ENTREVISTA

“Cruzando el Charco está en el mejor momento. Girando por todos lados, con la gente que banca a pleno copando cada lugar donde tocamos, la recepción del disco nuevo es hermosa”, dice Francisco Lago, el cantante de uno de los grupos ascendentes del rock argentino de hoy.

Atiende a El País con la efervescencia todavía en el cuerpo, a horas de haber actuado por segunda noche consecutiva a sala llena en Vorterix, y justo antes de volver a Uruguay, que a esta altura se volvió una segunda casa. La banda se presentará hoy a las 21.00 en Montevideo Music Box (Larrañaga y Joanicó), y quedan las últimas entradas en Abitab. Mañana, además, Lago estará en formato acústico en Punta del Este.

La vuelta de Cruzando el Charco servirá para presentar Cicatrices, el disco lanzado este año, compuesto en pandemia y en el que por primera vez aparece el jazz, para contribuir a esa fusión de rock, murga, candombe y más. Es un trabajo de sonido enérgico y alegre, a pesar de que dispara, desde el título, imágenes con otra orientación.

“Este disco fue compuesto en pandemia, así que tiene muchos momentos tristes y de nostalgia”, dice Lago a El País. “Habla de encierro, pero también habla de esperanza. Y las cicatrices no siempre tienen por qué ser algo triste: también son marcas que uno elige, tatuajes que decide grabarse en la piel. Y el disco habla de eso, de las cicatrices que han curado y las que no”.

Al principio, explica el cantante, la pandemia golpeó a Cruzando el Charco como impactó a cualquiera. Sin embargo, supieron recomponerse, escribieron un disco entero y generaron nuevas propuestas (acciones en redes, presentaciones en streaming y así). “Y eso hizo que no solo no nos estanquemos, sino que sigamos subiendo”, resume Lago.

Cicatrices, la materialización de ese proceso, es el primer disco que la banda edita en un formato alternativo, en forma de vino Malbec. Otras particularidades del material es que tiene mayor foco en las guitarras, y que incluye a varios invitados: están Coti Sorokin en “El trato”, Benjamín Amadeo en “Hoy”, y la murga uruguaya Agarrate Catalina para el cierre con “Barrio”, junto con Hernán Casciari.

—En la canción “Barrio”, que grabaron con Agarrate Catalina, la primera frase es: “Yo nací en La Plata, cuna de la felicidad”. ¿Cómo explicás la esencia de La Plata?

—La Plata es el lugar donde nacimos, nos criamos, de donde somos. Cada seis cuadras hay una plaza, una avenida, diagonales; cada diagonal tiene un tipo de árbol que decora la cuadra... Es una ciudad muy bonita, pero es como un barrio a la vez. Todos los días salís a la calle y te vas a cruzar con las mismas personas, como un pueblo. Es una ciudad hermosa. Hoy los potreros ya no están, las calles se asfaltaron, cambiaron las cosas, y nosotros también cambiamos.

—Y si tuvieras que definir a Uruguay en esos términos, ¿qué es lo que te surge?

—Me pasa un poco lo mismo. Siempre que voy disfruto. Me gusta todo lo que pasa allá: la gente, el paisaje, la música. Todo. Siempre tuvimos una relación muy cercana y de ahí viene el nombre de la banda, pero empezamos a ir para 50 personas y ahora cada vez son más. Así que hoy ya es como una segunda casa.