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Interciencia ISSN: 0378-1844 interciencia@ivic.ve Asociación Interciencia Venezuela Verea, Carlos; Solórzano, Alecio Avifauna asociada al sotobosque musgoso del Pico Guacamaya, Parque Nacional Henri Pittier, Venezuela Interciencia, vol. 36, núm. 5, mayo, 2011, pp. 324-330 Asociación Interciencia Caracas, Venezuela Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33918012002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto AVIFAUNA ASOCIADA AL SOTOBOSQUE MUSGOSO DEL PICO GUACAMAYA, PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER, VENEZUELA CARLOS VEREA y ALECIO SOLóRZANO RESUMEN Se tomaron muestras de la avifauna con redes de neblina en un sotobosque musgoso del Parque Nacional Henri Pittier (Pico Guacamaya), Venezuela, para conocer su estructura comunitaria y su papel en la conservación como refugio de aves endémicas, amenazadas y migratorias, así como para familias y gremios alimentarios indicadores de la calidad ambiental. Su riqueza resultó moderada, con 52 especies capturadas; otras 29 fueron observadas, elevando a 81 la riqueza del bosque en general, e incorporando 66 nuevos registros para el Pico Guacamaya. Un elevado número (32) de registros resultaron de importancia patrimonial como aves endémicas (31) y amenazadas (1), siendo el bosque musgoso de poca importancia para las aves migratorias. Las aves capturadas pertenecían a 17 familias, registrando Trochilidae la mayor riqueza (13 especies) y abundancia (183 capturas), un diseño comunitario poco observado a biodinámica y ecología vertical del Parque Nacional Henri Pittier puede dividirse en tres fajas principales: tropical (0-800msnm), subtropical (800-1800m) y subtropical-templada (1800-2400m), cada una de ellas con su flora y fauna característica (Schäfer, 1953). El área conocida como Pico Guacamaya se ubica dentro de esta última y representa un ambiente dominado todo el año por compactas masas de niebla que le confieren mayor independencia de los ciclos estacionales de precipitación a los que están sometidos los bosques de tierras bajas (Schäfer y Phelps, 1954), creando así un ambiente estable. Unido a las bajas temperaturas debidas a la altitud, en este am- en Venezuela. De las ocho familias consideradas indicadoras de la calidad ambiental, siete estuvieron presentes. Asimismo fueron registrados cinco gremios alimentarios encabezados por los insectívoros en riqueza, un aspecto que suma importancia al bosque musgoso como ambiente idóneo para la conservación, pero fueron desplazados en abundancia por los nectarívoro-insectívoros (50% de capturas), por la alta abundancia de Bromeliaceae. Los resultados perfilan al bosque musgoso del Pico Guacamaya como el ambiente más importante para la conservación de la avifauna del Parque Nacional Henri Pittier al albergar un elevado número de aves de importancia patrimonial, así como familias y gremios alimentarios indicadores de la calidad ambiental. Se reportan nuevos registros altitudinales para cinco de las aves encontradas. biente se establece una relación planta-animal sólida, la cual limita la expansión de sus aves a otras fajas, generando un alto endemismo (Schäfer y Phelps, 1954; Fjeldså y Krabbe, 1990) y convierte el área en un espacio vital para la conservación de la avifauna patrimonial de Venezuela. Sin embargo, estudios ornitológicos recientes dentro del parque sólo han caracterizado las avifaunas de algunos sotobosques de la faja tropical (Ruiz, 1995; Verea et al., 2000; Alfonso, 2001; Verea, 2001; Verea y Díaz, 2005; Verea y Solórzano, 1998; 2001; 2005) y unos pocos de la faja subtropical (Verea, 2001), dejando a un lado las aves que habitan la faja subtropical-templada, debido tal vez a la inaccesibilidad de sus ambientes. Aunque en ella unas 100 especies de aves han sido registradas aisladamente de localidades como Pico La Mesa, Peñón Blanco y Piedra La Turca (Schäfer y Phelps, 1954; Fernández-Badillo 1997) sólo 15 se conocen preliminarmente para el Pico Guacamaya. El presente estudio pretende conocer la avifauna del sotobosque musgoso del Pico Guacamaya, describiendo su estructura comunitaria en términos de riqueza, abundancia relativa, familias y gremios alimentarios, así como su papel en la conservación de la avifauna patrimonial de Venezuela como hogar para aves endémicas y amenazadas, al compararlo con otros sotobosques húmedos estudiados en el Parque Nacional Henri Pittier. PALABRAS CLAVE / Aragua / Aves / Biodiversidad / Bosque Nublado / Conservación / Parque Nacional Henri Pittier / Venezuela / Recibido: 08/04/2010. Modificado: 03/04/2011. Aceptado: 08/04/2011. Carlos Verea. Ingeniero Agrónomo y Doctor en Zoología Agrícola, Universidad Central de Venezuela (UCV). Director, Unión Venezolana de Ornitólogos. Profesor, UCV, Venezuela. Dirección: Instituto de Zoología Agrícola, Facultad de Agronomía, UCV. Apartado Postal 4579, Maracay 2101-A, Aragua, Venezuela. e-mail: cverea@gmail.com Alecio Solórzano. Licenciado en Educación Rural y Magister en Educación Superior, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela. Auxiliar de Investigación Científica, UCV, Venezuela. e:-mail: alecio.solorzano@gmail.com 324 0378-1844/11/05/324-07 $ 3.00/0 MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 Área de estudio El presente estudio se llevó a cabo en un bosque musgoso (Beard, 1955), un tipo de bosque nublado que se desarrolla en la faja subtropical-templada (Schäfer, 1952) del Parque Nacional Henri Pittier, norte de Venezuela, en el área conocida como Pico Guacamaya (10°21'56''N67°40'01''O) a 1900msnm. Este es un bosque maduro, estable, caracterizado por su alta humedad proveniente de las compactas masas de niebla con las cuales está en contacto prácticamente todo el año. Esto hace que tanto la vegetación como importantes áreas del suelo estén cubiertas de musgos, muchos de los cuales desprenden un aroma perfumado que inunda el bosque. El bosque estudiado ha sido caracterizado florísticamente (Huber, 1986; Cardozo, 1993), siendo estructuralmente menos complejo que otros bosques nublados del parque. En él se pueden identificar dos estratos. El estrato superior o arbóreo, bastante irregular, se desarrolla entre los 8-20m de altura y en él destacan Pseudolmedia rigida (Moraceae), Alchornea triplinervia (Euphorbiaceae), Elaeagia karstenii (Rubiaceae), Terstroemia camelliaefolia (Theaceae), Aspidosperma fendleri (Apocynaceae), Inga sp. (Mimosaceae), Zanthoxylum sp. (Rutaceae), Ceroxylon ceriferum, Euterpe sp., Wettinia praemorsus (Arecaceae), Micropholis crotonoides (Sapotaceae) y Ocotea floribunda (Lauraceae), sobre las cuales son comunes plantas trepadoras de Ericaceae, Marcgraviaceae y Dioscoreaceae. Distinto a lo expresado por Huber (1986), llama la atención en el área la gran abundancia de epífitas donde resalta Guzmania nubigena (Bromeliaceae). El estrato inferior o sotobosque es relativamente denso y homogéneo, dominado por la palma solitaria Geonoma undata (Arecaceae), entremezclada con arbustos y hierbas de Psychotria spp. (Rubiaceae), Aphelandra steyermarkii (Acanthaceae), Piper riitosense (Piperaceae), Symbolanthus magnificus (Gentianaceae), Asplundia goebelii (Cyclanthaceae), Heliconia hirsuta (Heliconaceae), Becquerelia cymosa (Cyperaceae), Chamaedorea pinnatifrons (Arecaceae), Graffenrieda moritziana, Monochaetum humboltianum (Melastomataceae) y Bejaria aestuans (Ericaceae), entre muchas otras. Sobre las filas más altas e iluminadas se halla la gramínea bambusoide Neurolepis pittieri (Poaceae). La precipitación media anual es de unos 1700mm, con una temperatura media de 15,5°C (Huber, 1986). Métodos Para determinar la riqueza específica, abundancia numérica relativa, composición por familias y gremios alimentarios, se tomaron cinco muestras de la avifauna del sotobosque de 2,5 días consecutivos con 12 redes de neblina (largo 12m; al- MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 tura 2,5m; abertura 30mm) colocadas repetidamente en los mismos lugares sobre la fila maestra de la montaña en junio y octubre 2000, y en marzo, junio y noviembre 2002, para un total de 900h-redes. Las especies capturadas permitieron determinar el nivel de riqueza del sotobosque utilizando las categorías propuestas por Verea et al. (2000): pobre, entre 0-39 especies capturadas; moderado, 40-69; alto, 70-99 y muy alto, >99 especies. Asimismo, se determinó la abundancia relativa (AR) de cada especie según la expresión AR= (CTE/CTM)×100, donde CTE: capturas totales obtenidas de la especie, y CTM: capturas totales de la muestra. Los datos de abundancia permitieron separar a las especies en dos categorías (Verea, 2001): raras, aquellas con una proporción ≤2% y comunes, con una proporción >2%. Luego, las especies del sotobosque se organizaron en sus respectivas familias según el Comité de Clasificación de las Aves de Suramérica (Remsen et al., 2010). Igualmente, se agruparon en gremios alimentarios basados en las observaciones directas hechas en el campo y por la revisión de los trabajos de Sick (1993), Haverschmidt y Mees (1994), Phelps y Meyer de Schauensee (1994), Verea y Solórzano (1998, 2001, 2005), Verea et al. (2000) y Verea (2001). Simultáneamente a los datos obtenidos con las redes, se tomó nota de otras aves observadas visual o auditivamente con el objeto de complementar la información y conocer la riqueza general del lugar. Estos datos en conjunto se utilizaron para determinar la importancia del bosque musgoso como ambiente para la conservación de las aves, basados tanto en su riqueza como en su capacidad para albergar aves de importancia patrimonial (endémicas, amenazadas) y migratorias, así como de familias y gremios alimentarios susceptibles a perturbaciones. Se consideraron aves de importancia patrimonial las especies o subespecies endémicas (Cracraft, 1985), así como las amenazadas dentro de las categorías ‘en peligro crítico’, ‘en peligro’ y ‘vulnerable’ (Rodríguez y Rojas-Suárez, 2008). Las familias Cracidae, Picidae, Furnariidae, Thamnophilidae, Formicariidae, Grallaridae, Rhinocryptidae y Troglodytidae se consideraron susceptibles a perturbaciones por tratarse de las primeras en desaparecer ante modificaciones al medio ambiente o por presión de cacería (Sekercioglu, 2002; Sekercioglu et al., 2002; Idrobo-Medina y GalloCajiao, 2004; Brooks y Fuller, 2006) y su presencia se consideró como una medida de la calidad ambiental. Con la excepción de Cracidae, estas familias reúnen aves principalmente insectívoras, vulnerables a perturbación y fragmentación (Kattan et al., 1994; Sekercioglu, 2002; Sekercioglu et al., 2002), por lo que el gremio “insectívoro” también se consideró el de mayor importancia en términos de conservación. Resultados Dentro del sotobosque estudiado se capturaron 52 especies en 370 capturas (Tabla I), por lo que su nivel de riqueza resultó moderado. Asimismo, su riqueza específica resultó superior a la riqueza promedio obtenida en otros sotobosques húmedos del Parque Nacional Henri Pittier (Tabla II), cuyos valores oscilan entre 37-40 especies. Sólo 10 especies capturadas resultaron comunes, un valor inferior al de otros sotobosque húmedos del parque (Tabla II); éstas correspondieron a Aglaiocercus kingi, Adelomyias melanogenys, Coeligena coeligena, Sternoclyta cyanopectus, Xiphorhynchus triangularis, Grallaricula loricata, Myiophobus flavicans, Basileuterus tristriatus, Arremon brunneinucha y Anisognathus somptuosus. Adicionalmente a las 52 especies capturadas, otras 29 especies fueron identificadas visual y/o auditivamente, elevando a 81 la riqueza del bosque en general, un valor igualmente por encima a la riqueza individual de otros ambientes húmedos antes estudiados. Del total de especies capturadas, 22 (42%) corresponden a especies o subespecies endémicas, mientras que otras nueve sólo fueron observadas: Odontophorus columbianus, Pyrrhrura h. hoematotis, Anabarcethia striaticollis venezuelana, Grallaria ruficapilla avilae, Phylloscartes ophthalmicus purus, Zimmerius improbus petersi, Diglossa c. caerulecens, D. cyanea tovarensis y D. albilatera federalis (Tabla I). Junto a Pauxi pauxi, una especie observada en varias oportunidades y amenazada bajo la categoría ‘en peligro’ (Rodríguez y Rojas-Suárez 2008), se elevan a 32 las aves de importancia patrimonial encontradas en el bosque bajo estudio (Tabla I), un número muy por encima del promedio reportado (14) para otros ambientes húmedos del parque (Tabla II). Por su parte, ninguna especie migratoria fue capturada, teniéndose sólo un registro visual de Setophaga ruticilla en el dosel del bosque. Se halló un total de 17 familias en la muestra del sotobosque. De ellas, Trochilidae registró la mayor riqueza (13 especies), seguida por Furnariidae (9), Thraupidae (7) y Turdidae (5). Asimismo, Trochilidae fue la más abundante (183 capturas), seguida por Parulidae (38) y Furnariidae (33). La Figura 1 muestra la riqueza y abundancia del resto de las familias encontradas en el sotobosque musgoso. De ellas, cinco corresponden a familias susceptibles a perturbaciones y reúnen el 23% de las especies capturadas. Otras aves no capturadas pertenecientes a ocho familias (Tabla I), elevan a 25 las familias presentes en el bosque musgoso del Pico Guacamaya. Un total de cinco gremios alimentarios fueron identificados dentro de la muestra del sotobosque. De ellos, los insectívoros registraron la mayor riqueza (17 espe- 325 TABLA I ESPECIES CAPTURADAS Y OBSERVADAS, TOTAL DE CAPTURAS Y ABUNDANCIA NUMÉRICA RELATIVA (anr) OBTENIDAS EN LOS MUESTREOS DEL SOTOBOSQUE MUSGOSO DEL PICO GUACAMAYA, PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER, VENEZUELA Taxa (a) y gremio alimentario (b) Cracidae Pauxi p. pauxi (FF) c, f Odontophoridae Odontophorus columbianus (FF) c, d Accipitridae Harpyhaliaetus s. solitarius (C) c Columbidae Patagioenas subvinacea zuliae (G) c Geotrygon l. linearis (G) Psittacidae Aratinga wagleri (F) c Pyrrhrura h. hoematotis (F) c, d Touit batavicus (FF) c Strigidae Ciccaba v. virgata (C) c Apodidae Streptoprocne zonaris albicincta (I) c Aeronautes m. montivagus (I) c, h Trochilidae Glaucis h. hirsutus (NI) Schistes g. geoffroyi (NI) Colibri thalassinus cyanotus (NI) Adelomyias melanogenys aeneosticta (NI) d Aglaiocercus kingi margarethae (NI) d Coeligena c. coeligena (NI) d Ocreatus underwoodii polystictus (NI) d Heliodoxa l. leadbeateri (NI) d Sternoclyta cyanopectus (NI) d Klais g. guimeti (NI) Campylopterus falcatus (NI) Amazilia tobaci feliciae (NI) Chrysuronia o. oenone (NI) Trogonidae Pharomachrus f. fulgidus (FI) c Trogon collaris exoptatus (FI) Ramphastidae Aulacorhynchus s. sulcatus (F) d Picidae Colaptes rubiginosus meridensis (FI) c Picoides f. fumigatus (FI) c Furnariidae Synallaxis castanea (I) d Pseudocolaptes boissonneauti striaticeps (I) d Anabarcethia striaticollis venezuelana (I) c, d Syndactyla g. guttulata (I) d, h Philydor rufum columbianum (I) d Campylorhamphus trochilirostris venezuelensis (I) Dendrocincla fuliginosa meruloides (I) Sittasomus griseicapillus griseus (I) Xiphocolaptes promeropirhynchus procerus (I) Xiphorhynchus triangularis hylodromus (I) d, h Lepidocolaptes lacrymiger lafresnayi (I) c Formicariidae Formicarius analis saturatus (I) c Capturas (anr) – – – – 2 (0,5) – – – – – – 3 (0,8) 4 (1,1) 4 (1,1) 38 (10,3) 43 (11,6) 37 (10,0) 4 (1,1) 4 (1,1) 37 (10,0) 1 (0,3) 6 (1,6) 1 (0,3) 1 (0,3) – 1 (0,3) 1 (0,3) – – 1 (0,3) 2 (0,5) – 4 (1,1) 1 (0,3) 5 (1,4) 1 (0,3) 7 (1,9) 1 (0,3) 11 (3,0) – – Taxa (a) y gremio alimentario (b) Chamaeza turdina chionogaster (I) d Grallaridae Grallaria ruficapilla avilae (I) c, d Grallaricula loricata (I) d, h Rhinocryptidae Scytalopus caracae (I) d Tyrannidae Mecocerculus leucophrys palliditergum (FI) c Zimmerius improbus petersi (FI) c, d Phylloscartes ophthalmicus purus (FI) c, d Mionectes olivaceus venezuelensis (F) Myiophobus flavicans venezuelanus (FI) h Myiodynastes chrysocephalus cinerascens (FI) c Myiarchus cephalotes caribbaeus (FI) c Cotingidae Pipreola riefferii melanolaema (F) h Pipreola aureopectus festiva (F) d Pipreola f. formosa (F) d Pipridae Chiroxiphia lanceolata (F) Corvidae Cyanocorax yncas guatimalensis (O) c Troglodytidae Microcerculus marginatus squamulatus (I) c Henicorhina leucophrys venezuelensis (I) d Turdidae Myadestes ralloides venezuelensis (FI) Turdus leucops (FI) Turdus flavipes venezuelensis (FI) Turdus serranus atrosericeus (FI) Turdus albicollis phaeopygoides (FI) Thraupidae Hemispingus frontalis hanieli (FI) d Thraupis cyanocephala olivicyanea (F) d, h Anisognathus somptuosus venezuelanus (F) Tangara a. arthus (F) Tangara gyrola toddi (F) Tangara nigroviridis cyanescens (F) c Tangara rufigenis (F) d Diglossa c. caerulecens (N) c, d Diglossa cyanea tovarensis (N) c, d, h Diglossa albilatera federalis (N) c, d Chlorospingus ophthalmicus jacqueti (I) g Emberizidae Arremon brunneinucha frontalis (I) Tiaris fuliginosus fumosus (G) g Parulidae Setophaga ruticilla (I) c, e Myioborus miniatus pallidiventris (I) Basileuterus tristriatus bessereri (I) d, h Fringillidae Euphonia xanthogaster exsul (F) Totales Capturas (anr) 2 (0,5) – 9 (2,4) 1 (0,3) – – – 6 (1,6) 18 (4,9) – – 1 (0,3) 4 (1,1) 2 (0,5) 1 (0,3) – – 4 (1,1) 3 2 1 4 1 (0,8) (0,5) (0,3) (1,1) (0,3) 2 3 11 2 1 (0,5) (0,8) (3,0) (0,5) (0,3) – 5 (1,4) – – – 7 (1,9) 15 (4,0) 3 (0,8) – 1 (0,3) 37 (10,0) 4 (1,1) 370 (100%) a: Taxonomía y nomenclatura específica según Remsen et al. (2010); nomenclatura subespecífica según Restall et al. (2006). b: I, insectívoro; F, frugívoro; FI, frugívoro-insectívoro; FF, frugívoro-folívoro; NI, nectarívoro-insectívoro; G, granívoro; O, omnívoro; C, carnívoro. c: registro visual y/o auditivo, d: especie o subespecie endémica, e: especie migratoria, f: especie amenazada, g: Insertae sedis según SACC, h: Previamente señalada para el área del Pico Guacamaya, Parque Nacional Henri Pittier. 326 MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 cies), seguidos por los nectarívoro-insectívoros (13). Sin embargo, estos últimos dominaron el sotobosque con el 50% de las capturas totales, desplazando a los insectívoros. El resto de los gremios encontrados, sus riquezas y abundancias se indican en la Figura 2. picales por ausencia de datos históricos ha sido señalada (Martínez-Morales, 2007). Sin embargo, datos recolectados durante 20 años en otra localidad del parque (Paso de Portachuelo, 1100msnm) indican una mayor presencia de aves de tierras bajas en los Sotobosques naturales Discusión últimos años (Miguel Lentino, comunicación Aunque unas 100 personal). Asimismo, las especies de aves han sido redes ubicadas sobre la 52 29 81 10 42 31 1 1 900 fila de la montaña perregistradas en los bosques Bosque nublado musgoso nublados de la faja sub- Bosque nublado superior1 40 13 53 15 25 15 1 0 720 mitieron que doseles de tropical-templada del Par- Bosque nublado1 41 16 57 15 26 16 1 1 720 árboles a ambos lados que Henri Pittier (Schäfer Bosque semideciduo1 37 22 59 13 24 10 0 3 720 de sus laderas estuviey Phelps, 1954; Fernán- 1 Verea (2001). ran a nivel con las misdez-Badillo, 1997), sólo 2 En el sotobosque o el dosel del bosque o sobrevolando el área de estudio. mas, permitiendo captu15 habían sido señaladas 3 Se refiere a especies o subespecies endémicas según Cracraft (1985). Incluye las aves rar las aves de dosel en Pico Guacamaya, de capturadas y las observadas. antes mencionadas. Ve4 las cuales Ortalis ruficau- Las indicadas en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana bajo las categorías en peligro rea y Solórzano (1998, crítico, en peligro y vulnerable según Rodríguez y Rojas-Suárez (2008). Incluye las da (Cracidae), Sclerurus aves capturadas y las observadas. 2001) han hallado un albigularis, Xiphorhyn- 5 Incluye las aves migratorias capturadas y las observadas, excluyendo a Cathartes aura aumento en la riqueza chus susurrans (Furnarii- y Pandion haliaetus. de los sotobosques cuandae), Dysithamnus plumdo las aves de dosel son beus (Thamnophilidae), capturadas con redes. Grallaria excelsa (Grallaridae) y Knipole- parte del comportamiento, la ausencia de daTambién se obtuvo el menor número gus poecilurus (Tyrannidae) no fueron ob- tos preliminares del área sólo permite espe- de especies comunes (10) registrado para los servadas o capturadas durante el presente cular al respecto, existiendo la posibilidad de sotobosques húmedos del parque, cuyos vaestudio. Si bien Terborgh y Faaborg (1983) tratarse simplemente de un mejor conoci- lores oscilan entre 13-15 especies (Verea, reportan 34 especies para el área en cues- miento del lugar. Esta dificultad de evaluar 2001). Tal vez, la menor complejidad estructión, no existe un listado de las aves encon- las avifaunas de los bosques nublados neotro- tural del bosque estudiado (Huber, 1986), tradas por ellos, por lo que unido a sus exclusivas condiel presente trabajo incorpora ciones de humedad y tempera66 nuevos registros para el tura (Schäfer y Phelps, 1954) Pico Guacamaya (Tabla I) y han permitido sólo a estas poeleva a 87 especies sus aves cas especies adaptarse a tales conocidas, una contribución condiciones. Es conocido que para el conocimiento de la los bosques nublados reúnen avifauna del Parque Nacioaves más localizadas y espenal Henri Pittier. cializadas (Martínez y ReAunque para el sotochberger, 2007). Esto esbosque estudiado se esperaba tablece una relación plantauna riqueza similar (37-40 esanimal sólida que genera un pecies) a la de otros sotobosalto endemismo (Schäfer y ques húmedos del parque, su Phelps, 1954), el cual estuvo mayor riqueza (52) estuvo rereflejado en el alto número de lacionada al alto número de aves endémicas encontradas especies raras capturadas, las (32), un número no antes recuales casi duplican los reportado para ningún ambiente portes preliminares (Tabla II). del parque con valores osAves propias de tierras bajas cilando entre 0-16 aves endécomo Glaucis hirsutus, Denmicas (Ruiz, 1995; Verea y drocincla fuliginosa, ChiroxiSolórzano, 1998; 2001; 2005; phia lanceolata y Turdus alVerea y Díaz, 2005). En bicollis, así como otras típicas bosques nublados de Bolivia y de dosel como AulacorhynMéxico también se ha reporchus sulcatus, Pipreola spp. y tado entre 11 y 16 especies de Tangara spp., estuvieron preaves con distribución restrinsentes en su sotobosque. Si gida (Martínez-Morales, 2007; Figura 1. Riqueza (a) y abundancia relativa (b) de las familias encontradas con bien el calentamiento global y redes de neblina en el sotobosque musgoso del Pico Guacamaya, Parque Na- Martínez y Rechberger, 2007). cambio climático actual tenta- cional Henri Pittier, norte de Venezuela. El asterisco resalta las familias indi- Junto a la especie amenazada tivamente podrían explicar cadoras de la calidad ambiental. Pauxi pauxi, el área conocida MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 Esfuerzo (h-redes) Aves migratorias5 Aves amenazadas4 Aves endémicas3 Especies raras Especies comunes Riqueza total Especies observadas2 Especies capturadas TABLA II NúMERO TOTAL DE LAS ESPECIES COMUNES, RARAS, MIGRATORIAS, ENDÉMICAS Y AMENAZADAS CAPTURADAS EN EL SOTOBOSQUE MUSGOSO DEL PICO GUACAMAYA COMPARADO CON OTROS SOTOBOSQUES HúMEDOS NATURALES PREVIAMENTE ESTUDIADOS DEL PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER 327 como Pico Guacamaya podría catalonosus (Picidae) y Pauxi pauxi (Cracidae) garse actualmente como el lugar más no fueron capturados, pero se observaimportante para la conservación de la ron en todos los muestreos. Esto coloca avifauna patrimonial del Parque Nacioal sotobosque musgoso como un amnal Henri Pittier, y ambientes similares a biente sin perturbación y de gran imporlo largo de las Cordilleras Andina y de tancia para la conservación de las aves. la Costa podrían estar jugando un papel Pocos ambientes del Parque Henri Pittier similar para la avifauna de Venezuela. logran reunir a tantas familias indicadoVerea y Solórzano (2005) consideraron ras de la calidad ambiental como sus que la presencia de sólo dos especies de ambientes húmedos, pues en los sotoaves patrimoniales en un cacaotal del bosques de tierras bajas generalmente norte de Venezuela eran suficientes para concurren sólo las aves de Picidae, Furconsiderarlo propicio para la conservanariidae, Thamnophilidae y Troglodytición. Erróneamente, pocos trabajos hadae (Verea y Solórzano, 1998, 2001, cen uso de la avifauna subespecífica pa2005; Verea et al., 2000; Verea, 2001). trimonial en estudios de conservación El número de gremios alimenta(Rodríguez y Rojas-Suarez, 2008; Verea rios reportado (5) no difiere al de otros y Solórzano, 2005; Verea et al., 2009) sotobosques húmedos del parque cuyo dando mayor peso a la presencia temponúmero oscila entre 4-5 gremios (Verea, ral de aves migratorias. 2001) y, como en estudios previos del Aunque en bosques nublados mismo parque (Ruiz, 1995; Verea y neotropicales las aves migratorias pueden Solórzano 1998, 2001; Verea et al., 2. Riqueza (a) y abundancia relativa (b) de los representar hasta el 20% de sus comuni- Figura 2000; Verea, 2001), así como en otros gremios alimentarios encontrados con redes de neblina dades (Martínez-Morales 2007), el pre- en el sotobosque musgoso del Pico Guacamaya, Parque de ambientes neotropicales (Poulin et sente estudio reveló la presencia de un Nacional Henri Pittier, norte de Venezuela. I: insectívo- al., 1993; Borges y Stouffer, 1999; dos solo individuo de Setophaga ruticilla, sin ros, NI: nectarívoro-insectívoros, F: frugívoros, FI: fru- Anjos y Boçon, 1999; Martínez-Morales que ello restara importancia al bosque gívoro-insectívoros, G: granívoros. 2007), los insectívoros dominaron la rimusgoso para la conservación. Por diverqueza del sotobosque estudiado. Este sos factores, las aves migratorias son un gru- cual justifica su alta incidencia. Las epífitas, gremio, considerado como el más susceppo poco representado en ambientes húmedos principalmente las Bromeliaceae, debieron tible a las perturbaciones pues tiende a desade tierras altas de Suramérica (Terborgh y jugar un papel importante en los resultados, parecer cuando los bosques se alteran o Faaborg, 1983). Esto revela como otros pará- pues fueron muy abundantes en el área de fragmentan (Sekercioglu, 2002; Sekercioglu metros distintos a la presencia de aves migra- estudio. Incluso, al caer con las grandes ra- et al., 2002), aumenta la importancia del sotorias pueden ser más importantes en estu- mas donde se desarrollan, logran sobrevivir a tobosque musgoso para la conservación. En dios de conservación de los bosques. Asimis- nivel del suelo gracias a la alta humedad del ambientes alterados poco propicios para la mo, el presente registro es relevante, pues un medio, donde son visitadas por Glaucis hir- conservación se ha encontrado un desplazatrabajo en busca de aves migratorias en el sutus, Coeligena coeligena y Sternoclyta cya- miento de los insectívoros como gremio doPico Guacamaya (Terborgh y Faaborg, 1983) nopectus. minante (Verea et al., 2010). Sin embargo, no encontró tales especies. Además, de las Esa misma humedad man- fueron menos abundantes que los nec89 aves migratorias conocidas del parque tiene una cobertura casi total del bosque con tarívoro-insectívoros, un patrón poco común (Lentino y Goodwin, 1993; Lentino, 2009) musgos y, junto a las epífitas, sirven de refu- solamente observado en un sotobosque nusólo Catharus minimus, Piranga rubra, gio a muchos artrópodos que son aprovecha- blado en las cercanías del Paso de PortaMnioptila varia, Vermivora chrysoptera y dos por las aves escudriñadoras de Furnarii- chuelo (Verea, 2001) utilizado por las aves Dendroica fusca habían sido registradas en dae, la segunda familia en importancia en del gremio en sus movimientos locales (Lensu faja subtropical-templada (Schäfer y términos de riqueza. Aves como Xiphorhyn- tino, 2009) y en un cacaotal asociado a una Phelps, 1954). chus triangularis y Sittasomus griseicapillus alta abundancia de Heliconia (Verea y SolórA nivel de familias, Tro- exploraban minuciosamente entre el musgo zano, 2005; Verea et al., 2009). Dada la chilidae dominó el sotobosque estudiado al de troncos y ramas, así como entre las epífi- estrecha relación del gremio con la familia reunir el mayor número de especies (13) y la tas, junto a otras como Pseudocolaptes bois- Trochilidae, las razones de su elevada abunmitad del total de capturas. Su riqueza repre- sonneauti y Syndactyla guttulata. Tanto epífi- dancia fueron discutidas con anterioridad. senta un número por encima del reportado tas como musgos han sido señaladas en BoliSi bien las aves frugívoras para otros ambientes húmedos del parque via como componentes de los bosques húme- tienden a disminuir su riqueza a medida que cuyos valores oscilan entre 7-9 especies (Ve- dos neotropicales importantes para las aves se asciende un gradiente altitudinal (Terborgh rea, 2001), aunque resultó igual al obtenido de Furnariidae (Remsen, 1985). No obstante, 1977), estudios preliminares en sotobosques por Naranjo y Chacón de Ulloa (1997) en Furnariidae fue levemente superada en abun- del parque (Ruiz, 1995; Verea y Solórzano, bosques nublados de Colombia. Familias dancia por Parulidae (Figura 1) debido a las 1998, 2001; Verea et al., 2000; Verea, 2001) como Tyrannidae o Emberizidae tradicional- elevadas capturas de Basileuterus tristriatus, muestran poca variación al respecto, con vamente han dominado la riqueza de los soto- un ave acoplada perfectamente a las condi- lores que oscilan entre 3 y 6 especies. bosques a lo largo del gradiente altitudinal ciones del sotobosque estudiado. Aunque se esperaba un número similar para del parque (Verea y Solórzano, 1998, 2001; De las ocho familias sus- el Pico Guacamaya, los frugívoros registraVerea, 2001; Verea et al., 2000), así como en ceptibles a perturbaciones e indicadoras de la ron la mayor riqueza reportada con 12 espeotros bosques nublados neotropicales (Mar- calidad ambiental, sólo Thamnophilidae (Ta- cies capturadas. Rouges y Blake (2001) han tínez y Rechberger, 2007). Renjifo et al. bla I) estuvo ausente, pero existen registros señalado que en sotobosques húmedos donde (1997) hacen notar que ambientes húmedos previos de Dysithamnus plumbeus en el Pico abundan frutos de Psychotria, como el estude tierras altas reúnen la mayor cantidad de Guacamaya (Fernández-Badillo, 1997). Asi- diado, los frugívoros son un gremio diverso. plantas con flores polinizadas por aves, lo mismo, Picoides fumigatus, Colaptes rubigi- Sin embargo, estos frutos en Pico Guaca- 328 MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 maya parecían atraer un limitado número de aves, como Mionectes olivaceus y Myadestes ralloides. Esta elevada riqueza probablemente estuvo más relacionada a las características de los muestreos antes mencionadas (redes sobre la fila maestra) que permitió capturar frugívoros típicos del dosel, tales como A. sulcatus, Pipreola spp., Tangara spp. y Thraupis cyanocephala. Esto generó el desplazamiento de los frugívoro-insectívoros, un gremio que tradicionalmente ha superado o igualado la riqueza de los frugívoros estrictos (Verea, 2001). También los frugívoros fueron más abundantes que los frugívoro-insectívoros, pero esto encaja dentro del patrón común de los sotobosques húmedos del parque (Verea, 2001). Por otra parte, los granívoros resultaron ser muy escasos. La baja incidencia de granívoros en los sotobosques húmedos del parque también ha sido reportada y asociada a la baja producción de granos (Verea, 2001). En Pico Guacamaya su presencia estuvo condicionada a la fructificación de la gramínea bambusoide Neurolepis pittieri, cuyos granos fueron aprovechados por Tiaris fuliginosus. Terminada la fructificación, las gramíneas murieron y los granívoros desaparecieron del sotobosque. Vasconcelos et al. (2004), en Brasil, también encontraron una dependencia de Tiaris por las gramíneas bambusoides en fructificación. Consideraciones Generales Aunque previamente fue publicada una nota (Verea, 2004) resaltando un nuevo registro altitudinal para Chiroxiphia lanceolata, capturado durante el presente estudio, las capturas (3) de Glaucis hirsutus también representan sus registros de mayor elevación en Venezuela. Propio de la zona tropical (Restall et al., 2006), había sido encontrado hasta los 1150msnm (Phelps y Meyer de Schauensee, 1994; Hilty, 2003; Lentino 2009), aunque observaciones recientes en un bosque nublado relicto (El Volcán, Municipio El Hatillo, Miranda) lo ubicaban hasta los 1400m (Carlos Verea, observación personal). Asimismo, Chrysuronia oenone alcanzaba los 1500m en la bibliografía tradicional de Venezuela (Phelps y Meyer de Schauensee, 1994; Hilty, 2003), mientras que Formicarius analis llegaba hasta los 1700m (Schäfer y Phelps, 1954; Phelps y Meyer de Schauensee, 1994; Hilty, 2003). Otras aves ligeramente por encima de su distribución altitudinal fueron Amazilia tobaci y Schistes geoffroyi, las cuales han sido reportadas hasta los 1800m (Phelps y Meyer de Schauensee, 1994; Hilty, 2003). Estos datos se suman a otros obtenidos dentro del parque que han mejorado el conocimiento sobre la distribución altitudinal de las aves venezolanas (Verea, 2004; Verea y Solórzano, 2001; Verea et al., 2005). MAY 2011, VOL. 36 Nº 5 Sobre la distribución de las aves dentro del Parque Nacional Henri Pittier resaltan algunas observaciones como la de Colaptes rubiginosus, del cual se pensaba que raras veces penetraba el bosque nublado subtropical (Schäfer y Phelps, 1954; Fernández-Badillo, 1997). Aunque no fue capturado, se observó en todos los muestreos, siendo el Picidae más frecuente en Pico Guacamaya. Por su parte, Diglossa albilatera se observó en dos ocasiones, haciendo del Pico Guacamaya otra localidad importante de su área de distribución. Esta especie contaba dentro del parque con registros sólo en el Pico La Mesa (Schäfer y Phelps, 1954) y Piedra La Turca (Fernández-Badillo, 1997). Este ambiente también resultó importante para la reproducción de Odontophorus columbianus, pues se encontró un nido en la base de un árbol a manera de cueva donde permanecían los restos de la cáscara blanca de sus huevos. Otras aves anidando en el área fueron Pharomachrus fulgidus, Turdus serranus, Chlorospingus ophthalmicus y Arremon brunneinucha. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a Carlos Meneses, José Clavijo Jr. y José G. Rodríguez-Herrera por la ayuda prestada a la realización del presente trabajo; y a la Estación Biológica “Dr Alberto Fernández Yepez” de Rancho Grande y el Instituto de Zoología Agrícola, Facultad Agronomía, Universidad Central de Venezuela por su apoyo logístico. REFERENCIAS Alfonzo C (2001) Avifauna de un Bosque Ribereño en el Valle de Cata, Estado Aragua, Venezuela. Tesis. Universidad Central de Venezuela. 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AVIFAUNA ASSOCIATED TO A MOSSY UNDERSTORY IN GUACAMAYA PEAK, HENRI PITTIER NATIONAL PARK, NORTHERN VENEZUELA Carlos Verea and Alecio Solórzano SUMMARY Mist nets samples of avifauna were taken from a mossy understory at Henri Pittier National Park (Guacamaya Peak) in order to determine their community structure and the forest role in bird conservation as refuge for endemic, threatened and migratory birds, as well as for families and feeding guilds indicators of environmental quality. Richness resulted moderate with 52 species captured; another 29 species observed allowed to raise up to 81 the mossy forest richness, incorporating 66 new records for Guacamaya Peak. A high number (32) of registered birds were of patrimonial importance as endemic (31) and threatened (1) birds, but the mossy forest had a low important for migratory birds. Captured birds belonging to 17 families, with Trochilidae leading the richness (13 species) and abundance (183 captures), an un- usual avian community design to Venezuelan environments. From the eight families known as indicators of environmental quality, seven were present. Also, five feeding guilds were recorded in the sample, where the insectivores dominated in richness, an aspect that add importance to the mossy forests for bird conservation. But they were displaced by nectarivore-insectivores in abundance (50% of captures), a phenomenon related to the high abundance of Bromeliaceae in the forest. Our results outline the mossy forest of Guacamaya Peak as the most important habitat for bird conservation in Henri Pittier National Park due to the high number of birds of patrimonial value and indicators of environmental quality living on it. Additionally, new altitudinal records for five of the bird founded are reported. AVIFAUNA ASSOCIADA AO SOTOBOSQUE POBLADO DE MUSGOS DO PICO GUACAMAYA, PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER, VENEZUELA Carlos Verea e Alecio Solórzano RESUMO Tomaram-se amostras da avifauna com redes de neblina em um sotobosque poblado de musgos do Parque Nacional Henri Pittier (Pico Guacamaya), Venezuela, para conhecer sua estrutura comunitária e seu rol na conservação como refúgio de aves endêmicas, ameaçadas e migratórias, assim como para famílias e grêmios alimentários indicadores da qualidade ambiental. Sua riqueza resultou moderada, com 52 espécies capturadas; outras 29 foram observadas, elevando a 81 a riqueza do bosque em geral, e incorporando 66 novos registros para o Pico Guacamaya. Um elevado número (32) de registros resultaram de importância patrimonial como aves endêmicas (31) e ameaçadas (1), sendo o bosque poblado de musgos de pouca importância para as aves migratórias. As aves capturadas pertenciam a 17 famílias, registrando Trochilidae a maior riqueza (13 espécies) e abundância (183 capturas), 330 um desenho comunitário pouco observado na Venezuela. Das oito famílias consideradas indicadoras da qualidade ambiental, sete estiveram presentes. Da mesma forma, foram registrados cinco grêmios alimentários encabeçados pelos insectívoros em riqueza, um aspecto que soma importância ao bosque poblado de musgos como ambiente idôneo para a conservação, mas ultrapassados em abundância pelos nectarívoro-insectívoros (50% de capturas), pela alta abundância de Bromeliaceae. Os resultados perfilam ao bosque poblado de musgos do Pico Guacamaya como o ambiente mais importante para a conservação da avifauna do Parque Nacional Henri Pittier ao abrigar um elevado número de aves de importância patrimonial, assim como famílias e grêmios alimentários indicadores da qualidade ambiental. Reportam-se novos registros altitudinais para cinco das aves encontradas. MAY 2011, VOL. 36 Nº 5