Botargas de Guadalajara: retrato de las distintas caras de una tradición cuyo origen aún se desconoce

Misteriosos seres enmascarados son las botargas. De coloridos y vistosos atuendos, estos personajes son una tradición ancestral cuyo origen no se conoce y que además es exclusivo de Guadalajara. El fotógrafo chileno radicado en la provincia, Nacho Izquierdo, ha plasmado la belleza singular de estos seres en una serie de fotografías que ha realizado dentro de un trabajo personal. “Tras la creación de la Ruta de las Botargas, es interesante plasmar las tradiciones y el trabajo que se está haciendo para recuperarlas”, explica.

Izquierdo captó las instantáneas en Guadalajara, en un desfile en el que participaron todos estos seres que pueden simbolizar desde la fertilidad, el solsticio de invierno o la llegada de la primavera. Quiso hacerlo en formato retrato. El fotógrafo también es el responsable de la Fotoescuela de Cabanillas del Campo y quiere que su alumnado trabaje junto a la Diputación de Guadalajara para realizar una exposición colectiva donde se muestre a estos personajes en su propio entorno.

Los pueblos de la provincia han trabajado especialmente duro en los últimos años para recuperar sus botargas, y con ellas, también la historia del pueblo. Es el caso de Cabanillas del Campo, que recuperó a su colorido personaje tras 150 años de tradición dormida. “Hemos tenido que trabajar con muy poca información. Los señores mayores, que sí llegaron a verla, ya no estaban y nadie sabía nada más que dejó de salir a principios del siglo XX. Lo que nos decían era que era muy fea, muy fea la botarga, con la careta negra y una campana para avisar de su llegada y que se podía llevar todos los chorizos”, explicaba en 2022, Julia Moratilla, cronista oficial de la localidad.

En 2023 volvió a salir la botarga también en la localidad de Villaseca de Uceda, tras haber estado desaparecida durante un siglo. El último registro que se conservaba se remontaba a 1932, cuando un hombre apodado 'La Leona', sacó a las calles por última vez al personaje. Y fue una asociación, 'Amigos de Villaseca', la que impulsó su recuperación.

En Cogolludo se celebró este Miércoles de Ceniza la llegada de los chocolateros y chocolateras, una tradición igualmente ancestral y que se asocia también a las botargas. Es por eso que la localidad ducal acoge este sábado el II Encuentro Etnológico de las Botargas de Guadalajara, una ocasión para presentar a los enmascarados y llenar las calles de la localidad de sus coloridos atuendos.

Javier Segura, informador turístico del municipio de Cogolludo, explica que los chocolateros y chocolateras se asocian a las botargas por su carácter diabólico y su objetivo es intentar que los vecinos y vecinas -también los turistas- rompan el ayuno de la Cuaresma. La tentación es el chocolate. “Son mitad diablo, mitad hombre. Quieren que la gente peque”, resalta. Es algo similar a las botargas, que recorren los pueblos en estas fechas a comienzos de año y que destacan por su carácter travieso y provocador, pidiendo dinero, robando chorizos o agrediendo de forma jocosa a vecinos y visitantes.

“Las botargas tienen otro tipo de función, pero es precisamente por ello que las juntamos en nuestro pueblo, para que den colorido y podamos conocerlas. Es raro un pueblo en Guadalajara que no tenga botarga, y muchas se han ido recuperando. Algunas, son un canto a la fertilidad, a los cambios, pueden llevar cuernos, cencerros, trajes multicolores, caretas. Impresionarán al visitante que las vea por la gran plaza de Cogolludo”, señala Segura.

Izquierdo ha realizado un exhaustivo trabajo de documentación de las botargas y de sus festividades en los últimos años.