Siete motivos por los que Mombeltrán es la joya de Gredos

Con todos los ingredientes para convertir una escapada en toda una experiencia, el pueblo abulense de Mombeltrán es mucho más que Gredos. Nos ha conquistado.
Mombeltrn
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Con un castillo que dominó toda la comarca y que hoy en día es huella de un pasado digno de contar, Mombeltrán pertenece a una de las zonas más bellas del Valle del Tiétar, el Barranco de las Cinco Villas, al sur de la benevolente Sierra de  Gredos. En esta época del año, todos los pequeños pueblos del sur de Gredos incitan a hacer esas escapadas para disfrutar del otoño como nunca. Pero Mombeltrán es la escapada perfecta en Gredos y te contamos los motivos.

Por la N-502, el camino tiene su encanto.

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TIENE UN CASTILLO DE CUENTO

Es sin duda uno de sus mayores reclamos turísticos, además de ser uno de los más bonitos de Castilla y León. Fue  levantado en el último tercio del siglo XV y declarado Bien de Interés Cultural en el año 1949. También se le conoce como el Castillo de los Alburquerque ya que pertenece al ducado del mismo nombre y a pesar del deterioro se pueden realizar visitas guiadas, previa reserva, aunque no en su totalidad.

La Torre del Homenaje fue desmontada por orden de Isabel La Católica (aunque aún puede contemplarse en su conjunto) y se cree que tuvo en el interior un foso. Sin duda fue un castillo fortaleza que en su día marcó la diferencia con los ya existentes, aunque el paso del tiempo hizo estragos en su estructura. Hoy en día la visita no es gratuita, pero lo que sí son impagables son las vistas que se tienen desde allí.

Para caminar y respirar profundamente… Gredos.

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SENDERISMO TOP

Y  más en esta época del año en que los árboles cambian la hoja, desnudando un paisaje policromático de una belleza increíble. Nos encontramos en una parte del Valle del Tiétar lleno de rutas para practicar deportes al aire libre y el senderismo es uno de los mayores atractivos. Hay casi una veintena de rutas para descubrir las maravillas del Barranco de las Cinco Villas y gran parte de ellas tienen, entre otros, como punto de referencia la villa de Mombeltrán.

Prácticamente todas las rutas están señalizadas y hay diferentes niveles de dificultad. En la Oficina de Turismo de Mombeltrán tienen toda la  información posible para este tipo de aventuras aunque lo recomendable es siempre ir con cierta equipación si eres intrépido. Eso sí, importante la ropa de abrigo porque Gredos no perdona.

La iglesia San Juan Bautista, al fondo.

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UN PATRIMONIO PARA EXPLORAR

La villa de Mombeltrán, además de contar con su espectacular castillo, tiene mucho que ofrecer al viajero ávido de historia y cultura. La iglesia de San Juan Bautista (siglo XIV) fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1982 y su precioso retablo churrigueresco del siglo XVIII está decorado con pinturas de Salvatore Galvani.

Tiene un rollo jurisdiccional ubicado en la antigua calzada romana y un hospital del siglo XVI que, además de ser BIC desde el año 1976, es el lugar donde se celebra un peculiar mercadillo de visita imprescindible. Llama la atención por su fachada renacentista de color rojizo y varios escudos pintados en el patio interior. Inicialmente se concibió como un hospital para peregrinos que se dirigían al Monasterio de Guadalupe.

Olor a tierra mojada y frío en las mejillas.

Corbis | Texto: Carolina G. Miranda

ESTAMOS EN GREDOS

Todo lo que se diga de la Sierra de Gredos es poco si queremos describir la belleza de este capricho de la naturaleza. Las conocidas como Playas Blancas de Mombeltrán son las piscinas naturales que todo el mundo quiere disfrutar en verano, pero es ahora en otoño cuando hay que venir, justo cuando nadie viene. 

Seguir el cauce del río hasta donde se puede llegar es sentir el contacto con la naturaleza, el olor a tierra mojada, el frío de la Sierra de Gredos golpeando las mejillas. Además en esta época del año es fácil ver a las aves migratorias surcarlos cielos en curiosos escuadrones. Son cosas que solo se pueden apreciar ahora que todo el turisteo del verano ha desaparecido.

Sí, el chuletón que no falte.

Julián de Tolosa

REVOLCONA, CHULETÓN DE ÁVILA Y MANTECADOS

Con semejante menú ¿quién osa resistirse? Nos encontramos en una  zona de Ávila donde saben bien de comer como Dios manda. Es fácil encontrar bares y restaurantes en los que, incluso, se pueden probar las famosas revolconas de Gredos a modo de tapa o de ración, con sus torreznos bien crujientes. 

Ni que decir tiene que estamos en territorio del chuletón de Ávila, plato afamado donde los haya y que no puede faltar en la mesa de Mombeltrán –increíble en El Rincón del Ángel, en la calle Mayor, donde además las revolconas las sirven con pulpo–, aunque por sus dimensiones solo es apto para intrépidos. Y por supuesto los mantecados y las perrunillas, que se pueden encontrar en cualquier panadería de la localidad y que son el souvenir perfecto para los amantes del buen comer. Si hay algún lugar donde saben de slowfood, podemos asegurar que ese sitio se llama Mombeltrán.

Bienvenidos a The Teepee: naturaleza en estado puro.

The Teepee.

PENSADO PARA EL TURISMO RURAL

El  gusto por el  turismo rural es  un valor al alza, y esto se ha hecho muy evidente con la pandemia. Pero Mombeltrán ya tenía bagaje en estos menesteres y desde hace mucho tiempo cuenta con una sobresaliente oferta de casas rurales. Aquí podemos encontrar desde villas señoriales hasta fincas en las que disfrutar del silencio y la soledad o incluso, antiguas posadas de pastores reconvertidas en hoteles rurales con todo tipo de comodidades. Además, el Glamping The Teepee, del que tanto se está hablando últimamente, está a apenas siete minutos de Mombeltrán, y esa experiencia hay que vivirla al menos una vez en la vida.

Vidas de pueblo.

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TIENEN UN HABLA PROPIO

Los habitantes de Mombeltrán se sienten muy orgullosos de hablar barranqueño, o mejor dicho del “Habla del Barranco de las Cinco Villas”, para no confundirlo con el Barranqueño portugués que es otro cantar. Y es que en el habla popular de las gentes de Mombeltrán existen muchas palabras que solo se escuchan en esta localidad. 

Además, el acento de las gentes de Mombeltrán, junto con las vecinas Santa Cruz, San Esteban, Villarejo y Cuevas del Valle, es muy peculiar y podemos decir que está en peligro de extinción. El Barranqueño de las Cinco Villas casi es un sentimiento para las gentes de aquí que, por otra parte, irradian simpatía y hospitalidad. Así se les conoce a los Villanos, gentilicio de Mombeltrán, unas gentes que se resisten a perder su característica forma de hablar. Y eso es algo que nos encanta.

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