El Heraldo
En los últimos 15 años los PTMC han revolucionado la asistencia social brindada a los pobres en todo el mundo. Archivo
Economía

¿Los programas de asistencia social sí reducen la pobreza?

Las estrategias de transferencia monetarias condicionadas benefician a cerca del 50% de los pobres en Colombia, Brasil o México, lo que influye en la calidad de vida de estas persona.

En los países de América Latina, la reducción de la pobreza lograda entre 2001 y 2014 estuvo ligada a los programas de transferencia monetarias condicionadas (PTMC), como Más Familias en Acción (MFA) de Colombia. El impacto de estos programas para disminuir la pobreza es tal que si hoy en el país se desmontara Familias en Acción, aumentaría automáticamente en 15% el número de personas que viven en la pobreza.

La coyuntura de desaceleración económica que se vive el mundo desde 2015, ha llevado a que la reducción de la pobreza empiece a verse afectada; los pronósticos actuales indican que para el año 2030 entre el 5 y 8 por ciento de la población global vivirá en estas condiciones, superior al 3 por ciento actual.

En este escenario habrá que determinar qué papel cumplirán los PTMC. En Colombia, MFA es una de las operaciones con mayor cobertura y escala presupuestal en la política social; llega a más de 2,67 millones personas de las zonas urbanas y rurales del territorio nacional.

El objetivo de este tipo de programas es reducir la pobreza actual por medio del pago de subsidios en efectivo, y se centra en el desarrollo del capital humano de los niños pobres mediante pagos condicionados al cumplimiento de una serie de corresponsabilidades vinculadas con la salud y la educación.

En los últimos 15 años, los PTMC han revolucionado la asistencia social brindada a los pobres en todo el mundo. Sin embargo, un informe presentado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) demuestra que los beneficiarios de este tipo de programas continúan siendo pobres o vulnerables en su mayoría y que la necesidad de asistencia social en América Latina y el Caribe sigue siendo alta.

José Amar, investigador social de Uninorte, cuenta que con este tipo de programas Chile logró reducir en más de 30 puntos la pobreza, en menos de 20 años, y Brasil con su programa hambre cero también tuvo una importante reducción de la pobreza. Pero se deben analizar otros aspectos en detalle.

“El informe de seguridad alimentaria muestra que en Colombia en el campo de la nutrición hemos retrocedido en algunos aspectos, con respecto a la década de los noventa; y la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad del Dane muestra que en el efecto educativo sus resultados no son exitosos”, explica Amar.

Uno de los propósitos de Familias en Acción es maximizar la educación, por lo que llama la atención que en este campo no haya resultados positivos. Alexander Villarraga, profesor de Economía de Uninorte, señala que no se puede asociar el hecho de no tener efectos positivos sobre variables educativas con que se esté cumpliendo con los objetivos de educación en el país. “En Colombia sigue habiendo problemas de cobertura (principalmente en educación media), permanencia y finalización del ciclo de educación media”, dice.


El desarrollo de los niños es el foco de estos programas.

Según comenta, los recursos se deberían dirigir a la adopción de medidas que impacten en términos del desarrollo del capital humano de los beneficiarios pobres y vulnerables ya existentes. Por ejemplo, el énfasis de las corresponsabilidades de la educación podría cambiar: de la asistencia a la escuela a los resultados del aprendizaje. En cuanto a la salud, los exámenes médicos y las vacunas podrían complementarse con intervenciones que mejoren los resultados nutricionales.

Lecciones aprendidas

A nivel mundial, se ha demostrado que los PTMC funcionan mejor cuando los problemas van más allá de la mera falta de dinero: si las familias no aprecian el valor real de la educación, por ejemplo. En estas circunstancias, si se quiere ampliar el impacto del programa, la principal lección es avanzar en la articulación horizontal, es decir, en la coordinación entre diferentes sectores de una estrategia de reducción de pobreza.

Además de los impactos directos, como el nivel de ingreso de los hogares, logro educativo, talla y peso, las etapas del programa pueden servir como herramienta o medio para facilitar la operación de otras estrategias “No basta Familias en Acción si estos programas no van acompañados de políticas de generación de empleos dignos, de inversión en capital humano y de una reforma tributaria que garantice que la riqueza beneficie a todos”, dice Amar.

Hasta el momento, en Colombia los programas parecen mostrar resultados. Cifras del Dane indican que la pobreza absoluta continuó reduciéndose en 1,1 puntos porcentuales durante el 2015, bajando a niveles del 28,2% de la población (13,1 millones de colombianos). De la misma manera, también continuó el descenso en la indigencia (pobreza extrema) en 0,5 durante el último año, registrando un 7,9% de la población (3,7 millones).

Asistencia: Necesidad en la región

Los países de América Latina con PTMC de mayor envergadura como Brasil, Colombia y México han alcanzado tasas de cobertura de alrededor del 50-55% de las poblaciones pobres. Según el BID, estos programas representan más del 20% de los ingresos de los beneficiarios pobres, y estima que la incidencia de la pobreza sería, en promedio, 13% mayor si estos programas no se hubiesen implementado, es decir, la necesidad de asistencia sigue siendo una prioridad en la región. Sin embargo, los resultados de las encuestas de hogares revelan que los beneficiarios siguen siendo pobres o vulnerables en su mayoría, situaciones que se caracterizan por los bajísimos niveles de escolaridad e inestabilidad laboral. En promedio, los jefes de los hogares beneficiados han completado 5,5 años de estudios y más del 70% no pasaron de la educación primaria.

Eficiencia: Evaluar objetivos

Los PTMC buscan asegurar que los niños de hogares beneficiados logren un nivel escolar que les permita salir de la pobreza a través del empleo, y así evitar que la siguiente generación reciba asistencia. Contrario a esto, el número de afiliados se incrementa con el tiempo. “Se debe enfatizar en el estudio de la eficiencia. No solo centrarse en los beneficios sino también en los costos directos, indirectos y costos de oportunidad que conllevan”, opina Villarraga.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.