Image: La insurrección de Nápoles

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Ensayo

La insurrección de Nápoles

Alain Hugon

25 julio, 2014 02:00

La insurrección de Nápoles (1647-1648)

Traducción de Marie Salgues y Mónica Castillo. Universidad de Zaragoza, 2014. 520 páginas, 35 euros

La revuelta de 1647-1648 fue el hecho cardinal de la historia del reino de Nápoles hispánico (1503-1707), puesto que sacó a la luz todas las tensiones y contradicciones, poniendo en cuestión su relación con la Monarquía de España e incluso su propia pertenencia a ésta. Es lógico por ello el amplio interés que ha despertado entre los historiadores, que no se ha reflejado en el mundo editorial español, donde solo contábamos con el libro clásico de Rosario Villari. Con sus 250.000 habitantes, la ciudad de Nápoles era una especie de gran cabeza sobre el cuerpo del reino, lo que tenía repercusiones en todos los órdenes. Los historiadores se han ocupado preferentemente de los acontecimientos de la capital, de mucho mayor contenido ideológico y político que los del resto del reino.

En opinión de Alain Hugon, la dificultad de conciliar las dinámicas de la capital y el reino no es sino uno más de los muchos problemas planteados por el estudio de la insurrección, cuya caraterística esencial es la enorme complejidad tanto en sus causas como en su desarrollo, como consecuencia de la propia complejidad de la historia y la cultura napolitanas. Utiliza así una idea fecunda, la de Nápoles palimpsesto como resultado de la riquísima presencia de civilizaciones superpuestas desde la Antigüedad, hasta convertirla en algo único y peculiar, con una personalidad demasiado compleja como para quedar al margen de la explicación de los hechos. El pasado -las huellas dejadas por los muchos sustratos acumulados- condicionaba en buena parte las estructuras políticas y económicas del siglo XVII napolitano.

Junto a la idea del palimpsesto y su aplicación al análisis de la propia revolución, otro gran empeño del autor es relacionar lo que ocurre en Nápoles con las rebeliones contemporáneas a ella. Las décadas centrales del siglo XVII constituyeron un periodo enormemente crítico, una auténtica ola revolucionaria, plagada de levantamientos sociopolíticos que afectaron a las monarquías de Inglaterra, Francia o España y sin los cuales no es posible entender la crisis napolitana. Una tercera característica del libro es la pretensión de no hacer una nueva historia de la insurrección napolitanaa partir de fuentes originales o de una interpretación distinta a las ya conocidas. Hugon consideraque todas ellas contribuyen a explicar la gran complejidad y riqueza de los hechos, por lo que su objetivo ha sido analizar en clave antropológica la metamorfosis de la revuelta, poniéndola en relación con los conflictos que se daban simultáneamente en otros ámbitos europeos. Reflexionar sobre los hechos con las categorías de análisis aportadas por los estudios sobre los movimientos sociales. La base principal para ello son las numerosas crónicas y relatos coetáneos, cuya relación de los hechos ha contribuido poderosamente a "construir" los acontecimientos, cuestión en la que también profundiza. Un ámbito que le ha interesado especialmente han sido los levantamientos ocurridos fuera de la capital del reino, bien en las pequeñas ciudades o en el ámbito rural. En su opinión, en el conjunto de las doce provincias se produjo un seismo sin parangón en el que temblaron todas las estructuras económicas, sociales y políticas, incluido el potente sistema feudo-señorial sobre el que se basaba el poder de los barones. La falta de conexión entre aquellos hechos y la capital constituyó una de las muchas fallas y divisiones que recorrieron el campo rebelde y que contribuyen de forma decisiva a explicar su fracaso.

El autor señala asimismo la debilidad de la hispanofobia y la escasa presencia de un movimiento antiespañol. Tal vez una de las causas pudiera buscarse en el "mosaico napolitano", que añadía un elemento más a la complejidad de su historia y su cultura: lasmúltiples naciones que convivían en sus calles como producto de su rica y variada historia, que hacían de él un ámbito cosmopolita e integrador. Las numerosas atrocidades que se cometieron en aquellos acontecimientos tan violentos tuvieron poco que ver con cuestiones nacionales o religiosas.