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Cómo la cuarentena, y una mala ruptura, me curaron

He aprendido que no puedo seguir ocultando quién soy realmente. (Siempre sale a hurtadillas de alguna manera).
(Alexander Vidal / For The Times)
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Una ruptura me sacudió hasta la médula. No es que fuera obvio. Lo estaba haciendo bastante bien para empezar, saliendo todo el tiempo, andando por ahí con mis amigos y no prestando atención a mis verdaderos sentimientos.

La mentalidad de “acabo de pasar por algo traumático, así que merezco hacer lo que quiera” funcionó bien durante un par de semanas.

El sombrero de la negación que llevaba puesto todos los días me quedaba muy bien, hasta que la cuarentena decidió hacer llover sobre mi desfile de autocompasión y me hizo enfrentarme a todo, solo.

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Aplaudo a todos los que están solteros o que están pasando por una ruptura durante este tiempo. Como mi terapeuta me reitera en nuestras sesiones quincenales de Zoom: “Date un poco de crédito. Lidiar con esto sin ninguna distracción para mantenerse ocupado puede ser debilitante”.

Y supongo que debería darme una palmadita en la espalda por seguir una rutina diaria que consiste en caminatas socialmente distanciadas por Lankershim Boulevard, leer finalmente la novela que ha estado acumulando polvo en mi mesita de noche y, por supuesto, mantenerme al tanto de mi ex y su nuevo novio de cuarentena a través de las redes sociales.

Las redes sociales realmente han llegado a nuestras vidas para recordarnos lo solteros que estamos y lo felices que son nuestras ex novias.

Estoy aprendiendo a encontrar la paz interior y a no dejar que los comentarios de Instagram y los videos de TikTok me afecten mucho, por lo que he eliminado todas las rabietas de medios de comunicación social en un momento dado. Eso no me salva del miedo de encontrarme con ellos abrazados en el Trader Joe’s local, por lo que realmente aprecio Amazon Fresh por sus servicios de entrega.

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Aunque tenga que levantarme a las 6 a.m. para tener un lapso de entrega dentro de cinco días, al menos no tengo que preocuparme por encontrarme con mi ex y su nuevo chico quitándose sus máscaras N95 para poder besarse junto al estante con los mini cannoli de Trader Joe’s (sus favoritos).

Una gran parte de mi lucha es que no salí de mi relación con un fuerte sentido de identidad. Me preguntaba si sabía quién era realmente, y estar encerrado en mi casa por un tiempo indeterminado me ha obligado a averiguarlo.

Cuestionar la sexualidad, los esfuerzos laborales y los pasatiempos es todo relativo para un actor de 20 años en Los Ángeles, pero al menos antes de COVID-19 teníamos actividades para mantener nuestras mentes alejadas de estos sentimientos cuando estábamos en un punto muerto emocional.

Tratar de determinar dónde cae mi corazón en el espectro de ser atraído por más de un género no era un sentimiento nuevo para mí. Ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria.

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Definitivamente me enamoré de Matt, la deslumbrante estrella de uno de mis equipos deportivos de primer grado. Desde la escuela primaria, esa parte de mí nunca se disipó; floreció. Antes de esta cuarentena, sólo pasaba tiempo con mi verdadero yo cuando no había nadie alrededor y cuando era absolutamente necesario.

He aprendido que no puedo seguir ocultando quién soy realmente. (Siempre sale a hurtadillas de alguna manera).

Este examen de conciencia no fue la causa de mi más reciente ruptura. Eso fue causado por problemas de comunicación y confianza. Pero creo que el descuido de la versión honesta de mí mismo jugó un papel en la dinámica de nuestra relación. Desde entonces, he progresado mucho en dejar que ese tipo conozca a las personas en mi vida y respire el aire fresco.

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Ya que la exploración de mi incipiente sexualidad fue puesta en espera, y no tenía un nuevo amante con quien ponerme en cuarentena, ¿qué podía hacer para mantenerme ocupado? Bueno, las actividades incluían esperar la ocasional grabación de convocatoria abierta de mi agente y encontrar un posible pretendiente a través de Internet.

Realmente pensé que entrar en el grupo de solteros de Los Ángeles sería mucho más agradable.

Cambiar mis preferencias a “todos los géneros” en mis perfiles de Hinge y Raya es probablemente mucho más emocionante cuando sabes que existe la posibilidad de salir con una pareja en un futuro próximo, pero quién sabe con esta pandemia.

No tengo ni idea de por qué sigo pagando una suscripción mensual de $7.99 por una pretenciosa aplicación de citas que sólo me recuerda que a mis colegas profesionales de la industria no les intrigan las fotos de mí comiendo un Taco Bell Crunchwrap Supreme en la cama. (Cuando se presentaba un emparejamiento ocasional, normalmente caducaba, a menos que reuniera el suficiente valor para enviar un mensaje a la persona y preguntarle: “¿Cómo va tu cuarentena? Jaja”. Lo sé, súper provocador y original. Supongo que simplemente fluye fuera de mí).

Con toda honestidad, hay una sensación de satisfacción temporal que proviene de una conversación mediocre con un extraño, y no puedo darme el lujo de perder eso ahora mismo, por lo que me mantengo suscrito por el momento. El sentir que tengo opciones virtuales me hace sentir menos triste.

Sé que se supone que no debes permitirte ponerte de mal humor por todas las emociones durante mucho tiempo, pero ¿qué otra cosa debo hacer cuando está nublado afuera y descubrí una nueva lista de reproducción de “Canciones para Llorar” en Spotify? Sólo puedo culpar a los servicios de streaming en este momento.

Las relaciones van y vienen, pero yo siempre voy a estar aquí, así que bien podría averiguar cómo soy de verdad. Tratar de superar a mi ex y explorar quién soy en los confines de mi dormitorio durante la pandemia no fue la experiencia más tranquila, pero era una parte necesaria del proceso de sanación.

“Stuck With U” de Justin Bieber y Ariana Grande es una de las canciones de la lista de reproducción que he repetido últimamente. La he estado cantando en el espejo para mí, porque cuando Ariana nos da una serenata con la letra “It’s just you and me, I’m stuck with you, stuck with youuuuuuuu”, recuerdo que estoy atrapado conmigo mismo. Sé que esa es la declaración más cursi que podría proclamar, pero tiene algo de verdad. La única persona en la que voy a confiar para siempre es en mí mismo, y estoy aprendiendo a estar bien con eso.

El autor es un actor y puede ser visto en el próximo reinicio de “Saved By the Bell”. También está en Instagram @christianweissmann

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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