Los huesos temporales en la anatomía humana
Si hablamos sobre anatomía y más en concreto sobre los huesos temporales de la cabeza, a priori, el tema puede parecernos bastante técnico, aburrido o pesado. ¿Voy a “estudiar” anatomía a estas alturas? Pues la verdad es que merece la pena, ya que es bastante interesante saber sobre esta parte de nuestro cuerpo, ya que tiene una función muy importante dentro de él y de nuestra audición, estando directamente relacionado con ella.
Queremos ponértelo fácil, así que no te daremos la lata más de lo necesario y te resumiremos, de manera sencilla y esquemática, todo lo que necesitas saber sobre los huesos temporales de la anatomía humana. ¿Sabías que se trata de los huesos más duros de todo nuestro cuerpo? Así es. Y esto tiene una simple explicación, ya que juegan un papel muy importante debido a la función principal que tienen.
¿Qué es el hueso temporal? ¿Por qué es importante en la anatomía humana?
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Dentro de la cabeza está nuestro cráneo, que lo conforman diversos huesos, siendo uno de ellos el hueso temporal. El término temporal debe su nombre a la unión de dos palabras de origen latino e índico, que son “temporalis” y “tempus”, las cuales hacen referencia a la zona donde se ubica, que es entre los ojos y las orejas.
Se trata de un hueso par (como casi todos los de nuestro cuerpo) y simétrico, que abarca la parte lateral, media e inferior del cráneo. En cuanto veas su posición exacta en este dibujo tendrás una idea clara de dónde se encuentra situado y sus características formas, porque ya sabes que una imagen vale más que mil palabras.
Tiene una relación directa con el oído, ya que entre las funciones del hueso temporal, la más importante de ellas es contener nuestro órgano vestibulococlear o de la audición y protegerlo, formando un escudo a su alrededor. No olvidemos todo lo que comprende nuestro sistema auditivo y lo importante que es. Otras de sus funciones son albergar la articulación temporomandibular (la que nos permite abrir y cerrar la mandíbula / boca), y por su posición proteger también el lóbulo temporal del cerebro frente a lesiones y traumatismos externos.
Para resaltar aún más su importancia mencionaremos que este lóbulo se encarga directamente de varias de nuestras funciones más relevantes:
- Alberga la corteza primaria de la audición del cerebro.
- Recibe y procesa la información sonora que le llega a través del oído.
- Participa en el proceso de la memoria.
- Maneja el lenguaje auditivo y los sistemas de comprensión del habla.
- Contribuye a nuestro equilibrio, evitando trastornos como puede ser el vértigo.
- Desempeña un importante papel en tareas visuales complejas.
- Regula ciertas emociones, como pueden ser el placer, la ira o la ansiedad.
Anatomía del hueso temporal
Vayamos ahora a ver su anatomía, cómo está estructurado. Desde el punto de vista anatómico se compone de tres partes:
- Escamosa: es la más grande de todas. Está ubicada en la parte superior del hueso y por ella discurren varias arterias, entre las que tiene relevancia la arteria temporal.
- Timpánica o mastoidea: con forma de herradura, está situada debajo de la parte escamosa, encontrándose detrás y debajo del hueso. Justo delante de ella tiene el conducto auditivo externo.
- Petrosa: con forma triangular, también se la denomina “peñasco del hueso temporal”, “roca petrosa” o “pirámide”. Está localizada internamente, conteniendo y protegiendo el oído interno.
Hay que mencionar que el hueso temporal se articula con otros huesos planos del cráneo en las articulaciones. Éstas reciben el nombre de suturas y son cuatro:
- Sutura occipitomastoidea, que separa posteriormente la porción mastoidea del hueso temporal del hueso occipital.
- Sutura escamosa, que separa la porción escamosa del temporal del hueso parietal posterior y superiormente.
- Sutura esfenoescamosa, que separa anteriormente la porción escamosa del ala mayor del hueso esfenoides.
- Sutura cigomaticotemporal, que separa el proceso cigomático del hueso temporal del proceso temporal del hueso cigomático, formando el arco cigomático.
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También es relevante citar los forámenes del hueso temporal. Se trata de varios orificios repartidos por su superficie a través de los cuales pasan estructuras que entran y salen de la cavidad craneal. Algunas de estas estructuras son el nervio petroso mayor, la arteria carótida interna o algunas venas.
Cuando observes un dibujo de todas estas partes y de cómo conforman el hueso temporal, te harás una idea inmediata de todo el conjunto.
Patologías asociadas al hueso temporal
A este hueso también se le asocian, como a todos nuestros órganos diversas patologías. Debido a la ubicación de los huesos temporales de la cabeza, se encuentran expuestos a riesgo de fracturas, lo que dañaría severamente nuestra audición. Una fractura en uno de estos huesos, además de un intenso dolor, puede llegar a provocar alteraciones de la audición, hipoacusia, vértigo, nistagmo, Signo de Battle, otorrea hemática o parálisis facial de leve a grave. Las causas suelen ser la práctica de algunos deportes, los accidentes de circulación o algunas caídas.
Una lesión del hueso temporal, que puede estar inflamado y observarse con un hematoma detrás la oreja, también puede suponer que se nos rompa el tímpano, algún traumatismo interno importante o algún daño en el aparato vestibular, que es el encargado de nuestro equilibrio. Todas ellas pueden tratarse, aunque es probable que las más severas necesiten de cirugía.
