” en relación a los mismas
condiciones que pretende modiicar en el entramado social.
0
El análisis realizado, resulta contextualizador para la comprensión de las distintas políticas
públicas en infancia que se han diseñado desde la entrada en vigencia de la CIDN en Latinoamérica
y en Chile en particular. En este sentido, los lineamientos generados para el enfrentamiento de
la ESCIA no han estado ajenos a estos desfases y contradicciones, como se revisa en el siguiente
apartado.
El enfrentamiento de la ESCIA en Chile: Los programas de intervención especializada en reparación
de las víctimas
El marco político internacional ha delimitado en la actualidad el desarrollo de diversas
estrategias en el ámbito local orientadas a la intervención en la temática de la ESCIA. En efecto,
muchas de ellas venían desarrollándose desde el mundo no gubernamental, desde mucho antes que
la CIDN, y fueron difundidas a partir de la discusión política generada desde la generación de este
instrumento.
En Chile, desde el año 2004 el Servicio Nacional de Menores, SENAME - órgano dependiente
del Ministerio de Justicia encargado de diseñar, representar y ejecutar las políticas públicas en
infancia - incluye dentro de su plataforma programática, la línea de Proyectos de Intervención
Especializada en Reparación de Víctimas de ESCIA32, siendo ésta una de las manifestaciones más visibles
de materialización de los compromisos asumidos a nivel internacional con la irma de los distintos
protocolos, junto con las reformas legales propiciadas en los últimos años en materia de delitos
sexuales y otras alternativas de carácter más episódico o aún en desarrollo33.
Esta línea de trabajo se orienta al trabajo directo con los niños, niñas y adolescentes que han
sido víctimas de ESCIA, a través de una intervención de caso, centrada en cuatro objetivos (SENAME,
2004, Pág.5):
1.
2.
3.
4.
5.
Interrumpir las prácticas de explotación sexual comercial infantil mediante la activación
de mecanismos judiciales, orientados a resolver la situación legal del niño, niña o
adolescente, controlar jurídicamente su situación y facilitar el acceso a la red de justicia.
Contribuir a la reparación del daño presente en el niño, niña y adolescente, desde el ámbito
psicológico, social y legal apoyando la elaboración de las experiencias traumáticas.
Fortalecer recursos protectores, psicológicos y sociales de las familias y/o adultos
signiicativos.
Establecer y facilitar el acceso a redes institucionales y socio-comunitarias, desarrollando
estrategias de coordinación pertinentes y permanentes para favorecer el proceso de
reparación e integración social de niños, niñas y adolescentes explotados.
Asegurar la inserción social de niños, niñas y adolescentes, incluyendo su inserción en la
educación formal, la inserción ocupacional en los casos que se requiera y la atención de
salud.
Se programa el trabajo para su desarrollo en un lapso máximo de veinticuatro meses, para
lo cual se estructuran equipos técnicos multidisciplinarios, compuestos por psicólogo, abogado,
trabajador social y educador. A Diciembre del 2004, existían en el país programas, lo cual fue
ampliado en el transcurso del año 2005.
La concreción técnica de esta política trae consigo la generación de un presupuesto concreto que inancia los programas a nivel
nacional� y la construcción de Orientaciones Técnicas para los Proyectos de Intervención Especializada en Reparación de Víctimas de E�CIA� que contiene los principios que sustentan la intervención� sus objetivos y resultados esperados. Fueron elaboradas por equipos técnicos
del Departamento de Protección de Derechos del �ENA�E nacional.
Entre Agosto y septiembre del 00 se realiza la campaña pública “En Chile la explotación sexual comercial de niños� niñas
y adolescentes existe�. Convenio con OIT-IPEC. �e realiza acuerdo con la Organización Internacional de �igraciones – OI� para la realización de asistencia y capacitación en el tema de la prevención del tráico ilegal de niños entre países. (Sename, 2004)
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La experiencia de estos programas aún resulta incipiente y no ha sido sistematizada,
manteniendo su carácter piloto. No obstante, a la luz de la incorporación de la investigadora de este
estudio en uno de estos programas, a saber, el Centro de Intervención Especializada en Reparación
de Víctimas de ESCIA – Centro ANTÚ, de la Comuna de Valparaíso – V Región, que se ejecuta
desde marzo del año 2004, el marco de desarrollo y aplicación de este análisis servirá para nutrir la
evaluación de dicha experiencia.
Contradicciones y Desfases en el Debate de la ESCIA.
Tal como ya se ha expuesto, la ESCIA se instala como problema social sólo en años recientes, y
a partir de un contexto socio-histórico particular que se caracteriza por una serie de transformaciones
más o menos deinidas.
En este contexto, las prácticas discursivas asociadas a la ESCIA no sólo no son claras, sino, que
en la medida que algunas pretenden serlo, parecen estar instaladas en contradicciones discursivas o
desfases en el discurso que oscurecen su comprensión. A modo de ejemplo cabe mencionar la arista
de análisis que se le ha dado al tema desde su asociación con el Trabajo Infantil. Al respecto Jorge
Rojas señala (Rojas, 2001, Pág. 2)
“uno de los aspectos más evidentes se reiere al difuso, errático y poco riguroso uso del
término trabajo infantil. Indistintamente asociado a la explotación de menores (abuso de terceros,
maltrato, violencia) y a situaciones de riesgo (condiciones laborales y efectos físicos, sociales y
psicológicos perniciosos), el trabajo infantil ha sido observado a partir de una mirada estrictamente
económica (fuente de ingresos) y no como un complejo fenómeno que integra aspectos culturales,
sociales y subjetivos.”
De esta forma, el autor cuestiona la categoría misma del trabajo infantil a partir de la inclusión
de la explotación hacia la infancia dentro de las categorías de las peores formas de trabajo infantil,
por una parte, agregando como ejemplo de su ambigüedad la posibilidad de incluir en ella elementos
tan disímiles como la mirada de la trasgresión/respeto de derechos básicos, como la economicista
exclusiva, que en último término apelaría a la idea de explotación/revindicación tras el análisis de la
prostitución adulta desde la perspectiva contractualista.
Por otra parte, la relación establecida de la ESCIA con la mirada de derechos de la infancia
también es considerada ambigua, ya que le son aplicables los mismos debates que hoy existen en ese
ámbito y que le proporcionan múltiples desfases. En efecto, los intentos de igualación de los niños
y niñas a los adultos como una manifestación directa del ejercicio de sus derechos ha abierto una
difusa conexión con este mundo:
“Las expectativas de los niños ya no se limitan a aquellos campos que, durante mucho tiempo,
se les asignó como privativos (el juego, la escuela, la familia), sino a todos los posibles de alcanzar en
el espacio público (como las comunicaciones y el consumo)”. (Rojas, 2001, Pág. 3)
De esta conexión, surgen otras aristas complejas tales como el principio contenido en la CIDN
referido a la “protección especial” de los niños y niñas, versus la idea del “control social”.
Si analizamos, por una parte, la actual normativa legal que rige la ESCIA, y por otra, la edad
determinada para la responsabilidad penal en Chile, podemos imaginar un hecho concreto que
ilustra lo antes señalado: un niño de 15 años que ejerce el comercio sexual y le proporciona a sus
amigos el dato de clientes para su ejercicio, será tratado como sujeto de protección especial por las
0
distintas agencias del Estado de acuerdo a su edad y a su condición de inimputable34 frente a la ley,
probablemente siendo enviado a algún Centro de intervención de reparación de la vulneración de
derechos, en su condición de víctima. No obstante, si este mismo niño tuviera 16 años, podría ser
sancionado penalmente por el Articulo 367 del Código Penal quedando expuesto a una pena de
presidio mayor en cualquiera de sus grados (5 años y un día a 20 años), en consideración a que no
actuó como menor de edad sino como adulto.
En este ejemplo vemos la tenue línea que divide la idea de resguardo de la infancia contenida
en la CIDN y los propósitos de control social a través de la sanción penal del delito, que pueden ser
aplicados a la ESCIA. No obstante, lo que se encuentra a la base de esta contradicción parece no ser
otra cosa que la noción de infancia que se ha construido en los últimos cincuenta años, considerada
una etapa de la vida altamente valorada, e incluso priorizada en relación a otras etapas, asignándole
características de orden intrínseco tales como inocencia, fragilidad, dependencia, bondad, sinceridad,
pureza, felicidad, alegría, entre otras, produciéndose una verdadera “sacralización” de ella. (Rojas,
2001)
Todas estas características son puestas en tensión cuando hablamos de ESCIA. Dado que
por una parte la visión de víctima que se le atribuye a un niño que ha ejercido el comercio sexual
se instala en este imaginario de la infancia; y por la otra, es este mismo imaginario de la infancia
el que posibilita la consideración de la facilitación de la ESCIA o de su demanda, como una de las
agresiones más severas y de los delitos más graves cuando se realiza, aunque sea quien lo hace un
sujeto sólo un año mayor que el que es considerado víctima.
Finalmente, y sólo por ilustrar otro tipo de contradicción o ambigüedad posible de identiicar,
está la de la arista de análisis asociada a los derechos de los adultos, y en especial aquel que se
vincula a la libertad sexual. De hecho, el eje de debate es la sanción social y legal de la prostitución
adulta, que pone en jaque la fragmentación de la construcción de la sexualidad y su asociación con
el consumo.
Al respecto Jorge Arnao, citando al investigador Frez de Negri, señala: “el acto de la
prostitución conforma un espacio donde los valores públicos y privados se encuentran sin aparente
conlicto, se le considera un “mal necesario”. Y una manera de disminuir en cierto grado la tensión
social, que cundiría de no existir. Por ello, termina siendo tolerada aún por aquellos que se suponen
deberían reprimirlas, se convierte en un mercado más, en el cual quienes realizan la transacción lo
hacen libremente y sin coacción. No obstante, y como sucede en todo mercado imperfecto se trata de
una libertad limitada y condicionada. (Arnao, s/f, Pág. 4)
En este mismo sentido, cabe destacar la situación expuesta por Marie Victoire Louisen en
relación con el debate entre los derechos públicos y privados y las reglas que regulan el mercado, que
se representan en la ESCIA: “cuando casi la totalidad de los miembros (haciendo referencia a la Unión
Europea) exigía mayor represión de la pornografía que implica menores de edad, Holanda se opuso
a que se castigara la posesión de ese tipo de material para “uso personal”. La posesión de casetes
pornográicos de esa clase ya no será, desde el punto de vista europeo, un elemento constitutivo de
la “explotación sexual” y estará libre de toda sanción. El derecho de los niños a que se les proteja de
toda violencia sexual se sacriicó a la libertad de comercio” (Louisen, 2001. Pág.10)
4
La inimputabilidad alude a la condición de no ser responsable penalmente frente a la comisión de ilícitos� debiendo ser tratado
por el sistema de administración de justicia como menor de edad y por tanto sujeto de protección especial. En Chile la edad de imputabilidad
de acuerdo al código penal era hasta los años. No obstante� se aprueba el año 00 la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil que rebaja
esta edad a los 4 años� y que entra en vigencia en Chile el 00. http://www.defensoriapenal.cl/index.php?seccion=&id=.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Coherentemente con esto, Chile se considera desde la perspectiva legal de análisis de la
prostitución con una posición contradictoria, dado que el marco legal que regula esta actividad
presenta contenidos de orden tanto “abolicionista” como “regulacionista” (INJUV, 1999).
Desde otra arista de análisis, es posible señalar que el fenómeno de la ESCIA es relevado en
los últimos años a la luz del las observaciones del propio fenómeno de la prostitución en general,
es decir, la prostitución adulta. Un aspecto destacado, es la temprana edad de inicio que tiene la
prostitución adulta. En virtud de las conclusiones del Estudio realizado por Maldonado y Bersenzio
en 1992 en la ciudad de Santiago (INJUV, 1999), se señala que la edad de ingreso a la prostitución
de las mujeres entrevistadas fue los 15 años, marcándose con claridad su inicio en la etapa de la
adolescencia. Esta condición se asocia a otra característica en orden a un análisis más dinámico del
fenómeno, como es el curso progresivo que ha tenido la demanda de la prostitución en las últimas
décadas, orientándose cada vez más hacia sujetos – hombres y mujeres - más jóvenes.
Al respecto se señala: “esta ‘juvenilización’ de la imagen de la prostituta tiene directa relación
con las características estéticas que resalta el “nuevo modelo económico” que comienza a aplicarse a
comienzos de los años ochenta por la dictadura militar en Chile” (INJUV, 1999, p. 21).
“Donde se combinan los burdeles tugurizados con los llamados night club o grill, donde las
diferencias tanto en costos como en las instalaciones y las prostitutas que ahí se encuentran son
notorias. Pero donde menores de edad continúan siendo las sexo servidoras más cotizadas por la
clientela en ambos lugares” (Arnao, s/f, Pág. 3)
En este mismo sentido se destaca la relación existente entre la demanda del comercio sexual
infantil con la emergencia y difusión del SIDA. “El abaratamiento del turismo, el espectacular
aumento de pornografía infantil en internet y la pandemia del SIDA, impulsa a los clientes a solicitar
los servicios de mujeres cada vez más jóvenes” (Moreno, 2002, Pág. 42)
Con este panorama es posible vislumbrar algunos de los elementos que coniguran los desfases
o contradicciones presentes en la coniguración de la ESCIA como problema social, quedando
múltiples divergencias y cuestionamientos aún sin ocupar un lugar efectivo en el debate público, lo
cual resulta una tarea ineludible si pretendemos efectivamente enfrentar esta problemática desde su
consideración como una grave vulneración de derechos, presente en los espacios de opacidad de la
sociedad: “lo que no queremos ver” y de lo que “no nos hacemos cargo”.
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Atención a víctimas de explotación sexual
comercial infantil: el modelo de intervención
psicológica del Centro ANTÚ
Delia González Méndez / Cristóbal Guerra Vio
Resumen
E
n el presente artículo se exponen los elementos centrales de la relexión realizada por los
profesionales del Centro ANTÚ, de la Corporación PAICABÍ, respecto de los alcances y
limitaciones de la intervención reparatoria con víctimas de explotación sexual comercial infantil.
Además, como fruto de dicha relexión, se presenta un avance del naciente Modelo de Intervención
Psicológica del Centro ANTÚ. Finalmente se plantean desafíos e inquietudes para una intervención
más eiciente.
1. Contextualización.
La Explotación Sexual Comercial Infantil (ESCI) se deine como la utilización del/a niño/
a como objeto sexual y como mercancía negociable a cambio de una transacción monetaria o en
especies (IPEC Sudamericana, 2001). Existen distintas formas de expresión de la ESCI, entre ellas
destacan la retribución económica a cambio de contactos sexuales con el niño/a, el turismo sexual, el
traico con ines sexuales y la generación de pornografía infantil (Asamblea General de las Naciones
Unidas, 2000).
El termino ESCI implica la toma de conciencia de que se trata de una forma de victimización
de los niños/as y es utilizado en lugar del antiguo y erróneo concepto de “prostitución infantil” (que
situaba al niño/a en lugar de infractor y no de víctima) (IPEC Sudamericana, 2001).
De forma concordante con la conceptualización de la ESCI, como una forma grave de
victimización en los niños/as, el Gobierno de Chile ha participado en las instancias internacionales
de discusión de este fenómeno. De este modo se ha adherido a los acuerdos para prevenirlo y
erradicarlo, y también ha generado instancias concretas de atención a los niños/as que han sido
explotados (Del Gato, 2004).
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
En esta línea, el Servicio Nacional de Menores (SENAME) ha incentivado y inanciado el
surgimiento de Centros especializados en la intervención reparatoria en víctimas de ESCI. El centro
ANTÚ surge a comienzos del año 2004 para dar respuesta a los requerimientos de SENAME y así
otorgar atención reparatoria a estos niños, niñas y jóvenes.
En el centro ANTÚ se atiende a niños/as y jóvenes (hasta los 1 años) que han sido víctimas de
ESCI en alguna etapa de su vida, o que en el presente se encuentran siendo explotados sexualmente.
Actualmente se cuenta con una cobertura de 46 niños y jóvenes en atención simultánea.
Dentro del Centro ANTÚ se trabaja con un modelo de intervención interdisciplinario
orientado a la reparación del daño psicosocial asociado a las experiencias de ESCI. En él trabajan
asistentes sociales, educadores y psicólogos.
El objetivo general de esta intervención es apoyar el proceso de reparación, e integración
familiar y social de los niños/as (que han sido gravemente vulnerados en sus derechos al estar
expuestos a situaciones de ESCI), por medio de la interrupción de las situaciones de explotación
sexual, la reparación del daño psicológico, social y físico, así como la integración social y familiar.
(ANTÚ, 2005)
Para lograr este gran objetivo se cuenta con un modelo general de diagnóstico e intervención
en las áreas de protección, reparación psicológica y social, fortalecimiento de vínculos protectores y
de integración social (ANTÚ, 2005).
2. Relexiones desde la práctica
En el transcurso de estos dos años de experiencia en el trabajo con ESCI, nuestro equipo
de trabajo ha vivido complejos procesos de aprendizaje y de construcción metodológica. En este
proceso nos hemos visto muchas veces sorprendidos, alarmados, con desasosiego e inquietud frente
al fenómeno de la ESCI y nos hemos mantenido en una búsqueda permanente de estrategias que nos
permitan acoger a los/as niños/as que están inmersos en este fenómeno.
Durante el primer año de implementación del programa, tuvimos la oportunidad y la
responsabilidad de generar un proceso relexivo y de sistematización de la práctica, al mismo tiempo
que íbamos implementando las acciones para la intervención. (ANTÚ, 2005).
Dentro de las múltiples preguntas y propuestas que construimos durante ese período y el
año siguiente (2006) distinguimos algunas cuestiones centrales que queremos compartir en este
apartado.
Una de las primeras distinciones que queremos relevar y que enmarca a todas las demás,
alude al reconocimiento de que dentro de la complejidad de la ESCI pudimos observar diversas
formas en que ésta era encarnada, vivenciada y actuada por los niños, niñas y adolescentes (de aquí
en adelante NNA), y esto nos fue desaiando a generar una deinición y comprensión crecientes que diera
cuenta de esa diversidad.
Asimismo, las diferencias observadas nos convocaban, imperiosamente, a intentar acoger y
contener esa diversidad dentro de nuestras estrategias, o sea, nos exigía reconocer la particularidad y los
elementos comunes de la situación psico-socio-cultural de cada NNA involucrado en ESCI, para
desde allí generar una forma de intervenir.
De esta manera, al pasar algunos meses de la puesta en marcha del programa, distinguimos y
construimos una variedad de “periles”, a partir de las experiencias desarrolladas en la intervención
psicosocial. Estos periles incluían una serie de variables estrechamente relacionadas:
Elementos individuales; los que referían, por una parte, a la presencia o no de signos de orden
clínico, también aspectos relacionados con el comportamiento de adherencia al proceso de
intervención, la observación de modos instalados de relación entre los NNA y los adultos y las
diversas signiicaciones que la ESCI tenía para ellos/as (NNA).
Características de la vida familiar y residencial en sus dimensiones relacionales y culturales
Características del entorno comunitario y de cómo el fenómeno estaba inmerso en esos
contextos; pudimos observar como la ESCI en algunos casos estaba vinculada con otra serie
de situaciones de alto riesgo y daño para los NNA y sus familias, dentro de ellas el delito
y el consumo y tráico de drogas, elementos que aparecían conformando formas de vida,
“subculturas”, en las que la ESCI ocupaba un lugar coherente y naturalizado.
A partir de estas observaciones, que nos ofrecían un mapa de comprensión de la ESCI, fuimos
enfocando la mirada en ciertos aspectos que podían iluminar nuestras posibilidades de intervención.
El primero de ellos que se hizo evidente fue:
2.1. La importancia del establecimiento del vínculo: la conexión entre las
historias de relación afectiva y los modos de vinculación actual
Observamos que en las historias de vida relacional de algunos NNA, aparecían aspectos que
se constituían como una fuente de recursos disponibles para una posible reparación.
Se hacía evidente que aquellos NNA que habían tenido, en alguna etapa de su vida,
experiencias de relaciones protectoras (en su familia o en espacios de protección externos a ella), nos
permitían llegar a ellos y establecer al menos el primer contacto. A partir de ese primer contacto se
permitía la construcción de un vínculo signiicativo que sería el sustento de la futura intervención
reparatoria en cualquiera de sus dimensiones (social, legal y emocional).
A su vez, reparamos en que si no lográbamos generar ese vínculo signiicativo no era factible
avanzar en los demás aspectos de la intervención.
Las situaciones diversas que observamos fueron ordenándose de la siguiente manera:
a. NNA con gran resistencia a establecer vínculo: Estos NNA no sólo no se comprometían con el
proceso reparador, sino que simplemente se ausentaban, se fugaban, no eran “habidos” en ninguna
instancia (desaparecían de todos los espacios vinculares). En sus historias de vida aparecían iguras
adultas signiicativas, con las cuales habían establecido mayormente relaciones de abandono, abuso,
maltrato, transacción y utilización o bien socialización en un contexto delictual.
Aquí lo contextual-cultural y lo relacional mostraban una gran consistencia, ya que en estas
formas de vida, los NNA eran introducidos tempranamente en las dinámicas delictuales, siendo allí
abusados, utilizados, explotados y abandonados a su suerte, como forma “natural” de relación con
el mundo familiar y social.
Estos NNA también generaban vínculos de distancia e indiferencia con las normas y valores
compartidos por el resto del mundo cultural (relacional/ social) “oicial”, apareciendo constelaciones
de conductas cercanas a las categorías clínicas de Trastornos Negativistas, Desaiantes, y/o Trastornos
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Disociales, caracterizados por un alto comportamiento de desapego, desconianza y resistencia hacia
las relaciones con adultos. También se observaba la tendencia a repetir estas dinámicas de transacción
y de utilización en el resto de sus relaciones interpersonales (incluido el centro ANTÚ).
La tarea con estos NNA se nos planteó como altamente compleja, ya que tanto en sus
conductas como en el espectro emocional, no aparecía la ESCI vivenciada como sufrimiento. En
ese sentido podríamos decir que la ESCI no era vivenciada como “egodistónica” - que es lo propio
de quien siente como alterado o enfermo lo que le ocurre o lo que hace - por el contrario, resultaba
“egosintónica” con su cultura de vida.
Un mayor nivel de complejidad que distinguimos en este tipo de dinámica relacional fue
identiicar como en algunos NNA ésta se vinculaba con la construcción de su autonomía sobre la
base de una relación de utilización-transacción con los adultos. Este aspecto era vivenciado en una
relación de poder, en la que ellos/as se sentían y se veían como los poseedores de ese poder: el poder
de la seducción, el poder de “sacarle plata al viejo”.
Desde el abordaje terapéutico, desestructurar la forma en que los NNA construian sus
relaciones constituía una difícil tarea, porque en esos casos, lo que había que desarmar era el elemento
sobre el cual se estaba airmando su autovaloración como personas autónomas. En este sentido hay
que señalar que para ellos/as, deconstruir su forma de relacionarse signiicaba enfrentarse a una
crisis, a una experiencia desestabilizadora por un momento, al vacío ¿en qué se podía sustentar su
autovaloración al quedar al desnudo?
Así fue que, particularmente en estos casos, se consideró fundamental orientar la intervención
en primera instancia hacia airmar la relación del NNA con las personas de nuestro equipo que
estaban a su cargo, antes de cuestionarlo. Poner la fuerza en construir un tipo de relación que viniese
a “competir” con las anteriores, que invitara al NNA a verse y ver al adulto en una relación mutua
de respeto y valoración como seres humanos (donde no era su “poder de seducción ni su habilidad
de sacar algo” lo que primara).
b. Niños con ambivalencia y cautela en el establecimiento del vínculo: Observamos que los niños y
niñas más pequeños, quienes todavía estaban viviendo con los adultos vulneradores en el momento
en que fueron identiicados como víctimas de ESCI (generalmente con sus familiares) resentían
dolorosamente la separación de éstos (separación que se producía como consecuencia de la medida
de protección).
Lo anterior se podía explicar considerando que éstos adultos eran los únicos referentes
signiicativos en lo afectivo para estos niños. De este modo, los niños que se encontraban en
una situación de ambivalencia establecían, con los miembros del equipo, relaciones cautelosas y
evidenciaban una diicultad para manifestar conianza y recibir protección.
En términos clínicos, la respuesta de estos NNA se caracterizaba por elementos depresivos y
angustiosos, con un alto nivel de culpa, en torno a sentirse responsables de la “ruptura de la relación”
y de “haber dañado a ese adulto”.
En estos casos, y en consideración de la lógica de la culpa y de su estado de ánimo depresivo,
el cuestionamiento de esas relaciones por parte del NNA se venía a constituir como una tarea de
mediano o largo plazo en el proceso reparatorio, no abordable desde el inicio del proceso, ya que
igualmente se podía conigurar como experiencia de vacío afectivo o abandono total.
Aquí tomaba aún más fuerza la necesidad de establecer, en el inicio del trabajo, el vínculo
protector que pudiera acoger y contener la vivencia de “quedar solo” al cuestionar esas relaciones de
afecto y sobretodo, que el NNA se reconociera como merecedor de afectos, cuidados y respeto por
parte de otros adultos.
c. Niños con mayor facilidad para establecer el vínculo: Por otra parte, aquellos NNA que habían
tenido relaciones fundadas en vínculos protectores y signiicativos adherían con mayor facilidad
a la intervención y se entregaban al espacio terapéutico con conianza, abriendo sus experiencias y
dolores.
Si bien se podía observar esta respuesta como marco general, dicha relación no estaba
totalmente libre de mecanismos “manipuladores” por parte de los NNA. Lo anterior se observó en
una actitud persistente de “pedir ad ininitum”, de poner a prueba la relación con los miembros del
equipo, estableciéndose la dinámica de “cobrar” en esta relación lo que no se recibió antes en sus
anteriores relaciones.
Por otro lado, y en términos clínicos, se podían apreciar señales de Estrés Post Traumático.
2.2. Los niveles o dimensiones que coniguran la ESCI; el desafío de poder
conocerla y/o diagnosticarla en toda su complejidad
Otro aspecto fundamental de la intervención, respecto de la cual fuimos relexionando y
desarrollando acciones, fue el Diagnóstico de la ESCI. Al respecto, lo primero que podemos señalar
es que el diagnóstico y la intervención se constituyen como procesos permanentes que están en una
relación dialéctica.
En este sentido, el Diagnóstico se conigura como una multiplicidad de acciones que intentan
abarcar la mayor cantidad de elementos individuales, familiares y contextuales que se aprecian
como conigurando la situación de ESCI. En este proceso se va dando la relación de mutua inluencia
entre diagnóstico e intervención, puesto que en la medida que la intervención avanza incorporando
a distintos actores y niveles de contexto del NNA, el diagnóstico o conocimiento del fenómeno se va
enriqueciendo. A su vez esa nueva lectura que se va construyendo va insertándose como componente
orientador de las siguientes intervenciones.
Es así como, junto al espacio de trabajo individual del NNA, se realizan diagnósticos e
intervenciones con la familia, con pares signiicativos, con parejas, con los adultos signiicativos de
instancias de protección y educación, y con otros equipos profesionales que atienden al NNA en
algún ámbito en particular.
Este trabajo no es sólo tarea del psicólogo/a, si no que la mirada y el trabajo interdisciplinario
se hacen presentes en toda su riqueza.
ellos:
Hemos podido identiicar distintos niveles de “daño” que coniguran el fenómeno entre
El daño en al ámbito relacional: en las relaciones intrafamiliares, en las relaciones con los
amigos/as y en los modos de vida del contexto cercano del NNA.
El daño en el propio NNA: el daño en la vivencia del cuerpo, en las emociones, en los
pensamientos, en los modos de vinculación (como ya se reirió), en las actitudes o disposiciones
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
desde las cuales el NNA se vincula con el mundo.
Es importante connotar que en el diagnóstico, también se incluye la identiicación de recursos
y fortalezas del NNA:
La capacidad creativa y de expresión artística de los NNA, esto nos permite abordar la visión
de mundo y la apropiación que tienen los NNA de ese mundo y de sí mismo. Fortaleciendo el
reconocimiento de un lenguaje propio desde su ser “niño”.
Así también es fundamental conocer y abordar su capacidad de relexionar respecto de valores
y experiencias que aparecen en las diversas formas de expresión del entorno cultural (cine,
música), las que forman parte de sus propias representaciones y signiicaciones, y que están
vinculadas de alguna manera con sus modos de signiicar la ESCI.
Los recursos personales y relacionales que puedan guiar la intervención: en este sentido se
ha puesto atención al reconocimiento de los contextos protectores en el mundo de los NNA
y al reconocimiento de las iguras signiicativas que pudieran aportar en su proceso de
reparación.
De este modo, el diagnóstico en ESCI se va completando como un rompecabezas donde las
miradas no se centran sólo en el relato de las situaciones especíicas vividas por los NNA, sino en la
dinámica en la cual se conigura la ESCI, la que incluye todos los factores mencionados (y muchos
más que seguramente no hemos podido capturar).
2.3. La contención de la crisis
Finalmente, otro aspecto respecto del cual fuimos haciendo distinciones reiere al estado y
contenido emocional con el que llegan los NNA y las implicancias que tiene en la orientación de la
intervención.
Coherentemente con lo expuesto en los puntos anteriores, los NNA presentan distintas
reacciones emocionales y conductuales (algunas ya señaladas y nominadas como cuadros clínicos),
las que al momento de ingresar al Centro ANTÚ se asocian a la experiencia subjetiva de los NNA
de estar experimentando una crisis. En este sentido la acogida de la “crisis” se va centrando por una
parte, en la constelación de signiicados que aparecen en el mundo vivencial del NNA, y por otra, se
considera el nivel de organización/desorganización de su funcionamiento psico-emocional (mirada
clínica), atendiendo a los puntos de mayor fragilidad y fortaleza con que llega el NNA.
La contención de la crisis, claramente, está en relación directa con los otros dos aspectos
relevados: el diagnóstico y el establecimiento del vínculo. No puede ser sino así, la distinción que
hacemos en este escrito es sólo un ordenamiento conceptual que nos permite dar cuenta de los
distintos aspectos que se involucran en una intervención.
Al respecto, y de acuerdo a lo ya descrito, hemos podido observar como las características de
las crisis diieren en cada NNA;
•
•
•
A nivel del comportamiento: en algunos está caracterizada por el comportamiento de huida
y fuga, en otros por los comportamientos propios de un estado angustioso-depresivo, y en
otros por una resistencia expresada como una aparente calma o indiferencia.
A nivel de los contenidos vivenciales más signiicativos en el momento de llegada al
programa.
O bien, según las formas en que está instalada la experiencia de ESCI en su sistema de
vida.
0
Entonces, a partir de la experiencia acumulada en estos primeros dos años de funcionamiento
del Centro ANTÚ, y de las relexiones comentadas en este apartado, fuimos desarrollando un modelo
de intervención psicológica con víctimas de explotación sexual comercial infantil (Arredondo,
González y Guerra, 2005). A continuación se revisa dicho modelo.
3. Modelo de intervención psicológica del Centro ANTÚ
Pese a que el desarrollo del modelo de intervención psicológica en ESCI del Centro ANTÚ
(Arredondo, González y Guerra, 2005) se encuentra en plena fase de desarrollo y de integración con
las miradas jurídica y social, consideramos que para esta oportunidad es posible compartir algunos
de sus elementos principales.
El modelo de intervención propuesto plantea una intervención psicológica continua,
organizada en tres grandes etapas cronológicas (etapas 1, 2 y 3), cada una de ellas compuesta por
tres líneas de acción:
La línea de reconocimiento y desarrollo de vínculos protectores (Línea A)
La línea de diagnóstico de vulneración de derechos y de recursos para enfrentar la situación de
ESCI (Línea B)
La línea de contención de la crisis, de problematización de la(s) experiencias de ESCI y de
desarrollo de prácticas protectoras (Línea C).
En la Figura 1 se observa esquemáticamente la distribución de las etapas y líneas de la
intervención.
ETAPA 1
ETAPA 2
A. Facilitar
vínculo
B. Diagnóstico
A. Configurar
vínculo
C. Contención
Crisis
B. Diagnóstico
C. Problematizar
Crisis
ETAPA 3
A. Integración experiencias
vinculares
C. Prácticas
protectoras
B. Desarrollo
y Fortaleza
Figura 1: Esquema explicativo del modelo de intervención psicológica del Centro ANTÚ.
Arredondo, González y Guerra (2005)
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Como se observa en la Figura 1, las etapas (1, 2, 3) y las líneas de intervención (A, B, C)
se coniguran estructuralmente de modo que permiten la lexibilización de la intervención. Esto se
simboliza en la bidireccionalidad de los conectores entre las distintas fases y al interior de ellas.
Dicha lexibilidad, o “intento de lexibilidad”, surge de la experiencia adquirida en los dos
primeros años de funcionamiento del Centro ANTÚ, donde rápidamente pudimos darnos cuenta
que las intervenciones lineales y rígidas no satisfacían las necesidades de los niños/as atendidos
(Contreras y González, 2005). De todos modos, y aunque parezca redundante, debemos señalar que
en cada caso se realiza un proceso de búsqueda de la forma de intervención más adecuada a la forma
en que el fenómeno se da en su complejidad.
Creemos que el modelo presentado aporta en esa línea, estando siempre atentos a no
considerarlo como acabado, en la medida que la experiencia de intervención nos lo vaya señalando.
La intervención psicológica se inicia, en la mayoría de las veces35, en la ETAPA donde se
destaca la importancia del tema relacional/vincular (línea A) como elemento que propicie la posterior
reparación. Esto debido a que en la ESCI, como en otros tipos de maltrato grave, la vulneración se da
en el plano de las relaciones interpersonales (SENAME, 2004). Además, considerando que en el caso
especíico de la explotación sexual, los niños/as desarrollan signiicados distorsionados del concepto
de vínculo (vinculo = explotación) que en muchos casos lleva a la creencia de que el vínculo es algo
que se transa comercialmente, tal como fue señalado en el apartado anterior.
A partir de lo anterior surge la necesidad de iniciar un trabajo reparatorio desde un “vínculo”
(o modo de relación) distinto al que los niños/as expuestos a ESCI están acostumbrados. Un vínculo
(o modo de relación) que no se transa comercialmente, un vínculo que parte de la clariicación de
los roles y de la explicitación de los límites (relación enmarcada en lo proteccional-jurídico). Se sigue
la siguiente lógica: “si un niño/a ha sido transgredido en el plano vincular debe comenzar a ser
reparado desde ahí”.
Otro elemento importante en esta etapa está dado por la necesidad de establecer un diagnóstico
preliminar (línea B) que vaya más allá de las situaciones de ESCI propiamente tales (del niño/a en
su calidad de niño/a). Un diagnóstico preliminar que permita identiicar factores de riesgo y de
protección tanto en el niño/a como en su contexto que puedan ser considerados en etapas posteriores
de la intervención. Se busca identiicar la disposición del niño/a a recibir ayuda, su disposición a
reconocer el problema, su capacidad de resistir el espacio individual terapéutico, así como también
se busca identiicar las características clínicas asociadas al nivel de riesgo y daño.
Finalmente, hay que destacar que muchos de los niños/as al ingresar al Centro se encuentran
en crisis, ya sea por la conciencia de ser explotados sexualmente o bien por tener que someterse a
medidas judiciales (proteccionales) ante las que no están de acuerdo. Ante esta situación se hace
necesario realizar un proceso de contención en crisis (línea C) que permita un posterior abordaje
de la problemática de ESCI. Esta contención se realiza desde el plano emocional (favoreciendo la
expresión emocional), cognitivo (informando el estado de la situación) y conductual (otorgando
espacios que favorezcan la planiicación de acciones).
Es así como se plantean los siguientes tres objetivos, que responden a cada línea de trabajo
respectivamente, para esta primera etapa:
5
Decimos la mayoría de las veces ya que� dada la gran variedad de situaciones de E�CI� sucede que en ocasiones se comienza en
las denominadas etapas o .
Generar condiciones relacionales que favorezcan una medida reparatoria.
Identiicar recursos protectores y de riesgo a nivel individual y familiar del niño.
Favorecer la organización psicológica del niño para la contención de la crisis.
Una vez alcanzados estos objetivos, la intervención entra gradualmente en la ETAPA
donde se busca conigurar un espacio vincular (línea A) con el niño/a que permita el desarrollo
de las estrategias de intervención. Este espacio vincular es deinido en función de las siguientes
características:
Opera con reglas y límites que se han ijado y establecido previamente.
Esta construido sobre la base de un “rol protector” del psicólogo, rol no impositivo sino que
fundamentado. Donde se explicitan y clariican las diferencias entre este rol protector y los
agentes de vulneración.
Basado en la clariicación de la particularidad vincular (vinculo profesional: “no somos
amigos, soy tu psicólogo/a”, “trabajo en el Centro ANTÚ”, este trabajo se da en un contexto
proteccional-jurídico).
Establecido sobre la base de una condición de vínculo seguro, construido a partir de la
explicitación de las condiciones de respeto por la experiencia del niño/a y por su calidad de ser
humano.
Permite la posibilidad de ampliación del vínculo protector (con otras personas)
Paralelamente, se trabaja en el diagnóstico especíico de la situación de ESCI (línea B)
donde, además de clariicar el modo y frecuencia de las situaciones de explotación (construcción del
relato), se busca comprender cómo el niño/a da una particular coniguración a las experiencias de
explotación, cuáles son los signiicados que el niño/a da a la explotación, ¿la ve como explotación?
Estos signiicados se asocian con el diagnóstico psicológico general (intelectual, de maduración,
de personalidad, de sintomatología, etc.) y con el diagnóstico social–legal realizado por el resto del
equipo profesional. De esta forma se integra la signiicación de la ESCI con los recursos y factores de
riesgo reconocidos en la evaluación y se posibilita la elaboración del Plan de Tratamiento Individual
(PTI).
Lo anterior permite avanzar en la problematización de elementos asociados a la crisis (línea
C), por ser víctima de ESCI, o bien por verse “sometido” a medidas proteccionales. Dentro de esta
problematización se trabaja mediante la explicitación del signiicado que desde el Centro ANTÚ
se le da a la ESCI (como vulneración grave de derechos, como explotación), diferenciándola del
errado concepto de “prostitución infantil” (que otorga responsabilidad/ culpabilidad al niño/a que
es considerado “prostituto” y no al adulto agresor) (IPEC Sudamericana, 2001). Esta diferenciación
busca problematizar la crisis, no desde un rol impositivo sino que en un contexto de respeto que
permita la fundamentación.
No queremos que el niño/a adopte ciegamente nuestra manera de ver la ESCI, solo buscamos
que conozca otro punto de vista, que sepa que desde ese punto de vista opera el Centro ANTÚ. De
este modo esperamos que “al menos” cuestione los signiicados asociados a la crisis por la que está
pasando.
De este modo, la etapa 2, busca alcanzar cuatro objetivos esenciales:
Conirmar un espacio vincular con el niño/a en orden a las particularidades coestablecidas.
Conirmar o refutar hipótesis de diagnóstico.
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Delimitar la problemática de ESCI y los factores protectores y de riesgo que la rodean.
Problematizar los aspectos relacionados con la crisis (y con la ESCI).
La ETAPA , habitualmente la más larga temporalmente, se sustenta sobre los elementos
construidos en las anteriores. Tal como en todo el modelo, se respalda en una línea vincular, esta vez
a partir de la posibilidad de integración de las experiencias de vinculación (línea A) construidas
por el niño/a en el Centro ANTÚ (y en otros espacios protectores) con su historia vital-vincular.
Acá se pone énfasis en el desarrollo de la capacidad del niño/a para diferenciar los vínculos
protectores de los vínculos abusivos (y de explotación) durante su historia vital, en el desarrollo
de la capacidad para reconocer y recurrir a los vínculos protectores en el presente (y protegerse de
los vínculos vulneradores) y al desarrollo de la capacidad de propiciar vínculos protectores con
otros (en vez de los pasados vínculos vulneradores). Como se observa, se busca la integración de las
experiencias vinculares en una dimensión pasada y presente, con proyección hacia el futuro.
En esta etapa se analiza el diagnóstico general y especíico de la ESCI y se continúa la
intervención potenciando el desarrollo y fortalecimiento de recursos (línea B) que les permita a
los niños/as afrontar los factores de riesgo. De este modo se pretende favorecer la reconstrucción
de la identidad personal como ser humano valioso, como forma de contraste con el estado de
identidad propio de la ESCI donde el niño/a se percibe a sí mismo como “una mercancía transable
comercialmente” (SENAME, 2004).
Un elemento central de esta etapa de la intervención constituye la elaboración de un
proyecto vital en el que el niño/a desarrolle su potencial (más allá de la ESCI). En este sentido,
es importante recordar que la intervención psicológica se enmarca en un contexto de intervención
psicosociojurídica, donde se trabajan en otras instancias acordes a las metas ya descritas (trabajo
con la familia, reinserción educacional, capacitación laboral, contacto con redes de salud, espacios
artísticos, espacios recreativos, etc.).
Este proyecto vital pone el énfasis en el tiempo presente y futuro, pero integra las experiencias
vividas en el pasado. Desde aquí se trabaja en el desarrollo de prácticas protectoras (línea C) como
forma de posicionar sus recursos de forma tal que estén orientados hacia el desarrollo (y no a la
satisfacción inmediata de necesidades afectivas y materiales).
Las prácticas protectoras incluyen variados puntos de análisis y de acción que van, según sea
el caso, desde elementos concretos (como el uso de preservativo y la “sexualidad responsable”) hasta
elementos más abstractos (como la búsqueda de relaciones sociales satisfactorias y protectoras). La
deinición de las prácticas protectoras a trabajar se realiza en coherencia con las características del
niño/a, con el tipo de vulneración al que ha sido expuesto y, como ya se ha dicho, con los recursos
con que él y su entorno cuentan. También es necesario plantear, nuevamente, que en esta fase de
intervención (como en todo el proceso) se realiza una coordinación entre las áreas jurídica, social y
psicológica de forma de intencionar una intervención integral.
De forma coherente con lo recién señalado, los objetivos de esta tercera etapa se resumen a
continuación:
Integrar la experiencia vincular elaborada en la historia vital.
Desarrollar y fortalecer los recursos personales.
Favorecer el conocimiento y ejecución de prácticas protectoras y promotoras de recursos.
La tercera etapa muchas veces es la última en la intervención, no obstante dado lo dinámico
del fenómeno de la ESCI, son muchas las veces también en que se debe regresar a la etapa 2, o bien a
la etapa 1. Como se djo en el principio, este modelo busca mantener cierta lexibilidad que permita
adaptar la intervención psicológica a las necesidades de los niños que atendemos.
Sin duda, este modelo aún es una aproximación demasiado parcial, por lo tanto queda abierto
el desafío de seguir relexionando.
4. Referencias
Arredondo, V., González, D., y Guerra, C. (2005). Intervención psicológica en víctimas de
explotación sexual comercial infantil: El Modelo del Centro ANTÚ. Documento interno del
Centro ANTÚ, Corporación PAICABÍ. No publicado.
Asamblea General de las Naciones Unidas (2000). Protocolo facultativo de la Convención de
los derechos del niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de
niños en la pornografía. Publicado en HYPERLINK "htp://www.unicef.org"
Contreras, L. y Gonzáles, D. (2005). El proceso de intervención desde la óptica del equipo
profesional del Centro ANTÚ. En Explotación Sexual Comercial Infantil: Sistematización de
la Experiencia del Centro ANTÚ de la Corporación PAICABÍ. PAICABÍ- Gobierno de Chile,
publicado en HYPERLINK "htp://www.PAICABÍ.cl"
Del Gato, D. (2004). Presentación de Conferencia sobre Explotación Sexual Comercial Infantil.
SENAME, Conferencia sobre Explotación Sexual Comercial Infantil, serie de Estudios y
Seminarios, publicado en HYPERLINK "htp://www.SENAME.cl"
Equipo del Centro ANTÚ (2005). Explotación Sexual Comercial Infantil: Sistematización de
la Experiencia del Centro ANTÚ de la Corporación PAICABÍ. PAICABÍ- Gobierno de Chile,
publicado en HYPERLINK "htp://www.PAICABÍ.cl"
IPEC Sudamericana (2001). Explotación Sexual Infantil en Sudamérica: Sistematización de la
experiencia IPEC 2001. Programa Internacional para la erradicación del Trabajo Infantil (IPEC),
Lima Perú.
SENAME (2004). Explotación Sexual Comercial Infantil: estudio sobre la explotación sexual
comercial infantil y adolescente en Chile (Universidad Arcis). SENAME, serie Estudios y
Seminarios, publicado en HYPERLINK "htp://www.SENAME.cl".
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
V I I PA RT E
FUSIÓN DE HORIZONTES:
NUEVAS PRÁCTICAS DE DEFENSA Y PROMOCIÓN DE LOS
DERECHOS DE LA INFANCIA
Naipe: arte y derechos de los niños
Cristian Carrillo
Teatro espontáneo en colegios urbanos municipalizados de
enseñanza básica de la comuna de La Serena
Rodrigo Órdenes
María Eliana Valenzuela
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
Naipe: arte y derechos
de los niños
Cristian Carrillo
Eso lo hace un niño.
(Recuperación del niño perdido por medio de la creación)
E
l artista pasa toda su vida, buscando pintar como niño (el pintor) y escucha aquella vieja canción
“eso lo hace un niño”, pero lamentablemente vemos niños que pintan como adultos.
El artista busca la frescura y la libertad del niño, frente a la tela en sus duros años de trabajo.
El artista cura su vida y calma ese dolor de vivir en una (su) sociedad cargada de individualismo.
Niños pintan como niños y viven como niños, pero tenemos niños que pintan como adultos,
mostrando carencias de creación, libertad i capacidad lúdica.
El trabajo artístico le devuelve al niño lo perdido, su mirada infantil i lúdica. Este trabajo les
permite relexionar, alcanzar nuevas formas i colores. Pero además es un arma importante para la
elaboración de metas, dejando atrás al hombre adulto y alcanzando la libertad.
Es aquí donde se comienza hacer carne la canción, “eso lo hace un niño” y es cierto solamente
un niño tiene esa capacidad de juego, alegría, sensibilidad i libertad. Mostrando que no existe
diferencia entre un niño i un artista.
Por medio del arte podemos guiar a un niño, este comienza a sentir distinto i comienza a
relacionarse en un trato de respeto i tolerancia. El niño vuelve hacer un niño, por medio del arte y
redescubre la alegría de vivir. Los niños al potenciar su lado creativo están recuperando aun niño
“Ver” y “Dar”
“Caminar te hace pensar de una manera
diferente porque tu piensas con todo el cuerpo,
el campesino, el artista y
el ilósofo no profesional piensan con la vida”
Roberto Mata
Hay cantidades de verdades, y cosas que interesa esconder. Entonces hay gente que le toca
una forma especial de comunicación, de popularidad, gentes que salen a la luz, mientras a otros les
toca en la vida hacer de centinelas y cuidar una especie de verdad que hay que tenerla con uno en
la cárcel.
Hay verdades que si tú las rompes inmediatamente y las dejas salir, pierdes la oportunidad,
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
gastas una chance. Esto es difícil de expresar, casi siempre las teorías son revolucionarias y sus
aplicaciones reaccionarias. Estamos pensando con un idioma de pensamiento y con un espacio que
no conocemos, estamos utilizando la inteligencia pero no vemos con ella.
Es entonces como un tipo que esta a caballo en medio de una batalla y no sabe como es el
caballo; de repente este se le cae, pero el jinete no se da cuenta que se cayo; de repente le hieren el
caballo y el no sabe que lo han herido. Lo único que sabe es que no avanza y parece que estuviera
metido en un hoyo. Esa cosa que llamamos razón no la podemos ver y entonces tampoco nos vemos
nosotros mismos.
Ahora bien, el idioma que tenemos y con que hablamos es muy animista: muestra solamente la
cáscara. Entonces de las cosas que nos interesa, hablamos solamente de la cáscara: para abrir la nuez
y principiar a ver como es la cosa, abría que cambiar el idioma. Este que tenemos lo estamos usando
desde hace cincuenta mil años y todavía hoy se dice “pie” para nombrar esta cosa que tenemos
nosotros al inal de las piernas, y la misma palabra se usa para nombrar la base de la lámpara y la
parte de abajo de un árbol. Fíjense en lo distinto de las cosa y sin embargo para ellas tenemos una
misma palabra. Para hablar con precisión tendríamos que tener un idioma totalmente diferente.
Todo esto no es problema, la importancia está cuando nos encontramos con la palabra “verdad”
o la palabra “justicia” o la palabra “entusiasmo”. Por ejemplo, en la palabra entusiasmo, era una
expresión del amor a Dios y hoy día a Dios, nuestro señor, lo llama revolución y los tipos se mueren
ahora por la revolución de la misma manera que antes se morían por Dios. Hay mártires y santos de
la revolución, iglesia de la revolución y misas de la revolución. Pensando así las cosas no vemos lo
que esta pasando hoy día, este es el problema.
Trato de abrir la palabra verdad y decir por ejemplo: “verdad” es “ver” y “dar”, o dad. El
problema es que ves cuando ves, se necesita naturalmente un sistema de comparaciones. Cuando se
ve una cosa que se conoce ¿Cómo se llama? ¿Cómo se ve? Ese es el problema. Generalmente se ve
comparando y se dice; tiene cara de chancho, y orejas de elefante, ¿se Entiende?, pero no es cierto
porque tiene cara de piojo y orejas de piojo y lo que pasa es que no tenemos vocabulario para decir
esto y entendernos. De manera que no basta levantar el velo como se dice, por que se ve una cosa
que conoces y por eso no se sabe como llamarla. Se aproxima uno lo más posible y en eso no las has
develado ni descubierto.
Al mirar al exterior no vemos nada, no vemos la profundidad de la hierba, vemos solamente
las ramitas y lores. Este espacio está lleno de secretos que tal vez un día aparezcan en la farmacología,
en la botánica o en la sabiduría práctica del hombre.
Hemos perdido el interés por descubrir la naturaleza, las cosas y la ciudad.
Hoy los bosques son parques y jardines botánicos. Todo se ha domesticado incluso el hombre,
el hombre no sale a la ciudad, tiene miedo, no conoce y no ve más allá.
El artista debe conocer, debe emprender el viaje al interior del ser (a su paisaje interior) y de
ahí, luego de ver, luego de develar, salir a la ciudad, al bosque sin miedo y con potencia creativa para
crear.
El nuevo idioma, el nuevo lenguaje es al arte y su expresión, la pintura y la poesía facilitan
el encuentro con las distintas verdades. Y la realidad aparece en plenitud y debemos aceptar la
diversidad de paisajes, diversidad de hombres y sus destinos.
0
“M”
La “M” llega a taller con actitud desaiante, todo es fome, poco interesante y se pierde tiempo.
Actitud que se plantea desde el desconocimiento del trabajo que se va a realizar y el cero vínculo con
el encargado de taller (educador). Al comenzar el taller, la conversación gira en torno a carretes y
salidas de in de semana y vuelve a preguntar “¿de qué sirve esta cuestión?” y que ella no sabe hacer
nada y todo sale mal “todo me sale mal” (no se conversa de su problemática, por lo cual está en el
Centro).
Todo resultado debe ser inmediato para mostrar que el tema técnico no es impedimento para
la creación y que las cosas se aprenden, al inicio se puede decir que la consigna es, ACCIÓN =
PRODUCTO (AL INSTANTE). Al avanzar las sesiones y la claridad técnica de lo que se hace en taller,
la actitud de la niña cambia, de a poco comienza a dar ideas, actúa como niña, se asombra, se sonríe,
cuida su espacio y comienza a sentir cariño y apego por lo realizado (otorga un grado de pertenencia
y vínculo con lo creado).
Este primer acercamiento en taller, es con la plástica en especial con el grabado, la técnica
de monotipia es fundamental, la cual permite espontaneidad y expresión y, lo más importante,
resultado inmediato. De ahí se pasa al trabajo más ambicioso, la creación de un mural y todo lo que
esto conlleva en el trabajo colectivo e individual de taller.
M se sintió dueña del espacio, trabajó libre, se abrió al diálogo, más allá del carrete del in de
semana.
Es claro que con dos talleres y un tiempo de trabajo, la acción creadora está más despierta.
Punto importante fue potenciar a través de la creación de máscaras este vuelo creativo. El trabajo de
máscara facilita un punto intermedio dentro del proceso, se obtiene trabajos rápidos pero se puede
desarrollar un proyecto e imagen creativa, más allá del resultado inmediato.
Hubo momentos en que M estuvo más ansiosa y hubo que trabajar y calmar las ansias
imaginando un proyecto desde su inicio y hasta su término. La fórmula resultó y no fue necesario
aplicar ACCIÓN = PRODUCTO (AL INSTANTE), al contrario, M se sentó y planiicó lo que sería su
nuevo mural, esta vez sería un trabajo individual y no colectivo.
M lo plantea y lo desarrolla, se presenta un documento, que contiene presupuesto (costos) y
propuesta a realizar (boceto).
Se aprueba la propuesta de M, se realiza en su totalidad. La imagen es distinta a lo realizado
anteriormente, no hay diablos ni sangre ni símbolos de Violencia local. La imagen es una carretera
con un paisaje alrededor, árboles en el camino, y una dirección que va de Valparaíso a su hogar.
Puntos importantes en el trabajo fueron la fotografía y la creación de un cuento, lo segundo
fue hecho en tres sesiones. M realizo un cuento para ser enviado a un concurso de cuentos de jóvenes
(Red SENAME) esto en un período de trabajo pleno en el taller, lo que permitió crear un cuento
(el texto realizado fue ambientado en Valparaíso, pero con personajes de su entorno) cercano a un
crónica. Lo que le valió ganar el segundo premio. En relación a la fotografía, M se mostró abierta
a la observación de la ciudad, caminar y reconocer a su gente; sorprende en su mirada, su “nueva
mirada”, (ella es ciudad) en ella rescata la ciudad y su gente, las cosas adquieren valor y queda
demostrado en el tratamiento de los momentos fotográicos.
El trabajo de fotografía fue lo último que se trabajó con María, aquí fue niña, paseante y
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
ciudadana.
En relación con el comportamiento de M en taller, se puede airmar que hubo una gran
evolución, de una niña arisca, que demandaba un trabajo individual, pasó a ser sumamente sociable,
abierta a trabajar de manera colectiva. Valora de buena forma el espacio del taller y los resultados
logrados. La relación con los otros niños fue de compañeros, compartiendo las ideas, materiales y
tiempo.
Pintura Mural realizado por NN del centro Antu,
realizada en el contexto de los talleres artísticos del
Centro
El diseño y tema son creación de los NNA
Detalle de mural realizado por los NNA del centro
Antu. La imagen corresponde a la intervención y
creación realizada por Maria.
La pintura utilizada fue esmalte sintético, el muro
tiene una medida aproximada de 3 mts x 1,80 mts.
Mural realizado por M.
Desde su boceto a su ejecución en el muro.
Se utilizo látex acrílico, tempera y pigmentos.
“Conversaciones con Carrillo”
Luego de leer estos textos, bellos y esclarecedores, y luego de sobrecogernos ante una mirada
que siempre nos asombra, decidimos hacer un guiño al texto de Eduardo Carrasco36 y dialogar con
el artista. El sentido era, para los lectores del mundo de las ciencias sociales tratar de traducir algo
de lo que ocurría en las lógicas de acción artística. Para nosotros, discursivos y retóricos, nos vuelve
a sorprender la precisión de la palabra del artista, y lejos de aclarar o “traducir” nos abre nuevas
discusiones o puntos de vista. Todo un desafío para la diversidad al interior de los equipos. Una
invitación para deformalizar algo de los cánones de nuestras disciplinas
P:
De alguna manera los textos aparecen en tres niveles distintos, si tú quieres el primero acerca
del modo en que nos acercamos a la realidad (epistemológico, el segundo sobre algo que es o está
muy en el núcleo de la realidad (ontológico) y el tercer un relato más acerca de los modos de operar
en ella (metodológico).
C. CARRILLO:
Dentro de la escuela de arte, cuando se trata de sacar a los estudiantes de su visión de las
cosas, claro que cuesta, porque estos no saben componer, no saben encuadrar, no conocen su interior
y mucho menos el exterior, las formas los sobrepasan, el solo hecho de colocar un elemento en el
espacio los aturde y los sobrepasa. La técnica es nula al igual que la destreza artística; son adultos
que desean ser artistas, por lo tanto tarde o temprano con el trabajo y el reconocimiento del “sersaje”
y la “verdad” recuperarán su niñez.
Al contrario de los adultos y estudiantes, los niños manejan el espacio. En todo trabajo de
un niño, chicos menores de 10 años, cada elemento está bien ubicado en el espacio, está todo bien
compuesto, cada cosa en su lugar; y en cada trabajo tienen varias visiones, aérea, frontal, lateral,
cuestión que se pierde en la adultez, y se quiere impresionar (los niños no quieren impresionar,
quieren dialogar) con la técnica y la destreza mal usada.
P:
¿Los niños tienen una visión del todo?
C. CARRILLO:
Sí, de un todo, un conjunto. Por ejemplo, tú tienes el dibujo, la pintura, no separan los
elementos, si se separan o se sacan se pierde la composición, los niños tendrían esa visión del todo
(dominio de color y composición espacial).
Los niños tienen un trazo largo, libre las formas en que pintan (desde donde parten) es de
cualquier lugar, los niños cuando pintan, ya sea de una parte, tienen como visible el todo de la obra.
Son creativos, audaces y expresivos.
Es aquí donde podemos decir que el artista es = al niño, y el tema pasa porque el artista
busca en su carrera trabajar y pintar como un niño, y el niño debe luchar para no perder esa visión
y creación nata de la niñez.
“Conversaciones con �atta�� Eduardo Carrasco. Ediciones CE�OC� 9
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /
P:
Vinculando con el trabajo, ¿cómo ayuda (si es que ayuda) esa visión del todo en los procesos
que desde otro lado se denominan reparatorios?
C. CARRILLO:
¡¡¡Claro que ayuda!!!
Porque nos encontramos con niños que no actúan como tales, no miran como niños, miran
como adultos, y debemos recuperar al niño perdido en el mundo adulto.
El niño se abre en el momento que está trabajando, el niño encuentra las herramientas para
detenerse y observar desde su interior hacia el exterior, es decir volvemos a Mata, el niño o niña mira
desde su “sersaje” al “paisaje” lo observa y lo analiza.
P:
A partir de la experiencia, ¿“qué pasa” con las niñas, niños y adolescentes que han vivido
ESCIA, cuando se enfrentan a esta experiencia artística?
C. CARRILLO:
Retomando lo anterior, el NNA desde su “sersaje” mira como niño, se encuentra en ese punto
y sale como tal. En la experiencia artística, el NNA tiene la posibilidad de dialogar, crear y recuperar
esa creatividad perdida en el mundo del adulto, por lo tanto observa el mundo y lo re-crea.
P:
¿Vale esta diferenciación inicial (niñas, niños, adolescentes) o son más bien procesos, diríamos,
más universales?
C. CARRILLO:
Son procesos distintos. Por ejemplo, el ADULTO que se enfrenta al arte, lo hace desde la
necesidad de lograr destreza en lo técnico, es decir, quiere aprender técnica. El estudiante de arte
además de buscar destreza busca la igura del artista, y inalmente el NNA busca dialogar, expresarse,
jugar, busca su niñez.
Pero se puede considerar algo, tanto el adulto como el estudiante y NNA encuentran al niño
perdido.
P:
Retomando algunas conversaciones, ¿qué espacio del fenómeno “cubre” la acción artística y
que procesos favorece?
C. CARRILLO:
La observación, el nuevo mirar, la creación, esos son los puntos en búsqueda.
Además cubre desde lo individual a lo colectivo. El trabajo del NNA en lo individual logra el
diálogo y la comunicación (espectador – sociedad).
Lo colectivo se plantea desde el compartir espacio (taller, materiales) y proyectos comunes
en una acción creativa y artística, como es la pintura mural. En este espacio se enfrentan ideas en un
marco de respeto por el otro, considerando que la culminación del trabajo es de todos y para todos.
P:
Lo que hemos visto sistemáticamente es a niñas, niños y adolescentes con distintas historias,
realidades, involucrados en distintos grados con prácticas de ESCIA, que se “encantan” en la acción
artística. ¿Cómo podemos hacer comprensible este hecho? ¿Cuál es rol de la “seriedad” y el hecho
de que para ti sea una acción vital? (el arte).
C. CARRILLO:
El hecho que el arte sea una acción vital es algo que ayuda, uno se mueve por el arte y para
el arte (crear para crear). Los niños perciben este accionar y buscan mirarte desde donde tú miras; el
respeto es mutuo y esto es garante del trabajo a realizar.
Los NNA quieren mirar desde el artista, es decir, quieren mirar desde el niño, desde la niñez.
Lo que les pasa y por qué razón les suceden las cosas, y de esa forma poder contar, expresar y
mostrar sus inquietudes, sin ser cuestionado (al artista no se le cuestiona), ni juzgado, al contrario
quieren ser entendidos y comprendidos.
P:
Parece interesante el juego entre tiempo, pausa, verdad en tu trabajo con los chicos.
C. CARRILLO:
El juego permite tapar la seriedad que se le da al arte, y arte es parte del juego, por lo tanto, el
juego potencia el arte, porque el juego potencia la creatividad y la expresión.
P:
¿Cómo trabajas los criterios de verdad o realidad con los chicos cuando ese es un eje alterado
para sus biografías?
C. CARRILLO:
La verdad hay que plantearla del ver, del “ver” interior hacia el “ver” exterior, la realidad se
deine y una la crea y la re-crea, por lo tanto, retomamos a R. Mata, volvemos al sersaje (ver-dar =
verdad) para ver la realidad interior y volver a la realidad exterior, volver al paisaje.
P:
¿Cuáles han sido los principales asombros, diicultades, potencias y desafíos de trabajar en
equipo con otros, y con otros oicios?
C.CARRILLO:
Primero que nada asombra la apertura del equipo, de eso no hay duda, existe la conianza y
esta situación ayuda al trabajo.
Lo que no sé si la apertura es total, pero bien, eso aporta al debate, no sé.
Pero se siente el respeto y el interés del equipo por el trabajo artístico y lo realizado por los
niños. Estos puntos de respeto e interés ayudan a potenciar la intervención.
Si me preguntas por los desafíos, yo creo que estos surgen del debate, abrir el tema del arte en
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la intervención; “si sirve, no sirve” los equipos se deben pronunciar en plenitud para ver con claridad
las posturas al interior de estos.
Un segundo desafío, de gran importancia, que se puede dar en paralelo o si se cree
posteriormente, es de “retornar al artista a la sociedad civil”; el artista debe asumir su responsabilidad
social y política y abandonar el auto-exilio que vive por culpa del mercado y la competencia.
Teatro espontáneo en colegios urbanos
municipalizados de enseñanza básica de la
comuna de La Serena
Rodrigo Órdenes / María Eliana Valenzuela
I.- Introducción
El conocimiento del arte y la posibilidad de expresarse a través de éste es un derecho
inalienable de toda persona, que se expresa con énfasis en aquellos que son nuestro futuro, los niños,
niñas y adolescentes (en adelante NNA).
El teatro es una expresión artística que nace con los orígenes de la humanidad, ligado a los
ritos ancestrales de las iestas agrarias cuando el pueblo se reunía a celebrar la vendimia en honor
al dios Baco y que en la antigua Grecia adquiere la dimensión de teatro clásico, representado en
su máxima expresión por la tragedia(1). Hoy día lo encontramos inserto en toda la sociedad como
representación teatral sobre un escenario a partir de una obra dramática escrita.
El teatro espontáneo es una modalidad de teatro creado por el psiquiatra rumano Jacob Levy
Moreno en la década del 20 en Viena, aunque sus orígenes siguen estando mucho más ligados a los
antiguos ritos de paso en la antigüedad y al teatro medieval, su desarrollo es ampliado posteriormente
en Nueva York, por el psicodramatista Jonathan Fox, discípulo de Moreno. En esta modalidad de
teatro improvisado, tanto el texto como la representación son creados en el momento mismo de
su ejecución, para la expresión de una situación sin ensayo previo (2-3-4). En vez de textos predeinidos se utilizan temas que inspiran historias. El público participa en la creación de ellas y su
representación se despliega a medida que se va elaborando. El público participa entre sí y con los
actores de la compañía. La belleza del espectáculo resulta de la creación colectiva y la búsqueda
artística de la representación reside en lograr un alto grado de espontaneidad y creatividad en todo
el grupo (5-6).
Proyecto patrocinado por la Corporación Educacional Gabriel González Videla de La �erena� O.N.G. Paicabí� Escuela de
Dramaterapia y Psicodrama de �antiago� Departamento de Teatro Facultad de Artes Universidad de Chile. La �erena� diciembre de 004.
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II.- Descripción del proyecto
Se realizaron talleres de teatro espontáneo en 37 colegios de la comuna de La Serena (IV
Región). En cada establecimiento se realizaron dos sesiones con una duración de una hora y media
cada una. Los participantes fueron divididos en dos grupos etáreos, de acuerdo a las diferencias
signiicativas de su etapa de desarrollo.
Los colegios participantes fueron los siguientes:
Germán Riesco
Gabriel González Videla
Liceo Gabriela Mistral
Oscar Aldunate
San Martín De Porres
San Lucas
Darío Salas
Andrés Bello Pampa
Bernarda Morín
Julia de La Barra
Trinity School
Colegio Cristiano
Valentín Letelier
Nuestra Señora de Andacollo
María Educa
Javiera Carrera
José Gaspar Marín
Manuel Rodríguez
Sagrados Corazones
Víctor Domingo Silva
Colegio Especial Los Pensamientos de Juan 23
Liceo Jorge Alessandri
José Manuel Balmaceda
Carlos Condell
Escuela Japón
Villa San Bartolomé
Momentos Felices
Isabel Riquelme
José Miguel Carrera
Héroes de la Concepción
Liceo Ignacio Carrera Pinto
Pedro Aguirre Cerda
Liceo Marta Brunet
Providencia
Saint Jones
Americano
Álfalfares
El primer grupo tuvo la participación de pre-púberes de los cursos 5º y 6º año básico. El
segundo grupo, lo constituyeron adolescentes de los cursos 7º y º básico. Ambos grupos tuvieron
un número aproximado de 45 alumnos en cada colegio, situación que varió de acuerdo a las
características y condiciones de espacio físico de cada establecimiento educacional.
Excepcionalmente, se intervino con alumnos de liceos y colegios de enseñanza media debido a
que la demanda no fue cubierta por los establecimientos propuestos en la planiicación del proyecto,
y también debido a la permanente solicitud emanada de la Corporación Municipal para hacer la
intervención en este grupo etáreo.
Las intervenciones se realizaron en ciclos de tres días, cada quince días durante tres meses,
cumpliendo con un total de 6 establecimientos en cada ciclo. Durante el desarrollo de estos períodos,
se efectuaron supervisiones metodológicas a cargo del psicólogo Rodrigo Ordenes Villanueva,
evaluaciones psicodramáticas a cargo del psicólogo Miguel Trabol Duarte y supervisiones
psicodramáticas a cargo del psicodramatista y psiquiatra Pedro Torres Godoy, los cuales iban
supervisando la efectiva aplicación de la metodología del Teatro Espontáneo y también el desempeño
de cada uno de los ejecutores en sus respectivos roles.
Se utilizaron un total de 12 horas al mes para la coordinación de las actividades entre la
responsable del proyecto, María Valenzuela Sánchez, y el Sr. Cristian Cornejo, funcionario del
Departamento de Educación Extraescolar de la Corporación Municipal de Educación Gabriel
González Videla, realizando en primera instancia una difusión de las actividades entre los colegios
participantes. Para efectuar dicha difusión se acordó realizar una muestra para los profesores
interesados, la cual se efectuó en las dependencias de la Casa del Profesor. Concurrieron a dicha
actividad 17 profesores, quienes experimentaron el Teatro Espontáneo. Además, se efectuó la
planiicación de las visitas de la Cía. a cada establecimiento.
Cada sesión de teatro espontáneo consistió en una primera parte de “Caldeamiento”, en
donde se facilitó el sentido de conexión grupal, a través de distintos juegos de roles que permitieron
a los participantes centrarse en su cuerpo, en lo que éste siente y reconocer la presencia de los demás,
lo que conllevó a una interacción espontánea en todo el grupo. La duración aproximada de esta
actividad fue de 25 a 30 minutos.
Posteriormente, se continuó con una actividad denominada de “Apresto Escénico”. Para esto
se conformaron subgrupos que quedaron a cargo de un actor espontáneo .El trabajo de esta fase
consistió en estimular al grupo a explorar y expresar sus mundos internos y sociales y compartirlos
en una estructura creativa que utilizó las técnicas teatrales, en este caso la creación de historias,
la improvisación y el uso de máscaras. En cada grupo se eligió una voz para que relatara la o las
historias del grupo. Otra forma de apresto escénico que se utilizó fue la “Propuesta escénica de la
Compañía”, donde se dramatizaron historias que quedaban inconclusas, invitando a cada subgrupo
a preparar el inal de cada una de estas historias. La duración de esta etapa fue aproximadamente
de 30 a 40 minutos.
En la siguiente etapa, todos los NNA tuvieron la oportunidad de actuar y contaron con el set
de máscaras de papel maché para su puesta en escena. Después de cada dramatización se volvía a
conformar el grupo donde se estimulaba a relexionar sobre la experiencia y las historias creadas por
ellos.
Como propuesta alternativa para la inalización de la sesión, que se utilizaba en grupos etáreos
donde predominaban los adolescentes, se planteó la técnica de “Teatro Debate”, la cual consiste en
la representación de las relexiones de los jóvenes a través del uso de la actuación espontánea. En
una primera instancia, la propuesta surge de los actores espontáneos en busca de motivar a los
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participantes a la creación de textos y movimientos en el mismo momento.
La sesión culminaba con la creación de una escultura colectiva que relejaba las opiniones y
emociones que los participantes manifestaban después de la experiencia.
La Cía. de Teatro Espontáneo Anástrofe contó con la titularidad de la Licenciada en Psicología
Srta. Francisca Shertzer Barahona, la Licenciada en Psicología Srta. Carla Godoy Marín y la Psicóloga
Sra.Tamara Cancino Ordenes, las cuales tuvieron como reemplazos eventuales al egresado en
psicología Sr. Jorge Falcón Estay, la Egresada de Derecho, Srta Marisol Baez López. Además, tuvieron
la participación de 2 actores de teatro espontáneo invitados de Santiago, el Psicólogo Miguel Trabol
Duarte y el Comunicador Social Wilfredo Angel Aliana. La dirección de la Cía. estuvo a cargo de la
Directora de Teatro Espontáneo y Matrona María Valenzuela Sánchez. En la función de operador
audiovisual, editor y músico se contó con la participación como co-ejecutor de Rodrigo Contreras
Bustos. Además, participó como apoyo, el Profesor de Música, Rodrigo Pinto.
Al inal de cada sesión se realizó una evaluación para medir el impacto de la experiencia
signiicativa en base a una encuesta especialmente elaborada para ello. Además, se elaboró una
pauta de observación vivencial que se llenó al inalizar cada actividad, denominada “Bitácora”, que
consistía en la elaboración de un sistema estructurado de registro. Este sistema, comprendía cinco
niveles de apreciación: descripción de la situación signiicativa elegida por el monitor, pensamiento
propio, pensamiento del otro, en este caso los NNA, sentimientos propios involucrados en la situación
y sentimientos observados en los NNA. Este sistema de registro, inalmente, tenía como producto
inal una comprensión narrativa del contexto en el cual se desenvolvía la situación elegida.
En el transcurso de las actividades se realizó un registro audiovisual, donde quedaron
consignados los testimonios de cada experiencia. Con esta información se elaboró el presente
informe con el detalle del análisis y sus conclusiones que se entregó a FONDART y a la Corporación
Municipal Gabriel González Videla, en conjunto con el video editado.
III.- Metodología
La espontaneidad es una cualidad que se realiza en la interacción. El parámetro de lo
estéticamente bello no se establece a partir de la contemplación de un producto escénico como en el
teatro tradicional, sino de la interrelación entre los participantes; es decir, que la estética del teatro
espontáneo es interactiva en vez de contemplativa. La belleza es producto de la improvisación
interactuada y conducida hacia su propia libertad expresiva.
Tradicionalmente, el teatro espontáneo está compuesto de un equipo de profesionales
constituido por un director de elenco, un grupo de actores y colaboradores de actividades de apoyo.
El desempeño de estas funciones exige un entrenamiento especíico, con un grado de profesionalismo,
cuyo contenido se aproxima a la formación de facilitadores grupales, actores y directores de teatro
pedagógico, ampliado para cumplir con algunas habilidades que son propias del teatro espontáneo.
Es de su responsabilidad coordinar y estimular a los demás participantes en la tarea de crear y
representar simultáneamente un texto dramático.
En este modelo, uno de sus miembros (yo-auxiliar o emergente grupal) se encuentra en la
platea para representar al personaje principal (protagonista), constituyendo el núcleo de la historia
que se va a representar. Otros miembros de la audiencia son llamados para hacer los papeles
complementarios, tantos como sean necesarios. Los actores profesionales, cuando sea el caso,
0
están para hacer de contrapunto con los demás actores y actrices del momento, auxiliando en la
estructuración tanto del texto como en la representación de la escena.
Se puede trabajar con temas deinidos previamente o surgidos en el momento (tema
emergente), lo que ocurre más frecuentemente. Lo más común es que la escena embrionaria o nuclear,
que es la que dispara el proceso de creación, sea ofrecida por la platea y no por la producción del
espectáculo.
El teatro espontáneo tiene un lenguaje especíico, por el cual trata de convencer al espectador
respecto de aquello que está siendo mostrado. Para esto utiliza la improvisación (de impro-vi-de-re,
lo no previsto) que permite una actualidad radical, que surge en la propia arquitectura del espacio
físico, de los recursos auxiliares tales como la música, la iluminación, el diseño y, principalmente, de
la postura del equipo técnico frente a los demás.
IV.- Análisis de la experiencia
a. Contexto Institucional
En base al contexto institucional del establecimiento, la propuesta de una actividad
extracurricular que además provenía de agentes externos al establecimiento generaba en el cuerpo
docente actitudes positivas de cooperación que en determinados momentos se visualizaban en
una participación directa en la sesión. Esta apertura puede deberse al impacto que ha producido el
nuevo currículo de la reforma educacional, donde la actividad de teatro forma parte de sus objetivos
transversales. Muchos profesores a cargo de los grupos manifestaban que esta experiencia signiicaba
una oportunidad de preparación frente a los nuevos desafíos propuestos en la reforma.
Por otra parte, en los colegios de más escasos recursos, los profesores manifestaban que estas
experiencias artísticas implicaban en muchos sentidos un impacto positivo en el desarrollo personal
de los NNA, situación que se manifestaba previamente al desarrollo de la sesión, lo que demuestra el
aprecio de este tipo de actividades en estratos que socioculturalmente tienen menos oportunidades
de presenciar y vivenciar el arte.
Excepcionalmente, nos encontramos con situaciones que diicultaban el trabajo, tales como
los desajustes en la programación de fechas en los colegios, los cuales recaen directamente en la
responsabilidad del mismo establecimiento, en el sentido de desconocer una fecha determinada
ya programada y conirmada con anticipación. Además, en determinados momentos encontramos
ciertas resistencias frente a la metodología propuesta, traduciéndose en interrupciones a la sesión,
como también en verdaderos distractores hacia los mismos NNA participantes.
El impacto inmediato manifestado desde el contexto educativo es la necesidad de continuidad
de esta actividad con los NNA, inquietud que surge desde los mismos profesores. Según la apreciación
de la experiencia que ellos hacen, esta metodología puede tener un efecto benéico para el desarrollo
personal de los NNA. A su vez, expresan que el teatro espontáneo es una herramienta útil para su
desempeño profesional, que puede ser aplicada ya sea para el desarrollo de las academias de teatro
que tienen los colegios, como también en todos los subsectores de aprendizaje escolar.
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b. Variables intergrupales
Con respecto a las variables intergrupales, la idiosincrasia de cada establecimiento se hacía
notar con énfasis en la manera de desenvolverse de cada NNA. En este sentido la identidad propia
de un grupo releja la manera en la cual la intervención de teatro espontáneo impacta. Un ejemplo de
ello es la manera en cómo recibían a la Cía. en cada colegio; en algunos, habían expectativas bastantes
altas con respecto a una presentación artística, en donde las posibilidades de acceso a la cultura en
general son bastante restringidas, por lo que el entusiasmo y la efervescencia del grupo correspondía
positivamente con las actividades planiicadas. En otros establecimientos, la expectativa se creaba
en base al desconocimiento del teatro, por lo que se pensaba que la actividad sería más que nada
presencial, como las de un teatro convencional. En estos casos, a poco andar, el grupo comprendía la
dimensión del espacio que se estaba propiciando, aprovechando la oportunidad de expresión, lo que
redundaba en un trabajo también positivo.
“El teatro espontáneo me pareció muy bueno porque las personas piensan mucho más que
con libretos y se desarrolla mejor nuestra imaginación” (Niño de 12 años, Colegio San Martín de
Porres).
Las comparaciones entre el teatro convencional y el teatro espontáneo dejan entrever el
impacto constructivo de esta experiencia.
“El teatro espontáneo es demasiado bueno porque cada uno puede expresar como ve una
situación sin un diálogo o una entrada o salida determinada”. (Niña de 12 años, Colegio Andrés
Bello Pampa).
“El teatro espontáneo me pareció bueno ya que lo escrito lo tendríamos que aprenderlo y creo
que lo espontáneo es mucho mejor, además dices las cosas que sientes y salen como más natural”.
(Niña de 15 años, Liceo Gabriela Mistral).
Esta última opinión señala un aspecto crucial dentro de la espontaneidad. En el caso de un
actor convencional, lo que representa es una realidad icticia y ajena donde el papel se lo asigna
el dramaturgo o el director, en cambio, en el actor espontáneo existe un sentido de pertenencia ya
que se apodera de una realidad que es propia, donde la imaginación pura, sin trabas conquista la
libertad.
Desde esta óptica, la premisa básica es la expresión grupal en torno a la inclusión de los
elementos artísticos individuales en servicio de la puesta en escena.
Otra diferencia entre el teatro espontáneo y el convencional, es justamente la circularidad
del trabajo, lo que implica que todos tengan la misma oportunidad de participar y expresarse, que
concretamente queda graicado en que el escenario puede ser cualquier lugar del espacio físico.
Como muestra de esto último, la observación de uno de los monitores realza el carácter comunitario
de la experiencia.
“Lo más signiicativo de ese momento fue el entusiasmo de los niños y las energías que tenían
para ir creando en la escena y al inal todos actuaron, ninguno se marginó” (Bitácora de la Escuela
Japón).
La característica central que marca un salto cualitativo entre las experiencias de los distintos
tipos de teatro, es la transferencia de la creatividad individual a lo grupal, entrelazado con la
sincronía emocional y vivencial, entendida como proceso histórico que deviene de las experiencias
individuales signiicativas y/o cotidianas hacia el aquí y el ahora que propone la espontaneidad.
“Lo que me gustó de esta actividad fue que pudimos saber los sentimientos y expresiones con
las otras compañeras... porque así, de esta manera que lo hicimos, interpretar nuestros sentimientos,
será mejor comprender que otras personas pueden sentir lo mismo” (Niña de 14 años del Colegio
Germán Riesco).
Aunque el teatro espontáneo y el convencional presentan diferencias epistemológicas, que
se trasuntan en distintas expresiones artísticas, ambos propenden a potenciar recursos individuales
y grupales, tales como habilidades sociales, afrontamiento de situaciones estresantes, conciencia
de roles de género y sociales, capacidad de empatía, autoestima, autocuidado y autoprotección,
capacidades expresivas y conciencia corporal y verbal. Por lo demás, ambas expresiones artísticas
pueden ser elementos catalizadores y sanadores de experiencias traumáticas, como duelos o
situaciones de vulneración, ya sea extremas o leves.
“El teatro espontáneo me pareció rebueno para conocernos, para tener más conianzas entre
nosotras” (Niña de 15 años, Liceo Gabriela Mistral).
“Lo que más me gustó de esta actividad fue la forma en que nos entregamos al teatro, a pesar
de que yo no estoy en la academia, es que me di cuenta que no se trata de vergüenza, sólo hay que
tener un ambiente adecuado para relajarse y en este grupo lo encontré”. (Niña de 15 años, Liceo
Gabriela Mistral).
“Lo que me gustó fue el teatro con las experiencias bonitas, porque uno desarrolla su
personalidad y comparte y ríe con niños que uno ni siquiera conoce” (Niña de 10 años, Colegio Julia
de la Barra).
“Lo que más me gustó de esta actividad fue poder expresarse libremente con respecto a temas
como drogas, alcohol y sexo, todo lo que envuelve a la juventud” (Joven de 1, Liceo Ignacio Carrera
Pinto).
“Esta actividad me pareció excelente, deberían hacerla más seguido, así uno se conoce así
misma, cualidades no vistas, libera tensiones y aprende cosas nuevas” (Joven de 17 años, Colegio
Providencia).
“Lo que me gustó fue hacer la obra, porque es entretenido y aparte nos relajamos y nos vamos
del mundo pesimista que hay” (Niño de 11 años, Colegio Cristiano).
“Esta actividad me pareció muy bien, porque aprendí que las mujeres pueden hacer los
mismo que nosotros” (Niño de 12 años, Colegio Cristiano).
Otro aspecto crucial dentro de una expresión artística determinada tiene que ver con lo
recreativo, lo lúdico. Desde este punto de vista el teatro espontáneo cumple a cabalidad con este
papel, al centrarse en los aspectos primarios de socialización que es el juego, el cual cumple con la
expectativa de liberalizar las ataduras del control social, siendo un proceso dinámico entre estos
polos. Es decir, no se trata de marcar una ruptura entre las convenciones sociales, sino más bien
lexibilizar la dinámica y plantear cuestionamientos desde el goce y la catarsis colectiva que conlleva
el juego dirigido del teatro espontáneo.
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“El teatro espontáneo me pareció muy entretenido y educativo, y uno como que está libre de
este ambiente” (Niño de 12 años del Colegio Carlos Condell).
“El teatro espontáneo me pareció muy bueno, es una forma de divertirse, sin que se rían de
uno, porque todos hacen lo mismo” (Niño de 10 años, Colegio Cristiano).
En síntesis, el teatro espontáneo en su búsqueda de liberación a través de la creación colectiva,
es capaz de facilitar a sus participantes la concreción de una verdad que si bien puede comenzar
siendo individual, termina siendo grupal, permitiendo la revisión de los distintos aspectos de esta
verdad y la posibilidad de hacerse cargo de ella, asumiendo inalmente una responsabilidad política
y social, entendido como la preocupación que parte de su contexto inmediato a lo comunitario.
“Creo que esta escena, sin duda, es el relejo de muchas historias de estos niños que están
rodeados de pobreza, falta de oportunidades y sobre todo, falta de apoyo de las instituciones, y
en muchos casos, de sus familias. En donde lo prioritario pasa a ser trabajar para poder llevar un
poco de dinero a sus hogares, lo que signiica que los sueños queden guardados para siempre. En la
escena queda de maniiesto con claridad la falta del grupo familiar y en el momento en que salen de
sus casas y se insertan en el mundo esperando una oportunidad, chocan con una serie de requisitos
y condiciones que sólo son obstáculos a sus sueños, pero inalmente hay alguien que escucha y da
esperanzas” (Bitácora, Liceo Jorge Alessandri).
Como ya hemos visto, el teatro espontáneo es una herramienta que moviliza hacia lo grupal
las emociones y las creencias individuales, exponiendo en todo sentido proyecciones de experiencias
vitales, también propone desafíos en cuanto al in ético de esta herramienta, en el sentido de utilizar
bien la dinámica grupal como una plataforma de conianza y protección, en donde el NNA pueda
depositar adecuadamente dicha experiencia. Hemos encontrado que algunas técnicas especíicas
de teatro espontáneo pueden llegar a ser contraproducentes con la disponibilidad anímica de un
NNA que despliega en un determinado momento, llegando a revictimizar cuando se expone una
experiencia traumática personal, tales como violencia intrafamiliar, vivencias de abuso sexual,
duelos y pérdidas afectivas recientes. En este contexto, el teatro espontáneo ofrece alternativas
metodológicas para minimizar los riesgos de una proyección personal de tales características.
“Ya se habían formado los subgrupos y yo estaba a cargo de uno. La consigna había sido
recordar una situación signiicativa y traerla al presente como una historia para compartirla con el
grupo. Les indiqué a los niños que titularan sus historias para así poder elegir sociométricamente
una de ellas. La historia escogida por nuestro grupo fue la de una niña que contaba como una noche
su mascota, una perrita, había parido a sus cachorros y que a la mañana siguiente cuando ella y
su hermano menor fueron a conocerlos se encontraron con la sorpresa de que uno estaba muerto.
Esto provocó en la relatora el desborde de la emoción de pérdida. En ese momento uno de mis
compañeros apartó a la niña del grupo para contenerla y yo le propuse al grupo que reconstruyéramos
la historia para devolvérsela a la niña de una manera que le permitiera reparar el dolor que ella había
proyectado en ese momento. Cuando se la representamos los niños propusieron que el cachorro en
deinitiva estaba dormido. La protagonista se sintió aliviada, no sólo con una nueva forma de ver su
historia, sino también con las opiniones de apoyo que sus compañeros le manifestaron” (Bitácora,
Colegio San Martín de Porres).
V.- Conclusiones
Las actividades planiicadas en este proyecto encontraron una excelente recepción por parte de
los estamentos administrativos educacionales de cada establecimiento beneiciado, descontando
excepciones mínimas, tales como resistencias ante la metodología y descoordinaciones en la
planiicación de la actividad.
Desde el contexto educativo surge la necesidad de continuar en profundidad con las actividades
de teatro espontáneo, ya sea para capacitar al profesorado, como para proyectar los logros
grupales alcanzados por los NNA.
La experiencia grupal de teatro espontáneo que los NNA han vivenciado corresponde con la
idiosincrasia de una cultura determinada. En este contexto, la identiicación que hace el grupo
de sus propias experiencias se vierte en las escenas espontáneas creadas colectivamente.
Los NNA logran comprender que el teatro espontáneo es una metodología de creación que se
construye en el aquí y ahora, diferenciándolo la expresión del teatro convencional.
Se pudo observar que los NNA beneiciados con esta actividad, pudieron conectarse con su
capacidad creativa en un espacio de conianza que les permitió liberarse de ciertas convenciones
sociales que los inhibe y auto-convence de que no son capaces de expresarse artísticamente.
Otro hallazgo importante fue que la participación resultó en la inclusión de todos los miembros
en la actividad, propiciando un ambiente de participación mancomunada.
Las escenas espontáneas que los NNA pudieron crear dejó entrever el carácter sincrónico del
teatro espontáneo, a partir de lo emocional y vivencial.
Esta propuesta artística propendió en el grupo de NNA a la potenciación de los recursos
individuales y grupales, entendido como una propuesta catalizadora y sanadora.
Aún cuando, la profundidad de esta metodología es patente, el objetivo de sano esparcimiento
recreacional se cumplió a cabalidad.
En el grupo de adolescentes, se observó que las relexiones parten desde un plano vivencial
hacia una comprensión más global de la sociedad, en un marco de responsabilidad individual
y grupal.
Si bien es cierto que la metodología de la espontaneidad es recreativa y lúdica, impacta
profundamente en las propias vivencias de los NNA. Esta implicancia condujo a sopesar el
elemento ético y así se minimizó la revictimización que en algunas escenas se observó.
VI.- Proyecciones
•
Teniendo en cuenta la cantidad de insumos recabados en este proyecto, llámese encuestas
evaluativas de auto reporte y la producción gráica simbólica de los dibujos elaborados por
los mismos NNA, además del registro videográico y de las bitácoras elaboradas por cada
miembro de la Cía. de Teatro Espontáneo Anástrofe, es posible elaborar un documento
cientíico que pueda ser difundido hacia la comunidad en general, que cumpla con el
/ Violencia Sexual Infantil: Debates, Relexiones y Prácticas Críticas /