¿Qué es el umbral auditivo?
El umbral auditivo del ser humano, que también puede denominarse umbral de audición o simplemente umbral auditivo, es la intensidad mínima de sonido que es capaz de captar nuestro oído, el nivel mínimo de un sonido para que logremos oírlo. Dicho de otra manera, por debajo de este umbral auditivo no seremos capaces de detectar ningún tipo de sonido.
Este umbral no siempre es el mismo para todas las frecuencias que es capaz de percibir el oído humano, y hacemos hincapié en el adjetivo humano, ya que para otras especies es distinto. Tampoco se trata de un límite concreto, ya que depende de la frecuencia (Hz) y la intensidad (dB) del sonido que percibamos.
Cuando una persona padece de pérdida auditiva, su umbral auditivo aumenta, empezando a percibir los sonidos a partir de los 20 / 25 dB. En este caso podemos hablar de hipoacusia leve. De hecho, es la OMS (Organización Mundial de la Salud) la que establece que es a partir de los 20 dB cuando ya se puede hablar de una pérdida auditiva leve.
Si el umbral auditivo se encuentra situado entre los 41 y los 70 dB, la hipoacusia es moderada; si está entre los 71 y los 90 dB, la hipoacusia es severa; hablamos de hipoacusia profunda si el umbral de audición está entre los 91 y los 119 dB; y si el umbral es igual o superior a los 120 dB, nos encontramos ante una cofosis.
¿Cómo se mide el umbral auditivo?
La unidad de medida que se utiliza para cuantificarlo es el decibelio (dB), la unidad mundial de referencia que se usa para medir la intensidad del sonido.
El umbral auditivo normal de una persona sana que escucha de manera bilateral (también es el normal en niños, no así cuando nos vamos envejeciendo), se encuentra situado entre los 0 y los 25 dB.
Esto indica que podemos escuchar a partir de los 0 dB ó que son 0 los decibelios mínimos que puede captar el oído humano). Éste es capaz de llegar a captar niveles de intensidad acústica que llegan hasta los 120 / 140 dB.
Hay que mencionar que a partir de los 70 / 80 dB ya nos encontramos en un intervalo de riesgo en el que los sonidos son soportables pero molestos y potencialmente peligrosos para nuestro oído. Si vamos más allá y con bastante riesgo, podemos llegar a soportar esos 120 / 140 dB, aunque no será solo sonido lo que percibamos, sino una fuerte sensación de dolor y, seguramente, nuestra audición y órganos auditivos se verán gravemente afectados, incluso de manera irreversible. Todo este rango de audición entre los 0 y los 140 dB se denomina campo auditivo.
Si analizamos la pregunta de “¿cómo se mide el umbral auditivo?” desde otra perspectiva, nos dará a entender que cuál es el método que se utiliza para medir el umbral de audición de las personas. La respuesta es sencilla: la audiometría.
Es la que nos permite comparar la intensidad real de un sonido con la que percibe quien se somete a ella (en dB) y también mide nuestro umbral auditivo en diversas frecuencias (en Hz).
La intensidad y la frecuencia, dB y Hz
El sonido, además de medirse en decibelios (dB), también se mide en hercios (Hz), dependiendo de qué es lo que queramos registrar. Los decibelios miden la intensidad, el volumen del sonido, mientras que los hercios especifican la frecuencia y determinan el tono del mismo.
Si el campo auditivo normal de una persona está entre los 0 y los 120 / 140 dB, si hablamos en hercios, la horquilla se mueve entre los 20 Hz (tono más bajo) y los 20.000 Hz, (ó 20 kHz, tono más alto).
Aunque también lo acabamos de mencionar, es muy importante recalcar que todo sonido que supere los 85 dB de intensidad puede ser peligroso para nuestra audición, y más si estamos expuestos a él por tiempo prolongado.
Existen diversos organismos a nivel mundial relacionados con la audición y el sonido que ha desarrollado interesantes estudios. Uno de ellos, al que se hace referencia a menudo, es la Noise Pollution Clearinghouse.
Esta organización norteamericana, que se dedica a sensibilizar sobre la contaminación acústica y a recopilar y distribuir información y recursos sobre ella, ha elaborado una tabla que recoge sonidos comunes de diferentes intensidades (dentro de nuestro campo auditivo) y ejemplos de cómo son percibidos por el oído humano. Muchos de ellos afectan a nuestra sensibilidad auditiva, llegan a ser muy dolorosos y pueden producirnos hipoacusia irreversible:
- 0 dB: Umbral auditivo
- 10 dB: Apenas audible
- 20 dB: Estudio de radio
- 30 dB: Biblioteca o susurro a 5 metros. (Muy silencioso)
Intervalo seguro para el oído
- 40 dB: Dormitorio u oficina. (Silencioso)
- 50 dB: Tránsito de vehículos. (Molesto)
- 60 dB: Aire acondicionado o conversación normal. (Intrusivo)
- 70 dB: Tráfico por autopista. (Muy intrusivo)
75 dB: Intervalo de riesgo para el oído
- 80 dB: Despertador a medio metro o secador de pelo. (Muy molesto)
85 dB: Límite de nocividad
- 90 dB: Camión pesado a 10 metros o tráfico urbano. (Muy molesto. Daño auditivo)
- 95 dB: Perforadora
- 100 dB: Fuegos artificiales. (Muy fuerte)
- 110 dB: Martillo neumático o concierto de rock. (Extremadamente fuerte)
- 120 dB: Despegue de aviones a 50 metros, claxon de coche, disparo de arma, petardos, sirena o megáfono. (Daño en el oído)
- 140 dB: Explosión. (Daño en el oído)
- 180 dB: Zona de lanzamiento de cohetes sin protección auditiva. (Daño irreversible)
Llegados a este punto y vistos estos niveles de intensidad del sonido que pueden dañar nuestra audición, hay que mencionar qué es el umbral del dolor auditivo.
Por una parte, el umbral del dolor se define como “la intensidad mínima de un estímulo que despierta la sensación de dolor; el nivel en el que el 50 % de un estímulo es reconocido por nuestro cerebro como doloroso”.
Por otra, si añadimos el adjetivo “auditivo”, tendremos como resultado qué es la sensación de dolor que percibimos a través de un estímulo acústico, ocasionándonos daños de diferentes niveles en nuestra audición.
Si llegamos a sufrir este tipo de daños hay que recurrir inmediatamente al especialista. Incluso nuestro umbral auditivo puede haber cambiado sin que seas consciente de ello. Si tienes dudas sobre tu salud auditiva, una revisión auditiva anual es un poderoso aliado para prevenir la pérdida de audición y cualquier problema auditivo.
