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Derecho privado
Unidad I: Derecho y codificación civil
El fenómeno jurídico: son una variedad del fenómeno social, es decir, de situaciones
emanadas de la conducta de las personas, compuesto por un complejo de normas,
comportamientos y relaciones jurídicamente relevantes. Ej: celebración del matrimonio,
accidentes de tránsito, etc.
Su complejidad está dada por la perspectiva filosófica que se adopte en cuanto a qué es
el Derecho:
Positivismo Jurídico: Derecho como conjunto de normas.
Iusnaturalismo: normas jurídicas derivadas del Derecho natural (preexistente al positivo).
Realismo Jurídico: hechos sociales.
Tridimensionalismo: hechos, normas jurídicas y valores.
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Derecho Civil: el D. Civil nace en la Antigua Roma, donde se diferenciaban el “ius civile”
(que regía exclusivamente sobre los ciudadanos romanos) y el “ius Gentium” (común para
todos los hombres). Aunque hacia el año 212 esta diferenciación pierde importancia con
la Ley Caracalla, que determinaba ius civile que extiende la ciudadanía romana a casi
todos los habitantes del imperio.
El Derecho Romano, incluyendo la Ley de las XII Tablas hasta el Corpus Iuris Civile, ha
influido y ha sido recepcionado por numerosos países, comenzando en Bolonia 1000-
1400 con los glosadores, siguiendo en algunos países de Europa, y luego expandiéndose
a toda Europa Occidental.
Un factor importante de la E. Media fue la constitución del D. Canónico, creado por la
Iglesia. Profundizó la obra de la humanización de las instituciones romanas.
Simultáneamente en Italia aparecía el D. Mercantil.
Ya en el s. XV el iusnaturalismo racionalista basa el Derecho en la razón, desprendiendo
la idea de Dios de la ley. Lo que fue el antescedente inmediato a las codificaciones.
En la Edad Moderna, con los Estados Nacionales, se unifica el Derecho pasando el ius
civile a ser el Derecho Privado de c/u de ellos, en oposición al D. Público. Hasta principios
del siglo XIX, era lo mismo que el Derecho Privado. Luego éste se dividió en varias
ramas, dejando al D. Civil como una de ellas.
Actualmente, es concebido como el sector del Derecho Privado que regula a la persona,
sus derechos personalísimos y atributos tanto como sujeto de derecho, miembro de
familia o titular de patrimonio. Además, regula las relaciones jurídicas independientemente
de las condiciones particulares o profesión de cada individuo.
Reconoce la vulnerabilidad de los particulares y busca su protección. Así, cuando no se
encuentra solución en la rama especial a la que pertenece una cuestión, ésta busca ser
resuelta por el Derecho Civil, también llamado Derecho Común.
Las principales instituciones del Derecho Civil son “la persona”, tanto física como
jurídica; “la familia” que es un conjunto de personas unidas por un lazo de sangre,
afectivo y también jurídico; y por último, “el patrimonio”, que son los bienes o lo
relacionado al dinero que posee una persona, que en caso de su deceso, puede ser
transferido hereditariamente.
Codificación:
Europea: Comienza con el Código de Napoleón en 1804 basado en los ideales de
igualdad y libertad de la época (incluso más importante para los franceses que la CN).
Anterior a este aunque no tan importante como él, surge el Código de Prusia en el s. XVII
(Código Alemán de Federico I). Alemania necesita un código de unificación basado en
estos dos anteriores, el cual se consigue en 1900. El Código de Napoleón se dispersó en
toda Europa y por eso la mayoría de los códigos están basados en ese.
Latinoamericana: surgen los Códigos de Haití 1844 y Bolivia 1830, Chile (Bello) 1855 y el
anteproyecto de Freitas con el Código de Brasil que no llegó a concretarse.
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Para nuestro Código Civil de 1871, había habido numerosas tentativas de codificación,
comenzando por Rivadavia, luego con el Decreto de Urquiza de 1852, que establece una
comisión para preparar un proyecto de nuevos códigos y, finalmente con Mitre, en 1864
mediante un decreto designa a Vélez Sarfield como encargado de redactar un proyecto de
código. En 1869 presentó el último libro del proyecto y entró en vigencia en 1871. Vélez,
utilizó como fuentes el Derecho Romano, el Código Civil francés al que le copió 145 arts.,
el anteproyecto de Freitas, se basó en el de Chile, y en menor medida en otros tantos.
Reformas al CC: en 1968, a iniciativa de Borda entonces Ministro del Interior, se dictó un
Decreto-Ley 17711 que introdujo más de 200 reformas al articulado del código como la
teoría del ejercicio abusivo del derecho, la limitación al carácter absoluto del dominio, la
lesión, la teoría de la imprevisión y la apelación de la buena fe y la equidad para resolver
conflictos. Posteriormente, se incluye la reforma en el régimen de patria potestad e
igualdad de hijos (extra) matrimoniales con la ley 23264. Existen leyes modificatorias
como la ley de Matrimonio Igualitario y, otras complementarias como la ley de Trasplante
de Órganos. Y leyes especiales
Probablemente la mayor reforma fue la Ley de Matrimonio Civil, seguida de otras sobre
derechos intelectuales, adopción, bien de familia, modificación del status de la mujer
casada, etc.
Código civil y comercial de 2015: Unificación de ambas materias, que estuvo a cargo de
una comisión de reformas designadas por decreto del PE, entre cuyos miembros se
encontraba Lorenzetti. A diferencia del ideal codificador imperante hasta el siglo XIX, no
se propusieron fijar un código eterno e inmutable, sino que por el contrario, entendiendo la
necesidad de estar en sintonía con el devenir de la sociedad, establece una serie de
principios generales que “irán reformulando el sentido de cada uno de los microsistemas,
tarea que incumbe a la doctrina y a la jurisprudencia”, manifiesta Lorenzetti.
Teniendo en cuenta la constitucionalización del derecho privado, se toma muy en cuenta
los tratados de DDHH, la protección de la persona, los derechos de incidencia colectiva, la
tutela del niño, de las personas con capacidades diferentes, entre otros.
En contraposición con el código de Vélez, netamente individualista, éste tiene en cuenta
lo social orientado a la pluralidad, a lo colectivo. En cuento a la propiedad, el código de
Vélez, tenía corte absolutista, mientras que el nuevo, la vincula tanto al interés de su
titular como al provecho de la sociedad, de manera que no puede ejercerse en forma
egoísta ni en perjuicio del interés social.
Se trata de un código pensado para una sociedad multicultural, que introduce nuevas
normas al derecho de las familias; se destaca la regulación de las uniones convivenciales,
las del parentesco, que tienen como fuente las técnicas de reproducción humana asistida,
etc. En materia de niños y adolescentes, se incorporan normas del derecho institucional,
la autonomía progresiva, el interés superior del niño y el derecho a ser oído, como
principios basales de la responsabilidad parental.
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La importancia de la Parte General del CCyC, está dada porque allí se establece una
verdadera “teoría de la decisión jurídica”, ya que fija reglas para la decisión de los jueces.
Se ocupa de cuestiones complejas como las fuentes y la interpretación del Derecho. Es la
parte ordenadora del CCyC conteniendo los principios generales del Derecho.
- CODIFICACIÓN: Los juristas del siglo XIX, racionalistas, creyeron que era necesario
reunir todo el derecho civil en un cuerpo único, reemplazando al conjunto disperso de
fuentes con las que se contaba hasta el momento. Para la época, la codificación significó
un avance frente a las demás técnicas e Iturraspe señala como sus características las
siguientes:
• Carácter orgánico.
• Pretensión de ser un derecho completo y legal que solucione cualquier problema.
• Carácter exclusivo
• Propiciada por el racionalismo que busca un derecho justo para la sociedad
Burguesa.
• Carácter simplificador de sujetos de derecho y de tipologías.
Ventajas: facilita el conocimiento de las normas y la conformación de un espíritu
nacional.
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Art. 1 CCyC – Fuentes: “Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser
resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los
tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta
la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean
contrarios a derecho”.
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podemos decir que son formas de manifestación del derecho que dan respuesta a los
interrogantes que plantea la vida jurídica.
Ellas son la ley, la costumbre, la jurisprudencia y la doctrina.
Clasificación:
Formales: son aquellas obligatorias, que tienen autoridad, como la ley y la costumbre.
Materiales: son aquellas que carecen de obligatoriedad pero son de gran utilidad como la
jurisprudencia y la doctrina.
Además, hoy en día, tenemos en cuenta también a los principios generales del derecho
que cumplen doble función, la integradora y la de fuente.
De producción:
De conocimiento:
Jerarquía de fuentes: depende del sistema jurídico en que nos situemos, por ejemplo, en
el romanista la ley prevalece por sobre las demás, mientras que en el common law,
prevalece la jurisprudencia.
Hay dos sentidos en los cuales hablar de jerarquía, el propio, que define jerarquía entre
fuentes de diferente origen como la ley y la costumbre, y la impropia, que la define dentro
de regla del mismo origen, por ejemplo, que las leyes están por encima de los decretos.
En sentido propio, en nuestro ordenamiento, la ley es la fuente de mayor jerarquía en el
derecho objetivo, sin dudas, ya que la costumbre y la jurisprudencia tienen límites, los
cuales son dados por la ley, que puede dejar sin efecto a ambas.
Diálogo de fuentes: el nuevo código tiene normas abiertas y flexibles que auspician un
diálogo fluido entre las fuentes desde que no es solo fuente del Derecho la ley (formal)
sino también el bloque de constitucionalidad, que interpone la comunicación entre el D.
Público y el Privado. Los jueces deberán completar la norma en sus decisiones
dependiendo de las circunstancias del caso. Así, este nuevo sistema genera un diálogo
permanente entre la ley y la jurisprudencia.
LEY:
Clasificación:
Material: es toda regla social obligatoria con carácter general, como lo son las
constituciones, leyes de los órganos legislativos, decretos del PE, ordenanzas
municipales, etc.
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Formal: solo las emanadas de los órganos legislativos, el congreso nacional o legislaturas
provinciales. Así, es ley la regla que está destinada a una generalidad de casos como la
que se refiere a uno en particular (ej: ley que otorga un beneficio o subsidio personal).
Leyes imperativas: son aquellas que prevalecen sobre la voluntad de los particulares. Las
cláusulas que contradicen dichas disposiciones forzosas, son de ningún valor. En el D.Pr.
las encontramos en materia de familia, sucesiones y derechos reales. Ej: las relacionadas
con la capacidad.
Leyes supletorias: suplen la voluntad de los particulares en caso de silencio, pero éstas
pueden reemplazadas y dejadas de lado por cláusulas impuestas por la voluntad de las
partes. Se distingue:
1.- si sus previsiones se introducen en las cláusulas del contrato concertadas por las
partes, se hacen obligatorias por la aplicación del principio de voluntad.
2.- si se omite su inclusión en las cláusulas concertadas, adquieren obligatoriedad por
tratarse de normas legales supletorias. Cuando la vol. De los particulares coincide con
éstas, no se las suele integrar al contrato para evitar reiteraciones innecesarias. Ese
silencio está protegido por el art. 7 CCyC.
3.- si se contradicen con una manifestación expresa de la voluntad, adquieren
obligatoriedad éstas últimas.
Art. 8 CCyC: Principio de Inexcusabilidad: “la ignorancia de las leyes no sirve de excusa
para su cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico”.
Art. 13 CCyC: Renuncia: “está prohibida la renuncia general a las leyes. Los efectos de la ley
pueden ser renunciados en el caso particular, excepto que el ordenamiento jurídico lo prohíba”.
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Ámbitos espacial y temporal de vigencia de la ley: el pasaje de una ley a otra impone a
todo ordenamiento jurídico dictar disposiciones transitorias, que permitan resolver los
conflictos de las leyes en el tiempo.
Es claro que siempre la ley nueva va a regir y ser aplicada en situaciones jurídicas
posteriores a su entrada en vigencia, pero el problema está en las ya finalizadas o en
curso de ejecución. Según Rivera, hay 3 soluciones:
- La nueva ley no alcanza las situaciones jurídicas nacidas al amparo de la
legislación anterior.
- La nueva ley rige esas situaciones jurídicas.
- La nueva ley puede regir algunos aspectos de esas, siempre que no hayan
concluido bajo el alcance de la ley anterior.
Por un lado, se supone que la nueva ley es más justa, es lógico que se la quiera aplicar.
Por el otro, si se aplicaran siempre a situaciones ya constituidas bajo la vieja ley, o habría
seguridad jurídica, lo que generaría un caos jurídico. Por ej: declarando ilícito un acto que
antes era lícito. Por ello, surge la irretroactividad de la ley.
Obligatoriedad de la ley: la obligatoriedad tiene dos sentidos, debe ser cumplido por las
personas y debe ser aplicada por los jueces. Las leyes solo pueden no aplicarse cuando
resulten ilegítimas, cuando no deriva de las normas fundamentales que acuerdan poderes
a los distintos órganos (aspecto formal) o cuando no resulte adecuado a esas mismas
normas, es decir, no pueden vulnerar principios generales establecidos en normas
superiores (aspecto material/jerárquico).
¿Desde cuándo nos obligan las leyes? Art. 5 CCyC: “las leyes rigen después del octavo día
de su publicación oficial, o desde el día que ellas determinen.” Primeramente, el art. establece
la necesidad de la publicidad, es decir, que pueda ser conocida por todos. Luego,
establece que son obligatorias después de los 8 días de su publicación (principio general)
o desde el día que ellas designen (principio subsidiario). En el Código anterior era al
revés. Actualmente, la entrada en vigencia es simultánea en todo el país.
Termina la obligatoriedad de la ley con la derogación de la misma, que tiene lugar, por
causas previstas por la propia ley en su objeto o en el tiempo de aplicación o por causas
extrínsecas.
A- Derogación legal, total o parcial, expresa o tácita.
B- Ley especial posterior deroga a la ley general
C- Derogación consuetudinaria por la no aplicación de la ley (desuetudo).
Art. 7 CCyC: Eficacia temporal. “A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.
La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en contrario.
La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecución, con
excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.”
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Modos de contar los intervalos del derecho. (art. 6 CCyC): “El modo de contar los intervalos del
derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche a medianoche. En los plazos
fijados en días, a contar de uno determinado, queda éste excluido del cómputo, el cual debe
empezar al siguiente. Los plazos de meses o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el
mes del vencimiento no hubiera día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo
expira el último día de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del vencimiento
respectivo. El cómputo civil de los plazos es de días completos y continuos, y no se excluyen los
días inhábiles o no laborables. En los plazos fijados en horas, a contar desde una hora
determinada, queda ésta excluida del cómputo, el cual debe empezar desde la hora siguiente. Las
leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo.” (Este es un
art. supletorio).
Plazos continuos y completos: el principio general es que en el derecho privado, los días
se cuentas de corrido, incluyendo los inhábiles.
Elementos y métodos:
Escuela de la Exégesis:
•El código fue creación racional del legislador
•No daba lugar a interpretación cuando la regla era clara
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Clases:
Art. 1 CCyC. Fuentes y aplicación: “Los casos que este Código rige deben ser resueltos según
las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos
humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la
norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se
refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a
derecho.”
Art. 2 CCyC: Interpretación: “La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.”
Conforme a la mayoría de la doctrina, la interpretación comienza por la palabra de la ley
(interpretacón Gramatical), luego con la lógica y razonabilidad se resuelven dudas e
incertidumbre al momento de resolver cada caso.
Este art. no adopta un listado jerárquico con las pautas hermenéuticas. Solo por razones
propias de lenguaje, se debe colocar una variable seguida de la otra.
Interpretación Teleológica: la ley tiene su propio telos, independiente de su legislador,
por ender no hay que ligar exclusivamente su interpretación a él.
Las leyes análogas: se utilizan para extender la regulación de un supuesto legal, a otro
que no tiene dicha regulación. El juez debe considerar aplicarla siempre que lo lleve a
realizar el valor justicia, si hay otra pauta que proporciona mayor equidad, se utilizará esa.
Las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos: proveen un
contenido valorativo relevante para todo el sistema.
Los principios: normas abiertas que obligan a cumplir un mandato en la mayor medida
posible. Son guías para el razonamiento legal. Lo que determina cuál seguir o cuál
prepondera sobre el otro, es el contexto del caso concreto.
Los valores jurídicos: bienestar, solidaridad, etc. + abstractos que los principios. Son el
límite axiológico del campo de acción y conforman el contenido de los principios.
Interpretación sistemática: interpretación coherente con todo el ordenamiento.
(Equilibrio/diálogo de todas las fuentes).
Art. 3 CCyC. Deber de resolver: “El juez debe resolver los asuntos que sean sometidos a su
jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.”
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Los jueces deben argumentar en qué fundan su elección de una fuente sobre otra, de un
principio sobre otro, etc. “razonablemente fundada” conforma un estándar de control de la
decisión judicial y es el límite a la discrecionalidad del juez a la hora de tomar una
decisión.
Esto es necesario ya que existen casos fáciles, cuando la ley es aplicable sin dificultad
de forma deductiva, es coherente con el resto del ordenamiento y tiene precedentes
judiciales o; casos difíciles, cuando hay problemas en la interpretación o aplicación de la
normativa, y se deberá ponderar principios y valores sobre otros.
La argumentación permite la garantización de la razonabilidad evitando arbitrariedades.
Lagunas normativas: vacío legal o falta de regulación normativa sobre determinado tema.
Clases: Carencia Histórica: no hay una norma y por lo tanto hay que elaborar una. No hay
norma por olvido o por novedad (no podrían haberlo previsto).
Carencia Dikelógica: no hay una norma justa. Las normas son tan injustas que no pueden
ser aplicadas.
COSTUMBRE: (Llambías)
Consiste en la observancia constante y uniforme de un cierto comportamiento por los
miembros de una sociedad con la convicción de que responde a una necesidad jurídica.
Clases de costumbre:
Secundum legem: cuando la ley remite la solución a la costumbre.
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Praeter legem: es la que se aplica cuando no existe ley aplicable al caso, no está ese
conflicto reglado legalmente. “laguna legislativa”.
Contra legem: contraria a la ley o derogatoria. Su eficacia depende de la solución que se
dé al problema. La fuente principal es la ley, la costumbre es subsidiaria, es difícil admitir
la costumbre “contra legem”. Sin embargo, su existencia manifiesta la disconformidad de
la comunidad con el ordenamiento normativo.
Art.1 CCyC: “… los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean
contrarios a derechos.”
JURISPRUDENCIA:
Como fuente, es el producto de la labor de los jueces en el dictado de sentencias, donde
sientan doctrina al decidir casos concretos que se les presentan.
Adquiere mayor relevancia cuando los fallos se reiteran de manera uniforme (uno solo no
sienta jurisprudencia). También cobra relevancia el tribunal del cual emana, no se
constituye con las decisiones de tribunales inferiores sino con las de las Cámaras de
Apelación, Cortes o Superiores Tribunales Provinciales y de las CSJN.
La jurisprudencia como fuente adquiere relevancia porque los litigantes necesitan conocer
los precedentes judiciales sobre el tema que están abordando. La jurisprudencia como
fuente enriquece al Derecho.
Art. 375 CPCCSF: “Siempre que las cuestiones de Derecho en debate hayan sido materia de
decisiones contradictorias por distintos tribunales de segunda instancia de la Provincia, podrá la
sala, de oficio o a petición de parte, resolver que la sentencia se dicte por tribunal plenario,
formado por todos los miembros de las del mismo fuero de la Provincia.
La tesis que se acepte, por mayoría, será obligatoria para los tribunales de segunda instancia que
entiendan de procesos que se resuelvan con posterioridad al plenario.
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El criterio adoptado en el plenario podrá ser sometido a revisión, de oficio o a pedido de parte,
después de cinco años de dictado el pronunciamiento.”
Tribunal Pleno
ARTÍCULO 28.- Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente, las salas de una misma
cámara pueden, a pedido de parte o de la simple mayoría de sus jueces, reunirse en tribunal pleno
a fin de unificar jurisprudencia o de evitar fallos contradictorios. En este último supuesto, pueden
actuar en defecto de caso concreto para fijar la interpretación que se dará en lo sucesivo a una
cuestión de derecho.
Las decisiones se adoptan por mayoría absoluta de votos totalmente concordantes. De no lograrse
ella, se procede a nueva votación entre las dos interpretaciones que más sufragios obtuvieran. En
caso de empate se dispone la integración del tribunal con el número de jueces de otras cámaras
de la misma competencia material, que sea suficiente para obtener tal mayoría.
La interpretación que se establezca mayoritariamente obliga a todos los jueces de la Cámara,
aunque no hayan participado en la votación respectiva, y a los jueces inferiores con idéntica
competencia material, por el lapso de cinco años. Dentro de él sólo puede ser revisada por una
decisión del tribunal plenario en las condiciones previstas en el Artículo siguiente. El apartamiento
de la tesis mayoritaria causa la nulidad del respectivo pronunciamiento.
Tribunal Plenario
ARTÍCULO 29.- Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior, las cámaras con idéntica
competencia material con asiento en las cinco circunscripciones judiciales a pedido de la simple
mayoría del total de sus jueces, pueden reunirse en tribunal plenario a fin de unificar jurisprudencia
o de evitar fallos contradictorios. En este último supuesto, pueden actuar en defecto de caso
concreto para fijar la interpretación que se dará en lo sucesivo a una cuestión de derecho.
Las decisiones se adoptan por mayoría absoluta de votos totalmente concordantes. De no lograrse
ella, se procede a nueva votación entre las dos interpretaciones que más sufragios obtuvieron. En
caso de empate, se dispone la integración del Tribunal con el número de jueces de otras cámaras
con idéntica sede a la del tribunal plenario, que sea suficiente para obtener tal mayoría.
La interpretación que se establezca mayoritariamente obliga a todos los jueces de todas las
cámaras, aunque no hayan participado en la votación respectiva y a los jueces inferiores con
idéntica competencia material. Tal interpretación sólo puede ser sometida a revisión a pedido de la
simple mayoría de todos los jueces que la componen, después de cinco años de dictado el
respectivo acuerdo. El apartamiento de la tesis mayoritaria causa la nulidad del respectivo
pronunciamiento.
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Obligatoriedad de los precedentes dictados por la CSJN: el principio del stare decicis
vertical, que rige a los países del common law dispone que los jueces inferiores que se
encuentren obligados a resolver casos ateniéndose a las sentencias precedentes de
jueces con mayor jerarquía. En nuestro país, los fallos de la CSJN no son obligatorios
para los tribunales inferiores, sólo su obligatoriedad se limita a las partes en litigio. Sin
embargo, sí suscitan una obligatoriedad moral.
DOCTRINA:
Es la opinión de los distintos autores, expresada tanto en sus obras (textos, fallos, etc.)
como en Congresos y Jornadas. Sirve de pauta orientadora en la interpretación y
aplicación de las normas como así también es tenida en cuenta para su elaboración. El
aporte de la doctrina ha iluminado en distintos momentos la búsqueda de soluciones
buscando el equilibrio entre la ley y la realidad social.
Si bien su contenido no obliga, los jueces refieren a ella en sus considerandos y se nutren
de ella.
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Antiguo código definía en su art. 30: “es persona todo ente susceptible de adquirir derechos y
contraer obligaciones”; hoy, el CCyC no da ninguna def. pero sí mantiene la clasif. Entre
Persona Humana y Persona Jurídica.
“sujeto de derecho”: “es la persona que por formar parte de una relación jurídica, goza de
un determinado derecho o tiene el deber de cumplir alguna obligación”.
• Nuevas perspectivas y fronteras: En la codificación comparada no aparece todavía
otro sujeto de derecho que no sea la persona (humana y/o jurídica), por lo que
sujeto de derecho y persona son conceptos que se superponen.
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G) Derechos accesorios a los bienes del concebido: ej: si heredase una casa locada,
será locador respecto de los inquilinos.
Duración del embarazo: art. 20 CCyC: “… se presume que el máximo de tiempo del embarazo
es de 300 días y el mínimo de 180, excluyendo el día del nacimiento”
Este cómputo del plazo del embarazo y su relación con la concepción se debe a que no
hay certeza sobre el día de concepción. Por ello se toma como parámetro el día del
nacimiento, un dato fáctico.
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Inseminación extracorpórea: fecundación del óvulo fuera del seno materno. Hay 2 casos:
fecundación in vitro: los óvulos son aspirados y colocados junto a los espermatozoides en
un medio extracorpóreo. Si se produce la fecundación los pre-embriones son retirados e
implantados en el útero (entre 48 y 72hs después). Esta es la solución a los casos de
daños u obstrucciones en las trompas de Falopio o su inexistencia.
Transferencia de gametos (G.I.F.T): se utiliza cuando al menos hay una trompa de
Falopio utilizable. Consiste en la colocación de espermatozoides y óvulos en la trompa,
logrando la fecundación similar a la natural, corpórea. Se utiliza cuando no funciona la
inseminación artificial pero las trompas permiten la fecundación.
Ley 26.862 (permite la crioconservación de embriones donación de los mismos y la
revocación del consentimiento hasta el momento del implante. Procura que éstas sean
cubiertas por planes médicos públicos y privados).
Dilemas bioéticos que suscitan: los que están a favor de la concepción desde la
implantación, argumentan que el embrión carece de posibilidades de sobrevivir fuera del
seno materno. Por otro lado, en el caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, la sentencia
declaró que la prohibición de la fecundación in vitro en CR constituye una violación a los
DDHH y ordenó eliminar restricciones legales. Además, tanto la CIDH como la Corte,
también determinaron que su prohibición viola DDHH.
Por otro lado, hay autores, como Tobías, que consideran al término “ser humano” como
determinación de la especie humana, y en ese sentido, el comienzo de la existencia se
produce en la singamia ((extra) corpórea). Le preocupa que la despersonalización del
embrión facilite la creación de éstos para experimentación científica, clonaciones y su
descarte. (aunque este último se da tanto en in vitro como naturalmente).
Además, Lafferrreire argumentó: 1- el anteproyecto tenía un doble régimen de inicio de la
vida, concepción e implantación. Se abandonó ese doble régimen y se unifica el comienzo
en el primer momento de la concepción, que es la fecundación, no la implantación.
2- sostiene que la modificación del art. 19 antes se refería al comienzo de la existencia
desde la concepción en el seno materno. Al haberse eliminado esto último el lugar de
concepción resulta irrelevante. (aunque en realidad se hizo por la normativa de género).
3- el art. 19 en armonía con el resto del código, permite constatar a “concepción” como
equivalente de fecundación. El art.17 habla de derechos sobre el cuerpo y no cabe dudas
que en la fecundación comienza la existencia de un cuerpo distinto.
Etc.
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Por otro lado, hay quienes creen que este proceso es único e indivisible: el derecho no
puede distinguir donde no lo hace la naturaleza. Entienden que en la fecundación, se
produce el intercambio de cromosomas y así, el cigoto tendrá todas las carac. Propias de
un ser humano, un sexo individualizado, suficiente para otorgarle protección como
“persona por nacer”.
Azpeitía: tiene vida pero no es persona humana, ésta es una categoría jurídica. Merece
protección pero como lo que es, no como persona. Por eso, es de URGENTE
NECESIDAD una ley reguladora de embriones no implantados.
Art. 57 CCyC. Prácticas prohibidas: Está prohibida toda práctica destinada a producir una
alteración genética del embrión que se transmita a su descendencia.
Identificación del recién nacido (Ley 24.540): previo al registro civil, debe practicarse la
identificación del recién nacido en la institución de salud en la que haya nacido. Al
respecto, la ley establece que, durante el trabajo de parto deberá identificarse a la madre,
ya nacido, vivo o muerto, se lo identifica a él en una ficha única, numerada por el RNP en
3 ejemplares. Uno, quedará archivado allí, los otros dos serán entregados a la madre, uno
para quedarse en su poder y otro para presentar al Registro Civil.
Datos con los que debe completarse la ficha:
- De la madre: NyA, tipo y N° de documento e impresión dactilar
- Del niño: nombre con que se lo inscribirá, sexo, calcos papilares palmares y
plantares derechos, y clasif. de ambos.
- Si nació con vida
- NyA y firma del identificador interviniente
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Nulidad de partida: como instrumentos públicos, están sujetas a todas las causas de
nulidad que pueden afectarlos. La nulidad significa la nulidad de la instrumentación del
acto, no del acto en sí mismo. Pueden ser nulas por:
a- Ausencia de capacidad en el oficial público otorgante
b- Ausencia de competencia territorial o material del funcionario interviniente
c- Inobservación de las formalidades legales prescriptas de carácter sustancial.
En cuanto a ésta, si es una falla subsanable no se determina nula. Fallas
esenciales son la falta de firma de las partes o del oficial público, o de los testigos,
o cuando éstas no corresponden con la realidad. Ej: partida de defunción de una
persona viva.
Rectificación de partida: cuando los errores u omisiones son de fácil comprobación, puede
ordenar por sí misma las modificaciones, pero, si esas condiciones no se prueban, sólo
pueden hacerse las rectificaciones por orden judicial. Art. 96 CCyC “la rectificación de
partidas se hace conforme a lo dispuesto en la legislación especial”. Como consecuencia,
ley 26.413, arts. 84 a 87: hay dos tipos de rectificaciones. En las judiciales, el juez
competente es el del lugar del asiento al rectificar o el del domicilio del peticionante.
Procedimiento sumario en el que participa el ministerio fiscal, y en caso de incapaces, el
asesor de menores. La resolución se emite al registro.
Prueba supletoria: cuando los datos no pueden probarse por los medios habituales (las
partidas), arts. 98 y 99 CCyC.
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Art. 98: “si no hay registro público, o es nulo el asiento, el nacimiento y la muerte pueden
acreditarse por otros medios de prueba…”.
Concretamente los casos refieren a: Falta de registros: que no exista uno o que sus libros
se hubiesen manchado, perdido o destruido.
Falta asiento: por omisión del oficial público o de quien estaba obligado a notificar el
nacimiento.
Asiento nulo: por alteración del orden de las partidas, etc. Si la irregularidad da causa a
nulidad de la partida, corresponde admitir la prueba supletoria cuando se trate de inscribir
el nacimiento de una persona mayor de 6 años.
Para que sea admitida la prueba supletoria, es necesario probar la imposibilidad de
obtener la partida. Una vez acreditada esta imposibilidad, corresponde probar la fecha de
nacimiento de la persona o al menos mes y año.
Art. 99: “si no es posible acreditar la edad de las personas por los medios indicados en el presente
Capítulo, se la debe determinar judicialmente previo dictamen de los peritos.” O sea, aun cuando
haya prueba testimonial, si no se acompaña de la prueba instrumental idónea, los jueces
siempre deben hacer practicar de oficio la pericia médica.
Muerte: su concepto fue variando en el tiempo. Lo que se discute son los criterios o
pautas para diagnosticar el deceso del ser humano, diagnosticar su status de muerto. Se
conceptualiza hoy en día, desde el punto de vista de la ciencia médica, por ello, Rivera
cita a Bonnet y reza: “muerte es el cese de las funciones vitales, celular, tisular, visceral.
Ocurre cuando claudican los sistemas circulatorio, respiratorio y nervioso, pudiendo
definirse entonces, como el cese definitivo e irreversible de las funciones autónomas
8pulmón, corazón y cerebro) y de la oxigenación viscerotisular con pérdida de las
relaciones sujeto-mundo circundante y de la condición de ente humano de existencia
visible”.
Desde el Derecho, el art. 94 del CCyC regula lo ateniente a la muerte sujetando su
comprobación a los estándares médicos, aplicándose la ley especial de ablación de
órganos.
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Art. 2277 CCyC: “apertura de la sucesión. La muerte real o presunta de una persona, cause la
apertura de una sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por
el testamento o por ley…”
Cuando fallecen conjunta o separadamente dos personas que se transmiten derechos
entre sí, variará la transmisión de los derechos hereditarios según quien murió primero, y
por ende, quiénes heredarán dichos bienes.
No siempre es posible diagnosticar quién murió primero y para ello, el legislador puede
optar por dos regímenes:
Premoriencia: de acuerdo a jerarquías:
- Padre e hijo, su supone que murió primero el padre
- Hombre y mujer, se supone que la mujer murió primero
- Personas de distinta edad, el mayor murió primero.
Conmoriencia: presume que murieron al mismo tiempo y no hubo transmisión de
derechos alguna. Es la situación jurídica que se crea por la muerte de dos o más
personas, vinculadas entre sí por la posible adquisición recíproca o unilateral de un
derecho, ya hayan acaecido tales decesos en el mismo evento o no, resultando
consustancial la proximidad cronológica sin poderse determinar científicamente su
prelación, por lo que se supone su simultaneidad a menos de que se pruebe lo contrario.
Régimen argentino: adopta la conmoriencia al igual que lo hacía Vélez. El art. que lo
regula es el 95 y reza: “se presume que mueren al mismo tiempo las personas que perecen en
un desastre común o en cualquier circunstancia, si no puede determinarse lo contrario”. Vélez,
argumenta su postura bajo el fundamento de que no había necesidad de crear
presunciones de derecho, lo mejor era establecer que murieron a la vez y que no haya
transmisión de derechos, de modo que no se generaran conflictos entre los sucesores de
esas personas.
Supuestos legales:
1) que hubieren fallecido en un desastre común
2) que hubieren fallecido en cualquier circunstancia, en el mismo momento pero diferente
lugar. Rige la declaración de simultaneidad aunque no haya conexión entre las muertes,
siendo suficiente la imposibilidad de establecer quién murió primero.
Muerte digna:
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Caso ordinario: art. 85 CCyC: “La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga
noticia de ella por el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya
dejado apoderado. El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente”.
Caso extraordinario: art. 86 CCyC: “Se presume también el fallecimiento de un ausente:
a) Caso extraordinario genérico: si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto,
acción de guerra u otro suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una
actividad que implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él por el término de dos años,
contados desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido;
b) Caso extraordinario específico: si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o
perdidos, no se tuviese noticia de su existencia por el término de seis meses desde el día en que el
suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.”
Legitimación activa: art. 87 CCyC: “Cualquiera que tenga algún derecho subordinado a la
muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración de fallecimiento presunto,
justificando los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la averiguación de la
existencia del ausente”.
Ejemplos de legitimados:
a) El cónyugue del ausente
b) Los herederos
c) Los heredeeros instituidos por testamento
d) Los acreedores de obligaciones condicionales o a plazo, cuya condición o plazo
sea la muerte del ausente.
e) El nudo propietario cuando el ausente es titular del derecho de usufructo, para
poder consolidar el dominio
f) El beneficiario de un seguro de vida
No se encuentran legitimados ni parientes de grado no sucesible, ni los acreedores del
ausente.
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Si entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de su existencia, queda
sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de aquéllos a petición del
interesado”.
A) PERDÍODO DE PRENOTACIÓN: La consecuencia, es que los nuevos titulares no
podrán disponer de estos bienes ni gravarlos mientras se mantenga la
prenotación. De ser necesario, el juez puede autorizar la enajenación de algún
bien en salvaguarda delos otros. Asimismo, forman un patrimonio separado de sus
patrimonios, por lo que los acreedores de éstos, no podrán atacarlos mientras dure
la prenotación. Éste, es de 5 años u 80 años desde el nacimiento del muerto
presunto (fijado en el art. 92). (cuando los bienes se transmiten tarde por una
cuestión de trámites o demás, ya no corresponde efectuar la prenotación ni limitar
las facultades del nuevo titular sobre el bien).
B) PERÍODO DE DOMINIO PLENO: finalizado el período de prenotación, los
herederos y legatarios tendrán plena disposición de los bienes. Se llama así,
debido a que ya no encuentran limitación a la libre disposición sobre los bienes.
Efectos extrapatrimoniales: extingue el vínculo matrimonial conforme al art. 435 inc. B.
antes, se producía la extinción el vínculo sólo si el conyugue buscaba contraer nuevas
nupcias. Además, suspende el ejercicio de la responsabilidad parental durante el juicio de
presunción de fallecimiento y una vez dictada sentencia, ésta se extingue. Por último, se
extingue la tutela o curatela si así fuera el caso, atento a que los menores o incapaces
tengan inmediatamente otro tutor o curador.
Reaparición:
Durante la prenotación: se le deberá retribuir la totalidad de sus bienes, art. 91. Asimismo,
no los frutos siempre que su percepción haya sido de buena fe. Los productos deberán
ser siempre devueltos al propietario.
Durante el dominio pleno: art. 92: se le deberán restituir los bienes que existen en el
estado en que se encuentren, los bienes adquiridos con el valor de los que faltan, el
precio adeudado de los enajenados y los frutos no consumidos.
Vínculo matrimonial: al haberse extinguido, si quieren volver a compartir su vida, deberán
contraer nuevas nupcias.
CONCEPTO: art. 141 CCyC: “Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el
ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”.
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sólo es propia de la persona humana, solo ella es persona y los demás, son seres ficticios
a los que el ordenamiento legal les permite su actuación debido a la necesidad de
facilidad de obtención de finalidades colectivas de utilidad social.
2) Teorías Realistas: dan preeminencia al “sustrato material” de las personas jurídicas,
considerándolo como una realidad preexistente, que el ordenamiento solo se limita a
reconocer.
La persona jurídica no es una forma instituida artificialmente por la ley, sino que tiene
consistencia propia. Hay en ellas elementos que existen en la naturaleza, como:
a) Teoría del Órgano: concibe a las personas jurídicas como entes reales,
organismos que poseen una voluntad colectiva real y concreta, que es su esencia
y es lo que el Estado se limita reconocer y sancionar. Por órgano refiere a que
tienen una estructura interna similar a la de los seres vivos. Así, los adm. Y
miembros actúan como órganos de ella y no como sus representantes.
b) Teoría de la Institución: creada por Hauriou. Según ésta, las instituciones
representan en el Derecho la categoría de duración, de continuidad, y de lo real.
Es una idea de empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social y
los miembros se organizan mediante órganos de poder y reglamentación de
procedimientos. Su duración agrupará nuevos adherentes que la continuarán.
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Inoponibilidad de la personalidad jurídica: art. 144: “La actuación que esté destinada a la
consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, el orden
público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes a título de
socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la hicieron posible, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados”.
El principio de separación de la personalidad no es absoluto, en caso de que se
demuestre que la personalidad jurídica fue utilizada para fines contra legem o para
perjudicar a terceros, se habilita a indagar qué verdaderos objetivos hay detrás del ente
creado e imputar la responsabilidad de sus miembros. En doctrina, esto es conocido como
“el levantamiento del velo societario”. Esto, no es erga omnes, sino al caso concreto, lo
que no implica desconocer la personalidad jurídica más que para ese caso. Y, no declara
la nulidad del acto, sino que permanece válido teniendo los socios que responder
solidariamente para resarcir el daño ocasionado.
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Objeto de la PJ PRIVADA: art. 156: “El objeto de la persona jurídica debe ser preciso y
determinado”. Es decir, su capacidad de obrar es limitada, aunque puede tener muchos
objetos, basta con que estén de alguna forma precisados.
Constitución: art. 169: “su acto constitutivo debe ser hecho por Instrumento Público y ser
inscripto en el registro correspondiente una vez otorgada la autorización estatal para funcionar”.
Art. 170: LEER
Órganos:
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FUNDACIONES: son personas jurídicas que constituyen con un objeto de bien común, sin
propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas, destinado a
hacer posible sus fines. Nacen de un acto unilateral fundador, que puede ser una o más
personas jurídicas o humanas, quienes realicen el aporte inicial.
Constitución: su acto constitutivo debe ser hecho por Instrumento Público y obtener
autorización estatal para funcionar.
Art. 195: LEER
Deberá designar a los integrantes del primer consejo de administración y mencionar a las
personas autorizadas para gestionar el trámite ante la autoridad de contralor. Éste
instrumento público solo puede ser otorgado por el fundador o un apoderado con poder
especial, si nace de un testamento, será el juez de la sucesión quien determine la persona
que firmará el acto constitutivo.
Órganos:
Consejo de Administración: órgano máximo a cargo del gobierno y administración.
Integrado por mínimo 3 personas. Los fundadores son personas ajenas al ente, pero
pueden guardarse la facultad de ocupar caros en el consejo designarlos o reemplazarlos.
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miembros que, conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el poder de decisión
necesario para ponerle fin, omiten adoptar las medidas necesarias al efecto.”
Asociaciones: la ley impone quienes deben ser destinatarios. Art. 185 dispone que debe
darse destino previsto en el estatuto, y en caso de no haberlo, el remanente debe
destinarse a otra asociación de objeto igual o similar que esté domiciliada en la República.
Fundaciones: art. 217 establece que el remanente debe destinarse a una entidad pública
o privada cuyo objeto sea de bien común, que no tenga fines de lucro y esté domiciliada
en la República.
Los atributos son cualidades exclusivas de las personas de las que no se las puede
desprender. Tienen como función principal la de “identificar al sujeto” y son: el nombre,
capacidad, domicilio y estado de familia.
Gozan de las mismas características que los derechos personalísimos pero la diferencia,
es que estos últimos son imprescindibles para proteger al sujeto y por eso están
presentes desde el inicio de la vida, lo que no ocurre con los atributos. El naciturus no
tiene nombre, no lo necesita.
Capacidad de Derecho. Art. 22 CCyC: “Toda persona humana goza de la aptitud para ser
titular de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de
hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.”
Refiere a la posibilidad de ser titular de derechos, al goce de los mismos y como se
encuentra ínsito en la idea de persona esta aptitud no podrían existir sujetos a quienes se
les limite por completo esta capacidad, porque perderían la calidad de personas. Por
ende, no existe la incapacidad de derecho absoluta, porque llevaría al sujeto a la muerte
civil.
Podemos tener limitaciones/incapacidades como lo establece el art. 22, excepcionales,
que tienen como finalidad preservar el orden público, por lo tanto si son burladas, dichos
actos padecen de nulidad absoluta, siendo por ello imprescriptibles. Algunos ejemplos se
encuentran en el 1002 CCyC.
Capacidad de ejercicio: art. 23 CCyC: “Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia
judicial”.
Es la posibilidad del sujeto de ejercer por sí mismo sus derechos. El Derecho con un
criterio axiológico busca compensar las desigualdades subjetivas agudas (inmadurez o
enfermedad) que presentan algunas personas (menores y enfermos) impidiendo que se
dañen o sean víctimas de semejantes. Al contrario de los incapaces de derecho, en la
incapacidad de ejercicio se busca proteger al individuo por su especial situación de
vulnerabilidad. Ya que el CCyC busca alinear el derecho interno al bloque de
constitucionalidad, se alinea con preceptos de la Convención de los Derechos del Niño y
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la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, como también con
la Ley de Protección Integral de los Niños, Niñas y Adolescentes y la Ley de Salud Mental.
Art. 24 CCyC: Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a) la persona por nacer;
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance
dispuesto en la Sección 2ª de este Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa
decisión”.
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La voluntad del representado tiene que tener una importancia primordial, el sistema de
representación no la excluye ni reemplaza, y a mayor autonomía del sujeto, menor la
representación. Ésta es:
a) Legal: porque surge de una norma art. 101, no de la voluntad.
b) Necesaria: no puede prescindirse de ella para que los derechos sean de alguna
forma ejercidos.
c) Gradual y revisable: porque a mayor autonomía, menor representación y en los
supuestos de personas incapaces o con capacidad restringida sujeta a curatela, o
a apoyos con función representativa para actos precisos, ésta debe ser revisada
periódicamente y adaptarse a las necesidades del sujeto.
d) Flexible y proporcional: porque su alcance y extensión debe determinarse por un
juez y se debe adaptar proporcionalmente la representación para aquellos casos
que resulte necesaria. Es deber del representante favorecer la autonomía del
representado y promover su desenvolvimiento.
e) Doble: el Ministerio Público interviene respecto de incapaces y de quienes
requieren el sistema de apoyos.
f) Controlada: está sujeta, en parte, a contralor judicial, debido a que determinados
actos los autoriza el juez y los controla, por su importancia.
Art. 101: Son representantes:
“a) de las personas por nacer, sus padres;
b) de las personas menores de edad no emancipadas, sus padres. Si faltan los padres, o ambos
son incapaces, o están privados de la responsabilidad parental, o suspendidos en su ejercicio, el
tutor que se les designe;
c) De las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuando, conforme a la
sentencia, éstos tengan representación para determinados actos; de las personas incapaces en los
términos del último párrafo del artículo 32, el curador que se les nombre”.
APOYOS: es el acompañamiento que reciben las personas con capacidad restringida por
afecciones psíquicas. Hasta no hace tanto, estas personas se declaraban incapaces y se
les designaba un curador que lo representaba y REEMPLAZABA, si era de menor
gravedad se lo “inhabilitaba”, conservaba su capacidad pero con curador para los actos
que el juez establecía. El código actual, basado en la CIDPD utiliza el sistema de apoyos
en sus arts. 43 y 102, que reconoce a las personas con discapacidad la importancia de su
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“…Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí
respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o
provocan un riesgo grave en su vida o integridad física. Caso contrario, el adolescente debe
prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se
resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las
consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo”.
Los efectos jurídicos irrevocables, se producen de modo pleno desde la celebración del
matrimonio, para uno o ambos contrayentes menores de edad, y acarrea efectos (extra)
patrimoniales.
Efectos extrapatrimoniales: el derecho de familia cesa la responsabilidad parental o tutela,
así como la actuación del Ministerio pupilar y la administración de los bienes de sus
padres. El conyugue emancipado tiene todos los derechos y obligaciones de tal al igual
que en el caso de adolescentes ejerciendo la responsabilidad parental con sus
limitaciones, ésta pasará a ser plena.
Efectos patrimoniales: la capacidad no es plena, sino que está sujeta a restricciones
encuadradas en los arts. 28 y 29 CCyC.
Actos prohibidos: los menores emancipados NO pueden ni con autorización judicial:
1- Aprobar privadamente cuentas documentadas de los tutores ni finiquitarlas.
2- No puede hacer donaciones de cualquier bien que hubiere recibido a título
gratuito. Los bienes adquiridos sí pueden ser donados.
3- Por una razón de protección no puede formar parte de sociedades que impongan
a los socios responsabilidad ilimitada y solidaria por las deudas ni constituir
derechos reales de garantía sobre obligaciones ajenas.
Actos sujetos a autorización judicial: disponer de bienes recibidos a título gratuito. Esta
autorización debe ser otorgada cuando el acto sea de toda necesidad.
Supuesto de nulidad del matrimonio: art. 27 CCyC: “…La nulidad del matrimonio no deja sin
efecto la emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del día
en que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada...”
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Persona menor con título profesional habilitante: art. 30 CCyC: “La persona menor de edad
que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y disposición de los bienes
que adquiere con el producto de su profesión y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones
vinculadas a ella”.
No requiere edad mínima para estos casos. Deberá consignarse en sus contrataciones,
de cada adquisición realizada, cuál fue el origen de los fondos con que ésta se realiza
para poder determinar cuáles son los bienes sobre los que tendrá libre administración y
disposición en un futuro.
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Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: Ley 23.378:
Reconoció derechos ya existentes en Argentina, pero además otros tantos. En su art. 1
esboza sus propósitos y dice “es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones
de igualdad de todos los DDHH y libertades fundamentales por todas las personas con
discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente…”
En su art. 3 detalla sus principios generales, entre los cuales se halla el respeto de la
dignidad, la autonomía individual, la no discriminación, respetar su condición como para
de la diversidad humana, igualdad de oportunidades, accesibilidad, etc.
En cuanto al ejercicio del derecho, en su art. 12, da pautas dignificantes y modernas,
hablando del reconocimiento como persona ante la ley, imponiendo a los Estados Partes
reconocer la capacidad jurídica de éstas personas y proporcionar salvaguardas
adecuadas para evitar abusos. Estas salvaguardas pasarán a regir en lugar de los
antiguos institutos de capacidad de cada país.
La presunción de Capacidad: dice la Ley que bajo ningún caso se puede presumir riesgo
de incapacidad o daño, sino que solo puede deducirse a partir de una evaluación
interdisciplinaria. Se invierte la regla ya que mientras Vélez partía de la incapacidad, la ley
lo hace desde la capacidad, con restricciones.
Existen reglas orientadoras que rigen la restricción a la capacidad, fijadas en el art. 31
CCyC, y son:
a) La capacidad de la persona se presume así se encuentre internada en un
establecimiento asistencial.
b) Las limitaciones a la capacidad son siempre de carácter excepcional y se imponen
siempre en beneficio de la persona
c) La intervención estatal debe ser siempre interdisciplinaria
d) La persona tiene derecho a recibir información a través de medios adecuados para
su comprensión.
e) Tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada y en caso
de carecer de medios, se la asignará el Estado.
f) Deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas.
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Hoy, se reconoce el carácter de parte procesal del interesado como un derecho que debe
ser garantizado por el Estado. Además, se le permite aportar todas las pruebas para
acreditar los hechos invocados. Si la persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso
ha comparecido sin abogado, se le debe nombrar uno para que la represente preste
asistencia letrada en el juicio.
Sentencia judicial:
Alcance de la sentencia: todos aquellos actos que no estén restringidos, están permitidos.
Con la sola finalidad de organizar dichos actos, las limitaciones del juez, podrán versar
sobre: actos de último voluntad o entre vivos, si las restricciones afectarán los actos
patrimoniales (de disposición, administración o conservación). Luego, deberán analizarse
los actos jurídicos extrapatrimoniales y sobre la posibilidad de trabajar, y si en caso de
hacerlo, si necesitará un tratamiento terapéutico, sus condiciones, etc.
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Conforme esta norma, que es el art. 39 CCyC, la sentencia producirá efectos, es decir,
será oponible frente a terceros. Desaparecidas las causales de restricción, se debe
proceder a la inmediata cancelación registral.
El fundamento de la registración es otorgar publicidad a la misma y resguardar los
derechos del propio sujeto como de los terceros que contraten con él.
La anotación marginal prevista, al hacerse en el acta de nacimiento, implica que dicha
publicidad sólo se garantizará en el ámbito jurisdiccional del Registro Civil donde se
encuentra inscripto el nacimiento.
Actos realizados por personas incapaces o con capacidad restringida: el principio general
es que respecto a todo acto que no se encuentre expresamente restringido en la
sentencia, la persona goza de plena capacidad de ejercicio para su realización. El sujeeto
los puede celebrar libremente.
La situación difiere, cuando se trata de actos restringidos en la sentencia, siendo sus
condiciones de validez violadas. El CCyC lo regula en su art. 3, párr. 3°, capítulo 10, y
toma como momento para considerar la validez o no validez del acto, el de la registración
de la sentencia.
Actos posteriores a la inscripción de la sentencia: art. 44 CCyC: prevé que los actos que
contraríen lo dispuesto en la sentencia, celebrados después de su registración, son nulos.
La sanción no se encuentra sujeta a verificar la enfermedad o adicción al momento de la
celebración del acto. Lo que define la ineficacia del mismo es la fecha en que se llevó a
cabo.
Actos anteriores a la inscripción de la sentencia: (desde el dictado de la sentencia hasta
su registración).
La norma predica que dichos actos pueden ser declarados nulos si perjudican a la
persona y se cumple alguno de los siguientes: Art. 45 CCyC:
a) la enfermedad mental era ostensible a la época de la celebración del acto;→ el co-contratante
no pudo desconocerlo.
b) quien contrató con él era de mala fe; → porque conocía el estado de salud mental
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Cese de incapacidad o restricción a la capacidad: el cese debe ser decretado por el juez
que la declaró y previo examen de un equipo interdisciplinario que deberá dictaminar el
restablecimiento de la persona. “Restablecimiento” implica “cese de las circunstancias”.
Para el supuesto que la persona no se encuentre restablecida totalmente, el juez podrá
ampliar la nómina de actos que la persona puede realizar por sí o con la asistencia de su
curador o apoyo. (Art. 47 CCyC).
Inhabilitados:
El CCyC sólo prevé la figura del inhabilitado para el supuesto de prodigalidad (48,49 y
50). La figura del pródigo tiene fundamento en la protección del patrimonio de la familia.
La prodigalidad consistiría en que una persona dilapide, malgaste una parte importante
de su patrimonio, de manera constante, y no tan sólo una vez aislada. O sea, que de
manera continua, gasta su riqueza sin fundamento. Por ejemplo, que para realizar un viaje
hipoteque su casa.
El art. 48 establece las condiciones para que se pueda proceder a inhabilitación por
prodigalidad:
➢ Quienes por la prodigalidad en la gestión de sus bienes, expongan a su conyugue,
conviviente o hijos menores de edad o con discapacidad a la pérdida de
patrimonio.
➢ Que el pródigo tenga conyugue, conviviente o hijos menores o discapacitados, que
implica desventajas para su integración familiar, social, educacional o laboral.
➢ Que la acción sea iniciada por alguno de los nombrados. Se le otorga legitimación
a quienes son los beneficiarios de la inhabilitación pero también a los ascendientes
y descendientes.
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Penados: art. 12 del Código Penal: “la reclusión por más de 3 años, conlleva como inherente la
inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena… Importan además la privación, mientras dure
la pena, de la patria potestad, de la administración de los bie nes y del derecho de disponer de
ellos. El penado quedará sujeto a curatela”.
Fuera de estos 3 supuestos, queda plenamente capaz de ejercicio de obrar. Puede
contraer matrimonio, reconocer hijos, testar, etc.
ESTADO:
Posesión de estado: por un lado está la posesión, y por otra el título. Hay posesión de
estado cuando alguien goza de algún estado de familia independientemente del título
sobre el mismo. Es vivir en la realidad de los hechos, como padre e hijo o conyugue.
Para la doctrina tradicional, había posesión si se reunían los 3 elementos:
Nomen: que la persona lleve el apellido de aquel con respecto al cual se comporta como
hijo.
Tractatus: que la persona reciba el trato de hijo.
Fama: que el sujeto reciba tal trato públicamente, que el resto conozca las circunstancias.
Hoy el único relevante, es el trato. Debe acreditarse que padre e hijo se trataban como tal
aunque no llevara el apellido paterno y aunque no hubiera trascendido públicamente esa
filiación.
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Título de Estado: es el medio para probar un estado de familia y puede ser analizado en
sentido formal y material. Ambas dimensiones conforman en título, están unidas.
Título en sentido formal, es la constancia en un documento auténtico. Son los
instrumentos públicos de los cuales surge el estado de familia. Ej: matrimonio: la partida o
la libreta de familia. Filiación: la partida de nacimiento.
Título en sentido material, es el emplazamiento en un determinado estado de familia, que
surge de hechos (nacimiento) o actos jurídicos (matrimonio).
En la acción de reclamación de filiación: aquí la acción tiene por objeto que reconozca
un estado preexistente. Está regulado por el art. 584 del CCyC: “La posesión de estado
debidamente acreditada en juicio tiene el mismo valor que el reconocimiento, siempre que no sea
desvirtuada por prueba en contrario sobre el nexo genético”.
Art. 585 CCyC: “La convivencia de la madre durante la época de la concepción hace presumir el
vínculo filial a favor de su conviviente, excepto oposición fundada”.
Se debe distinguir:
a) Prueba de la posesión de estado: se debe acreditar que el padre le ha otorgado el
trato de hijo. Los hechos reveladores del estado aparente de familia, pueden
consistir, entre otros, en: acostumbrar a presentar o nombrar al reclamante como
su hijo, interesarse permanentemente por su salud, asistencia y formación, vigilar
estudios, asumir públicamente las responsabilidades que pesan sobre los padres.
b) Efectos de la posesión de estado: (si hay lazo sanguíneo). La ley le asigna a esa
posesión de estado, el valor que tiene el reconocimiento, en el juicio. No deja de
ser un modo de reconocer al hijo. La valoración de si hay o no posesión de estado
está a cargo del juez porque se trata de verificar situaciones fácticas. Ahora, una
vez verificada la realidad, la ley le otorga un valor de peso, igual que el
reconocimiento que produce el emplazamiento filial por sentencia judicial.
c) Causal obstativa: la sentencia de posesión de estado no produce los efectos
jurídicos antes invocados, atento a que la norma legal permite desvirtuar el valor
recognoscitivo que le asigna, mediante prueba en contrario sobre el nexo genético.
Probada la inexistencia del vínculo de sangre, la acción se rechaza porque podrían
verse vulnerados, entre otros, el derecho a la identidad, o violentarse normas de
orden público como las del régimen de adopción.
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En la reclamación de estado de esposo: art. 423 CCyC: “El matrimonio se prueba con el
acta de su celebración, su testimonio, copia o certificado, o con la libreta de familia expedidos por
el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Cuando existe imposibilidad de presentarlos, la celebración del matrimonio puede probarse por
otros medios, justificando esta imposibilidad…”
El principio general en la materia está en el párr. 3°: “…La posesión de estado, por sí sola, no
es prueba suficiente para establecer el estado de casados o para reclamar los efectos civiles del
matrimonio…” Por lo tanto, las uniones convivenciales, no causan estado.
Sin embargo, comienza a cobrar relevancia la posesión de estado si existiendo acta de
celebración esta tuviese un vicio tal, que pudiera considerarse como inexistente el estado
de casados. Así, sigue el art: “…Si existe acta de matrimonio y posesión de estado, la
inobservancia de las formalidades prescriptas en el acto de celebración no puede ser alegada
contra la existencia del matrimonio”.
Los casos de vicios que pudieran afectar la existencia del matrimonio son realmente
importantes, ello ocurriría si existiendo el acta no hubiera sido firmada por alguno de los
contrayentes o por ninguno, ya que podría ponerse en duda la asistencia de la persona al
acto; o si faltare la firma del oficial público.
Solo frente a estos conflictos, la posesión de estado adquiere relevancia en materia de
matrimonio.
Continuación de la locación: art. 1190 CCyC: “Si la cosa locada es inmueble, o parte
material de un inmueble, destinado a habitación, en caso de abandono o fallecimiento del locatario,
la locación puede ser continuada en las mismas condiciones pactadas, y hasta el vencimiento del
plazo contractual, por quien lo habite y acredite haber recibido del locatario ostensible trato familiar
durante el año previo al abandono o fallecimiento.
El derecho del continuador en la locación prevalece sobre el del heredero del locatario.”
NOMBRE:
El nombre es uno de los atributos esenciales de las personas y por el cual se permite
identificar a la misma en relación a las demás. Está íntimamente vinculado con el derecho
a la identidad del sujeto. Nos distingue de los demás. Está compuesto por un prenombre
y un apellido, técnicamente el nombre es la unión de ambos.
Naturaleza jurídica: se vincula a aspectos íntimos del ser humano pero también participa
el interés del Estado que necesita identificarnos. Ambos aspectos son relevantes y su
naturaleza responde a ambos:
a) Derecho de propiedad: se ejerce sobre cosas y el nombre no lo es; como tampoco
goza de los caracteres de la propiedad, como son, la exclusividad, la
disponibilidad, la prescriptibilidad y la apreciación económica, típicamente de las
cosas.
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Reglas para la adquisición del apellido: el apellido es el nombre familiar, por existir
distintos tipos de familias. El CCyC establece que los progenitores determinen el apellido
y no la ley.
a) Hijos matrimoniales: art. 64 CCyC: El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno
de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Rompe con la tradición del
apellido paterno gracias a la Convención sobre la eliminación de todas formas de
discriminación contra la mujer, que establece que se asegurarán entre ambos
sexos, las mismas condiciones, mismos derechos y responsabilidades. De no
haber acuerdo, se va a sorteo en el Registro Civil.
A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar
el apellido del otro. (Basado en la autonomía progresiva).
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta
que se haya decidido para el primero de los hijos. (Limitación impuesta a los
progenitores en virtud de la ley 26.618.
b) Hijos extramatrimoniales: “El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el
apellido de ese progenitor. Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente,
se aplica el primer párrafo de este artículo. Si la segunda filiación se determina después,
los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los apellidos,
según el interés superior del niño”. Si un hijo es reconocido por uno solo de los
progenitores llevará el apellido de éste en el supuesto del hijo reconocido por
ambos al mismo tiempo, rige la misma regla que para los hijos matrimoniales. En
caso de que uno de los progenitores lo reconozca posteriormente al otro, entre
ellos, libremente, acordarán el orden. A falta de acuerdo, sorteo.
c) Hijos no reconocidos: art. 65 CCyC: “La persona menor de edad sin filiación
determinada debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de
las Personas con el apellido que está usando, o en su defecto, con un apellido común.”
En caso de no haber sido reconocido por ningún progenitor (supuesto solo posible
si nació fuera de un establecimiento de salud), el Registro lo anotará con un
apellido común para que no se lo vincule con ninguna familia específica, salvo que
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ya esté usando alguno, en ese caso, se lo anotará con ese. Esta atribución del
apellido es provisional, si después es reconocida podrá ser sustituído.
d) Hijos adoptivos por adopción plena: art. 626 CCyC: “a) si se trata de una adopción
unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante; si el adoptante tiene doble apellido,
puede solicitar que éste sea mantenido;
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al apellido
de los hijos matrimoniales;
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de
parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido del
adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta;
d) en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el
juez debe valorar especialmente su opinión.”
e) Hijos adoptivos por adopción simple: art. 627 CCyC: la regla, es que los derechos y
deberes que resultan del vínculo de origen no queden extinguidos por la adopción.
a) como regla, los derechos y deberes que resultan del vínculo de origen no quedan extinguidos
por la adopción; sin embargo, la titularidad y el ejercicio de la responsabilidad parental se
transfieren a los adoptantes;
b) la familia de origen tiene derecho de comunicación con el adoptado, excepto que sea contrario
al interés superior del niño;
c) el adoptado conserva el derecho a reclamar alimentos a su familia de origen cuando los
adoptantes no puedan proveérselos;
d) el adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los adoptantes, pueden
solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del
adoptante o uno de ellos; a falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas
reglas de la adopción plena;
e) el derecho sucesorio se rige por lo dispuesto en el Libro Quinto.
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al mercado un producto con su nombre, logrando así que lo asimilen al famoso y obtener
beneficios económicos. No es necesaria la intención de perjudicar, siendo indiferente si
conoce o no, que ese nombre le pertenece a alguien.
Acción en defensa del buen nombre: c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de
cosas o personajes de fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En el código viejo se requería de una conducta maliciosa del demandado para poder
entablar la acción. Ahora, se deja de lado la exigencia de la malicia.
Si no hay perjuicio no habrá lugar para la acción.
La mera coincidencia de nombre con el de un personaje, no justifica la acción y se vería
afectada la libertad de producción literaria. Aquí el daño moral o material debe ser
probado.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer la
publicación de la sentencia.
DOMICILIO:
Las personas se relacionan con otras, siendo necesario que puedan ser halladas,
ubicadas, a los fines de la producción de los efectos jurídicos que se dan como
consecuencia de aquellas relaciones. Para que dicha comunicación sea posible, la ley
reconoce un atributo propio de una persona, el domicilio, a los efectos de establecer una
ubicación jurídica.
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Concepto:
LLambías y Salvat: “Es el asiento jurídico de la persona”.
Rivera: “Es el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona para la producción
de determinados efectos jurídicos.
Orgaz: “Es la sede legal de la persona” y “el centro territorial de las relaciones jurídicas de
una persona”.
Azpeitía: Siguiendo a Orgaz, el domicilio es establecido por la ley, para la producción de
los efectos jurídicos que surgen de sus relaciones jurídicas, y el mismo será, según el
caso, fijado por la ley tomando diversos elementos de hecho como son la residencia, el
cargo público que desempeña, etc.
Unidad: Se traduce que una persona no puede tener más de un domicilio general u
ordinario y a diferencia de la necesidad, este carácter no cuenta con gran apoyo
doctrinario en la actualidad.
La idea de la unidad de domicilio, se funda en que el mismo, ha de ser el asiento oficial,
por lo cual sería conveniente que haya solo uno para cada persona, garantizando su
seguridad jurídica y evitando por ejemplo, que una persona sea capaz e incapaz en el
mismo momento, o que los mismos bienes estuvieran sujetos a distintos regímenes, o
bien fueran competentes dos jueces al mismo tiempo.
Vélez, tomó como base y prioridad el asiento de familia, intentando en pos de su
protección y constitución no dividirla. El CCyC, art.3, hace una distinción entre la
residencia habitual y el lugar de desempeño de la actividad profesional o económica para
las obligaciones nacidas para dicha actividad.
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Clasificación:
Domicilio general u ordinario:
• Domicilio real: art. 73 CCyC: “La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su
residencia habitual.
Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para
el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad”.
Elementos constitutivos: (por Llambías y Rivera)
a) “corpus”: es el elemento objetivo o material. Es la residencia efectiva/permanente
de una persona en un lugar determinado.
b) “animus”: es el elemento subjetivo o interno, es decir, conforma la intención de
permanecer allí de manera estable y hacer de ese, el centro de afectos e
intereses.
Caracteres:
➢ Voluntario.
➢ Libre: de “libre elección”. Fundado en el derecho a la libertad del art. 19 CN
y al art. 77 CCyC: “El domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta facultad
no puede ser coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad”.
Cambio de domicilio: art. 77 CCyC: “El cambio de domicilio se verifica
instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de
permanecer en ella”.
Vemos así, que la norma legal requiere de los dos elementos, por lo cual no habrá
cambio de domicilio cuando aunque la persona se haya trasladado materialmente
no tenga intención de cambiar el domicilio. En caso de duda, se conserva el
anterior, porque esa decisión no se presume. Tampoco se dará el cambio por la
sola intención de la persona, sin el efectivo traslado de residencia.
❖ Domicilio legal: art. 74 CCyC: “El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin
admitir prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio
de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
Independiente de la residencia efectiva de una persona, la ley presume por así
entenderlo conveniente a los intereses generales, que la persona tiene su
domicilio en determinado lugar.
Sólo la ley puede establecerlo, y sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales:
Caracteres:
➢ Forzoso: lo establece la ley, sin prueba en contrario, y sin tener en cuenta
cual es la real voluntad de la persona.
➢ Ficticio: la ley presume la existencia en él de la persona, aunque aquella no
se encuentre allí realmente.
➢ Excepcional y de interpretación restrictiva: sin poder extenderse a otros
supuestos análogos.
Casos legales:
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Domicilio especial: también llamado de elección, se caracteriza por ser el que elige una
persona en determinado momento y para la producción de determinados efectos jurídicos.
Se diferencia del general u ordinario en que éste extiende sus efectos a todas las
relaciones jurídicas, mientras el especial lo hace sólo en aquellas determinadas por la
persona. No se requiere cumplir con la necesidad y unidad porque, no es necesario y
puede haber tantos como se quiera.
❖ Domicilio convencional o de elección: eligen las personas libremente cuando
celebran un contrato o en general un negocio jurídico.
Art. 75 CCyC: “Las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para el ejercicio de
los derechos y obligaciones que de él emanan”.
En caso de tener que enviar una comunicación, la otra parte, lo hará al domicilio
convencional fijado en dicho contrato, sin necesidad de intimar al domicilio real de
la persona.
❖ Domicilio procesal o “ad.litem”: al momento de iniciar una acción judicial ante
los Tribunales como “actor” o “demandado” o “tercero”.
Los efectos de este domicilio que se constituye en un juicio, es que serán válidas
todas las notificaciones judiciales referidas a ese juicio puntual y determinado. Por
ello, el mismo podrá ser mutado o cambiado tantas veces como la parte litigante
quiera o necesite.
Generalmente, este domicilio es el del abogado patrocinante o apoderado.
Concepto: está formado por la “facultad” atribuida por la ley a un sujeto y en conexión con
ella un “deber” a cargo de otro(s), obligados a una cierta conducta a favor de su titular.
El derecho puede preceder al deber o viceversa; así como el derecho es poder o
potestad, el deber es necesidad.
Según Orgaz, por el contrario, el derecho subjetivo exige la reunión de ambos elementos,
es decir, “el derecho subjetivo existe cuando del derecho objetivo surgen facultades y
deberes coordinados”. Sin embargo, no siempre a un derecho se le opone un deber.
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Teorías negatorias:
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❖ por razón legal: como lo son las jubilaciones o el derecho real de usufructo,
ambos terminan con el fallecimiento de quien los goza.
❖ porque las partes lo han acordado: si en una empresa los socios acuerdan que
al fallecimiento de uno de ellos, sus herederos no podrán entrar a la sociedad
como socios.
❖ por la naturaleza de la obligación: las obligaciones intuito persona. Ej: si se
encarga una obra pictórica a un artista, es por sus cualidades personales y en
caso de fallecimiento, sus herederos carecen de esas cualidades, por lo tanto se
extingue el vínculo jurídico.
Derechos individuales: tienen un titular individualizado y deben ser ejercidos por él, aun
cuando varias personas sean las afectadas.
Art. 14 CCyC: “Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen:
a) derechos individuales;
b) derechos de incidencia colectiva.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al
ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.”
Derechos de incidencia colectiva: puede existir una legitimación difusa en cabeza de
uno de los sujetos que integran el grupo (interés difuso) o, de una asociación que tiene
representatividad en el tema (interés en el tema), o el Estado (interés público), pero el
bien jurídico protegido es colectivo.
Son ejercidos por el Defensor del Pueblo, las asociaciones que concentran el interés
colectivo o el afectado. Dos elementos:
❖ la petición tiene por objeto la tutela de un bien colectivo, que ocurre cuando éste le
pertenece a toda la comunidad y son indivisibles. Ej: el medioambiente.
❖ La pretensión debe ser focalizada en la incidencia colectiva del derecho, no solo
individual.
Buena fe: este principio atraviesa todo el derecho privado. Art. 9: “Los derechos deben ser
ejercidos de buena fe”. La incorporación de la Buena Fe al Título Preliminar, permite dar un
sentido general al ejercicio de los derechos en función de su sociabilidad. Así, esta se
constituye como un “mandato de optimización”.
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Buena Fe objetiva (lealtad): refiere a comportarnos con el otro, como quisiéramos que lo
hagan con nosotros. Esta acepción de la buena fe tiene especial aplicación en materia
contractual y también dentro de los negocios jurídicos personalísimos. Dichas pautas
comienzan desde la etapa precontractual y continúan hasta después de la finalización del
contrato. En la etapa contractual las personas deben brindarse información, comunicar
con claridad, no ser reticentes y, avisar de su retiro (de lo contrario sería abusivo). Al
tiempo de celebración, debe haber claridad en las estipulaciones y equilibrio en las
prestaciones. Durante la ejecución deben respetarse los deberes de cooperación,
información y renegociación si algo se modifica. En el período poscontractual, los deberes
son por ejemplo, confiabilidad y no competencia.
Buena Fe subjetiva (creencia): cuando se confía en la titularidad de un derecho propio y al
confiar en la titularidad de un derecho ajeno.
En estas facetas, dice Lorenzetti, las partes deben confiar en las situaciones tal como se
presentan, justamente porque el juez debe considerar la intención del sujeto o su íntima
convicción,
Una de las aplicaciones, es la protección de terceros. Por ejemplo, si declara a un sobrino
heredero de un hombre soltero y luego de muchos años aparece un hijo extramatrimonial,
éste desplazaría al anterior. Si el sobrino hubiera vendido bienes a un tercero, no podría
privarse a ese tercero de los derechos que obtuvo (claramente si eran de buena fe).
El ejercicio abusivo de los derechos: art. 10 CCyC: “El ejercicio regular de un derecho propio
o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines
del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las
buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación
jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una
indemnización”.
Esta doctrina nace como reacción frente a la idea de concebir a los DS como absolutos.
Comienza a desarrollarse en Francia, en vigencia del código napoleónico, donde las ideas
individualistas hacían carecer de límites a los derechos. Por ello, distintas teorías se
crearon para determinar cuándo una conducta es abusiva:
a) Criterio subjetivo: hay abuso cuando un derecho se ejerce sin interés alguno y con
el solo propósito de perjudicar a terceros (dolosamente).
b) Criterio objetivo: sistema funcionalista. Son productos sociales que no se nos han
dado ad nutum (para usarse discrecionalmente), sino que cada uno tiene su razón
de ser. Cuando los ejercemos, debemos ajustarnos a este espíritu finalista y
mantenernos en la línea de la institución. Sin esto abusaremos de ellos.
c) Ejercicio incompatible con la moral: existirá abuso cuando un derecho sea ejercido
para propósitos inmorales.
Evolución: en el código de Vélez, carecían de mayores limitaciones, pero la teoría del
ejercicio abusivo se fue abriendo paso vía jurisprudencia y doctrina.
La constitución de 1949, en su art. 35 la recepciona expresamente y luego de haber sido
derogada, la jurisprudencia la continúa ejerciendo hasta su recepción legislativa en 1968
con el art. 1071 de la ley 17.711: “ El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de
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una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio
abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira al
reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres”. Asi vemos que estas pautas para juzgar el abuso, responden al plurijuridismo
y encontraremos:
1) El criterio de los fines: se considera abusivo cuando el titular ejerce su derecho
apartándose de los fines con el que el legislador lo creó.
2) El criterio de la moral y las buenas costumbres: se vincula al ejercicio de los
derechos subjetivos con pautas dinámicas dentro de una sociedad, es decir, que
mutan según los distintos grupos que conforman una sociedad multicultural.
3) El criterio de buena fe: para decidir cuándo se la viola, el juez debe preguntarse
cuál es la conducta media socialmente obligatoria que, de acuerdo con las
circunstancias, debe observar el sujeto.
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Caracteres:
Innatos: corresponden a la persona desde su origen
Vitalicios: rigen durante toda la vida, y algunos de ellos incluso protegen al sujeto hasta
después de su fallecimiento.
Necesarios: no pueden faltar ni pueden perderse
Esenciales: son un mínimo imprescindible para la sociedad
De objeto interior: sus manifestaciones son inseparables de su persona
Inherentes: unión inseparable del objeto respecto del sujeto
Extrapatrimoniales: si bien ante su violación pueden dar lugar al resarcimiento.
Relativamente indisponibles: no pueden ser enajenados ni transferidos mientras viva la
persona, pero puede que el sujeto consienta la lesión, física o moral, en tal caso el
consentimiento de la víctima anula su punibilidad. De todos modos ahí no habría renuncia
al derecho sino a algunas de sus facultades. Se pueden vender las partes renovables
(leche materna, cabello una vez separado del cuerpo, o la imagen en ciertos casos).
Absolutos: oponibles erga omnes.
Privados: tiene un derecho privado que lo protege
Autónomos: diferentes de los demás.
Clasificación:
Derechos vinculados a la integridad física: derecho a la vida, al propio cuerpo y sus partes
renovables, a la salud y al cadáver.
Derechos vinculados a la libertad: derecho a la expresión de ideas, a la libertad de
movimiento, a la espiritual o religiosa.
Derechos vinculados a la integridad espiritual: intimidad, imagen, honor, identidad y
secreto.
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PUNTO 2 ¿?
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Aborto: cuando la salud de la mujer está comprometida, el derecho penal prevé causas de
justificación, siendo éstas preceptos permisivos que neutralizan la prohibición genérica
enunciada en el tipo penal. El codificar no fomenta ni ordena una conducta, se limita a
justificar, permitir, consentir, o tolerar tal conducta. (Normativa actual arts. 85-88 C.
Penal).
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Ley 26.742 se modifica la ley 26.529: se propuso despejar dudas respecto a la recepción
de prácticas eugenésicas, fijando en el derecho argentino el derecho a rechazar el
encarnizamiento terapéutico, con lo que vino a regular la ortotanasia. Hablar de muerte
digna no significa hablar de muerte, sino que significa que toda que se encamina por
alguna situación a la muerte, pueda decidir esperarla sin ser sometido a tratamientos
experimentales y que solo se le aplique lo necesario para calmar el dolor.
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Investigación de seres humanos: art. 58 CCyC: “La investigación médica en seres humanos
mediante intervenciones, tales como tratamientos, métodos de prevención, pruebas diagnósticas o
predictivas, cuya eficacia o seguridad no están comprobadas científicamente, sólo puede ser
realizada si se cumple con los siguientes requisitos:
a) describir claramente el proyecto y el método que se aplicará en un protocolo de investigación;
b) ser realizada por personas con la formación y calificaciones científicas y profesionales
apropiadas;
c) contar con la aprobación previa de un comité acreditado de evaluación de ética en la
investigación;
d) contar con la autorización previa del organismo público correspondiente;
e) estar fundamentada en una cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas en relación con
los beneficios previsibles que representan para las personas que participan en la investigación y
para otras personas afectadas por el tema que se investiga;
f) contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la persona que
participa en la investigación, a quien se le debe explicar, en términos comprensibles, los objetivos y
la metodología de la investigación, sus riesgos y posibles beneficios; dicho consentimiento es
revocable;
g) no implicar para el participante riesgos y molestias desproporcionados en relación con los
beneficios que se espera obtener de la investigación;
h) resguardar la intimidad de la persona que participa en la investigación y la confidencialidad de
su información personal;
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i) asegurar que la participación de los sujetos de la investigación no les resulte onerosa a éstos y
que tengan acceso a la atención médica apropiada en caso de eventos adversos relacionados con
la investigación, la que debe estar disponible cuando sea requerida;
j) asegurar a los participantes de la investigación la disponibilidad y accesibilidad a los tratamientos
que la investigación haya demostrado beneficiosos.”
La Corte Suprema ha amparado legalmente la decisión de una persona a participar en
una investigación médica, cuando ésta se haya autorizada por la autoridad pública y está
respaldad ética y científicamente justificando el balance riesgos-beneficios.
Derecho a una muerte digna: art. 1 Ley 26.742: “En el marco de esta potestad, el paciente que
presente una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estado terminal, o haya sufrido
lesiones que lo coloquen en igual situación, informado en forma fehaciente, tiene el derecho a
manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación
artificial o al retiro de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas
en relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un sufrimiento desmesurado. También
podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan como
único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable”.
Ortotanasia: o muerte digna, designa la actuación correcta ante la muerte por parte de
quienes atienden al que sufre una enfermedad incurable o terminal. Es el derecho a morir
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Protección de la vida privada: art. 1770 CCyC: “El que arbitrariamente se entromete en la vida
ajena y publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o
sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar en tales
actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo
con las circunstancias. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la
sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta medida es procedente para una adecuada
reparación”.
Solo las personas humanas gozan del derecho a la protección de la vida privada.
Habeas Data: es una de las garantías constitucionales que significa “conserva o guarda
tus datos”. Derecho que asiste a toda persona a solicitar la exhibición de los registros que
incluyen datos personales o de su familia, para tomar conocimiento, pedir su rectificación,
etc.
art. 43 CN: (LEER)
Ley 25.326: tratamiento y protección de datos personales: establece que la acción podrá
ser ejercida por el afectado, sus tutores o curadores, los sucesores.
Ésta, permite la supresión de datos, cuando el dato ha entrado erróneamente al registro, o
cuando los datos personales ya no sean necesarios para los fines que contemplaron su
almacenamiento.
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Identidad estática: desde este punto de vista, no se modifica con el transcurrir de la vida.
Tobías, entre otros, rechaza esta acepción mientras que las XVI Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, la confiere al origen biológico.
Banco Nacional de Datos Genéticos: surge que con la búsqueda de Abuelas tras la
dictadura del 76. Gracias al gran desarrollo científico y tecnológico, y de la invaluable
tarea de esta institución, en 2009 se sancionó la Ley Nacional N° 26.548 que jerarquizó la
jerarquizó. Dicha ley, determinó la organización que rige hoy en día del Banco.
Como parte de la tarea de Abuelas, éstas reclamaban al gobierno, la creación de una
Comisión que impulsara y organizara las búsquedas. Así en 1992, lograron la Ley
Nacional N° 25.457 de creación de la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la
Identidad). Sus funciones, consisten en impulsar la búsqueda de hijos e hijas de
desaparecidos y restituir su identidad; intervenir en toda situación donde se lesione la
identidad de los niñ@s y adolescentes, requerir información del Banco Genético y ordenar
la realización de pericias genéticas dicho Banco.
Aspecto Dinámico: rectificación registral del sexo y cambio de nombre de pila e imagen:
ley 26.743:
Art. 3: Ejercicio. “Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de
nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida.
Art. 4 Requisitos. “Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el cambio de
nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los siguientes requisitos:
1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el
artículo 5° de la presente ley.
2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales
correspondientes, una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley,
requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de
identidad correspondiente, conservándose el número original.
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.
En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o
parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico”
Art. 7: Efectos. “Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en
virtud de la presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los
registro/s.”
Unidad x: patrimonio
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El CCyC solo lo nombra, no lo define, en su art. 15 “las personas son titulares de los derechos
individuales sobre los bienes que integran su patrimonio”
El Código de Vélez, lo definía “los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las
cosas, se llaman “bienes”. El conjunto de bienes de una persona constituye su “patrimonio”.”
Parece adecuado adoptar al nuevo paradigma en materia de bienes que instaura el
CCyC.
El patrimonio como universalidad jurídica: los juristas que han visto en el patrimonio una
consecuencia de la personalidad jurídica, la han completado agregando que el círculo se
cerraba por el otro extremo, articulándose todos los bienes en una universalidad.
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El patrimonio como garantía común de los acreedores: la función de los bienes con valor
pecuniario dentro del mundo jurídico, es la de garantizar los créditos.
Art. 242: “Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y
constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este Código o
leyes especiales declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios especiales autorizados
por la ley sólo tienen por garantía los bienes que los integran”.
Si la responsabilidad patrimonial (desde el deudor) se respondiera por el incumplimiento,
se desataría el cúmulo de consecuencias que conlleva toda conducta antijurídica. En
cambio, si se responde desde el cumplimiento es porque dicha responsabilidad se
contrajo desde el nacimiento de la obligación.
Azpeitía cree que el patrimonio del obligado responde en caso de incumplimiento. Si
alguna vez se emplea la palabra garantía, debe entenderse como posibilidad de embargo
en la ejecución instada por el acreedor.
Art. 243 CCyC: “Bienes afectados directamente a un servicio público. Si se trata de los bienes de
los particulares afectados directamente a la prestación de un servicio público, el poder de agresión
de los acreedores no puede perjudicar la prestación del servicio.”
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- Los derechos individuales de las personas sobre los bienes que integran su
patrimonio (arts. 15, 16, 225, 235 ss. Y 1882 y ss. CCyC).
- Los derechos individuales que la persona posee sobre el cuerpo humano o sus
partes (art. 17 CCyC).
- Los derechos de las comunidades indígenas sobre bienes comunitarios (art. 18
CCyC).
- Los derechos de incidencia colectiva (arts. 14, 240 y 241 CCyC).
Cosas divisibles e indivisibles: art. 228 CCyC: “Son cosas divisibles las que pueden ser
divididas en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo
y análogo tanto a las otras partes como a la cosa misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y
aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario
corresponde a las autoridades locales.”
Hay que tener en cuenta que una cosa es “jurídicamente” divisible cuando es susceptible
de ser dividida material y económicamente. La división material, puede darse por ejemplo
el dinero, pero no una computadora aunque esté compuesta por partes, porque las
mismas no forman algo análogo. Por otro lado, la división económica ofrece mayores
aristas. Tanto lo inmueble como lo inmueble, puede dividirse perdiendo valor económico.
Ej: piedras preciosas.
La finalidad de la norma es no volver antieconómico la explotación de una fracción y esto
dependerá de las características de la tierra. A mayor fertilidad del suelo, mayor
posibilidad de fraccionarla. Por ello, se deriva la reglamentación hacia las autoridades
locales.
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Frutos y productos: art. 233 CCyC: “Frutos son los objetos que un bien produce, de modo
renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.
Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen
su sustancia.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son
separados.”
Las cosas pueden producir frutos y productos, el objeto resultante puede serlo de modo
renovable o no renovable, y a su vez implicar o no una disminución o alteración de la
sustancia de la cosa generadora dando lugar a estas dos categorías.
Frutos: Los frutos naturales, industriales y civiles son los que la cosa produce de modo
renovable y sin que altere la sustancia (manzanas de un árbol). Dice Llambías, que los
frutos son cosas nuevas diferentes a la que los genera.
Productos: Por otro lado, los productos no son reproducidos por la cosa de la cual se
sacan. Son los objetos no renovables, que al ser separados de la cosa importan una
alteración o disminución de su sustancia (el petróleo de un yacimiento).
Bienes inenajenables: art. 234 CCyC: “Bienes fuera del comercio. Están fuera del comercio
los bienes cuya transmisión está expresamente prohibida:
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a) por la ley;
b) por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales prohibiciones.”
Esta prohibición puede ser legal o voluntaria, y a su vez absoluta o relativa. Es absoluta si
el bien no puede ser transmitido, en cambio, es relativa si necesita de alguna autorización
previa para su enajenación.
La regla general es que los bienes siempre se encuentran dentro del comercio, por eso,
esta prohibición es excepcional.
Dominio privado del Estado: art. 236 CCyC: “Pertenecen al Estado nacional, provincial o
municipal, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a) los inmuebles que carecen de dueño;
b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de interés similar,
según lo normado por el Código de Minería;
c) los lagos no navegables que carecen de dueño;
d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los tesoros;
e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier título”.
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Bienes de los particulares: art. 238 CCyC: “Los bienes que no son del Estado nacional,
provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los particulares sin
distinción de las personas que tengan derecho sobre ellos, salvo aquellas establecidas por leyes
especiales.”
Los bienes en relación a los derechos de incidencia colectiva: el CCyC reconoce dos
categorías de derechos: individuales y de incidencia colectiva.
El art. 14 establece que “La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales
cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.” Con ello,
se fija el principio general respecto a que el ejercicio de los derechos individuales debe
ser compatible y sin causar daño a los derechos de incidencia colectiva.
Límites al ejercicio de los derechos individuales: surgen atento a que los derechos de
incidencia colectiva son aquellos que garantizan a la humanidad una vida digna y
sustentable a futuro. Esta limitación surge del art. 240 CCyC: “ El ejercicio de los derechos
individuales sobre los bienes debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva. Debe
conformarse a las normas del derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público
y no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la
biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en
la ley especial.”
Esta norma, brinda compatibilidad a ambos tipos de derechos.
El CCyC, enmarcado en el “paradigma ambiental”, no solo prevé conducta abusiva que
lesione el derecho de un particular, sino a toda la comunidad y generaciones futuras. Para
asegurar el cumplimiento de la Ley 25.675, el art. 240 establece parámetros en que se
deberán ejercer los bienes sin que se afecte el funcionamiento ni la sustentabilidad de los
ecosistemas de la flora, fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje,
etc.
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La afectación se inscribe en el registro de la propiedad inmueble según las formas previstas en las
reglas locales, y la prioridad temporal se rige por las normas contenidas en la ley nacional del
registro inmobiliario.
No puede afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos o más
inmuebles afectados, debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter dentro del plazo
que fije la autoridad de aplicación, bajo apercibimiento de considerarse afectado el constituido en
primer término.”
Objeto de afectación: en su totalidad o una parte del valor del inmueble. Solo podrá
afectar un solo inmueble del titular, en caso de encontrarse siendo titular de dos o más
inmuebles afectados, deberá optar por uno. De lo contrario, la ley presume que es el
primero afectado.
Forma e inscripción de la afectación: podrá realizarse por acta registral o por escritura
pública. En los supuestos por actos de última voluntad, en juicio de divorcio o de
conclusión de uniones convivenciales, la misma será por orden judicial. Para que el
inmueble quede protegido se deberá inscribir la afectación en el registro de la propiedad
inmueble según las formas previstas por leyes locales.
Requisitos de habitación efectiva: art. 247 CCyC: “Si la afectación es peticionada por el titular
registral, se requiere que al menos uno de los beneficiarios habite el inmueble”. Si ninguno lo
hace, los efectos de la protección no subsistirán.
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Frutos: art. 251 CCyC: “Son embargables y ejecutables los frutos que produce el inmueble si no
son indispensables para satisfacer las necesidades de los beneficiarios.”
No rige ninguna restricción a los acreedores para embargar.
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O sea, que la norma contempla una hipótesis denominada supuesto jurídico: tipos
abstractos y generales de supuestos/comportamientos que pueden o no producirse.
Así que, los sucesos (acontecimientos) de la realidad, cuando encuadran en los
elementos previstos por la norma (supuesto jurídico), producen consecuencias, tomando
el nombre de hechos jurídicos.
Concepto normativo: art. 257 CCyC: “El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al
ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas”.
Acontecimiento: toda circunstancia, tanto material como espiritual, que conforma el factum
al que el derecho le hace producir efectos jurídicos.
Relaciones jurídicas: son relaciones sociales que, al ser subsumidas por un supuesto
jurídico, posibilitan el reconocimiento a los sujetos, de facultades y prerrogativas, así
como los correlativos deberes. La relación se reduce a un vínculo en virtud del cual uno
de los sujetos tiene la facultad de exigir una conducta determinada, por que decimos que
es una generadora de derechos subjetivos.
Varias teorías hay sobre la diferenciación de relación y situación jurídica, pero
adscribimos a la de Rivera, quien reza: “es un modo o una determinada manera de estar de las
personas en la vida social, regulado por el Derecho” . Las situaciones pueden ser subjetivas o
con relación también a los bienes, o pueden ser plurisubjetivas, y a éstas se las llama
relaciones jurídicas. Así, la relación de un sujeto con un bien, no podría conformar una
relación jurídica, sino una situación.
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Simple acto lícito y acto jurídico: art. 258 CCyC: “el simple acto lícito es la acción voluntaria no
prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas.” Es decir, que la ley, ante el hecho, le hace producir alguno de esos
efectos, independientemente de la voluntad del autor, haya o no buscado esa
consecuencia.
Art. 259 CCyC: “El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.”
El acto voluntario: art. 260 CCyC: “El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento,
intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.”
Es la norma legal la que fija los elementos que debe reunir un acto para ser considerado
voluntario:
Elementos internos: deben existir en su conjunto para que haya voluntad jurídica. Ésta, se
diferencia de la voluntad psicológica, ya que puede haber una sin la otra en ambos casos.
Ej: el derecho asume que cierta capacidad se adquiere desde los 13 años, por más que
alguien más chico ya tenga psíquicamente todas las condiciones de discernimiento y
demás. Estos elementos internos son:
1- Discernimiento: discernir implica distinguir una cosa de otra, formando juicio
acerca de la diferencia que existe entre ellas. Solo mediante el discernimiento se
puede distinguir entre el bien y el mal, entender el alcance, el valor y las
consecuencias de un acto. Brebbia, nos dice que es la facultad para conocer la
realidad y decidir entre diversas posibilidades. Es la aptitud del sujeto para
apreciar la consecuencia de sus acciones. El CCyC no da una definición, pero
establece cuándo es que éste falta, en su art 261: “Es involuntario por falta de
discernimiento:
a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años;
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio
de lo establecido en disposiciones especiales.”
La ausencia del discernimiento no se da por un vicio, sino por la aptitud intelectual
del sujeto. Causales de falta de discernimiento son:
a- Minoría de edad: para actos ilícitos, la persona +10 años, tiene discernimiento
y se lo puede imputar por hechos ilícitos, atentando a su patrimonio
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independientemente de sus padres. Para los actos lícitos, los +13 años, son
considerados adolescentes, por lo cual tendrán discernimiento tan sólo para
los actos que la ley fija en el art. 26 CCyC.
b- Privación de la razón: ya sea por una situación permanente correspondiente a
una patología o bien, transitoria como la embriaguez o; haber sufrido un evento
traumático u otra circunstancia que provocó transitoriamente la pérdida de la
razón. Los actos lícitos realizados por estas personas, se considerarán
involuntarios. Los ilícitos, serán involuntarios cuando no dieron lugar por
negligencia o imprudencia a encontrarse en ese stado, mientras que por el
contrario, no serán involuntarios cuando esa inconsciencia proviene de la
negligencia del sujeto. Ej: un borracho. En este caso, sus actos y
consecuencias son imputables.
2- Intención: la doctrina sostiene que no debe confundirse con la voluntad de la
misma. Freitas, nos dice que es el discernimiento aplicado a un acto que se ha
deliberado practicar.
Llambías, sostiene que consiste en el propósito de la voluntad en la realización de
cada uno de los actos conscientes.
Brebbia, nos dice que hay intención cuando se ha realizado el acto como se
pensó. Y faltará dicho elemento, cuando el acto cometido no coincida con el acto
deliberado.
Las causales obstativas de la intención, son el dolo y el error.
3- Libertad: según Smith, es el estado existencial del hombre en el cual éste es
dueño de sus actos y puede autodeterminarse conscientemente sin sujeción a
ninguna fuerza o coacción psicofísica interior o exterior. Ésta, como elemento
interno de la voluntad, supone la ejecución de un acto sin coacción externa. Es la
facultad de elegir entre distintas alternativas posibles.
Las cusas que obstan la moral son la violencia física y la moral.
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Art. 263 CCyC: “El silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado como una
manifestación de voluntad conforme al acto o la interrogación, excepto en los casos en que haya
un deber de expedirse que puede resultar de la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y
prácticas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.”
Las excepciones al principio general, cuando hay un deber de expedirse que puede
resultar de:
a) la ley: la norma es quien establece el deber de expedirse, por lo que, en caso de
silencio, se tomará como afirmación. La base axiológica para hacerlo yace en la
doctrina del interés comunitario, tal como el caso de contar con donantes de
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Art. 979 CCyC: “Modos de aceptación. Toda declaración o acto del destinatario que revela
conformidad con la oferta constituye aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuando existe
el deber de expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las
prácticas que las partes hayan establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y
las declaraciones precedentes.”
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Vicios de la voluntad: son defectos congénitos que presenta la misma, que la priva de
ser sana. Ellos son el error, el dolo y la violencia
Distinción frente a los vicios de los actos jurídicos: en los actos jurídicos encontraremos la
lesión, la simulación y el fraude, mientras que los de la voluntad, pueden perjudicar a
todos los actos voluntarios, en razón de afectar el proceso de la voluntad interna o
producir la divergencia entre ambas.
La consecuencia de los vicios de la voluntad, es la nulidad o invalidez, mientras que en
los de los actos jurídicos, encontraremos que la simulación, supone la nulidad; el fraude
otra especie de ineficacia, la inoponibilidad y; la lesión tiene dos posibles consecuencias,
la nulidad del acto o su reajuste.
Error de hecho:
❖ se diferencian “error motivo” de “error en la declaración”.
❖ Se diferencian “error esencial” con “error accidental o accesorio”.
Error vicio o motivo: El error se configura cuando se obra en base a un estado mental
en que resulta impedida la verdadera representación de la realidad o es sustituida por otra
no verdadera; o cuando al proyectarse no coincide con la intención del agente. Ésta, es la
primera y gran división del error: error motivo y error en la declaración.
El error se clasifica en esencial y accidental. El antiguo código, destinaba 3 artículos para
hablar de la enumeración de errores esenciales, mientras que el CCyC los aglutina en
uno: art. 267.
Requisitos para que produzca la anulación del acto:: debe ser de “hecho”, es decir,
debe recaer sobre las circunstancias fácticas del negocio jurídico; “esencial” y en
determinados supuestos también “reconocible”.
Art. 265 CCyC: “El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto. Si el acto
es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser reconocible por el destinatario para
causar la nulidad.”
• Error de hecho esencial: siguiendo a Brebbia, creemos que éste existe, cuando
es “móvil determinante” de la voluntad, es decir, que si esa equivocación no
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• Error accidental: es cuando recae sobre una calidad accidental, es decir, sobre
algo intrascendente de la cosa o sobre un accesorio. Es la contrapartida del error
esencial, siendo inhábil para producir la nulidad del negocio.
• Error de cálculo: art. 268 CCyC: “El error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto,
sino solamente a su rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento.” Por
ej: se incorpora un 0 de más o de menos, pero ambas partes acuerdan en la cifra
consentida. Aquí no hay vicio de la voluntad, sino solo un desatino en la
numeración. Por otro lado, como lo dice la norma, puede ser determinante. Por
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ejemplo si las partes no acuerdan una cifra, el negocio es nulo por falta de
consentimiento, no existe acuerdo de voluntades.
El error en la declaración puede configurarse por apresuramiento o distracción. Ej:
decir Dólar en vez de Peso, o compro en lugar de vendo.
Éstos, se dan cuando no ha habido ninguna voluntad de declarar. Allí está la clara
diferencia con el error motivo, donde existe una representación equivocada frente
al error en la declaración, donde encontramos divergencia total entre la voluntad
interna y la declarada.
Subsanación del error. Subsistencia del acto: art. 269 CCyC: “La parte que incurre en error
no puede solicitar la nulidad del acto, si la otra ofrece ejecutarlo con las modalidades y el contenido
que aquélla entendió celebrar.”
El que incurrió en el error no puede exigir su nulidad si su interés ha sido satisfecho. Si no
existe perjuicio que merezca ser subsanado, no hay razones para invalidar el acto.
Diferencia con el error: el dolo es el “error provocado”. Pero, se diferencia del autoerror en
que la equivocación en éste no obedece a engaño o inducción de otro sujeto sino a una
espontánea y falsa apreciación de la realidad. Además, el dolo no necesita ser
reconocible, mientras que el error sí.
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Clases de dolos:
a) Dolo positivo y dolo negativo: el positivo es cuando un sujeto emplea una
acción como maniobra engañosa y, el negativo, es cuando esta maniobra consiste
en una omisión.
Así, habrá dolo positivo cuando el agente asevere algo que es falso sabiéndolo
(cuando el vendedor vende una pintura de Soldi como original sabiendo que no lo
es), emplee cualquier artimaña para lograr celebrar el acto.
El dolo negativo u omisión se encuentra cuando se ocultan o callan circunstancias
que se tenía el deber de comunicar a otro, aprovechando el error en que cae la
víctima. (Principalmente regulado en materia de consumidores).
b) Dolo esencial e incidental: en el primero, el engaño es determinante, causa
principal para la realización del acto. Por otro lado, el incidental, no es
determinante pero sí llevó a la víctima a consentir condiciones más gravosas.
Tienen consecuencias diferentes: art. 272: “El dolo es esencial y causa la nulidad del
acto si es grave, es determinante de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido
dolo por ambas partes.”
Art. 273: “El dolo incidental no es determinante de la voluntad; en consecuencia, no afecta
la validez del acto.” (Se determina el resarcimiento como sanción).
c) Dolo directo e indirecto: es directo cuando la maniobra engañosa la perpetra una
de las partes del negocio o su representante. Es indirecto, cuando la perpetra un
tercero ajeno al acto. Mismas consecuencias. Art. 275: “…Responde solidariamente
la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero.”
Requisitos para anular el acto y sus efectos por dolo: (art. 272 CCyC) para el dolo causar
la nulidad del negocio, deberá ser esencial, es decir, determinante de la voluntad del
agente.
Debe reunir 3 requisitos positivos y uno negativo:
a) Dolo grave: la maniobra engañosa debe presentar cierta entidad. Si podría haber
sido sorteada, no es grave. Ej: cuando un vendedor dice que “no encontrarás nada
más barato”, no da lugar a nulidad, por ser astucias propias de la costumbre. El
límite radica en la buena fe.
b) Dolo determinante: denominado dolo principal, porque si dicho engaño no hubiera
existido, la víctima no hubiera concretado el acto. Esta circunstancia ratifica la
esencialidad del dolo. No es relevante el momento, puede concretarse al inicio o
ser sobreviniente a la negociación. Lo importante es si es o no la causa
determinante.
c) Que cause un daño importante: incorpora un elemento objetivo, ya no subjetivo.
Un daño insignificante no puede conllevar a la nulidad del negocio, sí podrá
motivar el pago de perjuicios. El nivel de daño se determina en relación al negocio
en sí, y puede ser patrimonial o moral.
d) Inexistencia del dolo reciproco: nadie puede alegar el cometido por la otra parte.
La ley se desentiende de dos tramposos, no protege a ninguno.
Efectos del dolo principal: habilita dos consecuencias: la nulidad, y el reclamo de los
perjuicios ocasionados.
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La posibilidad de plantear la nulidad por la víctima, puede ser por vía de acción o de
excepción; siendo la nulidad relativa, porque su fundamento radica en el interés privado
del engañado. O sea, por ser relativa, no puede en principio, ser declarada de oficio. El
fundamento de la nulidad yace en un vicio que afecta un elemento interno, como es la
intención. También se puede reclamar por los daños. Ambas consecuencias son
independientes, por lo que se pueden acumular.
Cuando el dolo no es determinante, el acto sigue en pie pero se puede reclamar por los
daños y perjuicios.
Fuerza física: (vis absoluta) Vélez, la definía: “habrá falta de libertad de los agentes,
cuando se emplease contra ellos una fuerza irresistible”. Con irresistible, quiere significar
que el coaccionado no ha podido oponerse ni hacerla cesar. Su voluntad ha sido
pulverizada, desparecida por completo.
Tiene amplio campo de aplicación como vicio de la voluntad en los actos negativos, no en
los positivos donde consideramos que no hay voluntad alguna.
Intimidación: (vis compulsiva) se ejerce sobre el ánimo del sujeto mediante la amenaza
de infringirle un mal futuro. La intimidación requiere de una manifestación de la voluntad,
ya sea expresa o tácita, siempre que el amedrentamiento pueda inferirse con certidumbre
(como la simple exhibición de un arma de fuego). Generalmente, este tipo de ilícitos se
dan en actos positivos, aunque también los hay negativos.
Bienes sobre los que recae la amenaza: puede recaer sobre personas o sus bienes.
Comprende las amenazas de privación de la vida, la salud, de secuestros, de difusión de
hechos que puedan afectar el honor y la destrucción de bienes. El cuerpo anterior
nombraba también a tercer y enumeraba familiares, mientras que el actual se limita a
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decir que lo importante es que la amenaza haya tenido la magnitud suficiente para
influenciar el proceso de la voluntad.
Efectos del vicio de la violencia: si la violencia cumple con las pautas del 272, la nulidad
relativa es la consecuencia, tal como en el resto de los vicios de la voluntad.
También, como en el dolo, es posible el reclamo de los daños como una acción
independiente de la nulidad. Art 278 “el autor debe reparar los daños…” puede pedir ambas o
cuando el vicio no supusiera la nulidad, solo pedir la reparación de daños.
Violencia ejercida por terceros: art. 277 CCyC: “El autor de la fuerza irresistible y de las
amenazas puede ser una de las partes del acto o un tercero.” Ahora, lo importante es saber si
existe complicidad entre el tercero y la parte beneficiada. El código, como el de Vélez,
prescribe responsabilidad solidaria entre ambos, si el beneficiado tuvo conocimiento de la
fuerza o amenaza. Se basa en la buena fe y, dice Cifuentes, que la parte beneficiada ni
bien advierte lo ocurrido debe protestar y dar al perjudicado los medios para dejar los
actos sin efecto.
Terminología: Vélez, Freitas y autores franceses, lo llaman “acto jurídico”. Los alemanes
llaman “negocio jurídico” a nuestro acto voluntario lícito. Savigny, lo llamó “declaración de
la voluntad privada destinada a producir consecuencias jurídicas. Nuestro CCyC, sigue a
Vélez pero usa indistintamente los términos “acto” y “negocio” jurídico.
Ubicación dentro de los hechos jurídicos: en el CC, el acto jurídico estaba ideado para
regular relaciones patrimoniales. Los negocios jurídicos personalísimos no estaban en
miras del legislador. Actualmente, la ubicación es la correcta, dentro de la Parte General,
pero la función económica y social es diferente, porque ya no regula solo actos
patrimoniales, sino que en principio, está concebido para regular todo tipo de relaciones
jurídicas.
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y tiene como vehículo más importante el negocio jurídico. Por lo tanto, el acto jurídico es
el instrumento ordinario y específico a que recurren las personas para regir por sí mismas
sus intereses económicos y de otra índole, como los de familia (la posibilidad de pactar
uniones convivenciales) y personalísimos (celebración de contratos sobre partes del
cuerpo), dentro del ordenamiento normativo.
El principio de autonomía privada o de la voluntad, es uno de los pilares de nuestro
código, y una vez que lo han hecho tienen la obligación de respetarlo como a la ley.
La palabra “autonomía” viene de auto (propio) y nomos (norma), y significa la aptitud que
tienen los sujetos de derecho para dictar sus propias normas. La autonomía de la
voluntad no crea normas generales, pero sí derechos subjetivos (derechos y
obligaciones). Así, centrándonos en las contrataciones como una especie de negocio
jurídico, es un acuerdo entre hombres libres e iguales, tal como lo concibe nuestra CN.
La autonomía privada descansa sobre dos pilares:
• Libertad de contratación o autodecisión
• Libertad contractual o autorregulación.
Sin embargo, al ser el eje de la sociedad capitalista, no siempre contamos con estos
pilares, ya que hay servicios como el de electricidad o agua potable de los que no
podemos prescindir. Lo mismo con los seguros automotores y, más aún, con las
empresas de servicios monopólicas, como telecom, o contratamos con ellos o con nadie.
La libertad del consumidor o usuario es mínima, no tenemos mucho espacio a debatir
cláusulas contractuales. Diferente es el caso de las grandes empresas que contratan
entre sí en condiciones de paridad, a esos se lo llama “mega” contratos.
Definición legal de acto jurídico: art. 259 CCyC. Mantiene la misma definición del código
velezano pero incorpora la noción de “relaciones y situaciones jurídicas”, para referirse a
los efectos de fin inmediato querido por las partes.
Por otro lado, también Betty conceptualiza a los actos jurídicos como “el acto en el que el
individuo regula por sí los intereses propios en las relaciones con otros, y al que el
Derecho enlaza los efectos más conformes a la función económico-social que caracteriza
su tipo”. Tiene gran importancia esta conceptualización porque recoge la esencia del acto
jurídico, la cual reside en la autonomía privada.
De esta concepción normativa se desprenden ciertos caracteres:
Acto: es decir, un hecho jurídico humano, no natural.
Voluntario: es decir, ejecutado con discernimiento, intención y libertad y exteriorizado
para poder producir efectos jurídicos. No involuntario.
Lícito: el acto debe ser conforme al derecho. El ordenamiento no concibe actos que sean
contrarios a él mismo, por lógica. Entonces, el campo de lo lícito comprende todo lo
permitido por el ordenamiento (regulado por él o no regulados pero que sí son conforme al
art. 19 CN).
Fin inmediato: no cualquier manifestación de voluntad lícita constituye un negocio
jurídico. La norma exige que esa voluntad, se encuentre dirigida en forma inmediata a
producir efectos jurídicos (a adquirir, modificar o extinguir relaciones o situaciones
jurídicas). O sea, debe existir autorregulación entre las partes, lo que le adjudica fuerza
vinculante.
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El fin no debe ser jurídico, sino práctico, ya que en él yace el fin jurídico de todos modos
ej: cuando subo a un colectivo, no busco celebrar un contrato de transporte, sino ser
conducido hacia un determinado destino.
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Elementos esenciales:
Sujeto: es el autor del acto, sobre quien recae el efecto. En todos los negocios jurídicos
existe al menos una parte, sin este elemento, no hay acto jurídico.
En cada acto, las personas pueden aparecer en una de 3 categorías: pueden ser partes,
otorgantes (representantes) o terceros.
Las categorías pueden ser acumulativas.
Partes: dice Brebbia, que es un centro de intereses del que emana una
manifestación de voluntad, sobre el cual recaen los efectos jurídicos del acto. Esto
lo distingue de otras personas que podrían haber intervenido, como el escribano
los testigos o los representantes. Por lo general, la parte es quien otorga el acto, lo
realiza, pero no siempre por sí mismo. Aquí aparece el representante.
Un tema importante es el de los sucesores universales, que son quienes suceden
a la parte tras su fallecimiento. Art. 400 CCyC: “Sucesor universal es el que recibe
todo o una parte indivisa del patrimonio de otro; sucesor singular el que recibe un derecho
en particular.”
Art. 398 CCyC: “Todos los derechos son transmisibles excepto estipulación válida de las
partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe trasgresión a la buena fe, a
la moral o a las buenas costumbres.”
La capacidad como requisito: las partes deben tener capacidad de derecho y de
hecho cuando intervienen personalmente en un acto. Ésta, es un presupuesto. Si
la parte es incapaz de ejercicio, el acto debe ser otorgado por representante y
entonces la capacidad se trasladará a éste.
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otros que poseen otro tipo de valor. Se incorporó así, la categoría “objeto de derechos”
que carece de valor económico, pero sí tiene valor afectivo, terapéutico, científico, como
es el cuerpo humano. Por ende cualquier tipo de bien, tomado en todos sentidos, puede
ser objeto de negocio jurídico.
Concepto normativo del objeto: art. 279 CCyC : “El objeto del acto jurídico no debe ser un
hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden
público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que
por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.”
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Requisitos de los bienes: no pueden ser bienes que la ley haya prohibido que lo fuera: la
consecuencia es la nulidad.
Causa: existen dos acepciones del término: la causa fuente y la causa fin. La fuente
refiere a los hechos generadores de relaciones jurídicas, es un hecho al cual el
ordenamiento asigna virtualidad suficiente para establecer un vínculo que liga sujetos.
Por otro lado, la causa fin es un elemento esencial del negocio jurídico. Pero, la doctrina
distingue, la causa fin subjetiva, constituida por los móviles particulares que las
condujeron a realizar el acto; y la objetiva que es el propósito típico que cumple el
negocio, idéntico a los demás actos de la misma especie.
Concepto normativo: art. 281 CCyC: “La causa es el fin inmediato autorizado por el
ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los
motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o
tácitamente si son esenciales para ambas partes.”
En el primer párrafo, refiere a su aspecto objetivo, que es invariable en cada tipo negocial
(todas las compraventas tendrán la misma). En su segundo párrafo, refiere a su aspecto
subjetivo, pero por una parte, aclara que los motivos deben ser lícitos y expresamente
incorporados al acto (cuando no lo están son intrascendentes). Esto dio gran divergencia
de doctrina al respecto, pero, sean tácitos o expresos, consideramos que deben ser
siempre esenciales. Ej: contrato entre dos partes que se conocen entre sí y saben qué
negocio lleva la otra, por eso no necesitan poner los motivos del contrato.
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Enfoque pragmático de la causa fin: las vicisitudes de la causa fin pueden presentarse:
En la etapa genética por ser vicio de origen, puede llevar a la nulidad, salvo
excpeciones, que son cuando se presentan los siguientes conflictos:
▪ Error en la causa
▪ Causa simulada – falsa causa
▪ Causa simulada – falta de causa
▪ Causa ilícita
En la etapa funcional puede generar otras especies de ineficacia, como la
resolución, recisión o revocación. Aquí encontramos:
▪ Frustración del fin
▪ Excepción de incumplimiento
▪ Pacto comisorio
▪ Imposibilidad de pago
▪ Teoría de la imprevisión
Elementos accidentales:
Condición: art. 343 CCyC: “Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos
por la cual las partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho futuro e
incierto.”
Hay que diferenciar a la condición del condicionante, muchas veces confundidos. La
condición en sí misma, es un elemento del acto; el condicionante (o hecho condicional)
está por fuera del acto, aunque la primera comprende y depende mucho de él. La
condición producirá sus efectos en tanto el hecho condicionante se produzca o no. Ej: yo
te entrego la llave de mi departamento (condición), si durante esta semana cae granizo
del cielo (condicionante).
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Caracteres de la condición:
➢ Voluntaria: esta voluntariedad debe surgir en la constitución de la condición.
➢ Excepcional: la existencia de la condición no se presume, en caso de duda, se
niega su existencia.
➢ Incoercible: la diferencia del cargo. No puede el hecho condicionante ser exigido
coercitivamente.
Condiciones prohibidas que determinan la nulidad del acto: art. 344 CCyC: “Es nulo el acto
sujeto a un hecho imposible, contrario a la moral y a las buenas costumbres, prohibido por el
ordenamiento jurídico o que depende exclusivamente de la voluntad del obligado…” (este artículo
no es taxativo).
Entendemos que no es lo mismo si se trata de condiciones suspensivas que resolutorias.
En cuanto a las suspensivas siempre invalida al acto, cosa obvia ya que el acreedor de
dicha condición no puede exigir el cumplimiento de una obligación nacida de un acto ilícito
o inmoral. En cuanto a las resolutorias, se admiten excepciones dependiendo del caso
concreto. Por ej., el caso de invalidación de una donación por ingratitud.
Excepción: art. 344: “…La condición de no hacer una cosa imposible no perjudica la validez de la
obligación, si ella fuera pactada bajo modalidad suspensiva...” Dado que dicha condición no
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Plazo: es un elemento accidental que cuando se incorpora al acto tiene como finalidad la
postergación del ejercicio de los derechos, tanto para la exigibilidad como la extinción.
(art. 350 CCyC).
A diferencia de la condición, no subordina la eficacia del acto, sino que difiere la
exigibilidad o extinción de los efectos del mismo.
Caracteres:
➢ Futuro: se traduce en la espera de un día, mes, año posterior a la constitución.
➢ Cierto: fatalmente habrá de producirse el mismo, aun cuando no se sepa cuándo.
➢ Efectos NO retroactivos: sus efectos son siempre a futuro (ex nunc).
➢ Son continuos: no se interrumpen y corren en días inhábiles, con excepción de
supuestos procesales.
Clasificación:
• Plazo legal, convencional o judicial:
o Legal: se incorpora al acto por la ley así lo establece.
o Judicial: resulta determinado por el juez por remisión de las partes o de la
ley.
o Convencional: introducido por las partes, ya sea expresa o tácitamente.
• Plazo esencial y no esencial:
o Esencial: cuando el cumplimiento de la prestación solo es un útil en un
período de tiempo designado, ese lapso es motivo determinante. Ej: un
modisto debe entregar el vestido de novia. Si lo entrega el día posterior a la
boda, dicho cumplimiento es inútil.
o No esencial: o accidental, es cuando no resulta determinante para el futuro
cumplimiento de la obligación, así, pese a su vencimiento, al acreedor le
resulta útil. Ej: pago de canon locativo fuera de término.
• Plazo determinado e indeterminado:
o Determinado: ha sido estipulado, fijado, ya sea por las partes, la ley, etc.
o Indeterminado: no ha sido precisamente fijado. Su determinación se podrá
valer de dos vías: la naturaleza o circunstancias de la obligación.
• Plazo cierto e incierto: subclasificaciones del determinado
o Cierto: se conoce con exactitud el momento. Ej: el 5 de cada mes se debe
pagar la renta.
o Incierto: se establece que el vencimiento de una obligación será en
relación a un hecho futuro, que no se sabe cuándo acaecerá. Ej: al
fallecimiento de tal persona .
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Beneficiario del plazo: si el plazo es en beneficio del deudor, éste podrá renunciarlo y
pagar anticipadamente; y si es para el acreedor, podrá prescindir de su vencimiento y
exigir anticipadamente la prestación o bien con posterioridad.
Se modificó el art. que lo regulaba en el CC por ser objeto de críticas, y ahora el CCyC en
su art. 351 establece: “El plazo se presume establecido en beneficio del obligado a cumplir o a
restituir a su vencimiento, a no ser que, por la naturaleza del acto, o por otras circunstancias,
resulte que ha sido previsto a favor del acreedor o de ambas partes.” Es una ley supletoria.
Pago anticipado: art. 351 CCyC: “El obligado que cumple o restituye antes del plazo no puede
repetir lo pagado.” Salvo que recaiga sobre un aspecto accesorio.
Caracteres y requisitos:
➢ Obligación accesoria de origen convencional: en primer lugar, debe tener un objeto
de apreciación económica. Depende del acto jurídico en el que ha sido impuesto y
debe tener como fuente la autonomía privada.
➢ Es excepcional: no deriva naturalmente del acto, ni es un complemento, sino que
es independiente del derecho.
➢ Los beneficiarios del cargo pueden ser el mismo estipulante o un tercero ajeno al
acto jurídico principal.
➢ Su cumplimiento puede ser exigido coactivamente al beneficiario del derecho
principal, ya sea pero el otorgante, como por los beneficiarios si son ciertos y/o sus
herederos.
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Clases:
❖ Cargo simple: su inejecución no modifica al acto principal, solo permite a los
legitimados para exigir su cumplimiento.
❖ Cargo condicional suspensivo: la ejecución de los efectos propios del acto
principal, está subordinada a la ejecución del modo.
❖ Cargo condicional resolutorio: la extinción de los efectos propios del acto principal
depende de su ejecución.
Transmisibilidad: art. 356 CCyC: “El derecho adquirido es transmisible por actos entre vivos o
por causa de muerte y con él se traspasa la obligación de cumplir el cargo, excepto que sólo pueda
ser ejecutado por quien se obligó inicialmente a cumplirlo. Si el cumplimiento del cargo es
inherente a la persona y ésta muere sin cumplirlo, la adquisición del derecho principal queda sin
efecto, volviendo los bienes al titular originario o a sus herederos. La reversión no afecta a los
terceros sino en cuanto pudiese afectarlos la condición resolutoria.”
Forma:
Acepciones del vocablo: latin formae. La acepción de la R.A.E nos dice que es la
configuración externa de algo. Dentro del mundo jurídico, tiene varias acepciones. Una
amplia, que nos dice que es la manera en que se exterioriza la voluntad respecto del
objeto en orden al fin propuesto, por lo que es un elemento esencial.
Por otro lado, tenemos una restringida que dice que es el conjunto de solemnidades que
la ley o las partes, aveces, le pueden exigir al negocio para que tenga plena eficacia. Así
toma su significado literal, contorno, y puede haber actos formales porque sí las requieren
y actos no formales si no.
El CCyC no nos brinda un concepto, solo la regula.
Últimamente, se ha hecho un pequeño viraje hacia el formalismo, siempre dejando como
principio la forma libre. Este formalismo busca seguridad en el tráfico jurídico y la
protección a terceros.
Forma libre: desde el punto de vista restrictivo, que es el que nos permite diferenciar los
actos con forma de los que no, diremos que son actos libres aquellos que no tengan
requerimientos ni desde la ley ni de las partes.
En la materia de negocios jurídicos en cuanto a la forma es la libertad. Así, los actos de
forma libre, son aquellos cuya forma queda librada a la voluntad de las partes y son los
que pueden realizarse en cualquiera de las que su uso social considere modo de
manifestación admisible e inequívoca.
El art. 284 CCyC reza al respecto: “Si la ley no designa una forma determinada para la
exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente…”
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Forma impuesta por la autonomía privada: cuando los interesados tienen la posibilidad
de autorregularse, su autonomía de la voluntad tiene fuerza vinculante tal para convenir
una formalidad aún más estricta que la de la ley. Así, el art. 284 en su última parte dice
“…Las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta por la ley.” De este modo
los particulares llevan el acto de no formal a formal, imponiendo requisitos en sus
contratos con sus debidas consecuencias por incumplimiento (porque la ley ya dijimos
que no lo hace). Es preciso además, aclarar si la forma se exige para la validez completa
del acto. Si nada dice al respecto, se trata será un acto formal no solemne.
Forma tasada: también llamada impuesta. Son aquellos actos cuyos requerimientos
están previstos por la ley.
Clasificación de actos formales: (serían los actos de los últimos dos supuestos).
Esta distinción se fundamenta en los efectos que genera el incumplimiento de la forma
impuesta:
❖ Formales NO solemnes: son a los que se les exige una determinada solemnidad
para la producción de sus efectos propios, pero sin sancionar con nulidad la
omisión de la forma. O sea, el acto es válido aún sin el cumplimiento de las
solemnidades, teniendo éstas eficacia relativa. En consecuencia, el derecho
habilita a las partes a demandar el cumplimiento de las formas.
❖ Formales solemnes: la forma es constitutiva del acto y las solemnidades exigidas
son bajo pena de nulidad, aunque son los menos frecuentes. Ejemplos de actos
formales solemnes son: testamento, matrimonio y materia contractual de donación
de inmuebles, contrato oneroso de renta vitalicia y la transacción sobre derechos
litigiosos. El art. 285 CCyC regula este supuesto: “Forma impuesta. El acto que no se
otorga en la forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya
otorgado el instrumento previsto, pero vale como acto en el que las partes se han obligado
a cumplir con la expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.”
Prueba de los actos jurídicos: Probar es acreditar un hecho en juicio. Se suele confundir
mucho la prueba con la forma, aunque éstas sean muy diferentes. El CCyC trata de no
caer en el mismo error del CC y confundir sus términos.
La forma, por ser esencial pertenece al acto, mientras que la prueba puede ser un hecho
posterior. No es lo mismo otorgar un acto que probar que existe. Además, puede no ser a
través de la prueba documental, la ley habilita distintos medios de prueba, testimoniales,
informativas, etc. Otra gran diferencia es que la forma puede ser regulada por la
autonomía de la voluntad, mientras que la prueba está estrictamente regulada por normas
imperativas, como lo son los códigos procesales y las leyes de fondo (como el CCyC).
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Ante ello, se distingue que la materia probatoria, además, tiene una doble regulación cuyo
fundamento es siempre el mejor ejercicio de los derechos.
Eficacia del acto jurídico: los efectos son las consecuencias posibles de los actos
jurídicos válidos. Tienen un doble aspecto, objetivo y subjetivo. El objetivo, relacionado a
los “efectos inmediatos” impuestos por la ley o las partes. Mientras que el subjetivo, se
vincula con las personas sobre las cuales recaen estos efectos.
Aspecto objetivo: efectos…
• Esenciales: se encuentran gobernados por normas imperativas. Ej: el precio en
dinero para el contrato de compraventa. Si éste no está, puede haber un negocio
válido, pero no de compraventa. Éstos identifican al negocio, lo hacen ser lo que
es y no otra cosa. No son modificables por las partes.
• Naturales: son los efectos que puede producir el acto pero que los otorgantes no
han previsto. Corresponden con la naturaleza del negocio jurídico. Se los
sobreentiende, aunque en el acto no se expresen, pero las partes pueden,
voluntariamente dejarlos sin efecto por no considerarlos necesarios para que
exista el negocio. Ej: obligación del saneamiento de los contratos onerosos, la
obligación del locador de hacer las reparaciones que exigiese el deterioro de la
cosa, etc. Pueden ser modificados por las partes.
• Accidentales: son los establecidos por las partes, nacen directamente de la
voluntad. Son admitidos en tanto no sean incompatibles con los efectos esenciales
o estén prohibidos. Ej: los intereses pactados en una compraventa en cuotas.
Aspecto subjetivo: Relatividad: se dice que los actos jurídicos poseen efectos relativos en
razón que, siguiendo los criterios del derecho romano y lógicamente, los negocios no
obligan sino a las partes y no producen efectos respecto de los terceros ajenos a él. Sin
embargo, esta regla sufre numerosas excepciones por lo que no es un principio absoluto:
1- Este principio rige solo en actos jurídicos bilaterales, o sea que, los unilaterales, sí
producen efectos sobre terceros. Ej: el testamento nace en favor de los herederos.
2- Hay negocios jurídicos cuyo objetivo principal es producir efectos sobre un tercero.
Ej: el seguro de vida donde se designa un beneficiario.
3- Aveces, los efectos son indirectos. Ej: cuando se vende un inmueble, el inquilino
queda obligado a pagarle el alquiler al nuevo dueño, con quien no celebró un
contrato por sí mismo
4- Existen terceros que pueden sufrir repercusiones económicas por negocios
ajenos. Ej: el comerciante que ve afectada su recaudación porque otro se instaló
en las inmediaciones.
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Ámbito de aplicación: ya establecimos que hay actos que no pueden contar con
representación, como los actos de última voluntad, el ejercicio de los derechos
personalísimos y los contratos de donde surgen obligaciones intuito personae. Tampoco
en los actos de familia (adopción, responsabilidad parental).
Efectos: art. 359 CCyC: “Los actos celebrados por el representante en nombre del representado
y en los límites de las facultades conferidas por la ley o por el acto de apoderamiento, producen
efecto directamente para el representado.”
En cuanto a la eficacia, celebrado un acto jurídico por el representante en nombre del
representado, todos los efectos jurídicos del mismo alcanzan total y exclusivamente a
este último.
Frente a una representación legal, el art. 121 impone los actos donde los tutores
requieren de autorización judicial.
En cuanto a la representación orgánica, el art 58 de la ley de Sociedades dispone que el
representante de una sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social.
Extensión: art. 360 CCyC: “La representación alcanza a los actos objeto del apoderamiento, a
las facultades otorgadas por la ley y también a los actos necesarios para su ejecución.”
Limitaciones: art. 361 CCyC: “La existencia de supuestos no autorizados y las limitaciones o la
extinción del poder son oponibles a terceros si éstos las conocen o pudieron conocerlas actuando
con la debida diligencia.” La falta de conocimiento del tercero contratante de estas
limitaciones, supuestos no autorizados o extinción del poder, los hace inoponibles a él.
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Representación voluntaria: Art. 362 CCyC: “La representación voluntaria comprende sólo los
actos que el representado puede otorgar por sí mismo. Los límites de la representación, su
extinción, y las instrucciones que el representado dio a su representante, son oponibles a terceros
si éstos han tomado conocimiento de tales circunstancias, o debieron conocerlas obrando con
cuidado y previsión.” Alguien, a través de otro no puede hacer más, de aquello que él
pueda hacer. El representado, en la representación voluntaria, debe ostentar capacidad
de derecho y hecho, no pudiendo los incapaces de ejercicio tener representantes
convencionales, sino que tienen legales (la ley busca protegerlos de esa forma).
Forma del acto de apoderamiento: aquí es la libre. Existen requerimientos sólo si el acto
que se otorgará tiene una forma impuesta, por eso el art. 363 regula: “El apoderamiento
debe ser otorgado en la forma prescripta para el acto que el representante debe realizar.”
Capacidad: art. 364: “En la representación voluntaria el representado debe tener capacidad para
otorgar el acto al momento del apoderamiento; para el representante es suficiente el
discernimiento.” Puede entonces alguien que sufre de una enfermedad progresiva que
afecte a su discernimiento, tal como el alzhéimer, prever un representante para su
persona futura.
Vicios: art. 365: “El acto otorgado por el representante es nulo si su voluntad está viciada. (Su
voluntad debe ser sana: con discernimiento, intención y libertad) Pero si se ha otorgado en
ejercicio de facultades previamente determinadas por el representado es nulo sólo si estuvo
viciada la voluntad de éste. (Si el representante tenía su voluntad viciada pero cumplió con
las facultades encomendadas, el acto no será nulo, salvo que el representado haya tenido
su voluntad viciada al momento de encomendarle el acto). El representado de mala fe no
puede aprovecharse de la ignorancia o la buena fe del representante.” (Protege al representante
y al tercero, para evitar que el representado se aproveche de los vicios en la voluntad del
representante).
Actuación dentro de los límites: “Cuando un representante actúa dentro del marco de su poder,
sus actos obligan directamente al representado y a los terceros. El representante no queda
obligado para con los terceros, excepto que haya garantizado de algún modo el negocio. Si la
voluntad de obrar en nombre de otro no aparece claramente, se entiende que ha procedido en
nombre propio.”
Representación aparente: busca proteger a consumidores y al tráfico jurídico. El art. 367
prevé 3 supuestos que presumen la existencia de representación, por sus características
y naturaleza (LEER art.)
Acto consigo mismo: art 368 CCyC prohíbe el autocontrato. También aplica para el
representante (no puede la misma persona, por ejemplo, representar a A en la venta de
un inmueble, y a B en la compra del mismo inmueble).
Ratificación: por parte del representado purga cualquier defecto u omisión del acto de
apoderamiento, o el exceso en la actuación del representante, art 369: “La ratificación suple
el defecto de representación. Luego de la ratificación, la actuación se da por autorizada, con efecto
retroactivo al día del acto, pero es inoponible a terceros que hayan adquirido derechos con
anterioridad.”
En cuanto a la oportunidad de hacerlo, el art. 370 por regla general establece que podría
realizarse en cualquier tiempo, pero si son los interesados quienes lo requieren, el límite
temporal es de 15 días. (Se extiende a 3 meses si depende de autoridad judicial o admin.)
En caso de silencio se presupone la negativa a la ratificación.
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En cuanto a la forma, es de forma libre, el único requisito yace en el art. 371: “La
ratificación resulta de cualquier manifestación expresa o de cualquier acto o comportamiento
concluyente que necesariamente importe una aprobación de lo que haya hecho el que invoca la
representación.” O sea, que no queden dudas de que ha ratificado el accionar del
representante.
Responsabilidad por inexistencia/exceso en la representación: art. 376 CCyC: “Si alguien
actúa como representante de otro sin serlo, o en exceso de las facultades conferidas por el
representado, es responsable del daño que la otra parte sufra por haber confiado, sin culpa suya,
en la validez del acto; si hace saber al tercero la falta o deficiencia de su poder, está exento de
dicha responsabilidad.”
Obligaciones y deberes de las partes: arts. 372 y 373 CCyC (LEER)
Transmisión de los derechos: art. 398 CCyC: “Todos los derechos son transmisibles excepto
estipulación válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe
trasgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres.”
Art. 399 CCyC: “Regla general. Nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso
que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas.”
Art. 400 CCyC: “Sucesor universal es el que recibe todo o una parte indivisa del patrimonio de
otro; sucesor singular el que recibe un derecho en particular.”
Interpretación del acto jurídico: interpretar un acto jurídico es desentrañar la voluntad
que ha sido manifestada; buscar la finalidad de la o las partes. La necesidad de
interpretarlos corre la misma suerte que la interpretación de leyes, por más claras que
sean. Si las disposiciones del mismo son claras y suscitan idénticas interpretaciones por
ambas partes, no habrá problema, el problema se da cuando existen cláusulas oscuras,
contradicciones o cuando las partes (intérpretes) no interpretan lo mismo, por más claro
que resulte.
El CCyC presenta una regula acerca de la interpretación en su parte general (solo
especifica en casos de testamentos y contratos). Sin embargo, a pesar de esa laguna, en
él existen ciertas reglas comunes aplicables a cualquier negocio jurídico:
❖ Buena fe: impone deber de actuar honestamente, desde las tratativas previas
hasta la finalización del acto. (art. 1061) la buena fe como principio general cumple
múltiples funciones, entre ellas la de pauta de interpretación.
❖ Búsqueda de la intención común y finalidad del acto: si la interpretación literal
de las palabras en insuficiente, debe tomarse en cuenta la naturaleza y finalidad
del acto, entre otras cosas.
❖ Interpretación sistemática: interpretar las cláusulas aisladamente rompe con la
eficaz tarea hermenéutica.
Reglas especiales para contratos: arts. 1061 – 1068 CCyC. Éstas, excluyen a los
contratos de adhesión y de consumo porque tienen sus reglas propias. Además de las
reglas generales ya nombradas, en materia contractual encontramos:
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❖ Principio de conservación: art. 1066, donde establece que frente a duda sobre la
eficacia de alguna de sus cláusulas se las debe interpretar en el sentido de darles
efecto.
❖ Principio de la confianza: art. 1067, establece que la interpretación debe
proteger la confianza y lealtad que las partes se deben recíprocamente. Se debe
tener en cuenta que toda conducta o manifestción de voluntad, suscita en el otro
su creencia, por ello, el primero se encuentra obligado a no defraudarlo.
❖ Doctrina de los actos propios: art. 1067, establece que es inadmisible la
contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo
sujeto”.
Reglas especiales para testamentos: art. 2470 (aplicable tanto para el testamento ológrafo
como al otorgado por acto público): “Las disposiciones testamentarias deben interpretarse
adecuándolas a la voluntad real del causante según el contexto total del acto. Las palabras
empleadas deben ser entendidas en el sentido corriente, excepto que surja claro que el testador
quiso darles un sentido técnico. Se aplican, en cuanto sean compatibles, las demás reglas de
interpretación de los contratos.” El principio general es que se debe interpretar la voluntad del
testador como la habría entendido él, y no determinar un sentido según el beneficiario. El
juez no es corrector, debe aceptar el testamento tal cual está extrayendo su posible
sentido.
Documento: Documento viene del latín “documentum” que deviene a su vez de “docere”=
enseñar. Así, el documento es una cosa mediante la que se hace constar otra. Diferentes
autores han brindado conceptos de la palabra pero en general, refieren a que un
documento es toda representación material, ya sea una marca, un signo, una contraseña
destinada a reproducir una manifestación.
Instrumento: deriva del latín “instruere”, que significa instruir, siendo entonces todo
escrito destinado a instruirnos e informarnos sobre algo que ha pasado.
Es el documento escrito destinado a constatar una situación o relación jurídica que se
plasma sobre algún soporte (elemento material sobre el cual se escribe).
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Art. 287 CCyC: “Los instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo están, se llaman
instrumentos privados.
Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares no firmados; esta categoría comprende
todo escrito no firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o
hechos y, cualquiera que sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.”
A diferencia del CC que desplazaba a los instrumentos particulares no firmados de la
categoría de privados, y además exigía la demostración pertinente para recién allí valer
como principio de prueba por escrito.
Instrumentos públicos: el CCyC no ofrece una noción de los mismos, pero la doctrina
durante años ha intentado definirlo. Así, Rivera, compilando diferentes opiniones de otros
autores dice que, son instrumentos públicos los otorgados con las formalidades que la ley
establece, en presencia de un oficial público a quien la ley confiere la facultad de autorizar
y a los que otorga plena fe sin necesidad de posteriores pruebas o verificaciones.
La doctrina, ha distinguido dos especies de instrumentos públicos:
a) Instrumentos oficiales: son los originados por funcionarios públicos y son
superiores a los regulados por las normas del derecho privado. Por ejemplo, la
moneda de curso legal, decretos, órdenes, etc.
b) Instrumentos públicos en sentido estricto: específicamente remite al ámbito de
la normativa civil. Son aquellos donde intervienen agentes a cargo de funciones
públicas y los particulares. Por ejemplo, escrituras públicas, o actas matrimoniales.
El código anterior fue muy cuestionado en cuanto a la enumeración que hacía de 10
incisos, ya que no constituían supuestos de verdaderos instrumentos públicos. Con
mucho mayor acierto, el CCyC la reelabora y reza en su art. 289:
“Son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que
establecen las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
conforme a las leyes que autorizan su emisión.”
Requisitos de validez: art. 290 CCyC: “Son requisitos de validez del instrumento público:
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia territorial,
excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella;
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b) Las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno de
ellos no firma por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos.”
Análisis:
❖ Capacidad del funcionario público: no refiere al atributo de la persona sino a su
aptitud para otorgar este tipo de instrumentos, que corresponde a la investidura
que corresponde al cargo. La designación o nombramiento conforme a las normas
que reglamentan su ejercicio, se llama “investidura” y es lo que le da capacidad.
❖ Competencia material: determinada por la especialidad, la clase de actos que está
autorizado a otorgar conforme la ley que reglamenta su ejercicio.
❖ Competencia territorial: es necesario que el instrumento se otorgue dentro del
territorio que se le ha asignado para el ejercicio de sus funciones.
❖ La firma del oficial público: le da autenticidad. En los casos que se emiten grandes
cantidades, como los billetes, se autoriza la firma facsimilar a cambio de utilizar
sellos de agua, numeración, etc. que compruebe su autenticidad.
❖ La firma de las partes: algunos autores entienden que la falta de firma acarrea la
nulidad, otros, afirman que la falta de firma de quien no sea parte (los
comparecientes, ej: un conyugue en un testamento) no impide la eficacia del acto
jurídico para las partes. En medida que sí estén sus firmas, el instrumento será
válido. El CCyC adopta esta última postura.
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Presupuesto de validez: art. 292 CCyC: “Es presupuesto para la validez del instrumento que el
oficial público se encuentre efectivamente en funciones. Sin embargo, son válidos los actos
instrumentados y autorizados por él antes de la notificación de la suspensión o cesación de sus
funciones hechos conforme a la ley o reglamento que regula la función de que se trata.”
En la mayoría de los casos, el funcionario necesita además del nombramiento, que se lo
ponga en posesión del cargo para la aceptación efectiva del mismo. Por otro lado, será
también el Estado quien excluirá al funcionario del ejercicio de sus funciones, de forma
temporaria o definitiva.
2) Imparcialidad del funcionario público: art. 291 CCyC: “Es de ningún valor el
instrumento autorizado por un funcionario público en asunto en que él, su cónyuge, su
conviviente, o un pariente suyo dentro del cuarto grado o segundo de afinidad, sean
personalmente interesados.” Sin embargo, la doctrina conluye que en los casos que
sus parientes actúen en representación o como socios de personas jurídicas, el
funcionario público estará habilitado ya que no incurre ningún interés personal,
sino de la persona jurídica.
3) Testigos instrumentales: su presencia y firma es requisito de validez.
Inhabilitados para ser testigos: art. 295 CCyC:
“a) las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes una sentencia les impide ser
testigo en instrumentos públicos;
b) los que no saben firmar;
c) los dependientes del oficial público;
d) El cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del cuarto grado y
segundo de afinidad;”
Eficacia probatoria del contenido: art. 296 CCyC: “El instrumento público hace plena fe:
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público
enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del
acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.”
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CÁT. C: Facco
Inciso b del art. éstas, tiene claramente valor en el instrumento, pero no necesitan
ser refutadas de falsas, porque son manifestadas por personas que no tienen el
don indelegable de la dación de fe. Por ello, pueden caer en prueba en contrario.
En tal sentido, objeto de fe pública es el hecho perceptible del oficial de decir que
ante él declararon, ante él se expresaron, ante él manifestaron.
Entre estas manifestaciones se encuentran las declaraciones dispositivas, o
cláusulas, que son las que constituyen el objeto inmediato del acto jurídico que se
materializa en el instrumento público. Ej: una parte “adquiere”, “vende”, “otorga
poder” y en consecuencia, nace el efecto relativo del acto instrumentado.
También están las declaraciones o enunciaciones directas, que son las demás
expresiones vinculadas al acto pero que no configuran elementos esenciales.
Podrían no estar y el acto sería igualmente eficaz. Ej: la manifestación del
vendedor de que otorgó el recibo.
Por último, están las declaraciones o cláusulas enunciativas, que son las
manifestaciones unilaterales que refieren a hechos pasados con anterioridad al
otorgamiento del instrumento y podrían ser suprimidas sin alterar el acto. Ej: la
manifestación de un comprador acerca del origen del dinero con el que compró.
Estas declaraciones no tienen fuerza de prueba instrumental.
Entonces, para impugnar estas declaraciones basta con que la parte impugnante
traiga prueba de la inexactitud de las declaraciones.
Escrituras públicas: art. 299 CCyC define: “La escritura pública es el instrumento matriz
extendido en el protocolo de un escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las
mismas funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras
públicas que expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura
matriz. Si hay alguna variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe estar al contenido de la
escritura matriz.” Para entenderlo mejor:
a) Matricidad: al ser el “instrumento matriz” significa que debe ser redactado en un
soporte documental especial que convertirá a este texto escrito en una entidad
documental distinta. La matricidad le otorga la garantía de perdurabilidad en el
tiempo, a partir de los deberes de su custodia y conservación.
La pérdida, sustracción o destrucción de la primera copia y posteriores, se
soluciona fácilmente por la existencia de la matriz justamente, ya sea en poder del
escribano autorizante o en el Archivo de Protocolos Notariales respectivo.
b) Protocolo: la matricidad se cumple extendiendo las escrituras públicas en los folios
de actuación notarial móviles que integran el protocolo de cada escribano.
Art. 300 CCyC: “El protocolo se forma con los folios habilitados para el uso de cada
registro, numerados correlativamente en cada año calendario, y con los documentos que
se incorporan por exigencia legal o a requerimiento de las partes del acto. Corresponde a
la ley local reglamentar lo relativo a las características de los folios, su expedición, así
como los demás recaudos relativos al protocolo, forma y modo de su colección en
volúmenes o legajos, su conservación y archivo.”
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CÁT. C: Facco
O sea, que cada provincia cuenta con una regulación propia sobre el tema, e
incluso si, en una provincia hay más de dos Colegios de Escribanos, nos podemos
encontrar con 2 regulaciones distintas.
c) Autor: es el escribano público (notario) quien con su firma y sello le otorga calidad
de escritura pública al texto matriz impreso en folios protocolares.
d) Contenido: las mismas deben tener como contenido uno o más actos jurídicos. El
mismo CCyC distingue a las escrituras públicas de las actas, que a diferencia de
ellas, contienen la comprobación de los hechos.
Naturaleza jurídica de las copias y testimonios: son también instrumentos públicos, por lo
que hacen plena fe como la escritura matriz.
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CÁT. C: Facco
Nulidad de las escrituras: art. 309 CCyC: “Son nulas las escrituras que no tengan la
designación del tiempo y lugar en que sean hechas, el nombre de los otorgantes, la firma del
escribano y de las partes, la firma a ruego de ellas cuando no saben o no pueden escribir y la firma
de los dos testigos del acto cuando su presencia sea requerida. La inobservancia de las otras
formalidades no anula las escrituras, pero los escribanos o funcionarios públicos pueden ser
sancionados.” Causales taxativas.
Clases de protocolización:
❖ A pedido de parte: art. 300 CCyC.
❖ Protocolización exigida por la ley: a diferencia del CC, no regula el régimen para
protocolizar instrumentos por disposición legal. Algunas provincias tienen su
regulación sobre el tema en leyes.
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CÁT. C: Facco
Efectos de la protocolización. Fecha cierta: Conforme al art. 317 CCyC, “…Adquieren fecha
cierta el día en que acontece un hecho del que resulta como consecuencia ineludible que el
documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado después.” Y el hecho de incorporar el
documento privado a un instrumento público que hace plena fe (escritura pública) en
cuanto a la fecha del acto de incorporación, le otorga al instrumento protocolizado cierta
fecha. Sin embargo, esta no es la única forma de fechar un instrumento privado, puede
ser también fecha cierta el fallecimiento de uno de los firmantes.
Actas notariales: art. 310 CCyC: “Se denominan actas los documentos notariales que tienen
por objeto la comprobación de hechos.” Este art. es una innovación, puesto que el CC no
hablaba de actas. Su objeto es la comprobación de hechos (a diferencia de las escrituras
públicas cuyo objeto son los actos jurídicos). Ej: pueden tener como objeto comprobar el
estaso de un inmueble, comprobar la realización de cierta actividad, notificar a alguien,
etc.
Valor probatoria de las actas: art. 312 CCyC: “El valor probatorio de las actas se circunscribe a
los hechos que el notario tiene a la vista, (todo lo que pueda comprobar con sus sentidos ) a la
verificación de su existencia y su estado. En cuanto a las personas, se circunscribe a su
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CÁT. C: Facco
identificación si existe, y debe dejarse constancia de las declaraciones y juicios que emiten. Las
declaraciones deben referirse como mero hecho y no como contenido negocial.”
FIRMA DIGITAL: (a finales del art. 288) Hoy en día, en los documentos digitales, la firma
ológrafa es inaplicable, por lo que fue necesario inventar otra forma para lograr la misma
vinculación del documento con su autor:
Ley de Firma Digital N° 25.506: se dictó en 2001 y con el tiempo se le fueron agregando
los decretos reglamentarios, y los necesarios para estructurarla. El art. 2 de la ley
dispone: “Se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un documento digital un
procedimiento matemático que requiere información de exclusivo conocimiento del firmante,
encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe ser susceptible de verificación
por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita identificar al firmante y
detectar cualquier alteración del documento digital posterior a su firma.
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CÁT. C: Facco
Los procedimientos de firma y verificación a ser utilizados para tales fines serán los determinados
por la Autoridad de Aplicación en consonancia con estándares tecnológicos internacionales
vigentes.”
Es una secuencia única de letras y números que vincula al firmante con un documento
electrónico y que para poder firmar, el mismo debe tener dos claves asociadas entre sí
que se generan utilizando funciones criptográficas seguras. Una de estas claves es
privada y secreta. La otra, es pública, y sirve para que el destinatario pueda verificar la
firma hecha por el autor. Es la que acompaña al documento firmado.
La clave pública está en un Certificado Digital, emitido por un Certificador Licenciado,
quien actúa como una tercera parte entre Emisor y Destinatario, en el que está junto con
la información personal del firmante.
FIRMA ELECTRÓNICA: art. 5 de la ley: “Se entiende por firma electrónica al conjunto de datos
electrónicos integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos, utilizado
por el signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los requisitos legales
para ser considerada firma digital. En caso de ser desconocida la firma electrónica corresponde a
quien la invoca acreditar su validez.” Son ejemplos, aquellas en las que la identificación
consiste en la comparación de características físicas con un patrón. Así, los lectores
biométricos identifican a la persona por sus pupilas, impresión digital, voz, etc.
También lo son las que se valen de un código secreto de ingreso.
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CÁT. C: Facco
Expresión escrita: Art. 286 CCyC: “La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto en los casos en que
determinada instrumentación sea impuesta. Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre
que su contenido sea representado con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.”
Valor probatorio de los instrumentos privados: su principal diferencia con los públicos, es
que ellos se presumen auténticos, los privados no.
Efectos jurídicos entre partes
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CÁT. C: Facco
Fecha cierta: el CC incluía una enumeración de modos en que los instrumentos privados
adquirían fecha cierta, los cuales la doctrina concluyó que no eran taxativos. Hoy, el
CCyC, trata este tema en su art. 317: “La eficacia probatoria de los instrumentos privados
reconocidos se extiende a los terceros desde su fecha cierta. Adquieren fecha cierta el día en que
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CÁT. C: Facco
acontece un hecho del que resulta como consecuencia ineludible que el documento ya estaba
firmado o no pudo ser firmado después.”
El instrumento privado reconocido judicialmente hace plena fe para las partes y sus
sucesores, pero no para terceros, y para que esto sí sea posible y el instrumento tenga
valor probatorio, deben tener fecha cierta. Esto, en función de evitar el fraude que podrían
cometer las partes frente al tercero modificando la fecha del instrumento.
Doble ejemplar: en el antiguo código era exigido, pero ya no (págs. 146 – 148 Azpeitía)
Su valor probatorio: art. 319 CCyC: “El valor probatorio de los instrumentos particulares debe
ser apreciado por el juez ponderando, entre otras pautas, la congruencia entre lo sucedido y
narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del tráfico, las relaciones
precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los procedimientos técnicos que se
apliquen.” La norma no refiere a instrumentos firmados o no firmados, por lo que debería
comprender ambas categorías. Le otorga a los no firmados un valor probatorio relativo,
que debe ser complementado con otras pruebas, como son testigos, pruebas técnicas,
reconocimientos judiciales, etc.
DOCUMENTO DIGITAL: art. 6 de la ley 25.506: “Se entiende por documento digital a la
representación digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su fijación,
almacenamiento o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento de escritura.”
Es básicamente un registro, anotación o marca y su particularidad radica en que se
realiza a través de medios digitales que se almacenan en la memoria de una computadora
o en otros soportes similares. Ej: Word, PDF, correos electrónicos, etc.
Tanto el documento digital como el material, comparten dos elementos principales: el
soporte y el método de registro o conservación de la información. Sabemos que el soporte
tradicional es el papel, antes piedra, madera, etc. En el documento digital, éste puede ser
electrónico, magnético u óptico. En cuanto al método de registración, que es lo que
permite fijar la información en l soporte, en el documento material ha sido la escritura con
tinta, mientras que, en el digital, es la digitalización (convertir la información (textos,
videos, sonido, etc.) en dígitos).
Ambos tienen los mismos efectos. Los documentos digitales, además, pueden pasar de
ser instrumento privado no firmado, a serlo e incluso, a ser algo parecido a uno público,
aumentando exponencialmente su valor probatorio. Para ello, requiere de la firma
electrónica o la firma digital.
Correos electrónicos: su naturaleza es la de documentos digitales. En cuanto a su valor
probatorio, si estuviera firmado es un instrumento privado, si no, es un instrumento
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CÁT. C: Facco
particular no firmado. Asimismo, son también una especie de correspondencia, por lo que
los requisitos y principios para la utilización de ésta en juicio, le son aplicables.
IMPRESIÓN DIGITAL: el viejo código no tenía ninguna norma respecto del sistema de
dactiloscopia (identificación de las personas mediante la clasificación de sus huellas
digitales. Pero, a diferencia del mismo, el CCyC sí, con respecto a aquellas personas que
no supieran o no pudieran firmar.
En vigencia del CC, en la doctrina hubo diversas opiniones acerca de si la impresión
digital tiene o no el valor probatorio de la firma. Hubo una tesis afirmativa, una negatoria
que alegaba que la impresión digital se enmarcaba en la categoría de instrumento
particular no firmado, constituyendo un principio de prueba por escrito. Y, por último,
apareció una tesis intermedia que entiende, que la impresión digital no es firma y que es
un principio de prueba por escrito (tratando de proteger al analfabeto) pero admite, que si
es colocada por alguien que sabe firmar y accidentalmente no puede hacerlo, en ese
supuesto sí vale como firma.
Esto se encuentra regulado en:
Art. 313 CCyC: “Si alguno de los firmantes de un instrumento privado no sabe o no puede firmar,
puede dejarse constancia de la impresión digital o mediante la presencia de dos testigos que
deben suscribir también el instrumento.”
Art. 314 CCyC: “Todo aquel contra quien se presente un instrumento cuya firma se le atribuye
debe manifestar si ésta le pertenece. Los herederos pueden limitarse a manifestar que ignoran si la
firma es o no de su causante. La autenticidad de la firma puede probarse por cualquier medio.”
Consideramos que el término “también” al final del art. 313, implica la posibilidad de la
firma a ruego, en caso de los instrumentos particulares. Así, siguiendo a Rivera, si se opta
por la impresión digital, se considerará como principio de prueba por escrito conforme al
art. 314 in fine. En cambio, si el instrumento particular es suscripto a ruego por dos
testigos, deviene en instrumento privado, y cuando la firma de éstos sea reconocida,
tendrá los efectos del art. 314 in fine.
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CÁT. C: Facco
generales que regulan la materia, el juez apreciará, en cada caso, el valor que se debe
conceder a los escritos”.
Carácter de “confidencialidad”: en forma unánime la doctrina enseña que la
confidencialidad resultará del mismo contenido del envío, independientemente de la
calificación que al respecto realice el remitente. O sea, adquiere ese rótulo, aquello que el
autor desee hace conocer única y exclusivamente a su destinatario y nadie más. Ante la
duda de si es o no confidencial, se opta por lo primero.
EL ACTO SIMULADO: simular es representar o hacer creer algo que no es verdad con
palabras, gestos o acciones. O presentar una cosa como real cuando no lo es.
En el Derecho, el término simulación implica celebrar un negocio jurídico otorgándole la
apariencia de otro: como cuando celebran una compraventa, pero en realidad el vendedor
le está donando al comprador, existiendo un negocio real oculto que se disimula. También
puede suceder que celebre un acto que no existe, no es real: como cuando se vende un
inmueble, pero en la realidad fáctica el acto no se da, no se ejecuta, tan solo se celebra
para sustraer del patrimonio del vendedor dicho bien a la acción de terceros.
Art. 328 del Proyecto de CCyC: “existe simulación cuando las partes otorgantes del acto
aparente han acordado declarar una voluntad distinta a la real.”
Regulación legal: art. 333 CCyC: “La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter
jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son
sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a
personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.”
la enumeración allí presente es meramente enunciativa, no taxativa.
Clases de simulación:
❖ Simulación absoluta o relativa: Vélez, lo regulaba en el art. 956
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CÁT. C: Facco
•
Absoluta: cuando el acto no existe. Las partes no tienen la intención de
celebrar un acto jurídico. Generalmente, se utiliza para defraudar o
perjudicar acreedores, donde se hacen figurar compraventas irreales, que
no ocultan ningún otro acto. Solo para poder quitarlo del patrimonio.
• Relativa: cuando las partes celebran un acto real, pero falsean la realidad
de la naturaleza del acto, del objeto, de su contenido, o de las
modalidades.
❖ Simulación lícita e ilícita: art. 334 CCyC: “La simulación ilícita o que perjudica a un
tercero provoca la nulidad del acto ostensible. Si el acto simulado encubre otro real, éste
es plenamente eficaz si concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni
perjudica a un tercero. Las mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.”
lo esencial a la hora de analizar la licitud del acto simulado, será el móvil
determinante de las partes, si buscaban o no infringir la ley, como poner un valor
menor para evadir el fisco, o si se buscaba engañar al acreedor con el fin de quitar
la cosa del patrimonio del deudor. Por eso, se utiliza la figura de interposición de
persona.
❖ Simulación total o parcial:
• Total: cuando en el acto celebrado por las partes todas sus cláusulas son
engañosas o aparentes.
• Parcial: cuando solo una parte del acto es aparente o engañosa. Ej: el
precio no es verdadero o la persona que figura como comprador no lo es,
pero el acto es real.
Acción de simulación entre las partes: art. 335 CCyC: “Los que otorgan un acto simulado
ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la
simulación, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio
de la acción de simulación.
La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento.
Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no existe o no puede
ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.”
Legitimación: esta acción la puede ejercer la parte otorgante, que ante la conducta de la
otra parte, se ve perjudicada o bien, simplemente por hacer cesar los efectos perjudiciales
a terceros, o en caso de una simulación lícita y no perjudicial, para que la verdad salga a
la luz. Los sucesores a título universal, se encuentran legitimados para iniciar la acción.
Requisitos de procedencia: el derecho no tolera que quien ha celebrado un acto con el fin
de engañar, luego por circunstancias que lo beneficien pretenda aprovecharse de la
situación y que la ley los proteja como víctimas del acto. La norma, establece como
principio general que la acción para poder ser impugnada por las partes, debe haber sido
lícita.
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CÁT. C: Facco
Sin embargo, existe una excepción para actos ilícitos o perjudiciales que requieren como
condición, que la parte impugnante no se vea beneficiada al hacerlo.
Prueba de la simulación: el art. 335, nos habla del contradocumento, donde se hace
referencia al instrumento público o privado como medio de prueba del acto jurídico que en
él se registra. Es el documento suscripto por las partes en donde dejan constancia de que
celebran un acto jurídico simulado, y dejan constancia de las condiciones y cláusulas
verdaderas de ese acto jurídico. Éste, no modifica ni anula la convención precedente, sólo
tiene la función de comprobar o reconocer la simulación total o parcial del acto al cual se
refiere.
Ahora, en caso de no haberlo, o no ser presentado, el juez debe rechazar la acción. Sin
embargo, el mismo art. 335 dice que el juez debe dar lugar igual a la acción si se justifica
las razones por las que no existe el contradocumento.
Prescripción de la acción: es de dos años, al igual que el resto de los vicios de los actos
jurídicos (art. 2562 CCyC). Éste se cuenta desde que una de las partes se niega a dejar
sin efecto el acto simulado.
Efectos: NULIDAD
Declarada la nulidad del acto, si la simulación es absoluta, el mismo cae y se le aplican
las consecuencias establecidas en el art. 390 CCyC de invalidez de actos jurídicos. Si es
relativa, cae el acto aparente cobrará virtualidad y producirá efectos el acto real, debiendo
ser respetado por las partes. Si el acto oculto también es ilícito o perjudicial, también será
nulo.
Acción de simulación ejercida por terceros: art. 336 CCyC: “Los terceros cuyos derechos
o intereses legítimos son afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden
acreditar la simulación por cualquier medio de prueba.”
Legitimación pasiva: la acción iniciada por el tercero, recae sobre todas las partes de la
simulación.
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CÁT. C: Facco
Efectos: NULIDAD
a) principio general: El principio general es que una vez aplicada la nulidad, los
bienes que se transmitieron por el negocio simulado, o que fueron adquirido,
ingresarán o regresarán al patrimonio del deudor, y podrán los terceros: si son
acreedores, ejecutar el bien y cobrarse; si son herederos o conyugue, ingresar en
el haber hereditario o ganancial, en beneficio de sus intereses.
b) Efectos frente a acreedores del adquirente simulado y subadquirentes: en base al
principio de buena fe y seguridad jurídica, los efectos generales de nulidad antes
vistos no serán aplicados a todo tipo de acreedores, debiendo distinguir diversas
situaciones. Regulado en el art. 337 CCyC: “La simulación no puede oponerse a los
acreedores del adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los bienes
comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto
impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la simulación.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden
solidariamente por los daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se
transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron
para el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en
la medida de su enriquecimiento.”
EL FRAUDE: para unos pocos es actuar dolosamente, para otros, remite a la ilicitud de
violar la ley y, para la mayoría es actuar con el ánimo de engañar.
No existe una definición de fraude en el ordenamiento normativo, por lo que hay que
buscarla en la doctrina. En general, definen al fraude como una maniobra engañosa, que
realizan las partes, para evadir una prohibición legal o causar un daño a terceros,
celebrando un acto jurídico real, válido o lícito al principio. El negocio fraudulento puede
ser en fraude a la ley o a los acreedores.
Fraude a la ley: es la maniobra que se utiliza para evadir una prohibición o aplicación de
una ley imperativa. El negocio de fraude no es ilícito, por ello, Iturraspe dice que dentro de
los negocios antijurídicos debe distinguirse:
a) Actos contrarios a la ley
b) Actos en fraude a la ley
c) Actos que abusan de los derechos que la ley acuerda
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CÁT. C: Facco
La diferencia, es que el acto ilícito infringe a la ley, pero el fraude, es un acto lícito el cual
se utiliza para alcanzar los fines prohibidos.
Fraude a los acreedores: son los actos celebrados por el deudor, que transmiten o
abdican derechos e implican la afectación de su patrimonio disminuyéndolo, de manera
que agrava la insolvencia, acareando la no satisfacción de los créditos en perjuicio de los
acreedores. El fin de ese negocio fue perjudicar a su acreedor. Es decir, que el deudor
celebra una acto jurídico, real, válido, sano, con todos los elementos, pero luego, se
evidencia que su patrimonio se ve disminuido, y que, por tanto, sus acreedores no podrán
cobrarse.
Objeto de la acción de declaración de inoponibilidad: art. 338 CCyC: “Todo acreedor puede
solicitar la declaración de inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus
derechos, y de las renuncias al ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido
mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna.”
A diferencia de los otros vicios, no busca la nulidad del negocio, sino que solo busca que
el acto no se oponible al acreedor.
Actos impugnables:
❖ Actos positivos: el deudor actúa activamente, por oposición a los actos o
conductas negativas u omisiones. Si bien, la acción de inoponibilidad no puede
entablarse contra conductas omisivas, en ciertos casos, cuando las mismas
implican el empobrecimiento del patrimonio o cuando no opone defensa en juicio
que lo liberen de la deuda, como oponer pago, debería otorgarse.
❖ Actos de enajenación de derechos o de renuncia de derechos: por los cuales
o salen bienes empobreciendo el patrimonio, o no se permiten ingresar bienes que
aumenten el mismo. Ej: el rechazo de una herencia.
❖ Actos cuyo objeto son derechos o intereses con contenido patrimonial: la
acción no procede contra aquellos actos que tienen por objeto derechos o
intereses extrapatrimoniales.
❖ Actos sobre derechos perfectos y actuales, o bien, derechos en expectativa,
intereses legítimos y facultades: es decir que la acción puede abarcar tanto los
derechos que reúnen plena exigibilidad como los pendientes, ej. Sometido a plazo.
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CÁT. C: Facco
acreedor debe probar que quien contrató con su deudor, sabía que el acto
provocaba insolvencia.
Efectos:
❖ Entre acreedores: solo beneficia al acreedor o acreedores que iniciaron la acción.
Art. 342 CCyC: “La declaración de inoponibilidad se pronuncia exclusivamente en interés
de los acreedores que la promueven, y hasta el importe de sus respectivos créditos.”
Se diferencia de las acciones de ineficacia ejercidas en el ámbito de quiebras, que
benefician a todos los acreedores.
❖ Entre el acreedor y el tercero adquirente: puede cobrarse directamente del bien
en manos del adquirente, pero cualquier saldo remanente queda en el adquirente.
❖ Entre el acreedor del deudor y los acreedores del adquirente: art. 340 CCyC
párr. 1: “La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el
acto impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la
complicidad se presume si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia.”
❖ Entre el acreedor y el subadquirente: art. 340 CCyC párr. 2 : “El subadquirente de
mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los daños
causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un
adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El
que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de su
enriquecimiento.”
Extinción de la acción de inoponibilidad: art. 341 CCyC: “Cesa la acción de los acreedores si
el adquirente de los bienes transmitidos por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.”
Cesa la acción si el adquirente de los bienes transmitidos por el deudor, desinteresa a los
acreedores pagándoles el valor de su crédito, o da garantías suficientes que cobrarán su
crédito. Aunque la norma no lo diga, lo mismo sucede con los subadquierentes.
Naturaleza jurídica: vicio del acto jurídico. Hay una parte que la doctrina que la considera
vicio de la voluntad, pero eso no es posible ya que el discernimiento, intención y libertad
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no se ven lesionadas, lo que sí se lesiona es la buena fe, que es lo que rige los actos
jurídicos.
Regulación legal: art. 332 CCyC: “Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos
jurídicos cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la
otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin
justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en
el momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la
primera de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el
demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.”
Elementos de la lesión:
❖ Elemento objetivo: consiste en la existencia de una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada y sin justificación. Por ende, se requiere que
para su configuración exista:
• Una ventaja patrimonial a favor de una de las partes del acto jurídico
• Dicha ventaja debe ser evidentemente desproporcionada: debe ser
manifiesta, indudable. Refiere a una desproporción que de no darse los
elementos del instituto no existiría.
• La ventaja no debe encontrar justificación: si tuviera justificación no violaría
la buena fe.
Requisito de subsistencia de la desproporción: la desproporción deberá subsistir al
momento de la demanda, para que ésta puede generar los efectos de nulidad o
reajuste. Ello, atento a que el objetivo de la demanda, es subsanar el desequilibrio.
❖ Elemento subjetivo: existe uno por cada una de las partes
• Elemento subjetivo de la parte lesionada: se puede configurar conforme la
norma, cuando la parte lesionada al momento de otorgar el acto, se encontraba
en algunas de las situaciones descriptas:
a) Necesidad: no sólo es un estado de carencia material, sino también
espiritual traducida en una situación de “angustia o agobio”. La parte se
encuentra obligada a contratar por causa de un peligro para su vida, su
salud, su honor o libertad, entre otras.
b) Debilidad psíquica: se refiere a una patología en su salud mental, que
haga que la persona no comprendía la importancia del negocio
realizado y la contraprestación adecuada que debía recibir a cambio de
su prestación. No es necesario que la persona sea incapaz, solo que al
momento de celebrar el acto no pudiera entender del todo la
envergadura del negocio que estaba realizando.
c) Inexperiencia: falta de conocimientos que se adquieren con el uso y la
práctica. Podemos encontrarla en personas con escasa educación, que
fueron criadas en la precariedad y no han tenido contacto alguno con la
cultura del negocio. También puede darse por la corta edad, entre
otros. Será tarea del juez descifrar si la parte es inexperimentada.
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Acciones. Efectos: en caso de existir vicio de lesión, la parte lesionada o sus herederos,
podrán accionar por la nulidad del acto jurídico, en cuyo caso si el lesionante ofrece
reajustar las prestaciones, deberá convertirse en la de reajuste, o bien optar por
demandar una modificación o reajuste equitativo del convenio.
INEFICACIA: es la falta de eficacia, o sea, que el acto no produce los efectos que
debería. La doctrina sostiene que es la privación o disminución de los efectos propios del
acto jurídico, debido a la existencia de vicios o vicisitudes.
Hablamos de ineficacia estructural y funcional:
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Regulación legal: art. 382 CCyC: “Los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su
nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas personas.”
Diferencia entre la inoponibilidad y la nulidad: la nulidad hace a la validez del acto jurídico,
mientras que la inoponibilidad hace a la eficacia.
Clases de inoponibilidad:
➢ Positiva: cuando el acto jurídico tiene efecto entre las partes y es inoponible a
terceros. Ej: una compraventa en fraude a los acreedores del deudor.
➢ Negativa: cuando el acto es ineficaz entre las partes, pero conserva todos sus
efectos frente a terceros. Ej: nulidad del matrimonio respecto a quienes de buena
fe hubiesen contratado con los conyugues.
Fuente: la inoponibilidad es una causal de ineficacia que surge de la ley, al igual que la
nulidad. Se diferencia de las demás ineficacias sobrevinientes, las cuales surgen de la
voluntad de las partes o por un hecho ajeno a ellas.
Efectos: art. 396 CCyC: “El acto inoponible no tiene efectos con respecto a terceros, excepto en
los casos previstos por la ley.”
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Oportunidad de invocar la inoponibilidad: art. 397 CCyC: “La inoponibilidad puede hacerse
valer en cualquier momento, sin perjuicio del derecho de la otra parte a oponer la prescripción o la
caducidad.”
NULIDAD: es una sanción legal que recae sobre un acto jurídico y que lo priva de sus
efectos propios, en razón de que, en su nacimiento, no reúne las condiciones necesarias
para su validez.
Caracteres:
a) Es una sanción
b) Legal: sólo puede ser establecida por la ley, no de la voluntad de las partes ni por
disposición de un tercero.
c) Que se aplica a los actos jurídicos: no a los hechos jurídicos ni a los simples actos
lícitos.
d) Priva al acto jurídico de sus efectos propios: atento a un vicio o defecto existente
ab origine. Si bien el acto no producirá sus efectos propios, la nulidad producirá
otros efectos, como consecuencia directa de la causa que la origina.
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Frutos: - si la parte que debe restituir actuó de buena fe, los frutos percibidos y los
naturales no percibidos, son suyos.
- si la parte que debe restituir es de mala fe, debe restituir los frutos percibidos y
lo que por su culpa deja de percibir.
Frutos pendientes: corresponden a quien tiene el derecho de restitución,
independientemente de que quien poseía la cosa actuó de buena o mala fe.
Productos: deben restituirse los productos obtenidos de la cosa, ya sea de mala o
buena fe. La diferencia con los frutos es que los productos no se regeneran y
disminuyen la cosa que se debe restituir.
Reparación de los daños: conforme el art. 391 CCyC: “Los actos jurídicos nulos,
aunque no produzcan los efectos de los actos válidos, dan lugar en su caso a las
consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones que correspondan.”
el deber de reparación es autónomo del de restitución que dice el art. 390.
➢ Efectos frente a terceros: art. 392 CCyC: “Todos los derechos reales o personales
transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una persona que ha
resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser
reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales
o personales de buena fe y a título oneroso.
Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el acto se ha
realizado sin intervención del titular del derecho.”
Principio general: es que la declaración de nulidad es oponible a los terceros,
aquellos que no fueron parte del negocio nulo. Implica que toda transmisión de
derechos reales o personales sobre cosas registrables que se haya efectuado,
queda sin efecto y deben ser restituidos.
Excepción: es la protección de aquellos terceros subadquirentes de derechos
reales o personales sobre cosas registrables a título oneroso y que son de buena
fe.
Buena fe y diligencia: una parte minoritaria de la doctrina opinaba con la buena fe
registral (con solo realizar el “estudio de título” certificando que el bien se
encuentra bajo la titularidad de quien transmite el derecho, lo releva de toda
indagación). Pero, la tesis mayoritaria, que hoy se encuentra afianzada, opina que
no basta con la buena fe registral.
Transmisión a non dominio: se excluye de tutela a los subadquierentes que a
reciban aquellos derechos cuando el titular del mismo no hubiera intervenido.
Modos de interponer la nulidad: art. 383 CCyC: “La nulidad puede argüirse por vía de acción u
oponerse como excepción. En todos los casos debe sustanciarse.”
Prescripción de la nulidad relativa: el art. 387 CCyC establece que la nulidad absoluta es
imprescriptible, mientras que la relativa prescribe a los 2 años y se computa conforme al
art. 2563 CCyC: “En la acción de declaración de nulidad relativa, de revisión y de inoponibilidad
de actos jurídicos, el plazo se cuenta:
a) si se trata de vicios de la voluntad, desde que cesó la violencia o desde que el error o el dolo se
conocieron o pudieron ser conocidos;
b) en la simulación entre partes, desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el
acto simulado;
c) en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o pudo conocer el vicio del acto
jurídico;
d) en la nulidad por incapacidad, desde que ésta cesó;
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e) en la lesión, desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida;
f) en la acción de fraude, desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto;
g) en la revisión de actos jurídicos, desde que se conoció o pudo conocer la causa de revisión.”
Naturaleza jurídica: es un acto jurídico, atento a que quien realiza la confirmación, lo hace
con el fin inmediato de transformar un negocio inválido, en uno impugnable, liberándolo de
la nulidad.
Clases de confirmación:
• Expresa: cuando la parte otorga un acto jurídico de confirmación en el que declara
su voluntad de invalidar el acto jurídico.
• Tácita: cuando la parte ejecuta voluntariamente el acto jurídico sujeto a nulidad.
Actos susceptibles de confirmación: sólo los que adolecen una nulidad relativa, no
absoluta. El fundamento es que la nulidad relativa viene a proteger los derechos de los
particulares, y éstos, pueden subsanar los vicios que aquejan al acto para evitar la
nulidad.
Forma de confirmación:
• Expresa: si el acto se hizo mediante un instrumento formal solemne, deberá
hacerse del mismo modo. Ej: si se hizo por escritura pública, la confirmación debe
ser por escritura pública. Si el acto es no formal, no hay forma en especial, puede
otorgarse por medio de cualquier instrumento.
• Tácita: implica la ejecución total o parcial del acto. La confirmación tácita no
existirá si el acto no se ejecutó, o si lo hizo forzosamente, pues no dan los
supuestos de hecho para que se configure la misma.
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Efectos de la confirmación:
➢ Entre las partes: produce efectos retroactivos, debiendo diferenciar si se trata de
actos entre vivos o de última voluntad. Art. 395 CCyC: “La confirmación del acto entre
vivos originalmente nulo tiene efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La
confirmación de disposiciones de última voluntad opera desde la muerte del causante.
La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de terceros de buena fe.”
➢ Frente a terceros: la retroactividad de la confirmación, no perjudica los derechos
de terceros de buena fe, les es inoponible.
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