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Un proceso de Recubrimiento conlleva, por lo general, tres pasos:
Al respecto del número de capas, conviene siempre aplicar tres o, en lo mínimo, dos capas. En efecto, como casi siempre son camadas muy finas, puede suceder la formación de uno o más poros, los cuales van a ser neutralizados, con seguridad, con la aplicación de más una capa. Las soluciones de caucho son, por lo general, filtradas, de manera a eliminar impurezas y partículas mal dispersas de cualquier ingrediente. Este filtrado va a eliminar también el origen de defectos superficiales, que ni siempre son visibles antes de la vulcanización.
La tela se inmerge en un tanque que contiene la solución de caucho y, de seguida, pasa entre dos rodillos cuya distancia controla el espesor del recubrimiento (antes de la evaporación del solvente y de la vulcanización) (Figura 1).
Figura 1 – Inmersión de tejidos
Se hace el recubrimiento de los dos lados con solución de caucho. Se puede considerar un método clásico. El proceso termina con la vulcanización (si es esa la situación), la cual puede hacerse en horno de aire caliente, horno de infrarrojos, autoclave o Rotocure.
El tejido pasa entre un rodillo y una lámina de acero, delante de la cual, y encima del tejido, se avienta, de manera manual o automática, un banco de solución de caucho, el cual adhiere al tejido y se queda con el espesor controlado por la distancia entre la lámina de acero y el tejido y que es juiciosamente regulado (Figura 2).
Figura 2 – Recubrimiento de tejidos por el proceso de esparcimiento
La lamina o cuchillo que define el espesor de la camada de recubrimiento puede estar ensamblada de varias maneras, como se puede ver en la Figura 3.
Figura 3 – Variadas maneras de ensamble de la lámina o cuchillo
De seguida se presenta la operación de evaporación del solvente o solventes, eventualmente con la recuperación de estos. La operación de vulcanización (si es ese el hecho) se puede hacer en un horno de aire caliente, horno de infrarrojos, en una autoclave o Rotocure.
En este proceso, el recubrimiento con caucho se aplica por un tambor perforado, dentro del cual se encuentra el compuesto de caucho en solución. Dentro del tambor también existe fijado un cuchillo rascador, el cual contribuye para depositar la solución de caucho encima del tejido (Figura 4). El espesor del recubrimiento es determinado por la dimensión de las perforaciones, por el espesor de la pared del tambor y, también, por la viscosidad de la solución de caucho.
Figura 4 – Recubrimiento de tejidos con tambor perforado
El material recubierto sigue para vulcanización o para otro tipo de operaciones. La combinación de dos tambores permite el recubrimiento del tejido por las dos caras, en una sola operación. Este proceso es sobre todo útil en el recubrimiento de tejidos de baja resistencia mecánica o que no puede estar sometido a esfuerzos elevados.
En este proceso, la solución de caucho se transfiere a la superficie de un tambor, que se sumerge en un tanque con la solución de caucho, para el tejido a recubrir (Figura 5).
Figura 5 – Proceso “Kissing roll”
El exceso de solución de caucho se remueve con la ayuda de una lámina rascadora, cayendo de nuevo hacia el tanque. Así como en los otros procesos, se puede seguir una operación de vulcanización (en horno de aire caliente, horno de infrarrojos, en autoclave o en un Rotocure), o seguir, en el estado de no vulcanizado para otras operaciones.