Dentro de los diferentes sistemas de filtración de agua uno de los más habituales es el de la ósmosis inversa, inicialmente utilizado en la purificación de agua para uso industrial, y posteriormente con el paso de los años incorporado también para el agua potable filtrada.

Se trata de un método que se empieza a aplicar de manera amplia a partir de la mitad del pasado siglo XX, y que a lo largo del tiempo ha ido evolucionando tanto en modelo de uso como en tecnología y aplicaciones.

¿Qué es la Ósmosis Inversa?

En una definición sencilla podríamos decir que se trata de un método de purificación de agua que trata de lograr la eliminación de grandes partículas dentro incluidas dentro del líquido. Este método, generalmente, se basará en la presencia de una membrana que se destina a la contención y eliminación tanto de minerales como de iones.

El funcionamiento se basa en presionar el agua empujándola hacia la membrana que es la que ejercería la labor de filtrado. Dependiendo del tipo de membrana se permitirá el paso de determinadas moléculas o no.

Algunos ejemplos que se suelen utilizar para comparar el funcionamiento de la ósmosis inversa, aunque sea de manera rudimentaria, son los de la ropa impermeable que permite la salida de la condensación del sudor, pero, impide la entrada del agua, o, más rudimentario aún, las mallas anti insectos que se colocan en las ventanas y que impiden el paso de los insectos, pero no del aire.

En un proceso de ósmosis inversa hay muchos elementos (moléculas y iones del agua) que se eliminan. Dentro de estos elementos también se incluyen las bacterias. Tras el proceso de filtrado, el agua pasaría purificada mientras que los elementos no filtrados quedarían al otro lado de la membrana.

Aunque se puede aplicar sobre aguas diferentes, un buen ejemplo es el uso de la ósmosis inversa en la purificación del agua del mar, donde el proceso es capaz de potabilizar el agua a partir de la eliminación de la sal junto a otras moléculas que puedan encontrarse dentro del agua marina. Otro ejemplo de utilización para la mejora de la calidad del agua potable es en los purificadores por ósmosis inversa que se utilizan en aguas con una alta presencia de cal

En qué se basa la Ósmosis Inversa

El proceso de la ósmosis inversa se relaciona de manera directa, como es normal, con el proceso natural de ósmosis. La ósmosis es un proceso, en el que, poniendo ejemplos de soluciones salinas, la mayor concentración de una solución salina buscará siempre moverse hacia otra solución salina de mayor concentración. La absorción de agua por parte de las raíces en los vegetales es un buen ejemplo de ósmosis natural.

En el caso de la ósmosis inversa, lo que se hace es utilizar la presión para que el agua se mueva a través de la membrana de filtrado. Es decir, se utilizaría mayor fuerza que en el proceso de ósmosis natural para quitar la sal al agua en el filtrado.

Con la evolución de la tecnología aplicada a la ósmosis inversa, cada vez son más las posibilidades de graduación y de filtrado que proporciona a la hora de la purificación de agua. Generalmente se da por aceptado que la ósmosis inversa es capaz de eliminar prácticamente el 100% de las sales disueltas, así como de partículas, pirógenos del agua o bacterias. Es cierto que existe un debate sobre si los sistemas de ósmosis inversa son capaces de eliminar la totalidad de las bacterias y de posibles virus que contenga el agua. Esto es objeto de debate, y, realmente en general se acepta como que no es posible. Sin embargo, tampoco se puede atribuir esta propiedad a la gran mayoría de procesos de filtrado.

Qué ventajas se atribuyen a la Ósmosis Inversa

Existen una serie de ventajas en el filtrado por ósmosis inversa que, además, se han ido acentuando con los años y la evolución del proceso a partir de la tecnología.

Entre las más destacables podríamos señalar las siguientes:

Tiene una alta eficacia en el proceso de filtrado, como ya hemos visto, es capaz de eliminar algo más de 99% de las sales disueltas y partículas, etc.

Por otro lado, es un proceso sostenible y respetuoso con el medio ambiente ya que no vamos a generar ningún tipo de residuo inorgánico, y tampoco vamos a interactuar con activos químicos.

Mejora de manera notable la calidad del agua, y esto se percibe tanto desde el punto de vista del consumo directo, es decir como agua potable para beber, como del uso indirecto a través de la cocina, o el uso industrial donde es imprescindible en sectores como el farmacéutico entre otros.

Comparativamente a otros modelos de filtrado, la ósmosis inversa propone un proceso sencillo y cómodo, que, además, no tienen mantenimiento complejo, con lo cual resulta mucho más práctico que otros modelos de filtrado.

Es cierto que también se le atribuyen algunas desventajas. Pero tienen más que ver con el propio proceso, es decir, no se trata de un proceso rápido, requiere de un cierto tiempo, también requiere del cambio de filtros cada cierto periodo de tiempo (generalmente seis meses) y, por último, dependiendo de la riqueza mineral del agua filtrada, puede eliminar algunos minerales no nocivos contenidos en el agua.

Sin embargo, en la balanza de pros y contras, la ósmosis inversa es uno de los procesos de filtrado de agua más aceptado, más eficaz, práctico y económico.