Actividad febril en San Vicente do Mar

Ni qué decir tiene que si en algo se nota el paso del tiempo, es en el poder de recuperación post fiesta. Vale que se siga teniendo un espíritu joven, muchas ganas de comerse el mundo y aguantar en los festejos hasta el final, pero lo que es el día después, eso hay que reconocerlo, ya es otra historia. Vamos, que digan lo que digan los de Font-Vella, los kilos pesarán, no te diría yo que no, pero lo que es los años, sí que pesan y mucho.

No hay más que verme a mí, que hace nada enlazaba el Capítulo Serenísimo del Albariño con la feria taurina y el stand up-paddle surf y me quedaba tan fresca, y a lo más que llego ahora es a levantarme para hacer hamaking a la sombra. No sé yo si le pasará lo mismo a la diputada Ana Pastor, cuya agenda hecha humo, estoy segura, y con quién coincidí el domingo en Cambados, mientras repartía saludos y se fotografiaba con amigos y admiradores. Y es que a poco que se lo proponga, va a terminar siendo omnipresente, que lo mismo la ves en animada conversación de sobremesa con Manuel Fraga, que en la Procesión del Cristo unas horas después, cambio de modelo incluido. Que tiene más mérito, te lo digo yo.

Lástima que el bonito hobby de descansar en Silgar sea casi una utopía, habida cuenta del elevado nivel sonoro infantil de la zona y los proyectiles en forma de pelota que atacan por sorpresa.

Así que, visto el panorama, me pareció un planazo poner rumbo a ese oasis de paz que es San Vicente do Mar y contemplar in situ ondear al viento su recién estrenada bandera azul, que mira que escasean en los puertos, y deleitarme con la pintura de Gogue y los monólogos figurativos de Celia Pía, nueva exposición del Club Náutico, que está que se sale este verano con una agenda de actividades en la que no falta detalle, que lo mismo te encuentras regata de cruceros y dornas, que concurso de pesca, con permiso de Avelino Ochoa, que los gana todos, o una gran cena social, como la que ya se prepara para el próximo día 20.

Y es que el Náutico está a convertirse en un lugar de visita obligada. No hay más que ver el empeño que está poniendo en ello su nuevo presidente, el conocido abogado compostelano Ulises Bértolo, especialmente ilusionado con la nueva Ruta de la Traslatio, un itinerario marítimo que rememora la Traslación de los restos del Apóstol Santiago a través de la ría de Arousa, y que toma como referencia el paso de la Barca Apóstolica frente al Castriño en San Vicente, hasta llegar al puerto Iriense.

Ni qué decir tiene que esta iniciativa, bautizada como Ruta Grovis-Vila Petroni, qué no puede sonar más glamurosa, todo sea dicho de paso, y fruto de un convenio suscrito con el Concello de Padrón, está teniendo una gran acogida entre todos los peregrinos navegantes, que deben lograr varios sellos en una cartilla de navegación para lograr el ansiado Pedronía Honorífica, la Compostela del mar, dicho de otra forma, tras haber hecho este curioso camino jacobeo marítimo fluvial.

Una experiencia que yo tengo que probar este verano, lo tengo claro, y con la que estoy segura de que ya está entusiasmado el concejal compostelano Javier Sánchez Agustino, presidente de la Fundación Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla, que apuesto la realizará unas cuantas veces.

Casi tan entusiastas como ellos, pero con el golf, estaban ayer los peques del Club La Toja en una de sus primeras Ligas Infantiles de agosto, intentando hacerse con uno de los trofeos. Los mayores a 18 hoyos, como Luis Outeiriño Brieva o Elena Carballal Corbacho; los medianos a 9, como Iria Flavia de Lorenzo Riestra o María y Fernando Alfaro Alonso-Lamberti, y los más pequeños, a 4, demostrando una destreza de película, como Lourdes Molares, María y Daniel Bermello Domínguez, o Lucía Martínez-Rumbo.

Vamos, que visto lo visto el nivel de los angelitos, mejor dejar los palos de lado y no hacer más el ridículo. Ya se lo dije a los hermanos Jesús y Elisardo García Iglesias tomando el aperitivo en la terraza del club. De ahora en adelante, yo sólo juego al brilé.