La interacción entre el profesor y el alumno llega a ser más importante para el aprendizaje que factores estructurales como los materiales educativos o el tamaño de las clases. Un profesor empático mejora la motivación y potencia las habilidades, según un estudio elaborado en Finlandia.
Los profesionales de la enseñanza gozan de una elevada consideración en el país nórdico, un reconocimiento al que se suma la alta cualificación o la igualdad en la educación a la hora de analizar las razones por las que Finlandia se ha convertido en un paradigma del éxito educativo en Europa y en el mundo.
Pero, además de la consideración y la cualificación, hay otros factores que parecen incidir de manera directa en los resultados de los escolares.
De acuerdo con el estudio Finnish First Steps, elaborado por investigadores de la University Eastern Finland, la University of Jyväskylä y la University of Turku, los profesores empáticos mejoran la motivación de los alumnos y sus habilidades académicas, como la lectura, la escritura y la aritmética.
Una atmósfera positiva, una actitud cercana y, en definitiva, la relación personal entre el profesor y el alumno constituye un factor esencial durante los primeros años en la escuela, aunque hay una serie de indicadores que muestran que esta interacción juega un importante papel también cuando los retos académicos son mayores y la relación, por el contrario, puede ser menos intensa
Los primeros años de la educación son un periodo crítico durante el cual los escolares necesitan tener una relación segura con su profesor, según explica Martti Siekkinen, de la University of Eastern Finland, autor principal del estudio. En esta etapa, la actitud empática del profesor no sólo potencia la seguridad de los menores como estudiantes, sino que también protege contra la exclusión social.
En este sentido, Siekkinen también destaca la importancia de conocer los mecanismos que inspiran a los alumnos a convertirse en miembros activos de su comunidad escolar, cómo motivarles a estudiar y a alcanzar sus objetivos o, en otras palabras, cómo hacer que crean en sus habilidades para alcanzar las metas.
El estudio, publicado en las revistas Contemporay Educational Psychology y la Early Education and Development, ha hecho un seguimiento durante diez años de los escolares, del desarrollo de las habilidades de lectura y escritura, así como de la motivación cuando empiezan el colegio y a lo largo sus primeros años de escuela o de las prácticas de asesoramiento y cooperación de padres y profesores.
EFE
