Hablar de amor o enamoramiento no es un tema sencillo, pues se tratan de dos emociones que pueden confundirse y sentirse muy similares, sobre todo como consecuencia de varios productos mediáticos a los que accedemos, en donde se pasa del enamoramiento al amor muy rápido o donde se confunde enamoramiento con un amor eterno. Por ejemplo, las películas románticas o las canciones de amor.
Luego de recibir información confusa respecto a cómo debe sentirse el amor o enamoramiento, es normal que no sepamos muy bien cuál es la diferencia entre ambos estados. Además, a esto hay que añadir que cuando estamos enamorados, el sentimiento de felicidad y emoción puede ser tan intenso que podemos confundirlo con lo que es el amor, algo que no es malo, pero que puede ser delicado y nos puede llevar a idealizar a alguien muy rápido. Por lo mismo es que es sumamente importante ir calculando si una persona será buena pareja desde las primeras citas, antes de caer en el enamoramiento y probablemente perder de vista los defectos o conflictos y quizá caer en dinámicas tóxicas como consecuencia de esto.
Pero volviendo al tema sobre cómo diferenciar amor o enamoramiento, tenemos la ventaja de que con el paso de los años y las distintas experiencias amorosas podemos ir distinguiendo cada vez mejor por qué elegimos parejas que nos hacen daño o también qué es lo que nosotros queremos en una relación, para así poder filtrar mejor cuándo podemos sentir enamoramiento y cuándo amor. Pero no te preocupes si todavía no lo tienes tan claro, después de todo estamos hablando de emociones y poner ese tipo de sensaciones en palabras y teorías no es algo sencillo. Para ayudarte, hablaremos de 5 claves para entender la diferencia entre amor o enamoramiento.
El enamoramiento es rápido, el amor lento
Cuando nos enamoramos de alguien, las emociones son muy alegres e intensas, queremos saber más de esa persona y todo se siente como un baile de felicidad. Sin embargo, esto puede durar poco. Por otro lado, el amor es algo más lento que se va construyendo con paciencia y que va creciendo y sintiéndose conforme conocemos más a una persona. Suele estar vinculado con la empatía, la honestidad y el entendimiento hacia alguien más. Así que si te mueres de ganas de decir “te amo”, quizá sería prudente esperar un poco más de tiempo.
El enamoramiento es superficial, el amor profundo
Conocer a alguien y sentir que tenemos muchos intereses en común, cantar las mismas canciones, ver las mismas películas y disfrutar de todo lo que tenemos que compartir es más cercano al enamoramiento que al amor. Esto es porque para el amor también es necesario que haya mayor exposición de la vulnerabilidad y que hayamos superado el momento en que todo parece perfecto, para alcanzar conexiones más profundas.
El enamoramiento es inseguro, el amor es confianza
Si logramos sentir amor, es probable que la confianza sea mucho más amplia y profunda que si estamos en la fase del enamoramiento. Esto nos permite sentir más seguridad sobre nuestra relación y comprender que el vínculo que tenemos con alguien es estable y logrará sobrevivir a muchas adversidades. Incluso, puede ser que cuando hay amor, no hay celos o al menos la presencia de estos no es tan terrible, pues la emoción se puede comunicar y compartir con alguien en quien confiamos plenamente.
El enamoramiento es novedoso, el amor familiar
Si logramos un estado de amor con una pareja, su presencia se sentirá más como la de un familiar o un mejor amigo que como una novedad un poco ajena, como sucede con el enamoramiento. Esto pasa porque cuando amamos a alguien, ya hemos mostrado lados secretos y vulnerables de nosotros y sabemos que ese alguien nos conoce a mucha profundidad.
El enamoramiento es volátil, el amor maduro
Cuando estamos en la fase del enamoramiento, las emociones suben y bajan y es difícil saber si sentimos algo estable. En cambio, cuando es amor, más que un sube y baja de emociones, se llega a un estado de acompañamiento y paz que es profundo y estable, que puede cambiar nuestra vida para siempre y convertirse en una nueva dinámica.
