Detectado un brote de ántrax en una explotación ganadera en Cangas de Onís
Asturias

Detectado un brote de ántrax en una explotación ganadera en Cangas de Onís

Este último foco se une a los ya detectados en esta misma zona desde el año pasado y cuyo origen se puede hallar en el consumo de pastos contaminados por esta bacteria.


Un nuevo caso de la enfermedad conocida como carbunco o ántrax se ha producido en la comarca de Cangas de Onís, en la zona oriental de Asturias y ha afectado a una explotación bovina de 56 reses de las cuales seis han dado positivo y el resto han sido vacunadas, según informe de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal).

No es el primero

A mediados de junio se había detectado otro foco en una ganadería canguesa con ocho positivos y 53 reses vacunadas y el pasado otoño se registraron más casos en el concejo de Onís.

Precisamente estos días, en el entorno de los Lagos de Covadonga, una de las zonas más transitadas por los visitantes del Parque Nacional de los Picos de Europa, ha aparecido el cadáver de una vaca junto al famoso lago Enol. Algunos testigos aseguran haber visto otros dos puntos cercanos al lago rociados con “cal viva” como desinfectante, lo que parece una evidencia de ser dos lugares donde perecieron otros dos animales.

Se sigue el protocolo

Los ganaderos de Cangas de Onís están aplicando el protocolo fijado por las autoridades competentes para los casos de carbunco. El 70% de las reses están vacunadas y, en algunos casos, como en la ganadería protagonista de la noticia, revacunadas. Tras el positivo se procede a inmovilizar toda la ganadería.

En el caso de la muerte de las reses se sigue el procedimiento de enterrarlas en cal viva.

Muy peligrosa

La enfermedad provocada por la bacteria B. anthracis afecta a multitud de especies aunque es especialmente relevante por su gravedad y virulencia en herbívoros.

Sus características principales son su elevada mortalidad y la gran resistencia del agente en el medio, debido a la capacidad de desarrollar formas de resistencia denominadas esporos, con potencial infeccioso.

La enfermedad normalmente se produce de manera directa (por vía oral), a través de la ingestión de pastos contaminados en herbívoros. También es posible la infección por vía respiratoria a través de la inhalación de esporos, aunque se considera muy infrecuente. Se ha hablado asimismo de la posible transmisión por vía indirecta a través de vectores (especialmente de tábanos) portadores de la bacteria tras haber entrado en contacto con un individuo infectado.

En las personas

Hay que señalar su carácter zoonósico aunque los casos de contagio a personas son bastante raros. en España. Debido a que la enfermedad se transmite, entre otras causas, por la ingestión de carne contaminada, la seguridad alimentaria es un factor clave en la aparición de focos. Por esta razón hay una mayor incidencia en países en vías de desarrollo. Hay sectores de la sociedad especialmente susceptibles a la enfermedad, como aquellas profesiones en contacto directo con animales o sus productos derivados (veterinarios, granjeros, carniceros…). En Europa, las infecciones por carbunco se dan casi exclusivamente en países donde esta enfermedad es endémica (como son el caso de Albania, Georgia o Turquía), aunque en otros países pueden aparecer brotes de manera esporádica.

En los humanos se puede manifestar de tres formas distintas: cutánea, intestinal y pulmonar. La que afecta a la piel es la más común que originan pústulas malignas localizadas en cabeza, brazos piernas. A pesar de lo aparatoso, tiene un pronóstico favorable aunque si no se trata puede desembocar en una septicemia generalizada con una tasa de mortalidad del 10%.

Peor es la intestinal, cuya vía de infección se da por el consumo de alimentos contaminados inadecuadamente cocinados o tratados, normalmente carne procedente de animales infectados. Los síntomas típicos son vómitos, dolor abdominal, fiebre o diarrea severa. Esta forma presenta una mortalidad asociada de entre el 25-60%.

El caso más grave es el ántrax pulmonar, producido por inhalación de esporas. Las personas que trabajan en lugares como plantas procesadoras de lana, mataderos y curtidoras pueden inhalar los esporos cuando están en contacto con animales infectados o productos de origen animal que provienen de animales infectados.

Los síntomas típicos son similares a los de una gripe común (fiebre, dolor muscular, tos y disnea…). Suele ir asociado a lesiones en el sistema nervioso central o el tracto

intestinal. Los casos no tratados tienen una mortalidad elevada. Según los CDC, sin tratamiento, solo alrededor del 10 al 15% de los pacientes con ántrax pulmonar sobreviven. Sin embargo, con un tratamiento agresivo el porcentaje de supervivencia alcanza aproximadamente el 55.

¡Cuidado!

El carbunco no solo afecta al ganado sino también a las especies cinegéticas.

En los herbívoros silvestres (ciervo, corzo, gamo…) y en algunas especies de aves pueden darse brotes importantes de la enfermedad debido a su alta persistencia en el medio, especialmente por presencia de esporas en los pastos y el suelo, que pueden persistir durante décadas. Los esporos de B. anthracis permanecen especialmente

en los suelos con sustrato cálcico ricos en materia orgánica, y que han sido contaminados con animales muertos a causa de la enfermedad.

Si un cazador, sospecha que ha estado en contacto con un animal que pueda tener ántrax, aunque no presente síntomas, debe saber que los antibióticos pueden prevenir su aparición. La ciprofloxacina y la doxiciclina son dos de los antibióticos que podrían usarse.

Cada uno de estos antibióticos ofrece la misma protección contra el ántrax. Las esporas de ántrax generalmente se activan entre 1 y 6 días, pero algunas pueden permanecer dentro del cuerpo durante más de 60 días antes de activarse. Las esporas activadas liberan toxinas (veneno) que atacan al cuerpo y provocan que la persona se enferme. Por esta razón, quienes se hayan estado expuestas al ántrax deben tomar antibióticos durante 60 días.

Algunas medidas contra la enfermedad

El ántrax está clasificado como Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO) por la

Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA).

Entre las medidas de seguridad para prevenir la infección es humanos es muy recomendable el uso de material adecuado de protección (guantes, mascarilla, gafas…) durante la manipulación de animales fallecidos o enfermos potencialmente infectados.

Para la eliminación de animales muertos por sospecha de carbunco, se recomienda llevar a cabo técnicas como el enterramiento con cal viva, el tratamiento de las carcasas con formalina o la incineración.

Para la desinfección de zonas potencialmente contaminadas, es posible el uso de desinfectantes como el hipoclorito sódico, la formalina o el “caleado” de los lugares donde se lleve a cabo el enterramiento.

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