Ojo: esta es la lista de marcas de licor adulterado que han disparado las intoxicaciones y están vendiéndose en los barrios

Aunque las cifras de personas lesionadas con pólvora han tenido una leve desaceleración durante la actual temporada decembrina, hay un fenómeno en aumento que ha llamado la atención de las autoridades: las intoxicaciones por licor adulterado.

De acuerdo con las últimas cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), hasta el pasado 11 de diciembre se habían reportado 22 personas intoxicadas con metanol. Dos de los casos se registraron en Cundinamarca y los otros 20 en Bogotá.

No obstante, los recuentos oficiales de la Gobernación de Cundinamarca y de la Alcaldía de la capital advierten que durante la temporada decembrina ya han fallecido al menos 23 personas por consumir estas bebidas adulteradas.

Hay algunos productos que incluso están siendo falsificados, como la marca Rey de Reyes y Cabañita. De hecho, las autoridades locales los han señalado como los culpables de las intoxicaciones que se han reportado en los últimos días.

“La Secretaría de Salud y la Policía de Bogotá detectaron estos dos licores que contienen metanol el cual produce intoxicación e incluso muerte”, aseguró en su cuenta de Twitter la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien compartió dos imágenes de los licores.

Una de las preocupaciones de las autoridades es que estos licores tienen etiquetas en las cuales dan datos sobre registros oficiales del Invima, lo cual podría hacer que los consumidores se confundan. Esto se debe a que una de las medidas que les piden las autoridades a los ciudadanos es, precisamente, que verifiquen que los productos que van a consumir tienen un registro Invima.

¿Cuáles son las marcas de licor que pueden poner en riesgo la salud?

SEMANA consultó con el Invima si Rey de Reyes y Cabañitas tienen algún registro sanitario vigente. Pero, en efecto, estos aperitivos de aguardiente y ron ya habían sido incluidos en una alerta sanitaria.

“Las bebidas alcohólicas fraudulentas identificadas se comercializan bajo la denominación de aperitivo saborizado a aguardiente, aperitivo de aguardiente, aperitivo saborizado a ron, con marcas Rey de Reyes y Cabañita”, rezaba el documento publicado por el Invima.

Añadieron que su comercialización está prohibida en todo el territorio nacional y señalaron que están usando un registro sanitario de número 2009L-004295, que, sin embargo, es falso. Es decir, en este caso no solo basta con que los ciudadanos verifiquen que tengan registro Invima para garantizar su idoneidad, pues es fraudulento.

En su momento, el Invima les pidió a las autoridades locales “realizar las actividades de inspección, vigilancia y control en los establecimientos de su competencia que, potencialmente, puedan comercializar estos productos y tomar las medidas sanitarias a que haya lugar”.

Y les pidieron a los ciudadanos no comprar y, sobre todo, no consumir ninguna de estas marcas de licor.

Pero esas no son las únicas marcas que tienen prendidas las alarmas del Invima. Esa entidad también advirtió que hay otras bebidas alcohólicas que pueden ser nocivas para la salud y que están siendo comercializadas en Colombia.

Las señaladas por el Invima son las marcas El Parrandero, Ardiente El Gran Niche Xtreme y Anís Cartujo. “Se trata de bebidas alcohólicas fraudulentas y, bajo estas condiciones, no pueden ser comercializadas en el país”, indicó el Invima a través de otra alerta sanitaria publicada el pasado 9 de diciembre.

La entidad añadió que estas bebidas están siendo comercializadas como “aperitivos de aguardiente” y también les pidió a los ciudadanos evitar el consumo de estas bebidas, pues como no tienen registros sanitarios, también pueden ser peligrosas para la salud.

Por ello, es clave que los ciudadanos sigan las recomendaciones de las autoridades antes y después de comprar licor. Por ejemplo, se les sugiere comprar las bebidas en lugares confiables, no confiar en los productos que son especialmente baratos, revisar que el contenido de la botella no tenga partículas ni elementos en suspensión y, para evitar que haya actividades fraudulentas con las botellas de bebidas legales, destruir las etiquetas después de consumirlas.