Salud mental

Las 7 reglas básicas para caerle bien a todo el mundo en un abrir y cerrar de ojos

Contar con cualidades sociales es cada vez más importante en el ámbito laboral, ya que tener carisma y desenvolverse bien en público te puede ayudar a alcanzar tus metas con ayuda de otras personas. Por ello, te contamos los 7 pasos claves para caerle bien a todo el mundo en cualquier momento. Hasta en el ascensor, efectivamente, donde parece que el tiempo es eterno y la incomodidad se palpa en el ambiente. En muchos casos, se trata de hacer sentir a la otra persona importante, no de tenerles que impresionar con tus anécdotas, experiencias y talentos.
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Morsa Images via Getty Images

Cualquiera que domine el arte de conducir una charla trivial tendrá las puertas abiertas para todo lo que necesite. ¿Se trata en realidad de pura superficialidad? No, en absoluto. Es el primer paso para saber cómo caerle bien a todo el mundo, guardarse en el bolsillo contactos convenientes y puede que incluso alguna amistad duradera.

Uno no se acerca a extraños e inmediatamente comienza una conversación sobre el amor, la vida y nuestros sentimientos más íntimos. Para simpatizar con compañero de conversación durante los primeros instantes (ya sea en un ascensor, en una fiesta o en una cena de empresa), tienes que empezar paso a paso, solo con una pequeña charla. Si tocas el botón adecuado, serás encantador y carismático. Y este talento se puede practicar. Estas son las siete reglas básicas para generar una conversación pequeña y rápida.

1. Rompe el hielo

El mantra de todos los genios del carisma: no se trata de que te encuentres cómodo tú, sino de hacer que los demás se encuentren cómodos contigo. Esta lección la tienen muy bien aprendida en Estados Unidos, ya que es parte de la vida diaria ser desinhibido y hacer cumplidos completamente inesperados. Puedes acercarte a otro hombre y decirle: "Me gusta tu corbata". Remata la jugada con un: "Además, las corbatas estrechas son muy estilosas. ¿Dónde la has comprado". Sí, dar este paso requiere de mucha valentía y confianza en sí mismo, pero es una manera muy efectiva de romper el hielo y, de paso, presentarte ante la otra persona.

2. Habla menos, escucha más

El político británico Benjamin Disraeli (1804-1881) lo resumió muy brevemente: "Habla con una persona sobre ella misma y te escuchará durante horas". De hecho, numerosos estudios demuestran que la mayoría de las personas se sienten más atendidas e incluso importantes si te has tomado el tiempo para conocerlas. Por ello, es importante que preguntes... y más aún que escuches. Una conversación basada en la comprensión y el entendimiento puede comenzar de la manera más banal del mundo para, a posteriori, convertirse en un diálogo más profundo con un intercambio de ideas más adulto.

Un consejo: las preguntas que se responden con un simple "sí" o "no" no funcionan. Tienes que intentar hilar una conversación para poder sacar varios temas de conversación. Existe una mecánica de preguntas, llamada por las siglas 'S.T.I.L.', que te pueden ayudar a desarrollar una buena conversación usando preguntas comunes. A continuación, unos ejemplos:

S: Situación

¿Qué tal te lo estás pasando? ¿Cómo conociste al anfitrión?

T: Talento

¿A qué te dedicas?

I: Interés

¿Cuáles son tus hobbies? ¿Qué restaurante me recomiendas para celebrar un cumpleaños?

L: Vida (en alemán, Leben)

¿Dónde naciste? ¿Por qué te mudaste a esta ciudad?

3. Algunos estereotipos funcionan: habla del tiempo

Seguro que alguna vez has tenido que lidiar con una conversación sobre el tiempo para romper el hielo en un trayecto en ascensor. Es, probablemente, el tema más superficial de todos los que se te podrían venir a la mente. Pero incluso esta conversación banal puede ayudar a generar un diálogo interesante en unos pocos segundos.

El consultor de negocios Asfa-Wossen Asserate describe en su bestseller 'Manners' cómo desarrollar esta estrategia. "Imagínate que el día está nublado: podrías bromear diciendo que has visto una nube tan, tan oscura que parecía que Dios estaba preparando el apocalipsis final. Aunque tengas miedo a sonar como un lunático, ten claro que le sacarás una sonrisa a aquel que te escuche. También hay formas más convencionales: 'Pues parece que este verano va a ser el más lluvioso de la década'. Tu compañero de conversación podría responderte perfectamente un: 'Es cierto. Todavía estoy esperando que haga buen tiempo un fin de semana para ir de excursión'. Y contraatacas con un: '¿A ti también te gusta el senderismo?'. Ya está: lo tienes en el bolsillo. Si tu compañero de diálogo te responde un 'no', contesta un: 'Ah, ¿y qué te gusta hacer entonces en tu tiempo libre?' Me gustaría hacer cosas nuevas, pero me he quedado sin ideas". Y todo en un trayecto en ascensor.

4. Deja claro que estás escuchando a la otra persona

Esencial para saber cómo caerle bien a todo el mundo. Expresiones como "Ajá", "Sí", Interesante" o "Claro, tienes razón" pueden funcionar como la gasolina para el motor de una conversación, así que no dudes en usarlos (sin excederte, claro). Pero eso es solo el comienzo.

La regla básica en toda conversación es tratar a todo el mundo como si fuera un viejo amigo: simpático pero comedido. También depende de con quién estés hablando: no vas a saludar al CEO de tu empresa con una palmadita en la espalda. Pero si generas la falsa ilusión de que la persona con la que estás hablando te conoce de antes, se sentirá mucho más cómoda. Algunos trucos que te pueden funcionar (sin pasarte: tampoco es cuestión de que atosigues a tu compañero de diálogo) es hacer uso del contacto físico entre el brazo o el hombro.

Sin embargo y por encima de todo, hay una norma básica de obligado cumplimiento: mantén el contacto visual. No solo en una conversación de dos: incluso si estás en un grupo de gente, mira a los ojos a todo el mundo con una sonrisa.

5. Una conversación casual puede abrirte puertas en la oficina

En el ámbito laboral, dominar el arte de la conversación es particularmente importante y viceversa: la falta de este talento es particularmente perjudicial. Ya sea solo con tu jefe o en un grupo de compañeros de mesa frente a la sala de reuniones, siempre debes causar buena impresión. Si tu jefe pregunta qué tal estás, contesta algo interesante. Un simple "¿Bien, y tú?" te hará parecer una persona aburrida. Un truco: añade una breve explicación. Por ejemplo: "Bueno, ayer terminamos el 'Proyecto [introducir nombre]' y estamos muy contento con el resultado".

De hecho, la regla #2 de esta guía es muy útil también en este tipo de situaciones: deja que tu jefe hable sobre sí mismo y escúchale atentamente. De esta manera, tendrás la oportunidad de conocerle mejor. Tres pisos en un ascensor son suficientes para entablar un pequeño diálogo: "No sé qué libro empezar a leer, ¿tienes alguna recomendación?" Pero ten cuidado, en estos casos te puedes encontrar con una pequeña trampa: siempre debes esperar que el jefe responda con un: "¿Qué es lo último que leíste ". Aunque sea un cómic de superhéroes, díselo con convicción e incluso recomiéndaselo. De esta manera, tu jefe se reirá contigo, no de ti.

6. Ve a contracorriente

Para entablar una pequeña conversación, es necesario que ésta sea relajada. Sin embargo, muchos piensan que deben aportar contribuciones intelectuales para mejorar la calidad de la conversación. Sin embargo, aquí no se trata de quedar como Einstein, sino de caer bien.

El escritor francés François de La Rochefoucauld (1613-1680) escribió una vez lo siguiente: "La cortesía está en decir cosas vacías de una manera agradable". ¡Actúa! Por ejemplo: el whisky, un tema popular entre caballeros con mucha clase. Si no estás familiarizado con el tema, te va a costar pronunciar nombres como "Bruichladdich" o "Auchentoshan". Para evitar un mal trago, suelta una hipótesis que pueda servir como inicio de un debate: "El ron es el nuevo whisky". O enciende una bomba atómica en clave retórica: "Me gusta gusta que mi vaso de whisky esté a punto de rebosar". Es posible que impresiones con tu actitud, por estar seguro de ti mismo. En cualquier caso, será entretenido.

7. Tan importante es saber dar el primer paso como el último

Es igual de importante saber cómo comenzar una conversación como saber cuándo no da más de sí y debe finalizar (siempre de manera educada y amable). Para conseguirlo, date un breve descanso (o en casos más difíciles, un respiro) y di algo como: "Perdona, voy a saludar al resto". Eso sí: renuncia a cualquier excusa. Acaba siempre con un: "Ha sido todo un placer, ¡nos vemos pronto!", sonríe, date la vuelta y huye.

*Tema originalmente publicado en la versión alemana de GQ.

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