Dormir en habitaciones separadas es una buena idea. Te contamos por qué

¡El tabú ha muerto! Dormir en habitaciones separadas puede ser una gran idea… sobre todo pensándolo desde el interiorismo.
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Phosart Studio.

Dormir en habitaciones separadas nos puede sonar a que algo no va bien en una relación de pareja, pero las cosas no tienen que ser tan tradicionales como lo han sido hasta ahora. Durante los últimos quince años, Maddy y su marido han dormido en habitaciones separadas. Después de unos diez años de relación, cuando ella estaba embarazada de su segundo hijo, la pareja decidió dormir por separado, ya que su marido ronca. "Terminamos decidiendo seguir durmiendo separados", le Maddy dice a AD, que pidió que no se revelara su apellido por razones de privacidad. "Y nos encanta".

Aunque puede pasar desapercibido, este acuerdo es cualquier cosa menos inusual. Una encuesta de 2017 de la Fundación Nacional del Sueño encontró que una de cada cuatro parejas casadas elige dormir en habitaciones separadas, mientras que una encuesta de 2012 de Better Sleep Council compartió resultados similares. Al igual que Maddy y su marido, muchas parejas que optan por habitaciones individuales lo hacen en nombre de tener un mejor sueño: uno de los miembros de la pareja puede roncar o usar el baño con frecuencia, las personas pueden tener horarios diferentes o pueden tener preferencias conflictivas en cosas como el ruido, la luz y la temperatura. "Tenemos nuestras propias habitaciones, podemos decorar y tener lo que queramos, tenemos camas grandes y cómodas para nosotros, y nuestros propios baños", dice Maddy. "Si queremos reunirnos, podemos invitar al otro".

Kelly Taylor, diseñadora de interiores afincada en Rhode Island y fundadora de Kelly Taylor Interior Design, dice que, según su experiencia, dormir en habitaciones separadas claramente es una nueva tendencia. En 25 años de actividad, solo le habían encargado el diseño de dormitorios principales dobles en dos ocasiones, ambas en los últimos dos años: "No me sorprendería verlo de nuevo", dice. Curiosamente, dice que eso facilita su trabajo. Cuando los dos miembros de la pareja participan a partes iguales en el proceso de diseño, siempre hay que hacer concesiones, sea cual sea la habitación en la que esté trabajando: "A veces, lo que hago es dirigir una acalorada conversación conyugal", dice. Cuando se da rienda suelta a cada pareja para que tome las decisiones que considere oportunas en el diseño de su espacio personal, no solo se consigue que el cliente esté contento, sino que se evita que Taylor tenga que llegar a otro compromiso.

Manolo Yllera.

“Antes solo los clientes mayores pedían dormitorios divididos”, dice Nancy Ruddy, cofundadora y directora ejecutiva de CetraRuddy. Aunque ha diseñado un puñado de dormitorios separados a lo largo de su carrera y no lo ve necesariamente como algo nuevo, está notando un cambio generacional. La mayor demanda de este tipo de dormitorios solía provenir de parejas de más de 50 años, dice. "Lo que ha cambiado es que ahora los más jóvenes también ven el valor de ello".

De hecho, una de las primeras veces que diseñó dos dormitorios principales fue para una pareja joven. "Tenían una gran casa en Park Avenue, y combinamos dos departamentos", dice. "El marido tenía un puesto muy alto en el sector financiero, y la mujer era ama de casa". Con horarios asombrosamente diferentes, la pareja compartió desde el principio que preferían dos dormitorios para que cada uno pudiera dormir adecuadamente. "Esta idea de crear un entorno de sueño definitivo se ha convertido en algo muy importante, y no solo para las personas que están más avanzadas en su relación".

A pesar de la creciente popularidad, las preguntas sobre las repercusiones de esta decisión suelen ser numerosas. "No hay ninguna norma que diga que las parejas tienen que dormir en el mismo dormitorio", dice la doctora Peggy Loo, psicóloga licenciada en el estado de Nueva York y directora de Manhattan Therapy Collective. "Lo que más importa es si el acuerdo es de mutuo acuerdo o es una decisión que beneficia a la relación", explica.

Christopher Stark / Arte: Chung Dongjoo.

Una disposición de dormitorios separados puede llevar a suponer que algo debe ir mal en la relación o señalar una distancia emocional como resultado de la distancia física. Sin embargo, según la Dra. Shelby Harris, directora de salud del sueño de Sleepopolis y psicóloga clínica licenciada especializada en medicina conductual del sueño, dormir en habitaciones separadas puede, de hecho, acercar a las parejas: "Deja de lado cualquier resentimiento relacionado con la falta de sueño", dice antes de añadir que esto también suele mejorar el estado de ánimo y reforzar la conexión.

Aunque los beneficios de una habitación separada pueden ser monumentales, es aún más importante encontrar momentos de conexión e intimidad. A menudo, es aquí donde los diseñadores pueden preparar a sus clientes para el éxito. Cuando Ruddy diseñó los dormitorios de la casa de Park Avenue, la pareja seguía deseando crear un espacio que pudieran compartir. Querían baños separados en los que cada miembro de la pareja pudiera tener su propio tocador, inodoro y almacenamiento, y dijeron: "¿Podrías conectarlos de alguna manera para que podamos vernos por la mañana?", explica Ruddy.

La respuesta fue una regadera compartida: "Diseñamos una gran regadera con cristales en la parte delantera y trasera que conectaba sus dos baños", dice. Cuando no la utilizaban, podían abrir las puertas y tener, esencialmente, una habitación muy grande en la que podían platicar y prepararse juntos para el día. Otra solución habitual, según Ruddy, es una suite principal privada con dos habitaciones interiores separadas.

Para las parejas que no quieren mudarse ni hacer grandes reformas, Harris dice que a menudo hay otra opción adecuada: "Sugiero elegir una cama que vaya a ser para los momentos íntimos —ya sea pasar tiempo juntos, hablar, acurrucarse o tener tiempo íntimo— y, cuando llegue la hora de dormir, que cada persona vaya a sus espacios separados", dice. "Tener esta combinación de un tiempo íntimo establecido y un sueño de alta calidad puede realmente fortalecer la relación en su conjunto".

Dejando de lado el sueño y la consideración de la relación, también hay una cierta alegría infantil que viene con tener —y decorar— un espacio que es verdaderamente propio: "Es bastante emocionante", dice Maddy. "Acabo de comprar un cuadro que me gusta mucho y que a él no le gustaba y lo he puesto en mi habitación". Su marido tiene su dormitorio, que Maddy admite que no es su favorito, pero, como ella dice: "Cada uno puede expresarse realmente".

Artículo publicado originalmente en AD PRO.
Traducción y adaptación de Fernanda Toral.