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RUNNING

Consejos del doctor Juan José Muñoz Gómez

Por qué aparece el flato del corredor y cómo evitarlo

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El flato es una congestión venosa abdominal que surge en ocasiones al realizar ejercicio físico, también se puede contraer si se habla mientras se hace deporte. Suele suceder al inicio del ejercicio o ante un cambio de ritmo.

(2-11-2020). Llevo más de 20 años corriendo. Carreras de todo tipo, desde maratones a pruebas más cortas de intensidad anaeróbica. Infinidad de entrenamientos de intensidad. Otros en los que no miras el crono y sientes que flotas encima del suelo. Y hay una cuestión fetiche que siempre acaba saliendo, tarde o temprano, cuando entablas conversación con un corredor más novel: ¿cómo puedo evitar el flato?

La experiencia, en esta cuestión, es un grado. Y conocer el por qué aparece nos ayudará a controlarlo y a frenar su aparición. En este sentido, espero que este artículo de un corredor popular que ha pasado por todos los estadios hasta llegar al momento actual –de madurez deportiva atlética- os pueda ser de utilidad para no repetir los mismos errores. Está claro que el flato puede aparecer en cualquier instante si no cumplimos una serie de premisas básicas.

Sin embargo, suelen ser los corredores novatos los que, al conocer menos su organismo y reacciones subsiguientes al correr, lo exponen a la exigencia de entrenamientos o ritmos excesivamente rápidos sin un calentamiento previo, por ejemplo. Esto es, tierra fértil para la aparición del flato del corredor. Y que conste por adelantado que el concepto novato no tiene ningún sentido peyorativo. Ni mucho menos, ya que nadie nace aprendido en esta vida.

Causas más comunes del flato del corredor

 El flato del corredor es un dolor agudo que se localiza entre el abdomen y el pecho, muy concentrado en la zona del diafragma. Su aparición puede deberse a varios motivos, tal y como me explica el doctor Juan José Muñoz Gómez. Por cierto, una apreciación que también nos indica el galeno. La aparición del flato del corredor puede deberse, al unísono, a más de una cuestión de las enumeradas a continuación. Eso sí, la teoría más aceptada es que se debe a que el diafragma se ve afectado ante la falta de oxígeno:

  • Un esfuerzo excesivo y repentino
  • Una baja condición física
  • Falta de oxígeno en la zona afectada
  • Falta de coordinación en nuestra respiración
  • Estrés
  • Mala digestión, estreñimiento, gases, etc.
  • Deshidratación
  • Por comer o beber demasiado (cuidado con lo que comemos antes de entrenar/competir)
  • Por la continua fricción o golpes que sufre el diafragma por parte de los órganos abdominales durante el ejercicio (sobre todo cuando éste es de intensidad alta)
  • Por los vaivenes de la carrera, cuando los ligamentos que unen el estómago con el diafragma tiran hacia abajo

 ¿Cómo podemos prevenir su aparición y evitarlo?

Sabiendo las posibles y variadas causas que pueden generar su aparición, siempre vale más prevenir que curar, tal y como dice la sapiencia popular. Por lo tanto, ¿cómo podemos prevenir el flato? A continuación os relatamos los consejos que nos da el doctor Muñoz en este sentido:

  • Llevar una alimentación saludable. De esta forma, evitaremos problemas de acidez e inflamación intestinal que puedan ser motivo de aparición de flato
  • Evitar los balanceos bruscos de nuestro torso cuando corremos. Es preciso, pues, ser consciente de cómo corremos (a nuestra técnica de carrera) y tratar de mejorar nuestra técnica para evitar oscilaciones innecesarias
  • Atención a la respiración y hacerlo de forma uniforme y en relación al ritmo de carrera que llevamos (si seguimos este consejo, además, evitaremos quedarnos sin oxígeno)
  • Fortalecer la zona media del cuerpo, lo que se conoce como core
  • Evitar salir a correr si no hemos realizado de forma correcta la digestión (si no dejamos un mínimo de 2 horas, nuestro estómago estará más pesado, motivo más que evidente para la posible aparición del consiguiente dolor y molestia)
  • Beber con breves sorbos durante entrenamientos y carreras (o anda mientras lo haces) para evitar que el líquido entre en nuestro cuerpo como si de una cascada se tratara, al tener la respiración agitada. También es una cuestión que podemos entrenar para evitar sorpresas inesperadas el día de una competición concreta

Si a pesar de todo aparece, ¿cómo debemos actuar?

 En general, y tal y como comenta el doctor, “no sería necesario que dejemos de correr cuando aparezca el flato”. Sencillamente, “debemos rebajar la intensidad y tratar de controlar la respiración para que todo vuelva a su cauce natural”. Rebajar nuestro ritmo debería ser suficiente para evitar el malestar provocado. También podemos “flexionar levemente la barriga o incluso masajear y presionar suavemente la zona dolorosa, respirando de forma profunda”. Al cabo de pocos minutos, la molestia desaparecerá.

Está claro que el flato no aparece nunca en el momento oportuno. Si estamos entrenando y el dolor no disminuye a pesar de los pasos anteriormente referidos, siempre podemos parar máquinas durante unos minutos, “tranquilizarse y espirar profundamente para vaciar los pulmones, estirando la parte abdominal”. No pasa nada. Otra cosa es si florece cuando estamos compitiendo en una carrera. El estrés y los nervios incluso incrementarán porque no queremos bajar el ritmo ni tener que parar, ya que ello perjudicará a nuestra actuación.

Conocer las propias capacidades: controlar el ritmo de carrera

En el caso de corredores con más kilómetros en las piernas, el flato del corredor suele aparecer cuando se corre a ritmos excesivamente altos, más de lo que las propias capacidades actuales pueden asumir. Y ello suele hacerse en competiciones y no tanto durante los entrenamientos. Así pues, “hay que correr siempre dentro de los límites de cada corredor, aunque la carrera invite a superarlos ante otros corredores con mejores capacidades que las nuestras”, advierte el doctor Muñoz, especializado en traumatología.

Todos hemos visto el principio de una carrera de fondo o medio fondo en la que algún corredor sale como una flecha durante los primeros metros de la misma. Es evidente que no puede mantener ese ritmo. Que está sobrepasando sus capacidades. Al cabo de unos centenares de metros –siendo optimistas-, empieza a verse superado por decenas de corredores. Casi no puede más. Lo ha dado todo de forma demasiado abrupta. Y, en muchos casos, aparece un enemigo que aún le hará decrecer más la marcha: el flato.

Información de contacto:

Juanjosemunoz53@gmail.com


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