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Jueves 25/02/2010. Actualizado 12:52h.

URGENTE

ANDALUCÍA POR DESCUBRIR | La Huelva románica

Hinojales, el único templo tardo románico del sur

Vista general de Hinojales.

Vista general de Hinojales.

Los árabes sólo eran felices allí donde florecía el olivo. No es extraño, por tanto, que pusieran un alto precio a su rendición. La historia recuerda que en el año 1229 la ciudad extremeña de Zafra fue tomada con violencia por el rey leonés Alfonso IX.

Doce años después, en 1241, Fernando III la conquistó para siempre. Habría que esperar hasta 1251 para que otro monarca, Alfonso III de Portugal, arrebatara a las debilitadas huestes árabes las posesiones de Aroche y Aracena. Las crónicas de la época nos recuerdan que los recelos entre Portugal y Castilla fueron constantes. Por ello, el rey Sancho IV impulsó en 1293 la construcción de las fortalezas de Aroche, Cortegana y Aracena con el propósito de frenar un posible ataque de las tropas.

El pueblo en la esquina

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Mientras todo esto sucedía, en un poblacho perdido entre la sierra rala, equidistante a todos estos lugares en disputa, un puñado de artistas levantaba una iglesia románica, única y original, valiosísima por su rareza y su extravagante ubicación en tierras del sur.

Andalucía llegó tarde al románico, pero dejó en la diminuta y apartada villa de Hinojales una digna muestra de aquella corriente arquitectónica que rompió con los esquemas paleocristianos y bizantinos, al tiempo que pontificaba la reconquista contra los "infieles". Hinojales, que es un poblacho perdido entre la difusa raya que separa Extremadura y Andalucía, guarda esa aureola de los lugares apartados y fascinantes que en algún momento de la historia fueron algo.

La iglesia excéntrica

¿Una iglesia tardo románica en el sur? La parroquia de Hinojales ocupa una calva en lo alto del pueblo. Desde su lonja se divisan las tierras bajas de Badajoz y, hacia el sur, los cerros verdosos que adormecen Sierra Morena. La osamenta del templo data del siglo XIII. Una centuria después sus constructores imprimen un aire gótico extremeño a toda la planta.

os arcos transversales exteriores fueron levantados sobre elementos más antiguos, del siglo XII, posiblemente sobre los pilares de un castillo árabe. En la fachada encalada se hermana el tiempo y sus estilos. El acceso sur, el más luminoso, es de factura tardo románica y está enmarcado por un delicioso arco conopial gótico. El otro acceso, el que mira al sur, es de corte renacentista. La planta basilical de tres naves está separada por arcos apuntados góticos, sostenidos por columnas de piedra con capiteles tardo románicos.

Pinturas murales

La iglesia no está abierta todos los días. Hay que pedir la llave a un vecino. Cuando al atardecer entra el viajero hay un aroma de flores silvestres y cera derretida. Al encender las luces, sólo y en silencio, el visitante descubre otra nueva sorpresa: La iglesia está decorada con veinticinco metros cuadrados de pinturas murales, fechadas entre los siglos XIII y XV.

Los restauradores trabajaron hace años en su interior. Un día, detrás del retablo mayor, hallaron unos frescos carcomidos por el olvido. La pintura mural representaba la Santa Cena de Cristo. Habían sido realizados por un artista popular y anónimo cuando el siglo XIII envejecía entre batallas, traiciones y recelos. Sin saberlo, aquel artista legó a Andalucía un patrimonio de incalculable valor. El Sur, que lo tenía todo, fue dueño desde entonces algo más: un ejemplo que en ese preciso instante dejó de pertenecer únicamente al norte. El románico entraba en al-Andalus.

Más información en www.turismohuelva.org

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