Si queremos que nos encuentren, tenemos que salir a donde puedan encontrarnos. Por hoy, identificaré mis escondites. Ernie y Carol Larson

Hoy decidí traducir una meditación del libro “Días de sanación, días de gozo”  escrito por un fallecido amigo de mi padrino en CoDA y su hermana. Esta meditación que trata de las maneras como podemos escondernos, me llegó como un guiño de Dios en un momento de confusión. Ojalá le sirva a alguien más. 

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¿Cuándo un buen programa se vuelve un mal programa? Cuando se convierte en un lugar en donde esconderse.

Como hijos de familias disfuncionales, somos buenos –mejor, somos ingeniosos- en encontrar escondites.

Algunas veces nos escondemos detrás de nuestro trabajo manteniéndonos súper ocupados. Podemos escondernos tras la oración, detrás de palabras de dulce sonido. Podemos escoger estar siempre exhaustos para escondernos cuando dormimos. Podemos escondernos en roles de “rescatadores” y “arreglar” a otros de modo que nunca tengamos que arreglarnos a nosotros mismos. Podemos, incluso, hacer de nuestro programa de recuperación un lugar de ocultamiento,  llevar la corriente, decir todas las cosas correctas sin nunca encontrarnos a nosotros mismos.

Si queremos que nos encuentren, tenemos que salir a donde puedan encontrarnos.

Por hoy,  identificaré mis escondites y decidiré conscientemente si quiero usarlos o no.

Ernie y Carol Larsen

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