La imitación es una habilidad básica considerada esencial en el desarrollo de los niños/as y necesaria para que se dé el aprendizaje. En los niños con un desarrollo neurotípico podemos observar que la utilizan sin ninguna dificultad y que además les permite saber desenvolverse en cualquier situación. Pero, ¿qué pasa con la imitación en los niños con autismo?

Debido a que la imitación requiere varias habilidades previas complejas (fijarse en la otra persona, atender a lo que está haciendo, retención de la tarea que desempeña, etc.), para los niños con autismo les suele resultar complicado.

Dada su gran importancia, hay que considerarla como el punto de partida para el desarrollo de interacciones sociales. Por ese motivo es necesario poner énfasis en el trabajo de tareas por imitación a la hora de hacer una propuesta de intervención en los niños con autismo. Siempre debemos empezar por los niveles más factibles e ir aumentando la dificultad progresivamente. La imitación en los niños con autismo se limita a la realización de acciones simples y mandadas. Según las investigaciones los niños con autismo enriquecen su comunicación gracias a la imitación.

A los niños con autismo les es complicado poner atención sobre la otra persona y sobre lo que está haciendo. Por ello, en el aprendizaje por imitación en los niños con autismo existen 4 procesos implicados en el aprendizaje por observación e imitación:

  • Proceso de atención. Se debe prestar atención a retener lo más característico y esencial de la conducta del otro.
  • Proceso de retención. Consiste en retener la información adquirida mediante la observación, para después poder reproducir la conducta.
  • Proceso de reproducción motora. Para poder ejecutar la conducta aprendida es necesario que tenga las habilidades mínimas para poder realizarla.
  • Proceso de motivación y de incentivo. La nueva conducta solo se refleja si recibe el incentivo adecuado. Para que la conducta se ejecute el individuo debe tener la experiencia de que será reforzada.

¿Cómo podemos empezar el juego de imitación en los niños con autismo? A los niños con autismo les puede resultar difícil este tipo de juegos. Puede ser por su dificultad para mantener el contacto visual, su falta de interés en juegos interactivos, su limitación en funciones de simbolización, etc.

Cuando la función imitativa está limitada, se debe comenzar por algo simple, como algún ruido, repetición o interés que el niño/a realice e inmediatamente lo imitaremos para captar su atención. Y así cuando se da cuenta de que le estamos imitando iniciará un juego interactivo y compartido que seguiremos reforzando con la imitación. Para poder generalizar la imitación necesitaremos de otro adulto para que el niño/a entienda que ahora debe imitarnos a nosotros. Podemos hacer que el otro adulto empiece a imitar movimientos muy visibles como correr, saltar, etc.

A través de la imitación potenciaremos y aumentaremos el contacto visual e incluso en algunos casos la verbalización. El juego imitativo nos brinda la oportunidad de interacción y aprendizaje.

Por este motivo, para que la enseñanza sea efectiva es muy importante que el modelo a imitar cumpla las siguientes características:

  • Capacidad de proporcionar reforzamiento. Las personas capaces de lograr ese reforzamiento, tienden a ser más imitadas por todos los niños, en especial con los que tienen algún tipo de TEA.
  • Mostrar autoridad. Las personas que son capaces de imponerse, mediante la persuasión y asertividad y no por la fuerza, son más imitados, ya que los ven como un modelo, que les dan seguridad y tranquilidad.
  • Similitud entre el modelo y el observador. Si la diferencia de edad no es muy grande es probable que se cree un nexo que ayude a poner en práctica las actividades de imitación.
  • Inspirar sinceridad. Siempre se muestran más receptivos ante un modelo que les parezca sincero y confiable.

A parte del modelo, en los procesos de imitación en los niños con autismo son importantes también las actividades seleccionadas, que deben ser adecuadas e individualizadas a la edad y características de cada niño. Algunas de las formas de imitación más usadas son:

  • La imitación vocal (ruido de animales).
  • Hacer figuras con plastilina.
  • Realizar construcciones.
  • Poner objetos dentro de una caja.
  • La imitación mímica.
  • La imitación de movimientos con canciones.
  • Actividades de la vida diaria como peinarse o lavarse la cara.
  • Cartas de imitación.
  • Copia de modelos.

“Tu mente interpreta el mundo de otra manera. Sientes y ves las cosas con una perspectiva única. Esto es lo que la hace tan magnífica” (Tina J. Richardson)

Marian Sirera Conca, Pedagoga. Coordinadora Diagnósticos e Intervención en los Trastornos del Neurodesarrollo en RED CENIT Valencia 


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