Otro de los comportamientos típicos de esta etapa es la idealización de la pareja, y es que según nos cuenta el psicólogo, “es muy típico que, al estar enamorados en esta edad, haya una gran cuota de idealización en donde se ve a la pareja como perfecto y se omiten los defectos, sobre todo, en las primeras experiencias y relaciones, se siente que el otro no tiene fallo alguno”.
Y ya no solo se idealiza a la pareja, sino que también se suele idealizar la relación y sentir que la relación que tienen es perfecta o transmiten el sentimiento de que encontraron “el amor de su vida”, “que ese amor es el definitivo y va a durar para siempre, y se plantean escenarios de un amor eterno y duradero”, añade el experto.
Sin embargo, así como de intensa es esta etapa también cabe la posibilidad de que este compromiso sea efímero y volátil. “Después de la etapa inicial en que todo se ve como un sueño, una vez que se va profundizando más allá de la gran atracción física y la afinidad en gustos (musicales, artísticos, etc.), se empiezan a conocer más en lo personal y ahí puede venir el desencanto. Y esa pareja, que hace un mes era vista como ‘la persona más perfecta del mundo’, ahora es aburrida, odiosa, superficial o cualquier otro adjetivo negativo que pueda surgir… Pasan de no poder estar sin él o ella, a no querer verlos más. Son amores intensos tanto para acercarse y para alejarse”, indica.