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Diversidad cultural

1 de septiembre de 2015

A medida que la isla de Zanzíbar experimenta un crecimiento demográfico y turístico, se agrava la situación de los peces de la región. Una ONG alienta a las comunidades al cultivo de esponjas.

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Imagen: Christian Vaterlaus

Zanzíbar: protegiendo la biodiversidad

Objetivo del proyecto: conservar el entorno marino y los arrecifes coralinos de la costa de Zanzíbar, reducir la pobreza mediante la creación de granjas de esponja y de coral.

Implementación: La organización Marinecultures construye zonas de cría en la laguna para que los criadores de esponja no tengan que pescar furtivamente semillas de coral y de esponja en el mar abierto. Asimismo, también desarrollan fuentes de ingresos alternativas mediante el cultivo de algas marinas. Los programas educativos y el intercambio constante con los pescadores están diseñados para alentar a las comunidades pesqueras locales a cambiar su modo de pensar y participar directamente en los esfuerzos de conservación.

Tamaño del proyecto: Dos granjas de esponja y una finca de coral en la costa este y una granja de esponja en la costa sur. La conservación marina incluye a la isla de Zanzíbar e islas vecinas.

El crecimiento demográfico y el aumento turístico a lo largo de la costa de Zanzíbar están teniendo un impacto dramático sobre la vida marina de la región. Las reservas de peces están disminuyendo y a las comunidades pesqueras les resulta cada vez más difícil llegar a final de mes, ya que pierden su esencial fuente de ingresos. La ONG Marinecultures trabaja para aliviar esta situación. Para ello anima y entrena a los pescadores locales a diversificar su principal fuente de ingresos mediante el cultivo de esponjas y de corales. Además, gracias al impacto positivo de las esponjas para el bienestar marino – un kilogramo de esponja filtra una tonelada de agua todos los días – Marinecultures contribuye con su labor en varios aspectos. La población recibe un ingreso alternativo y el mar se recupera.

Una película de Wiebke Feuersenger