donostia - La gracia de un grupo de personas que decidió entretenerse lanzando piedras desde lo alto del monte Urgull al Paseo Nuevo de Donostia pudo salir caro. M.A.E. lo sabe bien. Ella, que se encontraba junto con un grupo de amigos en las faldas del monte, recibió el impacto de una de las piedras, lo que le causó una profunda brecha en la cabeza que tuvo que ser suturada por seis grapas. “El susto fue tremendo”, asegura su madre, M. Etxebeste, quien espera que lo ocurrido a su hija de 14 años “no vuelva a pasar”.

Los hechos ocurrieron a las 22.24 horas del martes. M. A. E. se encontraba, como todos los días de la Aste Nagusia con su grupo de amigos. “Han quedado todos los días para dar una vuelta por las barracas, coger sitio para ver los fuegos y comerse el helado”, explicaba Etxebeste. Sin embargo, el martes, antes de poder disfrutar del espectáculo pirotécnico las cosas se torcieron. A la altura de la sociedad fotográfica fue alcanzada por una piedra. “De repente notó un golpe en la cabeza y sangraba. Los amigos pensaban que había sido un petardo. A partir de ahí, todo fue muy rápido”, señala esta mujer que añade: “Afortunadamente, en 30 minutos mi hija estaba ya en urgencias y con la cabeza cosida”.

Sin embargo, este lapso de tiempo se hizo eterno para unos padres que no conseguían reunirse con su hija. “Imagínate. Te llama justo antes de los fuegos. Toda la ciudad cortada al tráfico, mucho colapso... Fue la media hora más larga de mi vida”, recuerda, si bien no duda en agradecer el “trato exquisito” que recibió su primogénita en ese tiempo. M.A.E. fue atendida por una ambulancia de la DYA que se trasladó al Paseo Nuevo, donde procedieron a hacerle las primeras curas y trataron de calmar a todo el grupo, impactados por la herida. “Fueron súper cariñosos con ellos”, vuelve a agradecer.

investigación En el fondo, la menor fue una “afortunada”. “La piedra no le dio directamente. Primero impactó contra el suelo y fue en el rebote cuando algún trozo la alcanzó”, narra. La Guardia Municipal está investigando el asunto, aunque parece que la caída de las piedras no fue fortuita. “Cuando fuimos a presentar la denuncia, la Guardia Municipal nos dijo que viendo el lugar en el que se encontraban las niñas, era muy difícil de creer que la piedra se hubiera caído sola y la hubiera alcanzado. Además, según varios testigos, ya hacía un rato que estaban cayendo piedras”, por lo que se sospecha que alguien decidió entretenerse de esta manera tan peligrosa para los viandantes.

M. Etxebeste quiere olvidar cuanto antes este susto que le ha empañado la semana festiva, sin embargo, pretende que su testimonio sirva para que un hecho como el sufrido por su hija “no vuelva a ocurrir” y “no haya que lamentar daños mayores”. “En septiembre tenemos las regatas. ¿Y si vuelve a ocurrir?”, se pregunta.

Por ello, celebra que desde el despacho del alcalde se hayan interesado por el caso. “Nos han llamado para preocuparse por la niña. El tema ahora está siendo investigado por la Guardia Municipal y desde el Ayuntamiento nos han asegurado que van a tomar medidas. Esperemos que sea así y que al menos esto sirva para que no vuelva a ocurrir nada parecido”, sentencia.