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Veinte años después de los brutales atentados del 11M parecía casi imposible ofrecer una visión de la tragedia que todavía no se hubiera explorado. Manuel Jabois tardó año y medio en conseguir una entrevista con Gabriel Montoya Vidal, el único menor implicado en los atentados y al que la prensa apodó Baby. La charla fue el germen del libro 'Nos vemos en esta vida o en la otra' que, a su vez, ha servido de inspiración para 'Nos vemos en otra vida', la nueva serie de Disney+ dirigida por los hermanos Sánchez Cabezudo y que ya es una de las más potentes y desgarradoras de la temporada.
Los directores ponen el foco en la relación entre Emilio Suárez Trashorras y Baby, responsables de la obtención y traslado de explosivos que acabarían con la vida de 192 personas e interpretados aquí por Pol López y Roberto Gutiérrez (adulto) y Quim Ávila (adolescente). El primer acierto de la serie es, precisamente, el casting. La interpretación del minero y confidente de la policía Trashorras eleva a Pol a unas cotas interpretativas en las que hasta ahora no le habíamos visto dibujando un retrato preciso y artesanal de una de las figuras clave de la tragedia, condenado a 34.175 años de prisión.
Según van avanzando los capítulos, el espectador se ve cada vez más en la tesitura de un posicionamiento casi involuntario que incluso incomoda. La lucha por la supervivencia de Baby, la necesidad de pertenecer a algún lugar, de tener un referente (aunque sea el equivocado), de vencer un tedio que pesa cada día que pasa… Los Sánchez Cabezudo se acercan a una terrible realidad sin juzgar, exponiendo al espectador unas vidas desgraciadas pero reales. Ya conocíamos la versión mediática de la historia, pero faltaba un acercamiento con una veracidad casi documental (en el sentido menos literal de la palabra) en el que no hay nada al azar: el entorno, los personajes secundarios (enorme, de nuevo, Tamara Casellas como la madre de Baby), el excelente guion adaptado.
Pero, al fin y al cabo, esto es una ficción. Y así la han tratado sus directores poniendo al servicio de la historia todos los recursos técnicos en un ejercicio televisivo imprescindible. A lo largo de los primeros episodios, la cámara sigue de cerca a Gabriel para que el espectador le acompañe en un camino abocado, irremediablemente, al destino equivocado. Poco a poco, el objetivo se va alejando para que, esta vez, sea el público el que tome (o no) distancia con una historia tan estremecedora como necesaria de contar.
Las adaptaciones siempre son difíciles y, en este caso, hay que sumarle un plus: no se trataba de llevar a la pantalla una novela sino una entrevista de un personaje real y sobre un tema extremadamente delicado. Los Sánchez Cabezudo no solo salen del paso con nota sino que logran aportar el elemento dramático sin blanquear y sin faltar el respeto de las víctimas, algo que era fundamental para reabrir la tragedia. Ellos mejor que nadie saben manejar de forma impecable unos códigos que han convertido en marca 'de la casa' desde que crearon la que siempre será la primera serie dramática española por excelencia, tal y como las entendemos hoy: 'Crematorio'.
Puntuación: 9/10
La serie de... los que necesitan comprender las historias desde todos sus puntos de vista
Te gustará si... no te tiembla el pulso al acercarte a realidades demoledoras pero necesarias de contar.
No es para ti si... te asusta reabrir las heridas de nuestro pasado más reciente.
Director digital de Fotogramas.es y el español vivo que ha visto y ve más cine español. Se mete 1,7 películas al día y escribe sobre ellas 40 horas a la semana desde hace 20 años. Y no solo cine patrio. Desde los títulos más indies hasta los blockbuster imprescindibles o lo más selecto de los festivales internacionales. Todo vale para alimentar su inagotable ansia cinéfila. Y, por supuesto, sin dejar de lado las series de televisión.
Por su grabadora ha pasado todo el 'star system' español… y gran parte del internacional. Desde que se licenció en Periodismo allá por… Bueno, desde que se licenció en Periodismo, ha trabajado en varias cabeceras de Hearst, como TP, Supertele o Teleindiscreta, antes de aterrizar en Fotogramas, curiosamente, la revista que le empezó a despertar su pasión por el séptimo arte desde bien pequeñito.
También es actor pero, a la espera del Goya Revelación, está felizmente encasillado en su papel.
