Un buen romance es bueno para la salud
PAREJA -14
Aunque también tiene sus efectos secundarios adversos como desengaños, infidelidades, dependencias o celos, el amor puede considerarse un eficaz remedio, antídoto y vacuna para infinidad de males y dolores del cuerpo y el alma. No requiere prescripción médica ni tiene contraindicaciones y sus beneficios suelen superar a sus perjuicios, por ello siempre es aconsejable tenerlo a mano y degustarlo.
En general, no hace falta convencer a nadie de las virtudes de este sentimiento que nos une y hace felices y que para la mayoría de personas es la sal y pimienta de la vida, pero por si a alguien le quedan dudas las últimas investigaciones científicas confirman las múltiples virtudes de las relaciones amorosas.
El amor influye directamente en la salud de nuestro corazón, ya que reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye, de esta forma, a alargar la esperanza de vida, conforme a la Fundación Española del Corazón (FEC). Según un informe de la FEC, “los vínculos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como factores psicológicos de riesgo cardiovascular. Otro estudio de la World Heart Federation afirma que las personas que siguen algún tratamiento para abordar cardiopatías y tienen un entorno feliz mejoran entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad, mientras que otra investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) ha demostrado que las mujeres con matrimonios estresantes tienen el triple de riesgo de sufrir un infarto que aquellas con una buena relación con su pareja.
En cambio, estar casado o tener una pareja estable reduce la producción de cortisol, la “hormona del estrés”, según otro estudio dirigido por Darío Maestripieri, de la Universidad de Chicago (EE.UU), quien cree que “el matrimonio parece hacer más fácil enfrentarse a las situaciones estresantes de la vida diaria”. Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (EE UU), comprobó que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor leve con la misma eficacia que los analgésicos.