El humorista Manuel Codeso, que en los años 50 y 60 fue la tercera pata del popular trío cómico de revista Zori, Santos y Codeso, falleció ayer en Madrid a los 79 años, como consecuencia de un infarto cerebral que sufrió hace un par de meses. Nacido en Cádiz en 1926, pero madrileño de adopción, el actor encarnó en el teatro y el cine el tipo del infeliz apocado que, pese a todo, consigue salirse con bien de todo tipo de problemas.

A finales de los 40, junto a Zori y Santos, creó La blanca doble, una revista legendaria en su género, que les permitió crear compañía propia y estrenar Metidos en harina, la obra que les dio más popularidad. El trío se disolvió en 1962, por voluntad de Codeso. Más tarde, ya en la década de los 70, adquirió su máxima popularidad mediática junto al cómico Lussón, en un dúo cómico televisivo en el que a él siempre le tocaba recibir las bofetadas de su compañero.

Unas 40 películas componen la filmografía de un actor especializado en pequeñas composiciones de reparto, aunque en los últimos años fue reivindicado por jóvenes directores en una operación de tintes nostálgicos. Tal es el caso de sus colaboraciones en Obra maestra, de David Trueba; Torrente 2, de Santiago Segura y en Muertos de risa, de Alex de la Iglesia, en cuyo argumento era fácil detectar un homenaje a sus sufridas actuaciones junto a Lussón.

La actividad teatral de Codeso ha seguido prácticamente ininterrumpida hasta el final. De hecho, no fue hasta principios de 2005 cuando Manolo Codeso se despidió de la tablas en el Teatro Lara con la obra Nadie es perfecto , en versión de Paco Mir sobre una divertida y romántica comedia de Simon Williams, bajo la dirección de Alexander Herold, con Josema Yuste, Lola Baldriche y Saida Lamas.

Los restos mortales de Manuel Codeso serán incinerados hoy y sus cenizas, por expreso deseo del actor y humorista, serán llevadas por su viuda al Mar Menor (Murcia).