Gloria, caída y restauración de los jardines de Versalles, el edén verde de Francia

Con el fin de la era de María Antonieta, los jardines de Versalles cayeron en decadencia. En la actualidad se ha puesto en marcha un plan para rescatarlos.
'Marie Antoinette', Sofia Coppola.

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Todos los jardines quieren ser como él pero ninguno ha conseguido siquiera igualarlo. Los jardines de Versalles tienen fama a nivel internacional y son referencia desde el siglo XVII. Muchos relacionan su magnificencia con el reinado de Luis XVI de Francia y su consorte la reina Maria Antonieta. Si bien es cierto que para la austriaca este edén era un refugio donde pasear sin ser vista y hacer fiestas alejados de las indiscretas paredes de palacio, el verdadero mérito de su grandeza se debe al rey Sol, Luis XIV de Francia.

Antes de Versalles, esos terrenos plagados de fuentes, jardines y parques, los terrenos eran el coto privado de caza de Luis XIII. Allí se refugiaba para darse al placer de la montería y distraerse de la estricta mano de su madre, la reina regente María de Medici. Fue entonces cuando vio la oportunidad de independizarse y mandó construir un magnífico palacio con el esbozo de los correspondientes jardines.

Palacio de Versalles en el siglo XX.

© Getty Images.

El rey Luis XIV, con la ayuda del paisajista André Le Nôtre, trazó un plan de construcción y embellecimiento de los jardines que le llevó todo su reinado. Creó una gruta llena de esculturas de famosos artistas, bosques, el magnífico jardín bordado de la Orangerie; famosos por sus formas arabescas, un château llamado el Grand Trianon. múltiples estanques y el Grand Canal de 1.500 metros de largo y con flora de la zona . Una maravilla teniendo en cuenta la época: finales del 1600.

Su sucesor no pudo hacer grandes reformas debido a la escasez económica de la época. Fue entonces cuando su hijo Luis XVI intentó continuar con el legado de magnificencia de los jardines. A diferencia de su abuelo, él quiso darles una vuelta de estilo. Se encaprichó con la moda británica y quiso aplicarla a este espacio. Por problemas topográficos **sus deseos se vieron interrumpidos. **

El rey Luis XIV, retratado a las puertas del laberinto rodeado de cortesano, promotor del embellecimiento de los jardines.

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Se limitó a cambiar setos por castaños para ahorrar el mantenimiento de los mismos y a reemplazar, destruir algunos de los bosques, quitar el laberinto y plantar los árboles y flores favoritos de Maria Antonieta; algunos traídos de Norteamérica. Su frustración la convirtió en resignación y después en júbilo. Menos trabajo equivalía más tiempo de disfrute.

La modificación más notable de esta extensión verde por parte de María Antonieta fue la aldea de la reina.Cansada de la rigidez de la corte que limitaba sus derroches y excentricidades, a la edad de 27 años, la reina pidió crear una aldea para su exclusivo disfrute que el rey no podía visitar a menos que avisase con antelación y ella diera su consentimiento.

La reina María Antonieta con sus hijos paseando por los jardines de Trianon.

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Maria Antonieta que era fan de las obras de Rousseau, cayó embelesada por la idea de la vida rural. Por supuesto, sin el trabajo que ésta conllevaba. Llamada Hamlet, esta aldea estaba compuesta por diez edificios de aspecto rústico, distribuidos alrededor de un lago, frente al que se levantaba la torre de Marlborough. Algunos de ellos estaban decorados de forma altamente sofisticada. Incluso, como la Casa de la Reina, tenían modernidades sorprendentes para la época como estufas portátiles y una cisterna. Los demás, se equipaban con utensilios preparados para las funciones agrícolas.

El molino, el palomar, la caseta de vigilancia, el establo, la lechería de trabajo, la lechería modelo, la torre y la granja se utilizaron para fines agrícolas o para funciones de servicio. Varias personas vivían aquí, incluido el jardinero jefe y el guardia responsable de la seguridad de la Reina. Con el paso del tiempo, muchos de los edificios quedaron inutilizados. Entre 2015 y 2017, gracias al patrocinio de la firma Dior, se pudieron hacer grandes reconstrucciones que permitieron su visita. La Aldea de la Reina se puede visitar de forma física cuando pase la crisis de COVID-19 y de forma virtual desde cualquier hogar del mundo.

La Casa de la Reina en la aldea que María Antoienta mandó a construir para su disfrute personal.

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Edificio denominado El Tocador, decorado completamente con mármol, donde la reina recibía sus visitas y hospedaba a amigos.

© 'Patrimonio de Francia'.

Las posteriores generaciones dejaron olvidados los jardines. El colmo de su belleza fue una gran tormenta ocurrida en 1999 que desoló Versalles. "Hoy es una mera sombra de lo que alguna vez fue, aunque aún conserva la mayor parte del diseño original", explican desde el palacio. "Los paseos, con su imponente follaje, se han convertido en senderos poco notables, y la diversidad botánica se ha perdido, dando paso a arbustos uniformes".

El Grand Canal diez años antes de la Gran Tormenta.

© Getty Images.

Consecuencias de la gran tormenta de 1999 en los jardines de Versalles.

© Getty Images.

Con el entusiasmo de devolver a los jardines lo que eran antes, los responsables del mantenimiento de este espacio han iniciado una investigación arqueológica para determinar el diseño original con la mayor precisión posible: plantas, muebles, decoración esculpida, etc.

Esta obra que llevará dos años comenzará con la replantación de tulipanes, variada vegetación, arbustos pequeños y árboles en flor. Todas las plantas que se emplearán en su repoblación tienen consonancia con las utilizadas a finales del siglo XVIII, época de Maria Antoineta. Desde la web de los jardines, puedes convertirte en patrón de uno o varios árboles de este prometedor proyecto. Un tributo a la reina en forma de vida.

Proyecto de remodelación de los jardines de Versalles.

© Château Versalles Website.