Si algo hemos descubierto con el paso del tiempo es que, en nuestra vida, nada es determinante. Como seres humanos, tenemos la capacidad de cambiar de opinión, de evolucionar como personas, de adaptarnos a nuevas situaciones y el derecho a no tener claro si tenemos una identidad u orientación sexual definida. En ese sentido, gracias al discurso de mucha gente que ha decidido alzar su voz, hemos aprendido, por ejemplo, lo que supone ser intersexual, qué significa ser pansexual y qué es la grisasexualidad. Y precisamente, ese último término es el que nos trae aquí, pues es el 'espacio' en el que se encuentra la demisexualidad.

Pero antes que nada y para tenerlo claro, un breve apunte: en el espectro sexual, digamos que existen dos polos: el polo alosexual (en el que se encontrarían las personas que sienten atracción por otras personas) y el polo asexual (en el que se enmarcan las personas que no sienten atracción por otras personas). Pues bien, en 'el centro', hay una 'zona gris' –con múltiples definiciones– en la que encajan muchas otras personas. Según AVENes (Red para la educación y la visibilidad de la asexualidad), es espacio se denomina grisasexualidad, y en él se pueden indetificar "todas las personas que experimentan atracción sexual hacia otras personas, únicamente bajo unas limitadas y específicas circunstancias u ocasiones". Dentro de ese 'espacio' hay muchas orientaciones, y una de ellas es de la que hablaremos aquí: la demisexualidad.

Un demisexual siente atracción solo cuando existe un vínculo emocional fuerte hacia la otra persona

Según el Centro de Recursos para las personas demisexuales, "existen varias cuestiones que puedes reconocer en ti para saber si puedes identificarte como demisexual, tales como si te suele generar rechazo el sexo, te sientes rara al participar con una persona en la cama, si no tienes necesidad alguna de masturbarte, si las personas te resultan atractivas por otros aspectos que no son físicos, te pone muy nerviosa tener citas y siempre prefieres quedar con tus amigos...". Pero ninguna de estas circunstancias es fija.

Según un estudio de demisexuality.org, "dos tercios de los demisexuales se sienten indiferentes con respecto al sexo o incluso les provoca asco y puede que hasta piensen que, aunque se pueden enamorar, podrían estar con la otra persona sin tener sexo. Pero, por otra parte, la demisexualidad es muy diversa y no una 'etiqueta' definida, pues depende de muchos factores personales".

Para ahondar en la cuestión, hemos preguntado a tres 'millennials' que se definen como demisexuales, y nos han contado cómo se dieron cuenta, cómo le pusieron nombre y cómo es su día a día hoy.

bandera de la demisexualidad
D.R.
Esta es la bandera de la demisexualidad, la cual puedes ver en las fiestas del Orgullo.

QUÉ SUPONE SER 'MILLENNIAL' DEMISEXUAL EN 2021

"YO LO SUPE MÁS BIEN TARDE..." CARLOS, (30)

"En mi caso, tomé conciencia de la demisexualidad hace relativamente poco (unos dos años). Como hombre homosexual, es difícil ver más allá de una sexualidad que choca radicalmente con la educación que hemos recibido. En mi caso, empecé a tomar conciencia de que no vivía mi sexualidad como el resto de mis amigos cuando, tras mantener relaciones esporádicas con otros hombres, al día siguiente, mi sentimiento era de vacío. La tendencia general y, especialmente, en el mundo 'gay' donde vivimos con mayor liberación por la represión que hemos sufrido desde pequeños, es ensalzar el sexo como una conquista y triunfo, (follar=éxito). Sin embargo, yo me encontraba en una situación un tanto contradictoria: me encantaba salir, bailar y el 'cancaneo' como arte, pero me daba cuenta de que, sexualmente, los hombres no me excitaban. Me sentía excitado por la música o el ambiente en general, pero a la hora de intimar con hombres desconocidos veía una brecha entre lo que disfrutaba yo y lo que hacía la otra persona.

Tras una etapa de identificación de mi conducta en la que llegué a pensar que era asexual, me di cuenta de que, con personas quizá menos atractivas a primera vista, pero con las que tenía un vínculo (desde un chico con el que compartes 'peli' favorita o coincides en un concierto) sentía mucha más atracción sexual. Entonces, comenté esto con mis amigos, aún sin llamarlo 'demisexualidad', y me encontré con que la mayoría mencionaba estar o haber estado en esa situación, aunque lo trataban más como una etapa transitoria y que 'pasaría' para dar lugar a otra.

Tras hablarlo con mi entorno, dejé de tener sexo con desconocidos. Ya no me sentía presionado socialmente

Cuando empecé a ponerle nombre con mis amigos, si bien no fue para nada sorpresa (saben toda mi vida) sí que mostraron interés por el término demisexual. Respecto a mis parejas/rollos, esta búsqueda de un vínculo me ha hecho ser bastante 'seleccionador' a la hora de entablar relaciones. Unido a mis 'taritas' previas, me ha hecho tener pocas relaciones, aunque las suficientes para dar valor a la atracción sexual con estas personas frente a desconocidos o personas con las que no empatizo. En general, creo que no hay estigma ninguno con la demisexualidad a la hora de tener pareja, ya que creo que muchas personas han pasado en su sexualidad por etapas 'demisexuales'. En definitiva, veo que estas 'subsexualidades' son muy fluidas y dan riqueza a las orientaciones 'tradicionales', que están un tanto obsoletas al no entender la vida como un proceso de evolución en el que los gustos cambian.

"INTERNET FUE SIEMPRE MI SALVACIÓN" (MARINA, 28)

Yo hay veces que pienso que no sé qué sería de mí sin Internet. Mi familia es muy conservadora y en casa nunca se habló de sexualidad. Cuando tenía unos 14 años, me di cuenta de que me gustaban más las chicas que los chicos (o eso creía) leyendo páginas web. Por aquel entonces, mis amigas se empezaron a dar besos con chicos y a mí me daba asco solo de pensarlo. Con el tiempo, ese asco por besar a los chicos fue convirtiéndose en un rechazo absoluto a 'lo que correspondía' en cada etapa: liarse con tíos, primeras experiencias sexuales y sexo en sí. Todas mis amigas me decían cosas como: "a ver si te estrenas" y yo lo único que quería era pasar más tiempo entre chicas y mis amigos 'gays', como huyendo de 'la normalidad', pero sin saber si 'lo que me pasaba' era que era lesbiana, tal y como leía en Internet (ah, y rechazaba esa posibilidad por miedo, lo confieso).

Empecé a acostarme con chicos a los 22, cuando me sentí preparada, pero no sentía nada y llegué a pensar que era asexual. Entonces, leí sobre ese término 'online' pero no me identificaba con ello, porque yo me masturbaba y me excitaba viendo porno (eso sí, porno en el que aparecen mujeres), y el 'cacao' que tenía me llevó a tener relaciones sexuales esporádicas con tíos, no comprometerme con nadie y alejarme de un 'problema' que prefería olvidar porque pensaba que era rara.

Como no me excitaba en pareja, pensaba que era cosa mía, que no me concentraba lo suficiente

El tiempo ha ido pasando así y no le he dado mayor vuelta, he estado muy centrada en mis amigos y mi trabajo. El caso es que el año pasado, vi en Instagram un vídeo superguay que hizo un medio que sigo, en el que una chica contaba su experiencia siendo asexual, pero hablando de un término que desconocía: 'demisexualidad'. Y me quedé flipando porque me veía identificada en muchos puntos, y fue como quitarme la losa que había llevado tanto tiempo en la mochila así, en tres minutos. Lo cierto es que no he tenido la oportunidad de vincularme emocionalmente tanto con alguien como para excitarme mientras tengo sexo (sigo acostándome –esporádicamente– solo con hombres), pero gracias a ese vídeo empecé a investigar y estoy segura de que soy demisexual. De hecho, llevo una pulsera con los colores de la banderita. Ah, y ahora paso también mucho tiempo entre chicas. No sé si alguna vez 'cruzaré la línea', pero ya no me da miedo. Por supuesto, en casa no saben nada y se me hace imposible contarlo alguna vez, pero en Internet hay mucha información y no me siento nada sola. ¡Ojalá haber sabido esto mucho antes!

TENER UNA RELACIÓN SIENDO DEMISEXUAL, PARA MÍ, FUE DIFÍCIL (JULIO, 31)

Yo conocí el término gracias a mi novia. La única que he tenido.

Me crié con un hermano pequeño y nos educaron entre juguetes bélicos, coches y películas de acción, pero siempre me sentí diferente porque era muy sensible, tuve en el cole muchas amigas chicas y sufrí de 'bullying' porque me llamaban 'maricón'. Lo cierto es que nunca me sentí atraído por los chicos, y como era más bien feo (no me importa reconocerlo, las cosas como son), no llamaba la atención entre las chicas, así que mi primer beso me lo di a los 21, en una fiesta de la universidad. Fue ella la que me besó, y me quedé pasmado (tenía muchos complejos y no esperaba que me besara, la verdad), pero le seguí el rollo y empezamos a quedar. Perdí la virginidad con ella, pero hacerlo por primera vez fue un infierno, porque no fui capaz de excitarme. Yo solía ver porno en casa y masturbarme, pero entre los nervios de la primera vez y que nunca me había puesto desnudo ante alguien, la 'cosa' no subía. Y me costó muchísimo, no solo esa vez, sino por lo general, cuando ella venía a casa. Era tan frustrante... Porque nos llevábamos superbien y congeniábamos, pero en la cama yo me sentía patético y además, entraba en bucle y no me concentraba.

Ella siempre fue superbuena y me animaba bastante, pero para mí era horroroso tener que llevar a cabo conductas como no masturbarme durante días si sabía que íbamos a quedar (así me resultaba más fácil excitarme). Entonces, un día me contó que había investigado y que encontró algo que le hacía pensar que yo era 'demisexual'. Era la primera vez que me planteaba que yo era algo que no fuera heterosexual (¡cuánta ignorancia!) y aluciné tanto con lo que me contó que, tras investigar, tuve clarísimo que lo era, que lo soy, vaya. Mi relación con Elena duró 2 años y medio y, aunque no estaba basada en el sexo, sí que lo hacíamos y al final me resultaba más fácil excitarme con ella (tras coger confianza y que me diera ella también esa mano, fue fundamental).

Lo que pasa es que, bueno, la relación acabó por diferencias y desde entonces no he tenido ganas de ligar. Tampoco he conocido a nadie interesante... Pero de cierta manera tengo interiorizado (aunque igual me equivoco), que me resultará muy difícil tener más relaciones... A no ser que sea con otra persona demisexual o alguien que lo entienda muy bien y lo acepte, tal y como está concebida nuestra existencia, creo que será muy complicado todo... Es lo que pienso.

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Silvia Lorente

Silvia Lorente es experta en 'celebrities', estilo de vida y sexualidad y especializada en cultura pop 'millennial' y colectivo LGBT+. Se licenció en Periodismo en la URJC de Madrid, estudió un módulo de doblaje y tiene más de 10 años de experiencia en el manejo de plataformas digitales y redes sociales (escribió y ganó premios con su blog de moda y 'celebrities', 'La Otra Horma del Zapato', y coordinó el equipo de moda y belleza en el departamento digital de la agencia Globally durante dos años). Después, colaboró con InStyle, Harper's Bazaar y GQ, y genera contenido para Cosmopolitan desde 2015. En sus ratos libres, estudia un máster de DJ profesional y echa las cartas del Tarot a quien tiene dudas sobre su futuro. 'Psss': Si te apetece jugar con ella al Trivial de 'Friends', 'Sexo en Nueva York' u 'Operación Triunfo 1', has de saber que tienes las de perder.